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🍷22;

La palabra dolor no cabía en el pecho de Jimin al estar en el funeral de su hijo.

El cielo se tornó gris. A las personas alrededor les dolía la pérdida del heredero de los Jeon, y más que todo Jimin sentía morirse en ese mismo instante porque pasar a un momento de felicidad, donde planeaba el cumpleaños de su pequeño hijo, pasó a convertir sus planes en un funeral.

Su corazón sentía odio y tristeza a la vez. Su prometido estaba hecho pedazos en su habitación tratando de recuperarse del dolor agonizante que sentía al haber perdido a su hijo, a su pequeño Soobin.

Si pensaba Momo que esto se quedaría así como así, estaba demasiado equivocada porque Park Jimin, él solo, la haría pagar por el dolor que les hizo pasar. Ella plañirá el día que se metió con su familia y su hijo.

Suelta un par de lágrimas más mirando la pequeña caja blanca dónde el cuerpecito de su niño descansaba en paz, por más que quiso controlarse no dejaba de llorar y pedir perdón por ocasionar esto, no era su culpa y él lo sabía.

Fue culpa solamente de aquella maldita mujer loca. Su muerte estaba sellada, ella estaba oculta en quién sabe dónde, pero Jimin la encontraría de alguna manera y para eso tenía que pedir ayuda de Namjoon y Seokjin.

Aún no sabía bien el tema, pero de que ellos podían hacerle el favor de encontrar a Momo, lo harían por su mejor mafioso que es su prometido.

─En el nombre del padre, del hijo y del espíritu Santo. Que le dé descanso eterno a este ser tan pequeño que dejó este mundo a tan corta edad. Su alma está en los cielos con Dios padre, quien lo ha acogido entre sus brazos para darle el paraíso.

El padre decía sus palabras hacía Soobin, unos cuantos de sus compañeros del jardín de niños le dejaban juguetes en su tumba. Soobin, su niño pequeño, murió a manos de aquella maldita resentida de mierda, él no tenía culpa alguna de su estupidez. El dolor no dejaba pensar bien al rubio quien aún lloraba mientras escuchaba las palabras del padre tan conmovedoras y dolorosas.

Su hijo era tal solamente un niño que merecía vivir y crecer para bien, pero todos sus sueños fueron arrebatados.

Los hombres empezaron a enterrar al pequeño, Jimin cogió un poco de tierra para echarla en el ataúd de su hijo, así despidiéndose de él.

No podía dejar de sentir dolor, le desgarraba el alma.

─¿Jimin?

Le llama Seokjin que estaba igual de destrozado que él, lo mira y le hace señas que voltee. Jimin lo hace mirando a su prometido venir con los guardias ayudándole a caminar, aún no estaba bien de su herida y podría abrirse, pero lo entendía, quería ver por última vez a su hijo.

Despedirse de él por última vez.

Caminó hasta él en cuanto llegó no pudo evitar abrazar el cuerpo delgado de su rubio, no quiso llorar frente a todos porque se vería débil ante ellos, además que ya ni siquiera sentía que tuviese lágrimas de tanto que lloró aquella noche.

Jimin lloró abrazado el cuerpo de su prometido, le dolió, le estrujaba el corazón, el pecho se le oprimía, y su garganta se sentía seca.

─Lo siento mi amor, lo siento tanto ─lloraba sobre sus hombros mientras todos los demás se despedían de Soobin dejando caer rosas blancas.

─Esa... maldita me las pagará, me... quitó a mi hijo, Jimin.

Jimin abrazó aún más fuerte a su prometido, sentía que no podía más, pero tenía que ser fuerte por los dos, aunque él también se sintiera en la miseria y el abismo más oscuro.

El dolor no sanaría de la noche a la mañana, más de las personas miraban a la pareja abrazada, totalmente destrozados.

Don Salieri miraba desde la distancia lo que pasaba, había tomado un vuelo a Japón cuando escuchó a sus hombres decir que su bisnieto fue asesinado por una mujer. Sintió la sangre hervir, sintió que el mundo se le vino abajo, podría haber sido frío con su bisnieto pero le quería.

Ahora con más razón tenía en mente matar a su nieto, ya no le servía de nada, ahora si lo haría plañir por su vida.

Ese niño era lo único que le quedaba de Ji eun. Se retiró de ahí para ir de nuevo a su escondite, dónde planeaba su próximo ataque.

─Descanse en paz Jeon Soobin, que dios te tenga en tu santa gloria y eterna, Amén.

Terminó la misa. El ataúd ya estaba bajo tierra. Jungkook con ayuda de Jimin se fue acercando a la tumba de su hijo para despedirse. Algunas personas les daban el pésame a los Jeon, Hyunjin lloraba en el hombro de Félix quien lo cuidaba con cariño.

