II. 𝐏𝐀𝐒𝐄𝐎 𝐄𝐍 𝐅𝐀𝐌𝐈𝐋𝐈𝐀
Kumiko estuvo tres horas haciendo su tarea de la universidad. No le envían mucha tarea de investigar conceptos y esas cosas porque la mayoría de las asignaturas de su carrera son prácticas, para hacer en la misma universidad. Le pasa lo mismo a Kokoro, Yoshiko y Natsuki con sus carreras, que la mayor parte es práctico, sí tienen alguna que otra materia de teoría, pero son muy pocas en comparación con las prácticas.
Luego de terminar su tarea, ella y Shun llevaron a Megumi a dar un paseo. A ella le encanta salir de paseo por las tardes con sus padres, y a ellos les encanta llevarla a pasear y verla contenta. Son una familia muy unida que les encanta salir a cualquier parte.
Daichi le prestó el auto a Shun para que lleve a Kumiko y Megumi de paseo. Megumi subió con su conejito de peluche, Rin, su primero regalo de cumpleaños, y duerme con él siempre.
Y también trajo un cuaderno con sus plumones, porque a ella le encanta dibujar lo que ve en sus paseos en auto. Es una niña muy creativa.
─¿Te gusta el paseo, Megu?─ le pregunta su mamá.
─Síp, y a Rin también le gusta, ¿verdad, Rin?─ le pregunta a su conejito, asomándolo a la ventana─"Sí, me fascina el paseo"─ dice haciéndole una voz a su conejito.
─Pues entonces haré que este paseo sea eterno─ dice Shun, manejando─. Vamos a recorrer el campo, y luego vamos a pasar por la costa cuando anochezca, y después vamos por un helado. Te compraré tu helado favorito, vampirita.
─¡Síiii! ¡Helado! ¡Rin también quiere! ¿Verdad, Rin? "Sí, quiero mi heladito".
─Megu, Rin no es un conejito real, no va a comer el helado.
─¡¿Cómo que no es un conejito real?!─ exclama, ofendida─¡Sí lo es, y tiene hambre, al igual que los demás conejitos!
─Si fuera real, ¿entonces por qué le haces una voz siempre que quiere hablar?─ le pregunta Shun.
Megumi se queda callada, con la mirada gacha y con una cara de enojada mezclada con puchero que le provoca ternura a sus padres. Kumiko nota unas pequeñas lágrimas retenidas en sus ojos celestes.
─Owww, Megu─ le acaricia la cabeza─. No quisimos hacerte sentir mal.
─Rin sí quiere helado, mami.
─Bueno, bueno, vamos a comprarle uno, y tú lo vas a alimentar, ¿te parece?
Esas palabras alegraron a la pequeña vampirita.
─¡Síiiii!
La pelirrosa ríe levemente.
─Espero que se lo termine comiendo ella─ le susurra Shun─. No quiero gasta seis yenes más en un helado que sólo va a ensuciar a su pobre conejito.
─Yo me haré cargo de lavarlo cuando lleguemos a casa, jeje.
La familia dio unas cuantas vueltas por el campo. Shun conducía tranquilamente mientras escuchaba música en la radio del auto. Kumiko tomaba fotos del paisaje y saludaba a las vaquitas y caballos, y Megumi dibujaba cada cosa que veía, y también saludaba a los animales.
─¡Holaaaa!
Una vaca le hizo "¡muuuuu!", y Megumi imitó su sonido.
─¡Muuuuuu!
─Jeje, te gustan las vacas, ¿eh, Megumi?
─Sí, mami, son muy bonitas.
─Si tan sólo supiera que la leche y la carne que le damos de comer es de vaca─ piensa Kumiko─. Pobres vaquitas, son muy bonitas, y me da lástima cuando las carnean, al igual que a los corderos y a los cerdos, pero la verdad es que son muy rico, ayyyy.
La primera vez que Kumiko se enteró de que un poco de la carne que preparaban sus padres era de vaca, de cerdo, de cordero y de pollo, vomitó todo, y estuvo varios días pensando que se había comido un animal, aunque estaba sabroso, según ella. Luego lo superó, y entendió, con mucho dolor, que esos animales "están diseñados para comerse", según palabras de Urabe, quien estuvo con ella en esos días en los que Kumiko no podía ni ver la carne de esos animales en la carnicería. Lo mismo le pasó con los peces, aunque eso no le daba tanta pena.
Ahora puede comer la carne sin problema, pero trata de comer más verduras o carbohidratos que carne, aunque le guste mucho su sabor.
─Megumi, ¿qué estás dibujando ahora?─ le pregunta Shun.
─El pasto, el cielo, los árboles y los animalitos─ le responde mientras sigue dibujando en su cuaderno.
Megumi adora dibujar los paisajes en su cuaderno, tiene varios. Un día que fueron a Tokio, dibujó los edificios de todos colores, un puente y los comercios, también tiene el dibujo de una playa. Obviamente sus dibujos no son nada profesionales porque es una niña de casi cuatro años de edad, pero se notan que son lo que ella dice que son.
