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ᰔᩚ' 003

Y justo como dijo Jimin, la noticia de la infidelidad salió hasta en los más pequeños artículos. Las fotografías de Jisoo con Jennie eran primera plana en los periódicos, así como en redes sociales.

Twitter, Facebook, instagram y cada red social tenía la noticia llena de comentarios de los fans de Jimin quienes rápido fueron a recordarle a su madre a Kim Jisoo. Era lo menos que se merecía después de serle infiel.

El rubio se había pasado la noche tirado en la alfombra de su casa con su traje puesto, el cual, en la mañana quemó en la chimenea junto al vídeo de bodas y cada recuerdo de ese día. Los anillos los guardó en su joyero como unos más del montón que tenía, empacó todas sus cosas muy temprano por qué vendería su Penthouse. Los recuerdos en esas cuatro paredes y en cada rincón era dagas a su corazón, por eso decidió mudarse al edificio Golden Jeon's.

Se tomó otros días de descanso del trabajo dejando a cargo a Seokjin, prometió ayudarle con la mudanza cuando saliera del trabajo.

Con una copa de vino en su mano miraba las noticias sobre su matrimonio y las fotografías de Jisoo con Jennie. Los paparazzi rodeando su viejo apartamento listo para emboscar como depredadores esperaban su presa.

Jimin tomó asiento subiendo el volumen de la televisión, esto era tan divertido para él.

El locutor permitió una mueca irónica. Bebió de su té con los labios fruncidos. ─Oh, si─dice dando noticia─ La pareja del año, los ex esposos Kim se divorciaron. Al parecer este lo engaño con la actriz Kim Jennie. Ambos están en serios problemas pues en redes sociales los están stalkeando a lo grande.

─Es una pena que haya engañado a tan guapo hombre. Es el Itboy de Corea elegido siempre como el hombre del año, es una pena ─bebe su botella de agua con una facción triste.

Jimin apagó la televisión, sonríe ladino con esa satisfacción de venganza. Dejó un lado la copa de vino, miró por última vez su Penthouse donde años vivió feliz, era hora de dejar todo esto atrás y volver a empezar.

Definitivamente, la ciudad de Seúl estaba de vuelta loca con la noticia. Su hermano Park Hoseok lo llamó ayer cuando se quedó dormido y está a bastante seguro que lo regañara por qué siempre tuvo razón sobre Jisoo.

Su cabeza dolía, no quería ir hoy al trabajo, pero tenía que hacerlo. Él es el CEO de Serendipity Corps. Suspira por última vez mirado el lugar vacío, el timbre suena y Jimin abre la puerta mirando al frente a su hermano.

Lo que faltaba.

─Hobi ¿Qué haces...?

No le permitió terminar cuando su hermano lo abrazó, el rubio se dejó consolar por su hermano mayor y el sentimiento de llorar quería volver.

─Supe lo que ese maldito te hizo Minnie, lo mire en las noticias, ¿Estás bien? Obvio que no estás bien mira tu rostro y tus ojitos hinchados, lo siento mucho hermanito.

─Siempre tuviste razón con respecto a Jisoo, nunca me convino como novio y esposo todo el tiempo tuviste razón ─Sus ojitos se aguadaron.

─Quisiera no haberte dicho eso Minnie. Jisoo jamás me dio confianza, incluso desde el primer día que me lo presentaste a la familia. Ahora quiero romperle la cara al maldito.

Aún seguían abrazados, miro el lugar con cajas y las maletas de su hermanito menor.

─¿Te mudarás? ─Pregunta confundido.

─Sí ─Se separa de él─ No pienso quedarme aquí sin que todo lo que pase con Jisoo se venga a mi mente en cada rincón de este lugar.

─Haces bien, estoy seguro de que nuestros padres cuando lleguen de su viaje de París no tardarán en venir a apoyarte con todo esto.

─Dios, olvide a nuestros padres, de seguro papá Gulf pegará el grito en el cielo; si no es que ya lo hizo─ Pániquio ante ello.

Su padre era sumamente medio agresivo, no dudarán en patearle las pelotas a su ex-yerno.

─Nuestros padres te apoyarán, no te preocupes. Sé que les dolerá saber qué su "Yerno favorito" es todo un hijo de puta, pero eres su hijo y les importas más tú.

