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Jimin estaba totalmente confundido por lo que pasaba, estaba recogiendo sus cosas cuando Vernon, su crush de toda la vida, se le acercó para pedirle que salieran juntos. Jimin tenía un leve enamoramiento con el castaño, era un sueño para él ahora mismo que lo tomara en cuenta, jamás se lo esperó.

—¿Entonces paso por ti a las nueve?

El rubio asintió.

—Si, claro.

—Nos vemos entonces Park.

Se despide del rubio para irse, este le da una señal a Rose la cual le guiña el ojo.

Jimin se sentía en las nubes ahora mismo, él no se imaginó que algo así le pasara en la vida, aunque no tuviera amigos estaba demasiado emocionado como para no contarlo, ¿Pero a quién?

Dejó pasar aquel momento tan emocionante para él, fue a su clase de cocina como siempre esperando con ansias que llegada la noche así poder tener su cita.

Para Rose todo estaba planeado, juntos a sus amigos conversaron lo que harían, claro menos a su novio el cual muy pronto dejaría de serlo.

Cuando la noche llegó. Jimin estaba totalmente arreglado para ir a su cita con el guapo de Vernon. Aún no se la creía que de todos, sea él a quién ha invitado a salir, era como un sueño hecho realidad para él. Vernon era uno de sus mayores sueños en la vida, la autoestima del rubio era por lo más bajo de todo, que pensaba que jamás alguien lo querría.

Pero la vida puede sorprender de muchas maneras, ahora tendría su primera cita y con alguien que a él le gustaba. Se miró en el espejo totalmente lindo, tenía puesto una camisa blanca con una chaqueta de mezclilla azul, sus pantalones del mismo color con sus tenis blancos. Se miraba precioso, ya que también colocó un poco de maquillaje en su rostro, quedó totalmente satisfecho con el resultado. Solo esperaba que Vernon lo mirará de la misma forma.

Jimin era hermoso. Su vestimenta no eran las correctas, pero si tenía buen gusto, pero cada vez que se ponía algo su hermana y madre le señalaban que se miraba mal, lo que hacía a Jimin quitar sus mejores ropas, le decían que era un bueno para nada, además de ser gordo. Era otra de las razones por las cuales Jimin usaba ropa holgada y poco bonita.

Le llegó un mensaje del castaño que ya estaba esperando por él. Rápido tomó sus cosas para ir a su gran cita. Miró a su madre sentada en sofá de cuero, quien la miró totalmente curiosa.

—¿Park Jimin, adónde vas vestido así?

Le pregunta de una manera burlesca e interrogante, Jimin lo noto, pero aun así su buena energía no sería derrumbada por su madre.

—Tengo una cita con alguien, me voy iré a la misma fiesta que Rose, llegaré a la misma hora que ella.

La señora Park asintió de acuerdo.

—Bien, pero llegas con ella Park Jimin, no quiero que hagas alguna estupidez por ahí y le arruines la noche a tu hermana. Ya vete.

El rubio asintió un poco decepcionado. Esperaba que su madre le dijera algo sobre su atuendo, pero él esperaba mucho de ella. Abrió la puerta mirando a Vernon esperar por él ese gran auto, era muy hermoso: Vernon claro, el auto también.

—Wao... Jimin estás muy bonito —a duras penas lo dijo entre dientes.

A él también le desagrada Park Jimin, pero con tal de tener un buen polvo con Rose, valía la pena.

Jimin se sonrojó.

—Gracias, también estás guapo -musito tímido.

Vernon le sonrió y abrió la puerta para que Jimin entrará, claro que Jimin subió conmovido por su amabilidad tan de caballero. Dieron marcha para poder ir a la fiesta de la universidad.

Durante el camino ninguno de los dos dijo nada, Jimin solo miraba por la ventanilla mirando la ciudad que quedaba atrás, ya que la fiesta era una de las propiedades de Habin en un bosque. Claro que para ser una fiesta de adolescentes estaba bien, podrían beber o fumar o consumir cosas ilícitas sin que nadie los juzgue o vea la policía.

Estacionaron poco después, Jimin bajó mirando lo oscuro que estaba, tenía un poco de miedo pues no sé escuchaba absolutamente nada solamente el cantar de los búhos y el ruido de los grillos.

