UN HERMOSO DÍA DE VERANO, una chica de cabellos dorados caminaba a paso firme hacia aquellas enormes puertas de su aldea natal, ya había pasado mucho tiempo desde que partió hacia el mundo que desconocía fuera de aquellas puertas.

───¿Es quien creo que es?

───¡Si!, ha regresado

Murmuraron los guardias de la puerta entre sí, las personas que pasaban por ahí no tardaron en darse cuenta de la presencia de la rubia.

───¿Habrá venido a felicitar al Yondaime por su puesto?

───Ahora que lo dices...no la vi en la ceremonia para anunciar a Yondaime Hokage 

Sin importarle los mullos la mujer seguía caminando a paso firme y con la mirada en alto, con su sola presencia demostraba autoridad, y por más que sea una cara bonita nadie debía confiarse si su adversario era ella, ni enojada, ya que posiblemente terminarías golpeado, a lo lejos podía divisar la torre Hokage y aun lado los rostros Hokage, en la cual se podía ver esculpida la cara de su hermano, ante eso sonrió levemente.

Se podía escuchar perfectamente el resonar de sus botas con tacón por aquel largo corredor, se detuvo al tener enfrente la puerta de la oficina del Hokage, toco suavemente la puerta con la palma de su mano derecha para después suspirar y con su puño tocar suavemente.

───Adelante ───se escuchó desde el interior de la oficina 

Respiro profundamente para abrir la puerta lentamente, entro con cuidado y cerro la puerta detrás de sí y pudo observar el cabello de su hermano entre una pila de papeles, este estaba tan concentrado que no se percató de la presencia de la chica, esta soltó una leve risita que fue escuchada por el que inmediatamente estiro su cuello para poder ver entre las altas torres de papeles como si de una tortuga se tratase.

───• No nos vemos por meses y cuando te vengo a visitar ni siquiera me prestas atención...que pésimo hermano eres ───dijo con una sonrisa divertida al ver que su hermano se paraba rápidamente de su silla casi tropezándose

 Cuando el rubio estuvo cerca de ella no lo pensó y se lanzó a abrazarla fuertemente, abrazo el cual ella recibió gustosa, ambos con una sonrisa de oreja a oreja, aquel sentimiento de felicidad se instaló en ellos y el otro pudo sentirlo perfectamente.

───• Lamento no estar aquí cuando te anunciaron Yondaime Hokage ───dijo cuando se separaron 

Minato: No te preocupes, sé que te gusta viajar y no puedo prohibirte irte, aparte con tu carta y regalos me bastó para saber que no te olvidaste de mí ───sonrió

───• Aunque quisiera jamás podría olvidarme de ti ni aunque quisiera ───rodo los ojos divertida─── eres un cabeza hueca difícil de olvidar

 Minato: ¿Qué me habrá querido decir? ───murmuró divertido mientras rodaba los ojos 

───• Pero cuéntame Yondaime Hokage ───recalco con una sonrisa mientras su hermano volvía a rodar los ojos divertido─── ¿como esta mi cuñada? o mejor aun...¿la has visto últimamente?

El rubio rio nervioso mientras se rascaba la nuca y desviaba la mirada hacia una esquina del despacho esperando el regaño por parte de su hermana, esta al ver la actitud de su hermano frunció el seño, el rubio se tenso al sentir aquella aterradora mirada.

───• Ni siquiera has ido a verla...¿me equivoco? ───dijo muy seria 

El Namikaze empezó a sudar frio, incluso podía jurar que estaba temblando, su hermana, no era precisamente una "mujer delicada", es una mujer fuerte que le puede dar una paliza a cualquiera, sin importar si es hombre o mujer y para desgracia de el Namikaze su querida hermana se llevaba demasiado bien con su bella esposa, por lo que la rubia había compartido amablemente con su cuñada trucos que ella usaba con su hermano cuando el estaba en desacuerdo con ella, así que si antes le tenia miedo a su esposa ahora ya no era miedo, era terror, no llegaba a comprender como es que sobreviviría con dos mujeres igual de peligrosas a su lado.

Si separadas ya daban miedo...juntas eran su peor pesadilla.