Masculló con tal enfado, de solo haber visto las fotografías en la televisión y en internet sintió que su bilis subió y bajo.

Simplemente no podía creerlo.

─Lo superaré, no hoy y tal vez no mañana, pero lo haré─ Sería un camino difícil, más no imposible.

─Y aquí estaré para apoyarte en cada una de tus decisiones hermanito. Déjame ayudarte con tu equipaje, ¿Dónde te mudarás? ─Entra mirando el lugar.

─Al edificio Golden Jeon's, esta cercas de mi trabajo y tiene una vista preciosa. Mi asistente Joy me dijo que el apartamento es bonito y espacioso, ella tiene buen gusto por eso la mandé a ella.

─Buena elección. Y descuida, el día que me lo encuentre le daré de golpes hasta que no pueda más. No me importa ir a prisión por ello.

Jimin ríe, sabía que su hermano sería capaz de eso y mucho más.

Su hermano lo ayudó con sus maletas, minutos después subieron todo al auto del rubio y los de mudanza metieron las cajas que el rubio tenía en su penthouse. Fue rápido, ya que no tuvo mucho que hacer.

Durante el camino a su nuevo hogar, suspiro tranquilo sabiendo que había dado el primer paso a dejar lo que más recuerdos le traía. Jin tenía razón, algún día dejaría de doler y encontraría algo mejor, pero dudaba mucho que pudiera confiar en una persona después de lo que le pasó.

Cerrarse al amor estaba por hoy en sus planes, nada de citas, o noviazgos con alguien. Sería demasiado pronto y sería un escándalo y es lo menos que quiere ahora que "destruyó"a Jisoo. Al llegar miro el gran edificio privado, era grande y tenía un estacionamiento amplio por debajo.

Estacionó donde le correspondía y bajó con su hermano quien le ayudó con sus maletas, subieron al elevador presionando el botón del piso 35. La música del elevador era tranquila, las puertas se abrieron y caminaron hasta el nuevo apartamento de soltero.

Pero cuando iba a abrir la puerta con su contraseña, alguien salió del apartamento de enfrente, el pelinegro salió mirado aún chico casi de su misma altura, tenía maletas detrás y sus ojos fijaron al rubio quien abría la puerta. No pudo ver su rostro, solo supuso que sería su nuevo vecino.

Jimin entró y el pelinegro bajó. Más ese hilo rojo en sus dedos se enredó.

🖇️👔🔥


El viernes había llegado, el juicio de divorcio dio comienzo con Jimin con toda la ventaja. Jisoo y su abogado no tenían oportunidad con un abogado como Kim Namjoon.

Las pruebas fueron dadas por la parte demandante, más la grabación de voz que la juez, Lee, escuchó. Jisoo protestó que eso era una invasión a la privacidad, lo cual la juez denegó.

Así pasaron las horas donde Jisoo se hundía y Jimin ganaba. Al final la juez le dio divorcio con Jimin ganando el caso de infidelidad, se quedó con lo suyo y Jisoo con lo poco que tenía. Firmaron el divorcio, Jimin volvía hacer Park Jimin y no más Kim Jimin.

Jisoo salió de ahí mirado por última vez a Jimin quien era felicitado por sus padres y sus amigos de haber ganado el caso. Obvio Jimin se sentía de la mierda, pero era lo mejor porque estar con un infiel y perdonarle todo, era el peor error para un hombre o mujer dejar pasar tal humillación.

Sus padres le dijeron que lo visitarán este fin de semana, su padre Mew tranquilizó a su esposo Gulf para que no le diera la paliza de su vida a Jisoo, en cuanto este, salió de la corte. Su hermano se despidió diciéndole que se mudara en unos días a Seúl con su esposa So-jeong. Jimin se sintió tan apoyado y querido por su familia y amigos.

Se despidieron de Jimin y el rubio entró a su auto rumbo a su nuevo hogar. El Penthouse lo puso en venta, ya que no quería tenerlo solo abandonado el lugar. Ya estando en su nuevo hogar se puso a decorarlo, lo pintó de tonos que a él le gustaban y comprar nuevos muebles que armó él solo.