—¿Amm... Vernon? ¿Seguro que es aquí? No se mira nada, todo está en silencio.

Le dice el rubio totalmente extrañado de la situación. Vernon llega a su lado tomado su mano para calmarlo.

—Tranquilo Park, todo está bien solo tenemos que caminar un poco más, vamos.

Jimin asintió ruborizado por sus manos entrelazadas, si era un poco extraño no oír nada, pero confiaba en Vernon. O al menos le duró un poco esa confianza, pues cuando llegaron a la parte donde una cerca, las luces de los faros de los coches se prendieron, Jimin quedó cegado un poco por la luz.

Trató de mirar bien y cuando lo hizo miró salir a su hermana con todos sus amigas y amigos de la universidad, todos tenían frascos de pinturas en sus manos y Jimin no entendía nada.

—¿Qué pasa?

Pregunta mirando a todos.

—Yo te diré que pasa hermanito —Rose se acercó pasó a paso hasta donde él, Jimin sabía que no sería nada bueno- Lo que pasa es que eres un tonto ingenuo, eso es lo que pasa.

—¿Qué?

Rose se ríe y los demás la siguen.

—Creíste que tendrías tu primera cita con un chico popular, que la vida se te solucionaría con ello, que pertenecerías aquí con nosotros —Dijo sarcástica.

Jimin miró como todos se echaron a reír, Vernon se alejó tomando otra lata de pintura, sintió sus ojos acuosos al oír eso. Sabía que nada de esto podría ser así de bueno, sabía que no podía gustarle al más popular de toda la universidad. En que creía Jimin que eso le pasaría, él se sentía feo y era por eso que le pasaban estas cosas.

Rose prosiguió.

—Ay hermanito, hermanito. Eres tu tonto bueno para nada, creíste en serio que Vernon te invito por lindo o "especial" —dijo entre comillas— Pues fíjate que no, no le podrías gustar ni al más rico del país, no podrías ni gustarle a un pordiosero, eres un patético nerd que se la pasa fantaseando con que alguien lo va a amar como es. Pero tu realidad es que eres un asco y me da vergüenza ser tu hermana.

Al pobre Jimin se le salieron sus lágrimas, no era justo que le dijeran esas palabras, se sentía demasiado humillado, más de lo que se llegó a sentir.

—¡Ya va llorar, gu, gu,gu —todos se rieron otra vez— Pero como no somos tan crueles hermanito, te echaremos una mano, además creo que a tu outfit aburrido le hace falta color —Rose tronó los dedos y dos chicos grandes tomaron a Jimin para que no se escapara. Jimin tembló de miedo— Vamos a darte un nuevo look, chicos ya saben que hacer.

Todos se acercaron a Jimin agitando las latas de pintura, Jimin se removió tratando de zafarse del agarre, pero ellos eran más fuertes, Jimin lloraba mientras todos lo rocían con pintura en su cuerpo, uno tras otro lo rociaban de ellas, que a Jimin se le hacía difícil ver y respirar, el olor no era muy agradable que digamos.

Cuando terminaron de humillarlo, lo dejaron en el piso llorando. Rose y los demás fotografiaron lo que hicieron para subirlo a sus redes sociales.

—¡Vamos a la fiesta de mi novio todos! —grito Rose mientras los demás aventaban las latas al lado y la seguían- Vernon tú me llevas en tu auto.

—¿Y Jimin?

—Que se vaya caminando, si puede ver.

Se burla y todos suben a sus camionetas para irse. Jimin quedó destrozado en medio del bosque, su hermana no se cansaba de humillarlo cada vez que podía junto a su madre, ahora con todo el campus de la universidad frente al chico que le gustaba. Jimin talló sus ojitos por la pintura, sus lentes estaban manchados de pintura y no había forma de quitarla.

Además, su vista no era muy buena por eso utilizaba lentes. Se levantó sacudiendo su pantalón, no podía ver bien porque todo estaba muy oscuro, pero si noto que su ropa era de diferentes colores, ellos no tuvieron piedad con él, su hermana menos. Soltó más lágrimas con su corazón roto, nunca se imaginó que lo humillaran de esta manera, aunque ellos se burlaran de él en la universidad, jamás le había hecho algo así.

