El dolor de cabeza era demasiado para Jimin, no durmió muy bien que digamos en toda la noche debido al trabajo que lo tenía un poco atareado. San Valentín estaba cerca y con ello la sesión especial de dicha fecha.
Eran muchas cosas en poco tiempo. Estaba irritable y solo quería llegar a su oficina y tomar un pequeño descanso antes de las sesiones de la colección del verano. Subió al elevador, al abrirse dio unos cuantos pasos dándose cuenta de que una de sus empleadas Yeri, estaba muy risueña con Jeon.
«Aquí vamos otra vez»
Este parecía estar asintiendo mientras sonreía, Jimin de verdad no podía creer que fuera tan gigoló. Después de esa discusión entre ellos, Jeon ha estado evitandolo. Lo cual se le hacía sumamente extraño pues le coqueteaba con descaro cada que podía.
Eso lo tenía más irritado de lo que ya estaba.
Iba a irse de paso, se los juraba, pero sus pies le traicionaron e iba directamente con ellos. Con ese sumo "enojo" para no llamarle celos.
Ellos reían, pero callaron cuando miraron a su jefe.
—¿Saben que no pueden coquetear aquí verdad? Está altamente prohibido Yeri y lo sabes. —Jeon arqueo una ceja con una sonrisa de lado, Yeri le miró confundida y apenada.
—Señor Park yo...
—No hay excusas señorita, sabes el reglamento. —Eso le estaba pareciendo demasiado divertido a Jeon ¿Acaso estaba celoso? Joder sí que lo estaba y no saben lo mucho que le gustaba esa situación.
—Señor Park. —Jeon le llama y el rubio le mira. Tenía su entrecejo fruncido, mirándolo de una manera intimidante.
—¿Qué? Sabes también el reglamento Jeon, eres nuevo y deberías ser más comprometido con esto.
Jungkook se cruzó de brazos mirando sumamente intrigante al rubio. Que divertido.
—Ella sólo me preguntaba si quería algo de la tienda, antes de iniciar la sesión de fotos —Dijo pausada y tranquilamente— Perdón si malentendido la situación, no volverá a pasar.
Vergüenza: era justo lo que sentía Jimin, mucha, mucha vergüenza. «Soy tonto» se dijo así mismo.
—¿Era solo eso?
—Sí señor Park, estoy consciente de las reglas, pero solo le preguntaba sobre si quería algo antes de las sesiones de fotos. La mentó si le di otra imagen. —Se disculpa Yeri.
—No... Está bien... lo siento. Vuelvan al trabajo. —Balbuceo un poco, muriéndose de la vergüenza aún.
—Si, señor Park.
Yeri hizo una reverencia y se fue de ahí lo más rápido posible. Jungkook metió sus manos en sus bolsillos arqueando una ceja, con esa estúpida sonrisa burlona.
Jimin se dio la vuelta para entrar a su oficina, Jeon lo siguió y cuando iba a cerrar la puerta, este entró con él cerrándola con seguro. Tomo la cintura al rubio estampando contra esta.
—¿Qué crees que haces? Suéltame soy tu jefe. —Intentó zafarse de su agarré, pero este le tomaba con suma fuerza.
Jeon le miraba de una manera que el rubio no podía descifrar, era como si buscará una respuesta a lo que sea que esté buscando. Si, ahora mismo se sentía débil ante él, el hecho de que le hiciera una escena de celos solo le dejaba claro una cosa; y era que él moría por ser a quien haga reír, a quien le preste su total atención.
¿Por qué? Hace un mes le importaba un carajo el pelinegro, ahora solo quería besarlo, que le haga sentir lo que le hizo sentir esa vez. Se estaba contradiciendo ahora mismo, después de negarse absolutamente a no dejarse llevar por él deseó.
¿Qué me hiciste, Jeon Jungkook?
—¿Quieres que te suelte? —Susurro cerca de sus labios, el rubio no hacía nada para apartarle— ¿De verdad lo quieres? —deslizó con sus dedos su cuello, causándole escalofríos a Jimin. Jeon le miraba fijamente, esperando a que Jimin diera la iniciativa, él ya había dado los primeros pasos, ahora quería que el rubio los diera por él.
