El rubio mordía su dedo índice con nerviosismo, mirando al médico curarle la nuca Jungkook, su entrometido modelo. Para resumir lo que pasó después; Jisoo fue detenido por la policía, Jimin presentó cargos contra él.

La noticia corrió por todos lados, como siempre suele ser el chisme. Por primera vez Jimin, estaba asustado porque en su vida había visto a Jisoo de esa manera tan agresiva, queriéndolo hacer daño. Una maldita macana, joder. Definitivamente, uno no termina de conocer a las personas.

Tuvo mucho miedo.

─¿Él, está bien?, ¿no es nada grave?

Pregunta a su médico personal: el doctor Ling.

—Estará bien, solo necesita descansar un poco es todo —Guardo sus cosas en su maletín— Tome este medicamento, es para el dolor de cabeza. Es cada ocho horas y si el dolor persiste vuelve conmigo. Le dejo mi tarjeta.

Jeon la toma.

—Gracias —Musito Jeon recostándose en el sofá blanco.

—Muchas gracias, Doctor Ling.

—No fue nada, con permiso señor Park.

Asiente el rubio mirándolo salir de la oficina, Jimin dirige su mirada hacía el pelinegro quien se tocaba la nuca haciendo gestos de dolor.

—Deja de tocarte te lastimarás más —Se sienta a su lado mirado la gasa con un poco de sangre— ¿Por qué lo hiciste?

Pregunta mirándolo serio, Jeon lo mira a los ojos tocando su mejilla poniendo nervioso al rubio.

—Ya te lo dije, no iba a permitir que te hiciera daño, eres muy hermoso para ser golpeado.

El solo toque del pelinegro lo hizo estremecer, su perfume channel el cual recordaba bastante bien el rubio, lo hacía recordar absolutamente todo de esa noche. Jungkook sabía que seducir a su querido jefe estaba fuera de lugar, pero quería más de ese hermoso cuerpo, besar esos labios y morderlos como se le diera la gana.

No podía parar, no ahora que lo probó y le gustó.

—Si piensas que voy a caer antes tus coqueteos y volver a repetir lo que pasó ese día... Estás muy equivocado —Tartamudea, sin quitar su vista de los labios delgados del menor.

—Sé que se volverá a repetir nene, me encantó lo mucho que gemías en mi oído. Tus besos en mi cuello, tu lengua en mi pene, joder precioso, te quiero besar ahora mismo.

El rubio se pone de pie demasiado nervioso, Jungkook toma su brazo haciéndolo caer en su regazo. Antes de que pudiera protestar tomó su boca besando esos labios que lo tenían loco.

Quería alejarlo, golpeó su pecho, pero al final se dejó seducir por esos labios delgados que lamieron y chuparon cada parte su piel. Jimin sabía que no debía dejarse manipular de esa manera, pero joder el chico lo follo como un dios, además que besaba increíble.

Estaban demasiado sumergidos en aquel beso, mordió su labio inferior sacándole un gemido al rubio, alzó un poco su camisa metiendo su mano fría y tatuada en tu tibia piel.

Se alejó un poco con los labios hinchados, sus respiraciones estaban agitadas.

—Lo siento, pero tenía que besarte o me volvería loco —Susurra sobre sus labios el pelinegro.

—Tienes que descansar, te llevaré a tu apartamento como agradecimiento. Pu- puedes soltarme.

Se negó el pelinegro, volvió a tomar sus labios entrelazando sus lenguas como si fuese una paleta. No podía dejarse llevar por la lujuria, no podía aún con el corazón roto y la desconfianza en él. Se apartó con el rostro sonrojado, mirando aquella luz de lujuria en sus ojos negros.

Estaba sobre él con sus piernas de lado a lado, no podía no podía hacerlo.

Se levanta rápidamente acomodando su ropa, el pelinegro lo miro confundido.

—¿Qué pasa? ¿Hice algo malo?

—No es eso —Respira mejor— Escucha. Yo salí apenas de un divorcio hace apenas unos días. Lo del bar fue un error, estaba ebrio y me dejé llevar porque no pondré la maldita excusa de que fue el alcohol de más. El punto es que, esto que tú crees divertido o una aventura pasajera, no dejaré que suceda, ya tuve suficiente.

Jungkook se levanta mirando el rubio quien retrocediendo unos pasos. Si estaba enfadado por lo dicho de sus palabras, pero no lo dejaría ir así como así, le importaba una mierda que esté pasando por un divorcio, todo el mundo sabe que el amor no vale la pena.

—Entiendo, pero si dices que fue un "error" no entiendo por qué la mañana del sábado aún follaste conmigo. No entiendo ahora por qué me dejaste besarte de esa manera. —Se fue acercando a su persona, poniéndolo un poco nervioso- Y no entiendo ahora por qué estás temblando.

—Yo- yo no estoy temblando...

Quedó acorralado contra la pared, podía sentir su aliento cerca de su cuello, dios su corazón late con fuerza queriendo salir de su pecho.

—Lo estás haciendo ahora. No creo que sea un simple error, yo creo que te gustaría repetir al igual que a mí. —Pasó su lengua por ese cuello delgado, mordiéndole un poco.

—Ya dije que no, solo fue un error.

Sintió sus labios rosas los suyos, no podía con tanta cercanía, sus ojos miraban fijamente sus labios, no tenía salida, el de verdad quería probar esos labios delgados que le hicieron disfrutar de un jodido oral ese sábado en la mañana.