Se sentía fatal, todos se burlaran de él cuando fuera a la universidad mañana, él ya no podía más con todo esto. Su familia lo trata mal, los de universidad también, ¿qué tenía de bueno vivir de esta manera?, nada tenía de bueno vivir así.

El que te humillen, que no valoren lo que haces, que siempre prefieran a tu hermano y te comparen con él todo el tiempo, que tu propia familia te haga sentir inútil, ¿qué tiene de bueno todo eso?

Jimin trato de caminar por el bosque oscuro, no veía bien, se sostenía de árboles para guiarse. Tras seguir de esta manera llegó a lo que parecía un puente. El agua se escuchaba, el viento soplaba por su rostro, había llegado a la carretera.

Se sostuvo de los barandales de concreto, siguió caminando para sí poder llegar a la gasolinera que estaba cercas de ahí, podía ser un gran bosque, pero él tenía buena memoria recordaba los lugares a los que iba o miraba. El frío golpeaba su cuerpo, debió traer algo más abrigador que solo una chaqueta de mezclilla, en ese instante su mente le dio una idea al ver la profundidad del lago.

«¿Y si saltas por el puente?»
«Así dejarías de sufrir todo el bullying constante de aquellos que se burlan de ti» «Podrías hacerlos sentir culpables con tu muerte»

El rubio pensaba, ¿y si su mente tenía razón? Si saltaba podría dejar de sentir el dolor y la ansiedad que le causaba ser la burla de todos. Podría hacerlos sentir culpables de su muerte, incluso ir presos por ello. Dejó salir un suspiro profundo, sintió que nada valía la pena en su vida, no tenía amigos y la única buena persona que lo trataba bien era Kim Han-bin, el novio de su hermana.

¿Valía la pena vivir y ser tratado así? ¡No!. Se respondió así mismo.

Se dio la vuelta lentamente, subió primero un pie y luego el otro, se sostuvo fuerte del concreto hasta que llegó al otro lado. Sintió el viento frío por última vez, ese olor a pasto recién podado le dio calma por un momento. Estaba decidido hacerlo, ya no quería vivir de esa manera tan humillante.

Con su última respiración se inclinó decidido a lanzarse, pero escuchó como un auto frenó rápidamente, el rechinido de las llantas lo asustó. Jimin fue detenido por varios hombres, por lo que logró distinguir venían vestidos de negro. Tomaron su cuerpo tapando su boca con un paño que olía extraño, Jimin se retorció para zafarse de su agarre, pero ellos eran como 3 y menos podría. Uno de ellos quitó su chaqueta tirándola al agua, Jimin poco a poco quedó inconsciente.

Fue dejado con cuidado en la furgoneta dando marcha a su destino. Miraron al rubio lleno de pintura, ellos no sabían el porqué estaba así, pero fue bueno encontrarlo antes de que se aventará por el puente.

O ellos serían los muertos.

Uno de ellos sacó su móvil marcando el número de su jefe, se escuchó los tres tonos oyendo su voz gruesa e intimidante.

—¿Lo tienen?

—Si, señor Jeon, lo tenemos. Llegamos a tiempo.

—Muy bien, ya saben que hacer, lo quiero hoy mismo en mi mansión.

—Cómo ordene señor Jeon, estaremos en Italia en la mañana, ¿si le parece bien?

Escucho un bufido de su jefe.

—Dije hoy mismo Manolo.

—Señor Jeon, el vuelo tardará un poco, además el joven está lleno de pintura en aerosol, ¿Quiere que lo llevemos así?

No escucho nada en la otra línea, hasta que escucho su voz otra vez.

—Lo quiero temprano en la mañana, no más tarde que eso, y no me importa que esté lleno de pintura, cuando llegué aquí le mandaré dar un baño.

Colgó.

El hombre suspiró mirando a sus compañeros, le dijo todo lo que tenían que hacer, ellos sintieron dando marcha el aeropuerto privado de su jefe.

Jimin no sabía lo que le esperaba en la hermosa Italia.









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