Recorrió su cuello, metió un poco su mano dentro de su camisa desabotonando el primer botón de esa camisa blanca. Jimin sentía las piernas débiles, la respiración faltaría; le deseaba mucho, no podía resistirse más.
Jeon al notar que el rubio no reaccionaba, saco su mano. Lo soltó y se dio la vuelta listo para irse. No pensaba más insistir, aunque se muriera por hacerlo. Jimin se desconcertó al verlo alejarse, estaba en su peor crisis ahora mismo. Pero al final fue él quién ahora dio esa iniciativa, le siguió el juego.
Lo tomó del brazo y en un rápido movimiento lo beso. Jeon no esperaba aquello, pero no dudo en corresponder aquel beso que poco a poco se fue intensificando. Jimin enrollo sus manos en su cuello casi parándose de puntitas por la obvia altura del pelinegro. Jeon tomó su cintura, esa pequeña cintura que podía caber perfectamente en sus manos grandes y tatuadas.
Jimin se dejó llevar, dejo que la lengua de ese hombre jugará con la suya, permitió que lo elevará un poco enrollado sus piernas en su cuerpo mientras se recargaba en la pared. Jadeando, escuchando sus propios chasquidos de labio contra labios. Fantástico, alucinante y perfecto.
Se restregaban sus propios miembros, queriendo más de aquello, queriendo sentir más que aquellos leves roces de piel. Se separan un poco, Jimin tenía las mejillas sumamente rojas, sus labios hinchados y ese traje algo desordenado. Jeon estaba de la misma manera, no podía negar que le encantó besar, y tocar ese cuerpo que lo tenía soñando desde hace un mes, desde esa noche que no ha olvidado.
Se miraron por cortos segundos, ambos volvieron a unir sus labios con desesperación. La imagen de ellos en aquella esquina de la oficina era simplemente magnífica. Querían más que esos besos, pero cuando estaban por bajarse los pantalones, la puerta de la oficina de Jimin les hizo separar rápidamente.
Jeon lo bajo rápidamente un poco molesto por haber interrumpido su momento de gloria. Jimin rápido se acomoda su ropa y su cabello. La puerta seguía sonando.
—¡Voy! —Grita— Vete, nos vemos en mi apartamento a las 10. —Le dice el rubio a lo que Jeon sonríe satisfecho.
—¿Eso es un sí? —Necesitaba su respuesta.
Jimin con sus manos, tomó sus mejillas robándole otro beso más, mordiéndole el labio inferior tan jodidamente sexy.
—¿Eso qué te dice?
—Ahí estaré. Te veo luego, hermoso. —Sonríen cómplices, como si hubieran hecho la mejor travesura de sus vidas.
Jimin se recupera mejor y se sienta en su silla, Jeon abre la puerta mirando a dos hombres frente a él. Uno castaño y otro pelirrojo.
—Con permiso, ya terminé mi junta con el señor Park. —Le guiña disimuladamente el ojo a su Jefe y sale de ahí.
Hoseok no se dió cuenta de la extraña situación, pero Taehyung sí. ¿Qué pasó aquí?
—Hobi, que haces aquí. —Jimin se levanta, actuando como si no hubiera pasado nada. —Tae, también aquí. —Arqueo una ceja mirándolos a ambos.
Hoseok carraspea y Taehyung desvía un poco su mirada.
—Solo venía a decirte que pronto es el aniversario de nuestros padres y padre Mew quiere hacer planes con nosotros para la sorpresa para papá Gulf. Ya sabes que después de tantos años juntos se le acabaron las ideas. —Toma asiento en el sofá, cruzándose de piernas.
—Está bien, igual quería hablar del tema. ¿Y Taehyung? ¿Qué haces aquí? Aunque me da gusto verte.
Jimin besa su mejilla.
—Vine a pedirte trabajo. Supe que necesitaba un nuevo fotógrafo y quería saber si podría postularme para ello. Sabes lo mucho que amo la fotografía.
—Es verdad Minnie, quién mejor que Taehyung para hacerlo— Halaga Hoseok, haciendo que el castaño se sonrojara un poco.
Jimin sabía su historia de tras, jamás llegó a imaginar que ellos volviera hablarse después de su ruptura por culpa de Yoongi. Le alegraba ver qué maduraron y dejaron ese rencor atrás.
