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dos

Jennie se encontraba sentada en las gradas mientras veía a Lalisa entrenar. Ella no iba a mentir, tenía sueño, pero ella había prometido a su novia estar en todos los entrenamientos y partidos que pueda.

Sus ojitos se estaban cerrando y los volvió abrir de golpe cuando el silbato del profesor de Lalisa sonó. Hizo un pequeño puchero y su mirada se dirigió hacia su novia quien estaba recibiendo un regaño por el maestro, Manobal solo asentía a lo que le decía.

Ya después de eso vio que la peli rubia se encontraba caminando hacia ella.

— ¿Por qué te regañó el maestro? — le preguntó una vez Manobal  llegó a su altura.

— Me distraje un poco — le dio un trago a la botella de agua que le dio Jennie.

— ¿Con qué? — le preguntó curiosa.

— Desde allá estoy viendo que te estás durmiendo, bebé — le dijo para después sentarse en las piernas de Jennie.

— Perdón, es que terminé cansada con la plática que tuve con mis compañeras, alfa — le explicó.

— ¿Cómo te fue con ellas? — le preguntó a su omega.

— Son unas inútiles — fue lo único que dijo — Cierto, ya la vergüenza se te está pasando — abrazó la cintura de Lalisa.

— Estoy sudada, Jennie.

— No importa.

— ¿Por qué dices que ya se me está pasando la vergüenza? — le preguntó dejando un beso en los labios de su omega.

— Te sentaste en mis piernas sin pedir permiso y hace tiempo te sentías apenada cuando alguien te veía sentada en mi regazo — le recordó.

— Oh, eso... estuve pensando, si una omega lo puede hacer ¿por qué una alfa no? — le empezó a explicar.

— Bueno, tienes razón — su mirada se dirigió al cabello de Lalisa — Creo que ya hay que cambiarte el color de cabello — le informó.

— Uhm… ¿Ya te quieres cambiar el tuyo también? — le preguntó.

— No, solo lo voy a retocar, ¿Quieres que lo cambiemos de color? — su cabeza se pegó al pecho de Lalisa.

— Me gusta como se me ve con el rubio y también me lo quiero retocar las raíces — le dijo y Jennie asintió.

— ¿Terminaste de entrenar? — le preguntó mientras cerraba sus ojos.

— Ya, ¿Por? — acarició la cabellera de Jennie.

— Quiero irme a casa a dormir — le informó.

— Está bien, vamos — se paró del regazo de Jennie.

Esperó a que Jennie se parara también para ir ya a la casa del omega. Pero vio que su novia no se iba a parar.

— Cárgame, Lili — estiró sus brazos hacia Lalisa, quien sonrió y la cargó.

La cara de la omega se escondió en el cuello de Lalisa, cerró los ojos y solo sentía los movimientos que la alfa realizaba al estar caminando.

La omega que todos llamaban problemática se dejó llevar por los brazos de Morfeo.

Lalisa se encontraba apreciando a su omega, quien todavía se encontraba durmiendo, estaban en la habitación de la peli azul.

Lalisa ya se encontraba bañada y ya no tenía sudor. Ya que mientras Jennie dormía, Lalisa se dio un baño.

A la alfa le estaba dando sueño, así que se acomodó para dormir un rato con su omega, abrazó la cintura de la omega y su cabeza la recargó en el pecho de la contraria.

Le dejó un pequeño besito en el pecho y para después cerrar sus ojos y dejar que el sueño le ganara.

Unas dos horas después, una Lalisa un poco desorientada se levantó, algunos de sus cabellos estaban en su frente, así que con su mano los llevó para a los lados. Su mirada se dirigió hacia donde ella sabía que había dejado a su omega.

Al no verla ahí, hizo un puchero, se paró de la cama y se dirigió hacia la cocina, sonrió al escuchar la voz de la mayor.

— ¿Qué haces, Jen? — le preguntó mientras abrazaba la cintura de la contraria.

— Intentando hacer la cena para las dos, pero no puedo — hizo un puchero y se dio la vuelta para quedar cara a cara.

— Bueno, no te preocupes, yo puedo hacer la cena para las dos — le comentó Lalisa mientras se separaba del abrazo.

— Bueno... si tú lo dices — dicho eso salió de la cocina dejando sola a Lalisa para que empezara hacer una cena más decente.

No pasaron ni cinco minutos cuando música se escuchaba desde la sala. Después Jennie entró cantando la canción que había puesto.

— Lis — la llamó — ¿Ahora que termines de cocinar podemos bailar? — le preguntó.

Lalisa sonrió — Ahora que dices bailar, recordé que tienes que hacer tarea — le dijo — ¿Ya la hiciste? — le preguntó con una tierna sonrisa.

El ceño frunció de Jennie se hizo presente al escuchar la pregunta — Bailar y tarea no es lo mismo como para que te recuerde hacer la tarea — sus brazos se cruzaron.

— No la has hecho — Manobal aseguró.

— Bueno, no, pero es porque quiero pasar momento con mi pareja — le dio sus razones.

— Prácticamente, vivimos juntas, claro, en la casa de nuestros padres — le dijo y la omega se llevó una mano a su pecho.

— ¿Qué quieres decir con eso? — le preguntó ofendida — ¿Ya no quieres pasar tiempo con esta bella y frágil omega? — dijo en un susurro.

Lalisa sabía que drama Kim estaba de vuelta.

— Yo no dije eso — le dijo — No me gustan las omegas frágiles y mi omega, mi pareja es la más fuerte de todas, aquella que le gusta andar en peleas y la que me defiende cada que puede — sonrió al ver que drama Kim se había sonrojado un poco.

— Me hubiera gustado ser alfa — soltó Jennie — ¿Me hubieras amado aún que las dos fuéramos alfas? — le preguntó acercándose a Lalisa.

Manobal  volvió a ver la comida que se estaba cociendo todavía y lo apagó cuando vio que ya estaba cocida, así que volvió a ver a Jennie.

— Claro — se relamió sus labios — Seríamos la pareja más envidiable que verían — dicho eso Jennie se rió y Lalisa la acompañó.

— Te amo mucho, Lisa — le dijo para después darle un beso en los labios, a la contraria.

— Yo también te amo, Nini.

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