Los labios de Sana chocaron con la mandíbula de Jihyo, la mayor no sabía que hacer, estaba en shock. Sana continua con sus besos y sus labios inesperadamente chocaron. Jihyo abre sus ojos sorprendida y su cara se puso pálida.

—¿Te encuentras bien?—pregunta Sana preocupada.

Jihyo se encuentra desorientada, no sabía lo que había pasado, levanta un poco su cuerpo y observa a Sana.

—¿Qué pasó?—pregunta Jihyo con su voz agitada.

—Te acabas de desmayar.—responde ella.

—Entonces... eso quiere decir... que tú y yo...

—¡No!—niega—no nos besamos.—le aclara a Jihyo y ella observa a Sana apenada.

—¡Oh! a de ser por...—comienza a ponerse nerviosa.

—Déjame adivinar—interrumpe—no controlaste tus pensamientos nuevamente.

Jihyo toma asiento sobre su cama y agarra su almohada y tapa su cara.

—¡No lo conseguiré, Sana!—dice decepcionada de sí misma. Sana toma asiento al lado de ella y la abraza.

—No tienes de que preocuparte, hay tiempo para esas cosas, tal vez debas esperar a la persona correcta.—le aconseja.

—Yo pienso que tú eres la persona correcta.—contesta Jihyo y le sonríe.

—¿Qué te hace pensar eso? pensé que eras el tipo de persona que tenía un límite en nuestra amistad.—le dice Sana.

—¿Te puedo hacer una pregunta?

—Ya la hiciste.—bromea.

—¿Otra?—Sana asiente.

—¿En este momento, sientes lo mismo que yo?—observa fijamente a los ojos de Sana.

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