Kumiko tiene la cabeza contra la ventanilla, mirando el horizonte. Se siente tan tranquila estando con Shun, sus padres y su hija, que hubo un tiempo en que olvidó todos los traumas de la preparatoria. De hecho también llegó a pensar que no pasará nada más. El líder de los Kurushinda sigue vivo, pero luego de tantos momentos maravillosos con su propia familia y cuatro años sin ningún ataque, la hacen dudar de si realmente ese tipo aparecerá.
No lo sabe, pero lo único que desea es que esta paz no termine nunca. Realmente disfruta su vida, estudiando uno de sus más grandes sueños, teniendo su propia familia, y que sus amigos están con ella, y siempre hacen reuniones para divertirse.
Lo que menos desea en esta vida es que ese tipo aparezca y empiece a atacar personas inocentes sin parar hasta que llegue a ellos e intente matarlos. Ya ha pasado varias veces, y cada enemigo era peor que el anterior, y como el líder es el más fuerte de todos ellos... No quiere ni imaginar lo que pasaría.
En eso, en la radio anuncian que van a transmitir una canción nueva de Memories, la banda de Karuta, Rei, Sawada y Sorimachi, de nombre "Thousand Enemies", y suena una canción muy pegadiza.
https://youtu.be/pXlMvDCC5Cw
─Wow... Karuta es muy buena cantando─ dice Shun, impresionado.
─Sí, es increíble... y me encanta la banda que tiene con Sawada, Sorimachi y Rei-chan. Los cuatro hacen un muy buen equipo.
─Me encanta esa banda, mami─ dice Megumi.
─¿Tú... escuchas música rock?─ pregunta, sorprendida.
─Mi abuela me mostró una canción que no sé el nombre, pero es muy linda, y me dijo que es de esa banda.
─Debe referirse a Morning Dreamer, pero esa canción es muy tranquila a diferencia de Thousand Enemies─ piensa─. Quién diría que mami le muestra canciones de rock a Megumi en lugar de canciones infantiles, jaja.
─Te prometo, cariño, cuando Memories toque en vivo, te llevaremos para que puedas ver a tus tíos tocando y cantando─ le dice Shun.
─¡Síiiii, quiero verlos! ¡Y Rin también quiere!
─Rin va a ir también, te lo prometo.
─¡Síiiiii!
─Ay, es tan adorable─ piensa Kumiko.
Megumi es tan amorosa con todos los niños de su clase, que logró conseguir dos amigas, Dai Kizuna y Eshima Fujimoto, quienes se convirtieron en sus "cómplices" de aventuras en la escuela.
Las tres siempre se reúnen en la casita pequeña que hay en el patio de la escuela, juegan con sus peluches y hablan de Héroes de Saitama, la serie favorita de ellas tres.
Megumi ama ir a la escuela porque le encanta aprender, su maestra la adora, y sus compañeros siempre quieren estar con ella. Kumiko, cuando las tres están en su casa, a veces juega con ellas a ser maestra y ellas sus alumnas, eso les divierte mucho a ellas, y a la pelirrosa le sirve como práctica para la universidad.
Los tres pararon un poco a caminar por un campo de girasoles. Hicieron un pequeño "picnic" entre los girasoles, y Megumi corrió entre ellos un buen rato. En una casi se pierde y Shun estaba desesperado buscándola.
─¡Al fin te encuentro, vampirita atrevida!─ la agarró de abajo de sus brazos y la levantó en el aire. Ella sólo movía las piernas y los brazos y se reía─Eres una pillina, jaja.
─Megumi, cuidado cuando andas por un lugar enorme, o te puedes perder, y no queremos eso─ le dice su mamá.
─Sí, mami.
Luego siguieron su camino hasta la costa. La luna llena le daba el toque a ese hermoso paseo. Se veía reflejada en el mar. La pelirrosa no pudo evitar sacarle fotos. Megumi dibujaba el paisaje, y Shun manejaba atento a la calle, escuchando música. Estuvieron cuarenta minutos recorriendo la costa, hasta que pararon para ver la luna llena. Muchas personas hicieron lo mismo, para tomarle fotos.
Megumi tomó la mano de su mamá y juntas miraron el cielo.
─Mami, me divertí mucho con ustedes.
─Me alegro, cariño.
Shun aprovechó que ellas no lo estaban mirando para tomarles una fotografía.
─Esta es sin duda una de mis fotos favoritas.
Y para terminar este hermoso paseo en familia, los tres fueron a la heladería de la costa a comprar sus helados favoritos. Kumiko compró uno de frutilla y durazno; Shun uno de frutos rojos, y Megumi uno de pistacho, chocolate, vainilla y menta.
─Está muy rico. Tú también toma, Rin─ acerca la boca de su conejito y lo ensucia de helado. Al final los dos compartieron el mismo helado.
─Shun, una salida así era lo que necesitaba para aliviar mi estrés en la uni.
─No agradezcas, nena. Sabes que haré lo que sea por ver tu sonrisa.
─Awww, eres tan amoroso...
─Tienes una mancha de helado en la boca.
─Oh, deja me la qui...
Shun le da un beso en los labios.
─Ya te la quité, jiji.
─Gracias, jaja.
─Eso fue raro─ dice Megumi.
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