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O3. ❝ 𝗗𝗼𝗻𝘂𝘁𝘀 ❞

Habiendo pasado tres años después de que Velvette dijera su primera palabra y que empezará a caminar, Velvette ya era una infante lo que implica que ya podía seguir a su padre sin tener que ser cargada todos el tiempo.

Ahora Velvette se encontraba en la casa de su tía Brûlee, ya que esta última la estaba cuidando, dado que Katakuri estaba en una misión como comandante Sweet de los piratas Big Mom. Ahí Velvette estaba sentada en un pequeño banco mirando a su tía Brûlee.

── Tía Brulee 

── Si Velvette ── Miro a su sobrina.

── Crees que papá regrese pronto

── Eso depende de las misiones que tiene un padre ── Respondió Brûlee ── Pero tu no debes de qué preocuparte, Velvette, tu padre es un ser prefecto, el nunca será derrotado, y lo mismo va para tú tío Cracker y tu tía Smoothie

Velvette sonríe al escuchar eso.

── De verdad mi papá es un ser perfecto, tía Brûlee ── Exclamo Velvette mirando a su tía ── Eso significa que el es invencible.

── Por supuesto ── Afirmo ── Tu padre es un guerrero bastante fuerte que fue capaz derrotar hasta la persona más fuerte y hasta es capaz de aniquilar un país entero.

Velvette sonríe ante lo que dijo su tía Brûlee, aunque ella nunca había visto a su padre pelear o hacer algo increíble, ya que su padre tenía que le pasara algo.

── Eso significa que algún día veré a mi padre pelear contra tipos palos

── Algún día por supuesto, aunque eso será cuando puedas defenderte por ti misma ── Comento Brûlee mirando a su sobrina ──  Lo entiendes, verdad.

── Si, tía Brûlee ── Afirmo ── Mi padre es alguien genial, mi padre es alguien genial ── Repito con cierta emoción.

En eso Brûlee y Velvette escucharon que tocaron la puerta, probablemente sería uno de los tantos homies que se encontraban en el bosque de la tentación, mayormente los homies le avisaban a Brûlee de intrusos que trataban siempre de entrar al territorio de Big Mom.

Y justamente uno de los homies le advirtió a Brûlee de que unos piratas se habían adentrado en el bosque de la tentación para obtener y conseguir copias de los Poneglyphs que tenía Big Mom. Aunque Velvette no sabían que eran los Poneglyphs solo sabía que su abuela los necesitaba. 

El cual Brûlee fue a hacer su trabajo junto con los homies del bosque de la tentación, Velvette quería ir ayudar a su tía, pero su tía le dijo que era mejor que se quedara en casa ya que podría ser peligroso para ella, y además no quería que su hermano se molestara con ella de poner a su hija en constante peligro.

Aunque Velvette comprendió un poco aquello, ya que ella no quería preocupar a su padre de que estuviera en peligro dado a que los que entraban a los territorios de Big Mom a veces eran piratas o bandidos con malas intenciones que podrían ser capaces de hacer lo que sea para así obtener lo que quieran incluso una copia de los Poneglyphs.

Pero también Velvette sabía que los piratas y bandidos eran a veces idiotas, quien se atrevería a entrar al territorio de una emperatriz del mar, para empezar es bastante difícil ya que muy pocos han salido no vida en el territorio de la emperatriz del mar, no solo por su abuela que era capaz de quitarle los años de vida a los invasores, sino también por sus comandantes quienes eran su padre Katakuri, y sus tíos Cracker y Smoothie.

Tras un rato después Brûlee regresó para ver si Velvette se encontraba bien, afortunadamente lo estaba, ya que Velvette era una buena niña siguiendo órdenes y indicaciones de su familia, pero en especial a su padre. Y tras unos minutos después llegó Katakuri de su misión.

── Papá ── Exclamo Velvette con una sonrisa antes de lanzarse hacia sus brazos.

── Velvette.

Katakuri carga a su hija antes de mirar a su hermana 

── ¿Se porto bien?

── Si, es una buena niña ──Comento Brûlee sonriéndole a su hermano ── Debo decir que se parece un poco a ti.

── Ya veo

Aunque no lo admitiría, Katakuri se sentirá muy feliz de que su hija tenga cierto parecido a el, eso le daba mucho aprecio.

── Bueno ya nos tenemos que ir ── Decía Katakuri ya que era casi la hora de la merienda que era su tiempo favorito ── Vamos Velvette.

── Si papá ── Exclamó Velvette con una sonrisa ── Adiós tía Brulee

Tras unos minutos después 

Katakuri colocó una bandeja de donas sobre la mesa. Por lo general, tendría su tiempo a solas en la Merienda, pero en los últimos años ha tenido compañía gracias a su hija.

Tenía dos tazas de té en la mesa, una era solo para él y la otra era muy pequeña en comparación con la suya. Mientras preparaba los tés cuidadosamente asegurándose de que estuvieran bien, se sentó en los lujosos cojines del piso. Entregando con cuidado la pequeña taza de té a su hija Velvette.

── Ten cuidado, Velvette ── Comento Katakuri 

Katakuri le dio la pequeña taza, quien ella tomo con cuidado la taza de té. Vio el brillo en sus ojos rojo carmesí.

── Gracias papá ── Agradeció Velvette

Velvette le sonrió a su padre, Katakuri, mostrando sus dientes afilados casi iguálales a los de el, quien diría que Velvette tendría el mismo amor por las donas, cuando Katakuri lo descubrió, el ahora llevaría a su hija a sus meriendas para tener un dulce momento de padre e hija, algo que haría fortalecer sus lazos.

Ambos empezaron a masticar esas deliciosas donas recién salidas del horno, Velvette tomo un bocado de una dona glaseada de frambuesa y luego escucho un tarareo de su padre. Y Velvette en todas las meriendas ha escuchado la canción que su padre cantaba cada vez que tenían su esperada merienda.

Ella ha memorizado esta canción de memoria, pero siempre fue un poco tímida para cantarla en voz alta, estando un poco indecisa al principio hasta que empezó a cantar.

── Tan deliciosas donuts♫ ── La voz de Velvette cantó suavemente junto con su padre.

Katakuri escuchó que su vocecita comenzaba a cantar con él. Él ha estado esperando que ella cante junto con él. Esperando tanto como él cantaba la canción, ella se uniría a él. Katakuri se incorporó, tragando el trozo de dona que tenía en la boca. 

Su hija todavía estaba masticando su trozo de dona mientras miraba a su padre con un poco de rubor en sus mejillas. Una sonrisa apareció en el rostro de Katakuri.

── No tienes que ser tímida para cantar, Velvette, tienes una voz hermosa.

Katakuri le dio unas palmaditas en la cabeza a su hija, y con la otra mano tomó otra dona y se la entregó antes de volver a cantar.

── Tan deliciosos, donuts♫ ── Canto Katakuri

── Donuts, donuts oh donuts♫ ── Cantaron los dos al mismo tiempo.

Durante toda la Merienda se llenó de ellos cantando mientras disfrutaban de sus donas, ambos disfrutaban su tiempo de padre e hija.

A pesar de que fue solo por un corto período de tiempo, cada segundo se sintió como si durara más que el anterior. El comandante de los dulces terminó el resto de su día en su mente; no pudo evitar sonreír detrás de su bufanda cuando recordó cantando juntos antes.

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