—Te puedo dejar mi solicitud y currículum. —Le entrega sus papeles, a lo que el rubio les da una ojeada para ver su trabajo. La verdad es que Taehyung siempre tuvo un talento increíble para la fotografía, no tenía dudas que él era perfecto para ello.
—Empiezas mañana mismo. En unos días tendré una sesión de San Valentín y quiero que tú seas quien lo haga.
Taehyung chilló ante la emoción al escuchar aquello, abrazó a Jimin y a él. Tener a Taehyung en su equipo le convenía, así podría hablar con alguien sobre su "enredó con su modelo", ya que Taehyung era un poco más sabio ante el tema y Seokjin no. Estaba seguro de que si le contaba, su mejor amigo le mataría.
Además Taehyung es muy talentoso, sus fotografías eran oro puro.
—Prometo no fallarte, verás que seré el mejor en todo lo que pidas y órdenes. —musitó, muy feliz.
—Eso lo sé, he visto tu trabajo y es sorprendente. Además, si hermano te dio el visto bueno, es por algo. —Ambos se miraron y se sonrieron.
¿Qué estaba pasando ahí? O más bien ¿Qué les pasaba a ambos?
Un rato después ambos se retiraron dejando al rubio solo mientras miraba en su computador un par de telas mandadas de Nueva York. Estaba sumamente ocupado, a pesar de que su mente no salía esa imagen de él con Jeon besándose como si no tuvieran un mañana.
Joder él deseó le consumió su último grano de negación. Pero un poco de diversión no le vendría mal a su vida, un poco de adrenalina sexual. Cuando al fin dieron las 9:30. Salió de su empresa y subió a su auto. En el transcurso del viaje muchas imágenes de lo que pasaría llegaron a su mente, muy ansioso de llegar y tenerlo.
Al llegar a su edificio, Jimin subió al elevador como todos sus días. La puerta se abrió y camino dando la vuelta a su apartamento. Esta vez no iba a tomar una copa de vino mientras cocinaba, esta vez no leería informes del día, esta vez no dormiría solo en su cama porque justo al frente estaba ese pelinegro que le ha estado rondado la cabeza desde esa noche.
Ahí en la puerta, recargado, estaba Jeon Jungkook cruzado de brazos. Sonrió cuando lo vio y sin perder el tiempo lo tomó del brazo acercándose a su cuerpo, apretando esa cintura, oliendo ese perfume exquisito a fresas.
Jimin le sonríe, rozando sus narices, tentando sus labios con los suyos, dijo:
—Solamente tengo tres reglas para que puedas meterte entre mis piernas, las veces que quieras. —Coqueto y descarado susurro.
Jeon subía y bajaba su mano ya dentro de su saco y camisa.
—¿Y cuáles son? —Lamió su cuello, haciendo que el rubio suspirara mientras cerraba sus ojos y los abría lentamente.
—La número uno: no estar con otras personas mientras estemos juntos.
—Eso tenlo por hecho.
—L-la número dos: Ser discretos.
—¿Y cuál es la última, nene? —Metió su mano dentro del pantalón del rubio tocando un poco su miembro ya duro.
Cómo disfruto aquel tacto de la mano de Jungkook, en su miembro. Ya sentía las cosquillas en su vientre.
—L-la última es... ¡Mmg!... Es... No enamorarse.
Terminó la última regla a duras penas. Abría su boca jadeando. Que bueno que no tenían vecinos porque... pobres.
—De eso no te preocupes, solo sexo y ya.
—Ya estando de acuerdo. ¿En tu apartamento o en el mío?
—En el tuyo, nene.
Jimin lo alejó para poder poner su contraseña, al abrirse rápido se volvieron a tomar con posesión quitando sus ropas y yendo hasta el sofá.
Tres reglas fáciles. ¿Pero, podrán cumplirlas? En especial la última.y
Espero que le haya gustado. Perdón por tardar pero me fui a una entrevista de trabajo bien temprano. Me levanté a las 4:20 AM. Me dormí todo el día cuando llegue.
No me aceptaron jeje 😔
Pero bueno, ya encontrare otro.
Las quiero bye❤️
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