No quería rendirse ante él, pero no podía ante su deseo, queriendo al fin ceder, estaba a punto de decir que si lo fóllara en su sofá, pero su puerta de la oficina fue tocada interrumpiendo el momento de ambos. Jimin agradeció aquello -una parte de él-

Se alejó del pelinegro y abrió la puerta dejando ver a su mejor amigo quien lo miró totalmente curioso. Miro al pelinegro quien se tocaba la nuca y se miraba serio y de mal humor. Pero el rostro sonrojado de su amigo lo descolocó más.

—Jimin, solo vine a ver cómo estaba el nuevo, pero veo que ya está bien.

Dijo sarcástico mirando mal al pelinegro.

—Le dije que se tomaría el día libre para que ser recuperara mejor.

—Dijo que me llevaría a mi apartamento como agradecimiento, ¿Lo hará?

El pelirosa arqueo una ceja mirando a su amigo, Jimin maldijo por debajo por haber dicho eso.

—Si, yo lo llevaré. —Jeon sonríe en sus adentros.

—Muy bien, pero no tardes, tenemos que ver con los diseños y ver a tus modelos también.

—Llegaré pronto, lo prometo.

Seokjin salió de ahí cerrando la puerta, miró a Jungkook quien tenía una estúpida sonrisa en el rostro.

—Vamos, tengo que volver pronto.

Tomó sus llaves y le abrió la puerta para que saliera, Jungkook salió con un plan malévolo en mente. Todos los miraban con curiosidad, por supuesto después del show que dieron abajo. Salieron al estacionamiento donde dejó entrar al pelinegro en su porche gris.

—Lindo auto -Halagó Jeon pasando su mano por el asiento de cuero negro.

—Ponte el cinturón de seguridad, no quiero otro accidente.

—Que genio.

Se lo coloco y después arrancaron.

—¿Dame tu dirección?

_No es muy lejos de aquí, vivo en el edificio Golden Jeon's.

Jimin frunció el ceño, no podía ser el mismo edificio que él vive ¿Verdad? Había muchos edificios de Golden Jeon's en muchas partes de la ciudad, no podía vivir en el mismo. Pero como si la mala suerte lo persiguiera, era el mismo edificio donde él vive.

Volvió a maldecir en sus adentros, llegaron y se estacionó justo afuera, no quiso entrar.

—Llegamos.

—¿No me acompañaras? Me duele un poco y si me desmayo en el camino... Sería feo de su parte —Insinúa con malas intenciones.

Jimin refunfuñona.

—Bien te acompañaré. —¿Qué otra opción tenía?

Salieron y se dirigieron a la entrada en la cual algunos saludaron a Jeon con una reverencia. Eso fue muy extraño para el rubio, subieron al elevador en un silencio algo incómodo, Jungkook puso el número 35, las puertas se abrieron y si, Jimin no pudo tener peor suerte porque es su piso y ambos son vecinos.

—¿Vives aquí?

Pregunta.

—Si, ¿te sorprende que yo viva en un lugar como este?

—No es eso, es solo que bueno... yo vivo al frente.

Jungkook parecía que su sonrisa se extendió como la del guasón, vaya eso sí que eran muchas coincidencias.

Gracias dios.

—Eres mi jefe y mi vecino, que interesante. —Paso su mano por su barbilla.

—Entra ya que tengo que irme al trabajo, y gracias otra vez por lo que hiciste por mí.

—¿Se lo volveré a repetir? —El rubio negó. Recordando sus palabras.

Antes de que se diera la vuelta Jeon lo detuvo tomándolo del brazo acorralando su cuerpo otra vez, odiaba ser bajito ahora mismo.

—Merezco más que una traída a mi hogar, después de que me expuse por usted mi querido jefe.

—Oye, te traje ¿Qué más quieres? —Repela.

—Solo quiero que se quede conmigo y cuide de mí, y tal vez... Pasarla bien.

El sonrojo de Jimin no pudo ser más notorio.

—Tengo trabajo que hacer, así que déjame me ir, prometo que volveré cuando termine.

—Quisiera creer en tus palabras, pero, no lo sé, no me puedes dar algún adelanto.

—¿Adelanto de qué?

—Unos besos o unas caricias... ¿Eh?

Susurro muy cerca de sus labios, Jimin en serio estaba siendo débil, mierda ni siquiera con Jisoo se sintió tan vulnerable.

—No. Solo te cuidaré como agradecimiento y es todo, no habrá nada de sexo de por medio ya te lo dije, solo fue un error.

Dijo serio, a lo que el pelinegro se enfadó un poco por su actitud.

—No fue un error si estabas consciente, no hice esto para que nada más me mandes al diablo.

Jimin frunció su entrecejo.

—¿Solo te dejaste golpear para conseguir algo de mí? —Lo empuja con todas sus fuerzas y Jeon se dio cuenta de la cagada que acaba de hacer— ¿Solo por eso?

—No quise decir eso.

—Pues lo hiciste y te diré una cosa. De mí no vas a conseguir nada, te agradezco que me salvarás, pero no estoy para juegos ahora mismo y menos contigo. Fue un error y eso se queda así, como un error y punto. Así que si me quieres ver cómo alguien fácil pues no lo soy. Con permiso.

«Pero si fuiste alguien fácil mi querido Jimin» ¡Cállate! Se regañó así mismo.

Dejó al pelinegro para salir rápido de su edificio y volver al trabajo. Por otro lado, Jungkook maldijo por lo imbécil que fue al decir aquello. Pero por supuesto que no se rendiría, ese rubio volvería hacer suyo cueste lo que le cueste.

Las que pensaron que kook iba a enamorar a Jimin: quedaron así 🤡🤡 jajaja

Se pone mejor ¿Verdad?