Una tarde de pérdida, de dolor, de llanto, sufrimiento, rencor, abarcaba en todo el corazón de los que lo quisieron en vida, de sus padres y hermanos.

Ni siquiera se sintió nervioso o sintió remordimiento cuando mató aquellos hombres. Nunca supo defenderse de los abusivos de sus compañeros de clase, les tenía miedo, pero como él mismo lo dijo: Ese Park Jimin ya estaba muerto.

Y este Park Jimin era lo malo y único que quedaba de él, a pesar de su poco entrenamiento, supo manejar la situación, y estaba dispuesto seguirle el paso a Hirai Momo.


♚𝐌𝐀𝐅𝐈𝐀♛



Dos días pasaron en la mansión de los Jeon. Dos días en donde Jungkook no salía de su habitación por lo deprimido que estaba, Jimin esos dos días había cuidado del porqué su herida aún no sanaba, Seokjin también venía a verlo y darle ánimos, pero Jungkook simplemente no quería escuchar a nadie.

Solo quería recuperarse e ir por Momo y hacerla agonizar un largo tiempo. No podía porque su herida era grave, casi le daba en el hígado y eso pudo haberle ocasionado la muerte.

Solamente se dejaba mimar por su rubio, él era lo único que lo mantenía a flote en este oscuro momento, no quería perderlo a él también, no quería que algo malo le pasara y pensó en dejarlo.

Más bien lo tenía pensado hacer.

De qué servía tenerlo a su lado si algún loco enemigo podría dañarlo, matarlo y hacerle perder la razón, su única razón de vida y esperanza.

Pero si lo dejaba ir se sentiría peor, lo amaba tanto que le dolía la sola idea de dejarlo y que se pueda enamorar de alguien más.

Ni en un millón de años haría eso, pero tenía miedo. Por primera vez sentía miedo.

Por otro lado, Jimin golpeaba él sacó de boxeo que tenía en el gimnasio. Con eso sacaba su furia, se imaginaba la cara de Momo y muchas cosas peores. En ese momento llega Namjoon con Seokjin quienes venían a verle.

Jimin deja lo que hacía para prestarles atención, quita sus guantes para tomar un poco de agua y secar el sudor de su frente.

─Hola, Jimin.

─Hola, ¿Trajeron lo que les pedí?

Ambos se miran uno con el otro inseguros de lo que harían, esto era una locura, pero entendían el dolor por lo que pasaban.

Ni siquiera querían imaginar si algún día perdieran a Félix.

─¿Estás seguro de esto Jimin? ─cuestionó Jin.

─Más que seguro. No dejaré que esa maldita infeliz se salga con la suya, no me importa donde la oculte su padre, yo la encontraré y la mataré.

Palabras duras para alguien quien antes era solo un chico asustadizo.

─Aún te falta entra amiento Park, ¿Qué tal si ella tiene refuerzos? Podrían hacerte daño. ─dice Namjoon. Si bien él veía como su esposo entrenaba a Jimin y no era malo, aún le faltaba determinación.

─La fuerza bruta no es todo Kim Namjoon, también la inteligencia. Además tengo un plan, no soy tonto. Puedo verme débil, pero no lo soy, ya no.

Seokjin termina suspirando derrotado, si Jungkook se entera de que Jimin hará, capaz y los mata los dos, sin embargo Jimin pidió este favor, ellos se justificarán con eso.

─Bien, te ayudaremos.

Le entrega una carpeta con varios documentos, Jimin les echa un vistazo mirando toda la información que le haría falta en su viaje, más el pasaporte y las tarjetas de crédito.

─Ese es el hotel del continental de Londres, según los contactos que tengo el padre de Hirai Momo se queda en un hotel de lujo cercas de ahí, tiene guardias por todo él sitió así que ten cuidado si vas a entrar.

Le entrega un maletín pequeño con las monedas doradas que Jungkook le contó sobre la mafia.

─Tienes monedas de oro para tu estadía en el continental, te dejé un mapa de los sitios a los que puedes comprar armas, ropa y conseguir contratar a tipos que puedan ayudarte. Prácticamente, nadie te conoce personalmente, así que será fácil para ti camuflarse entre ellos, busca a este hombre.

Le señala.

Jimin mira la fotografía del tipo demasiado apuesto.

─Él es Leo Vinci, es el dueño del continental de Londres. Con él podrás apoyarte mientras estás ahí ─informa Namjoon.

─Solo ten cuidado con lo que le dices, él no te puede decir exactamente dónde está Hirai Momo, es contra las reglas dar información de los paraderos, pero si le dices de forma indirecta, tal vez él te dirá la respuesta de la misma forma. Mi padre no es malo.

