Había pasado un mes desde el suceso donde decían que la empresaria Lalisa Manobal engañaba a su novia Kim Jennie, con un hermoso chico, lo cual era mentira.

Lalisa, al día siguiente, había hablado de eso con Jennie, quien había entendido muy bien, ella le había dicho que no se preocupara, que ella comprendía.

Lo que a Jennie no le gustaba era que inventaran cosas que dañaran la reputación de Manobal. Lalisa le explicó que a ella solo le importaba lo que ella decía, lo que pensaba de ella, las demás personas no les interesaban un carajo.

En ese momento, Jennie se encontraba sentada en el regazo de Lalisa mientras platicaban de cosas sin sentido.

—Lili —la llamó.

—Mande.

—¿Cuándo vamos a ir de vacaciones a la playa? —le preguntó con un puchero.

—No lo sé —le dijo para después dejar un beso en los labios de Kim. —¿Cuándo quieres ir? le preguntó.

—El día de tu cumpleaños, ya que está cerca —le dijo.

—Bueno, podemos pasar allá una semana por mi cumpleaños —le comentó.

Jennie asintió emocionada ante la idea de pasar el cumpleaños de Manobal en la playa.

—En dos años más te voy a pedir matrimonio ahí —le dijo Jennie a Lalisa.

—¿Por qué en dos años? —le preguntó con sus ojos brillosos.

—Porque tengo que organizarme y ahorrar dinero para hacerlo... —con una sonrisa dijo.

—¿Y por qué mejor no lo hago yo? —le preguntó.

—¿Qué cosa? —le respondió con otra pregunta.

—Pedirte matrimonio.

Jennie se apresuró a negar con la cabeza. —Ya tengo todo planeado y tú siempre haces cosas por mí, ahora me toca a mí —le dijo mientras pegaba su frente con la de Manobal.

—Está bien —terminó aceptando.

—¿Me esperarás? —le preguntó.

—Si tengo que esperar toda mi vida lo voy a hacer —le susurró para después darle un beso, beso que fue correspondido por Jennie.

Ellas se amaban, sin importar las opiniones de los demás, su amor era más grande que nada.

Lalisa esperaría a Jennie y Kim cumpliría su promesa de pedirle matrimonio.