───• Namikaze Minato mas te vale darme una muy buena explicación o de lo contrario no me importaría mandar al Yondaime al hospital ───hablo enojada mientras lo agarraba del cuello de su traje 

¿Este es un mal momento para decirle que será tía? ───pensó el rubio─── en otro momento será, si se lo digo peor será la golpiza al saber que no la estoy cuidando 

Minato: Bueno...es que...veras... ───habló nervioso─── al ser el nuevo Hokage tengo que encargarme de muchos papeles que con el paso de los días se van acumulando 

───• ¡No pongas el trabajo como excusa! ───le dio un golpe en el abdomen haciendo que se estrellara con una pared─── ¿¡acaso no tienes horas de descansó!?

Justo cuando ella se estaba acercando hacia el con un puño listo para volver a golpearlo los gritos de los aldeanos se empezaron a escuchar alertando a los Namikaze y haciendo que la furia de la chica desapareciera, por lo que el rubio suspiro aliviado...otro día con vida. 

El Yondaime se levanto y junto a su hermana salieron por las ventanas de la oficina para investigar la causa de los gritos, los aldeanos corrían hacia un lugar seguro lejos del lugar por lo que los Namikaze no dudaron en ir al lugar de la catástrofe por los techos para llegar mas rápido. 

Al llegar pudieron notar extraños portales que aparecían y desaparecían rápidamente, llevándose consigo a algunos civiles, los ninjas disponibles no tardaron en llegar evacuando inmediatamente a los aldeanos del sitio, los Namikaze que habían llegado antes se encargaban de que nadie callera en los extraños portales y cuando estos estaba a punto se llevarse a algún civil los hermanos los salvaban con el jutsu del dios del trueno volador.

(...)

Minato: ¿Alguna baja? ───dijo serio mientras se sentaba en su silla 

─── No, pero si civiles que fueron absorbidos por esas cosas 

───• Los civiles debieron llegar a parar a otro lugar, anden grupos ANBUS a investigar, esas personas deben de estar en alguna lugar cercano, o si no alguna aldea ───hablo seriamente al lado derecho de su hermano 

Algo en lo que se caracterizaba los hermanos era que sabían manejar bien las situaciones como estas y a pesar de todo su voluntad de fuego era enorme tanto como para no darse por vencidos nunca.

El jounin observo al Hokage en busca de su aprobación, este a su ves asintió, el también había pensado en la misma solución de su hermana.

Minato: También busquen en la biblioteca de pergaminos algún jutsu que crea portales, o algo parecido, debemos saber como prepáranos si es que hay otra ocasión como esta

El jounin asintió para después retirarse rápidamente de la oficina dejando solos a los mellizos en un silencio, ambos pensaban como detener aquellos extraños portales, ¿Cuál era su objetivo?.

Finalmente la chica suspiro mientras observaba las pilas de pales, para después ver a su hermano con un semblante serio mientras volvía a hundir la cara en los papeles.

───• Te prohíbo quedarte en esta oficina ───hablo seriamente captando la atención de su hermano 

Minato: ¿Qué? ───pregunto desconcertado 

───• Digo que... ───hizo que dejara los papeles─── tu levantaras ahora mismo tu trasero de esa silla, saldrás por esa puerta y te dirigirás a tu hogar donde se encuentra tu amada esposa esperándote

Minato: ___, no puedo, tengo que acabar mínimo la mitad de estos papeles para el anochecer y con los portales tengo que mantenerme mas alerta que antes 

───• No, no señor, yo are tu trabajo con los papeles y yo cuidare la aldea mientras tu descansas, no creas que no me di cuenta de tus ojeras ───se cruzo de brazos autoritaria

Minato: ───suspiro mientras se paraba─── ¿tengo de otra?

───• No ───negó con la cabeza y una ligera sonrisa─── dile a mi cuñada que iré mañana visitarla para ponernos al día ───sonrió

Minato: Bien yo le diré, pero...¿estas seguro de hacer esto? ───pregunto aun no muy convencido

───• Totalmente segura, ahora vete ya

Sin mas remedio el rubio se fue dejando sola a su hermana, cuando esta vio alejarse a su hermano desde la ventana se permitió soltar un suspiro mientras veía aquella pila de papeles por revisar.

───• Genial...que bueno que no quería ser Hokage ───murmuró 

Y resignada se sentó en la silla que anteriormente usaba su hermano y empezó a revisar papel por papel.

CONTINUARA...