─¿Padre? ─Murmura Jimin algo desconcertado.

─Es mi suegro, el padre de Jin.

Eso sí que sorprendió al rubio.

─Es mi padrastro, pero ambos somos igual de guapos, todos nos lo dicen ─Namjoon le pellizca la mejilla a Jin a manera de reprimenda. ─Te casaste con él Worldwide Handsome amor, deberías acostumbrarte ─le guiña un ojo coqueto.

Ambos se miraban con amor, algo que Jimin quería hacer con su prometido, no es que no lo hicieran porque siempre lo hacían, sólo que ahora por el bien de los dos tenía que hacer justicia por su cuenta, y tal vez verse a si en un futuro.

─El punto es ─dice cambiando de tema el moreno─. Puedes verlo, dile que vas por parte de mi esposo, solo así te recibirá.

─Está bien, gracias por su ayuda. Sé que están preocupados, pero es mejor de está manera, no voy a dejar que esa perra se salga con la suya.

─¿Qué le dirás a Jungkook? Porque estoy seguro de que él no te dejará ir solo.

─Ya lo tengo planeado, pasaré esta noche con él, quiero decirles muchas cosas y después me iré al amanecer. No le digan nada sobre mi fuga, no quiero preocuparme de esa forma, si pregunta díganle que necesitaba tiempo, es lo que le dejaré.

─Haremos lo que podamos, tienes un prometido demasiado terco y será difícil mantener oculto lo que pasa, pero tampoco imposible.

─Yo me encargaré de todos sus negocios, no te preocupes, ya lo he hecho antes- musita el moreno.

─Gracias.

─No es nada, ahora que tienes todo, espero que todo salga bien. Ahí tienes mi número telefónico por si se presenta algo, yo puedo ayudarte si estás en problemas.

─De acuerdo, iré a ver a Jungkook, y chicos... muchas gracias no fallaré en esto. Juro por dios que ella pagara por todo el dolor que me hizo pasar, y por apuñalar al amor de mi vida.

Seokjin asintió tomado la mano de su esposo, ambos miran irse a Jimin quien estaba totalmente dispuesto a matar a esa desgraciada. Rezaban por el rubio para que lograra su cometido. Se dieron cuenta que el Jimin que ellos conocieron tiempo atrás, no quedó absolutamente nada de él, este Jimin daba miedo, su mirada estaba oscura y llena de rencor y venganza.

No había rastro de aquel niño que llegó a la vida del Mafioso. No quedó nada.

La noche había llegado, el rubio subió a la habitación de Jungkook para darle algo de comer. Jimin entró mirando que veía algo en su laptop. Suspiro con tristeza pues hoy era el último día que lo veía o convive con él.

Le dolía él hecho de no decirle nada, pero si le decía, era probable que no lo dejara y se pusiera mal peor de lo que ya estaba.

Suspiro nervioso, tenía que actuar de manera tranquila y normal, no quería ser sospechoso.

─Hola amor, ¿Cómo te sientes?

Deja la comida en su mesita de noche mientras se sienta a su lado, Jungkook estaba sin camisa con una venda alrededor de su abdomen. Dónde tenía ese gran tatuaje en su costilla.

─Estoy bien cariño ─su voz ronca le decía que no.

En serio el rubio quería creer eso, pero su rostro lo decía todo, estaba muy decaído.

─Bien, te traje algo de comer. Tienes que alimentarte Jungkookie si quieres mejorar.

Dejó su laptop a un lado y atrapó el cuerpo delgado de su rubio por atrás, dejando suaves besos en su cuello, cosa que hizo sonreír a Jimin.

Sentir esa calidez por última vez.

─Amor tienes que comer algo, casi no has probado un bocado.

─Lo sé, pero tú sabes más delicioso.

Sigue besando su cuello, pero Jimin, suspira para mirarlo a la cara.

─¿En serio Jungkook estás bien? No me molesta que me beses y esas cosas, pero actúas extraño, sé que aún duele la pérdida de... Soobin ─incluso decir el nombre de su hijo dolía─ Yo... también lo extraño mi amor, lo extraño mucho, pero tenemos que ser fuertes.

Las lágrimas eran inevitables, quería ser fuerte, pero el dolor era insoportable para los dos, los sollozos del rubio atormentaban su alma.

─También me duele no tener más a mi hijo Jimin, me desgarra el alma. Y también me siento culpable porque... Jamás le presté la tención que se merecía cuando pude dársela en vida, es tan tonto que tengamos que perder a alguien para darnos cuenta lo importante que es para nosotros.

Limpio las lágrimas de su rostro, Jimin sintió un pesar en el corazón, se abrazó al mayor para darse más fuerza y continuar con lo que haría después de esto.

