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v. cassandra

MAKE A WISH
﹙capítulo cinco﹚
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          —¡Oh pero qué genial! —exclamó Alluka. Killua miró de soslayo a su hermana, el comentario le habría causado gracia en otras circunstancias, pero ahora mismo seguía demasiado tenso mientras escuchaba las explicaciones de la pitonisa.

—Mi habilidad es muy simple. Me basta con conocer vuestros nombres y hacer que os sentéis voluntariamente ante mí. Ambas condiciones se han cumplido, por lo que a continuación os mostraré mi poder.

—¿Quién te dijo nuestros nombres?

Para Killua estaba claro que no había logrado la información mediante la adivinación, tal y como Cassandra había insinuado al inicio de su encuentro. Si conocer sus nombres era una de las condiciones previas para activar su hatsu, era obvio que debía obtenerlos por una vía externa. Killua dudaba totalmente de los dones de clarividencia de Cassandra. Algo le decía que todo era una fachada. O bien se había molestado en averiguar cómo se llamaban y por algún motivo los estaba esperando; o una tercera persona se había encargado de pasarle la información y asegurarse de que en algún momento ambas partes contactarían, ¿Pero por qué? ¿Por qué motivo? No tenía sentido.

—Ya os dije que no podría llamarme adivina a mí misma si no pudiera averiguar algo tan simple como el nombre de una persona.

Killua continuó mirándola con escepticismo. Era muy obvio que mentía. Ella notó sus sospechas.

—Deja de pensar tanto, pequeño Zoldyck. Harás que te salga humo por las orejas. Realmente no importa la forma en que haya averiguado cómo os llamáis, solo importa que la información es correcta y eso me permite activar mi hatsu. Ahora por favor, relájate, quiero hacer de esto una experiencia lo más agradable posible.

—¿Qué es lo que quieres de nosotros? —inquirió Killua.

—Ahora lo verás —. Cassandra acercó a Killua el pastel, colocándolo justo frente a su cara. —¿Quieres quedar libre? Entonces debes hacer lo que yo digo. Si sigues mis instrucciones todo saldrá bien, si me desobedeces sufrirás graves consecuencias.

—¡Oniichan, hazle caso! ¡Deja de resistirte!

—Alluka, ¿Pero tú de qué lado estás? —protestó el Zoldyck.

Cassandra continuó con los preparativos, colocando más objetos sobre la mesa. Todo era muy extraño. Ignorando la pequeña disputa entre hermanos que estaba teniendo lugar frente a sus ojos, carraspeó su garganta y comenzó a explicar en qué consistía su habilidad:

—¿Ves estas velas que hay aquí? Son unas velas especiales que yo misma he conjurado. A continuación pensarás un deseo. No puedes formularlo en voz alta porque entonces no se cumplirá, debe ser algo que tu corazón desee en lo más profundo de tu ser. Mientras piensas en ello, tendrás que comer el pastel de nen que he preparado especialmente para ti. Tranquilo, sabe a chocolate y caramelo. Tras esto deberás soplar las veinticuatro velas a la vez, intentando apagarlas todas, si es que puedes: no son velas normales. Cada vela representa un minuto en el mundo real, y una hora dentro de mi habilidad. Cuantas más logres apagar, más tiempo tendrás. ¡Incluso podrás disfrutar de un día entero!

Los hermanos escuchaban con atención: Alluka fascinada y Killua analizando y cuestionando cada palabra.

—Cuando hayas apagado las velas y terminado el pastel, se activará mi segunda habilidad: la realidad deseada. Permanecerás en ella durante el tiempo que se haya establecido al soplar las velas, mientras estés dentro de tu realidad deseada yo manipularé tu subconsciente para hacer realidad tu deseo. Podré identificar en qué consiste una vez que hayas cumplido todo el ritual, te tomaré de las manos y al colocarlas sobre mi bola de cristal, podré ver de qué se trata y guiarte para que se haga realidad. Así de simple y genial.

—¿Y qué ganas tú a cambio de todo esto? —cuestionó Killua.

—No todos los usuarios nen creamos habilidades para luchar, ser los más fuertes o tener poder sobre los demás. Algunos, como yo, sólo queremos hacer felices a la gente. Es por eso que creé esta habilidad. Y también para ganar dinero, claro está —explicó Cassandra, divertida.

—Hay algo más —dijo Killua —. Cassandra alzó una ceja como señal para instarlo a proseguir. —Durante el tiempo que permanezca bajo tu habilidad estaré completamente indefenso, ¿cómo puedo confiar en que no aprovecharás la ocasión para atacarme a mí o a mi hermana?

—Si ese es el temor que te impide obedecerme, tengo que decir que es un temor completamente infundado. ¡No soy una asesina! Ya te he dicho que la finalidad de mi poder es hacer feliz a la gente, lo creas o no, no uso mi habilidad para atacar a las personas. Nunca le he hecho daño a nadie, vosotros no seríais la excepción. Puedes confiar en mi, te doy mi palabra.

Algo en la mirada, el tono y la expresión de Cassandra le indicaron a Killua que ella estaba diciendo la verdad. No era una simple corazonada, él tenía experiencia en leer el lenguaje no verbal de las personas. Decidió fiarse de su instinto y aceptar las palabras de la vidente.

—Bien, ahora tenemos un trato —sentenció el Zoldyck.

De este modo, finalmente accedió a hacer lo que la vidente le pedía. Fue casi un acto de fe, podría decirse. Su corazón albergaba el miedo a que ella pudiera traicionarlo. ¿Y si estaba siendo manipulada por Illumi con una aguja como la que él mismo había tenido dentro de su cabeza, para eliminar a Nanika y en consecuencia a Alluka? ¿Y si Silva la había contratado para separarlo de Alluka y volver a encerrarla en la habitación de aislamiento para siempre? Aunque ninguna de estas teorías fuesen probables, tampoco podía descartarlas. Pero también debía pensar que existía la opción de que ella estuviera diciendo la verdad. Era un fifty-fifty.

Killua sopló las velas, logrando apagarlas todas de una vez. Había pensado en no usar todo su potencial y apagar solamente una para terminar rápido con todo, pero aunque le costara admitirlo, en el fondo se sentía muy curioso con todo esto. Así pues, terminó de comer su pastel buscando en lo más profundo se su corazón qué era lo que más deseaba. Al finalizar extendió las manos al frente, colocándolas sobre la bola de cristal. La pitonisa puso las suyas sobre las de Killua, de este modo comenzó a guiar su subconsciente, obervándolo todo a través de su bola.

Gracias por leer.
⸻ℐrisෆ

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