Había quedado todo perfecto, justo como lo tenía en mente.

Tenía un poco de pintura en la mejilla, un overol azul con manchas de pintura, miraba el sitio contento y feliz mientras bebía una copa de vino rosado; su favorito.

Solo en un nuevo sitio a empezar de cero, sin Jisoo a su lado y con todas las ganas de ganar. Aunque aún sentía dolor no permitiría que lo hiciera parecer débil ante los demás como esos esposos engañados, empezaría un nuevo ciclo.

Los días pasaban, hasta que llegó el fin de semana.

-Mañana es sábado, no quiero quedarme aquí hundiéndome en la depresión -Murmuró bebiendo otro trago -Tal vez salir o cambiar mi color de cabello a más rubio podría ser buena opción para empezar. -Se dijo a sí mismo -Ya será después.

Se dirigió a su laptop para trabajar en la nueva colección de ropa de verano que saldría pronto. No había podido ir a su empresa por todo lo que ha estado pasando con lo de su divorcio y los paparazzi querían saber más del tema.

Miro las paletas nuevas de maquillaje también y en las fotografías de los nuevos modelos. Pasaron dos horas dando las 12 de la noche, trabajo muy duro y mando todo lo que había seleccionado. Aprobó a los modelos para verlos en persona el lunes en la mañana.

Estiró su cuerpo y fue a darse una ducha para salir a algún lugar solo. Jin estaba en una cena con su esposo NamJoon, no quería importunar. No tenía muchos amigos que digamos, solamente tenía a Jin y ¿Joy?

Aún así prefirió ir solo a algún bar a tomar algo.

Al salir se cambió aúna ropa demasiado provocativa, una camisa blanca trasparente dejando ver un poco su abdomen, un pantalón negro ajustado y sus joyas adornando sus dedos y cuello. Se perfumó y tomó su chaqueta listo para salir.

Se miró al espejo mirando su atuendo y maquillaje, sonrió mandando un beso volador así mismo. Tomó sus llaves y cartera y salió totalmente distinto a lo que usaba usualmente.

La noche era joven y él quería disfrutarla.

Las luces de aquel bar que le recomendó su amigo no era como lo imaginó, era un poco más antro, aún así entró tratando de disfrutar su primer día de soltero. Entro mirando el lugar lleno de jóvenes bailando y otros compartiendo bebidas, otros besándose, se sentía extraño.

Camino con toda la actitud, una canción de Bad Bunny sonaba. Varios hombres y jóvenes miraron al sexy rubio. Jimin es una tentación, una manzana que quieren morder los pecadores; sin embargo, nadie era digno de tenerlo.

Tomó asiento en la barra, suspiro mirando su móvil con los mensajes de su padre y de su hermano para saber si estaba bien, les responde y mira al bartender llamando su atención.

─¿Qué pedirá Joven? ─Le sonríe y Jimin se siente halagado.

─Un Martini de manzana por favor.

─Enseguida.

Mientras esperaba su bebida, a lo lejos un pelinegro bebía y reía con sus amigos, estaban disfrutando de la vista de aquellas chicas que se movían sexy y descaradas para ellos. Jungkook no pretendía follar esta noche con nadie, pero si alguna de ellas quisiera él no se negaría.

Más de una llamó su atención, pero aquel rubio que bebía mientras reía con alguien fue como una atracción instantánea. Su sonrisa la cual escondía sus pequeños ojos en un par de líneas, sus mofletes rojos y esos labios esponjosos rosados. Mordió su labio por instinto.

No le perdió la vista en ningún momento, parecía un poco pasado de copas y lo miro ir hacia la pista bailando con aquel pelirrojo chico. Movía su cadera y esa diminuta cintura hizo que Jungkook decidiera hacer lo que tenía en mente.

Joder, que sexy.

─¿Adónde vas Jungkook? ─Pregunta Jackson.

─Iré al baño, ya vuelvo.

Jackson noto su mirada aquel pelirrojo, pensó que su amigo iría por él, no estaba equivocado, pero el rubio era quien sus ojos miraban.

─Vale no tardes.