─Es el curso de la vida Jungkook, solo así somos capaces los seres humanos de saber que fueron tan valiosos en nuestra vida. De sentir dolor y saber que aún estamos vivos.

Su fuerza se agotaba.

─En cuánto me sienta mejor iré por Momo, no pienso quedarme de brazos cruzados.

Le dice, pero el menor solamente asiente abrazado su cuerpo «tú no lo harás amor, pero yo sí» dijo en su mente.

─Ella pagará lo que nos quitó amor, eso tenlo por seguro.

Hubo un silenció entre los dos, donde nada más se oían sus respiraciones, sintiendo su calor uno con el otro. Tenían que ser fuertes, pues fuera nadie tendría piedad de ellos. El más grande mafioso de Italia tenía que seguir con su vida aunque le doliera perder a su hijo.

Parecía chiste que hace unos años su amigo de Moscú le dijera que habían asesinado a su hijo y esposa, él lo acompañó durante su dolor mientras todos los mafiosos lo miraban como alguien débil. Aún recuerda esas palabras que le dijo cuando lloraba sobre la tumba de su esposa e hijo.

«Cuando era pequeño, mi padre me dijo que se puede llegar lejos con una palabra amable. Pero yo aprendí que se puede llegar más lejos con una palabra amable y una pistola»

Y tenía razón. Se puede llegar más lejos con eso. Él fue testigo de la vil venganza que le hizo pasar a los desgraciados que le quitaron lo más importante para él. Les hizo ver el infierno mismo, y lo gozo.

Eso no te devolverá a tu familia. Le dijo aquella noche, y él le respondió: No me devolverá a mi familia, pero les hice justicia y me sentí mejor conmigo mismo por no haber hecho nada aquella noche.

Después de eso su amigo desapareció, nadie sabe dónde estaba y mucho menos él. Jungkook tenía pensado la peor de las torturas para Momo, pero ahora tenía alguien más aquí en proteger y ese era su amado rubio ojos de esmeraldas.

Jimin se separó de él mirando su rostro perdido, esto solía hacerlo cuando pensaba en algo que lo preocupaba, pero esto era algo diferente, su semblante era de enojo, sus cejas fruncidas, y su lengua contra su mejilla.

─¿Amor en qué piensas?

Le pregunta el rubio con dulzura y este lo mira saliendo de sus pensamientos.

─En nada cariño. ─besa su mejilla─ ¿Qué me trajiste de cenar?

Desvía su pregunta, no quería decir más.

─Sopa de verduras con jugo de naranja, sé que no quieres porque has comido esto estos dos días, pero es necesario porque no puedes comer cosas con grasa.

Le da la comida y Jungkook aunque ya estaba harto de eso, igual la comió. Únicamente porque su rubio se la preparó con mucho amor.

─Come todo Jeon, iré por algunas cosas a mi habitación, está noche quiero dormir contigo.

Jungkook lo mira curioso mientras se lleva una cucharada de sopa a su boca.

─Me encantaría tener a mi esposo conmigo está noche, sería la única medicina que me daría alivio a mi alma en pena.

─Siempre seré yo quien alivie tu dolor amor... siempre. Ahora vuelvo.

Jeon asiente sin sospechar nada.

El menor sale de su habitación para ir a la suya, empieza a empacar las cosas que necesitaría. Todo lo que le dio Namjoon fueron pasaportes, tarjetas de crédito, las monedas y los documentos para saber cómo llegar.

Era en estos momentos donde se preguntaba si lograría su cometido, si le pasa algo no quería hacer sufrir más a su prometido, ya había sufrido demasiado por la pérdida de Soobin y no quería agregarle esto.

Estaba decidido, estaba dispuesto a aniquilar a esa maldita mujer.

─Tu sóla cavaste tu tumba Hirai Momo, ahora sabrás quien es Park Jimin, o más bien... Jeon Jimin.

Empaco todo y lo mandó subir al auto que lo llevaría a su destino. Se fue con su prometido para dormir y así hacerlo sentir mejor, esa noche ambos se dieron su apoyo incondicional, lloraron otra vez y durmieron abrazados.

Los besos eran ese fuego que surgía de aquel fénix, el fénix tímido murió y renació en uno más fuerte.

A la mañana siguiente el rubio se levantó temprano y rápido dejó una nota en la almohada a lado de su prometido, todo estaría bien, él se vengaría por los dos.

Y fue así como Jeon Jimin, dio marcha a Londres, Inglaterra. En busca del señor Hirai Yamikasi.

Su primer objetivo.

Hace un año subí este capítulo contando sobre mi perrita Cloe. Ella murió de bebé por las convulsiones y estaba triste. Y luego llegó su hermanita mayor a alegrarme el corazón, también se llama Cloe. Joder como pasa el tiempo.

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