Jungkook bebió todo su trago y fue a la pista de baile, Jimin al fin disfrutaba de la música, los tragos de más se apoderaron de su cuerpo y aún más en la compañía de su viejo amigo Kim Taehyung. Este fue a su lugar para hablar, tomaron de más y ahora el alcohol se les subió a la cabeza.

─¡Jimin iré al baño rápido, vuelvo enseguida! ─Le habla en alto, por el ruido de la música.

─Vale ─Responde.

Taehyung pasó entre la gente y se fue al baño. Jimin seguía bailando solo entre la multitud, cuando siente unas manos en sus caderas haciéndolo dar la vuelta asustando un poco.

─¡Oye que té..!

Se calla quedando muy cercas del guapo pelinegro frente a él, quedó sin palabras el sólo verlo. Ojos grandes y negros o eso llegaba a distinguir, labios pequeños un perfil de dios griego.

Santo Dios.

─Lo siento, pero te miré bailando solo y quería hacerte compañía ─Usa su tono seductor─ Un ángel pecando en este lugar, no debería ser así.

─Mi amigo vendrá pronto así que no gracias─ quitó sus manos sobre él, pero el pelinegro insistió.

─Vamos, porque no me concedes bailar está canción contigo precioso, y te prometo que te dejaré en paz, si tú... Quieres.

Jimin se cuestionó unos minutos, pero Taehyung le dijo que las aventuras y las nuevas cosas no estaban mal disfrutarlas, y por lo que vía ese chico era una. Era muy alto, esa chaqueta negra con brillantes y los piercing en su ceja y labio lo hacían ver cómo esos BadBoys de las películas cliché.

No negaba que le llamó la atención.

Así que asintió un poco sonrojado. Porque no ¿verdad?

─Vale, está.. Bien ─Tartamudeo un poco.

Jungkook sonríe satisfecho tomando su cintura otra vez, comenzaron a bailar. La música cambió el ambiente y sonó una canción de Ozuna, que le dió esa motivación al rubio de dejarse llevar. Jeon lo hizo voltear para comenzar a moverse sensualmente, Jimin sentía su cuerpo sentir calor, hace tiempo que no lo sentía y con un extraño solo lo hizo fantasear, estaba mal sí, pero quería disfrutar y su mini Jimin de cordura lo mandó a tomar por culo.

Risas, miradas pícaras, toques leves era lo que Jimin disfrutaba de aquel pelinegro, la estaba pasando bien, dejo que todos sus problemas se esfumaron y únicamente la diversión se quedara. Lo descarado que estaba haciendo al restregar sus trasero a la pelvis del más alto, él también fue travieso con el pelinegro, lo estaba provocando; podía sentir su erección.

─Te mueves como un dios ─Susurra en su oído mordiéndole en el proceso.

El rubio gimió ante ello, se dio la vuelta y fue apresado por esos grandes brazos.

─Tampoco lo haces tan mal.

Acercó su rostro rozando sus labios, la tentación estaba ahí y quería besarlo. Estaba roja de las mejillas, adorable y sexy a la vez. Una tentación para el pelinegro.

─¿Puedo besarte? Muero por hacerlo.

Metió su mano entre la camisa transparente del rubio tocando su piel que hizo sentir una corriente eléctrica en todo su ser.

─Hazlo ─Lo permitió sin dudarlo, él también quería besarlo.

Jungkook miro el brillo de lujuria en aquellos ojos color almendra, acarició su mejilla con ese tono rojizo que le llamó tanto la atención, en un momento como este solo se lo hubiera llevado al baño y follarlo, y así debería ser. Pero ese rubio valía más que un polvo en un baño de ese lugar.

Beso, sus labios metiendo su lengua, el sabor a alcohol combinado con el sabor fresa sé su labial hizo quererlo gimiendo entre sus brazos. Jimin se dejó llevar sin importar más, se tocaron aún estando en público, estaba consciente que esto llegaría más lejos y estaba dispuesto a ello.

Perdió la cordura.

Taehyung, quien miraba a su amigo comerle la boca a aquel chico, sonrió orgulloso. Su amigo merecía eso y más, así que simplemente lo dejó y lo miró salir de la mano de aquel chico.

─Hiciste un buen trabajo Kim Taehyung, ahora tú consigue algo.

Esto se puso bueno.
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