Esto no trata del mundo muggle o el mío. Hay monstruos en todas partes. Alguien quizás diga que yo también lo soy. La verdad me da bastante igual lo que digan de mi... Todos tenemos secretos.

¿Soy un monstruo por haberle dejado morir? ¿O por desear su sufrimiento? Mi principal crimen fue nacer niña y eso lo he pagado con creces.

Veo como el sol se esconde por la única ventana de mi apartamento. Hay colillas apagadas por todas partes. Me enciendo el enésimo cigarrillo y lleno de humo mi alrededor.

No hace falta ir a buscar mierda en países subdesarrollados. Yo veo y sufro esto aquí, en Suecia. Te intentarán embaucar diciéndote que todos somos iguales, te venderán su discurso demagógico de los derechos humanos... no obstante... si escarbas bien en las cloacas de la sociedad vas a ver como la suciedad impregna los fundamentos donde se implantan sus reglas. Como se inundan en sus propios excrementos.

Mentiras, falsedad, crueldad disfrazada de amabilidad, ansias de poder... He visto demasiado de esto para seguir dejándome engañar.

Tanto la mesa como el suelo están llenos de recortes de periódicos con los innumerables titulares sobre el fin de la era de Lord Voldemort en el Reino Unido...

Primero fue Grindelwald, ahora Riddle... quién sabe el próximo que se autodominará "Señor Oscuro". No son ellos los que me preocupan -ellos siempre van a estar en el ojo del huracán esperando que alguno de sus oprimidos se alce para derrocarles- son sus seguidores, aquellos que fomentan la ideología que ofrece la base a su violencia. Aquellos que quizás ni se unen a sus filas pero con su cotidianeidad dañan aún más la sociedad podrida en la que intentamos sobrevivir.

Supremacía de raza, de sangre... De género.

En casi todas las noticias sólo hablan de Harry Potter y su duelo contra Voldemort, menos en la revista de Mikael; Millenium. Él habla de la unión que hizo falta para vencer el mal, de todos los que participaron, perdieron y se sacrificaron por el bien mayor. Hasta consiguió una entrevista del Elegido.

Pobre chaval... otra víctima del sistema.

En más de una ocasión da las gracias a sus amigos, sobretodo a esa tal Hermione Granger a la que ahora todos parecen elogiar tanto. Pero estoy más que segura que no fue así siempre y aún ahora deben odiarla y criticarla.

Indagué un poco sobre esa chica. Soy buena hacker. Yo fui como ella de pequeña. Es curioso que no recuerdo haber tenido una infancia normal. No por culpa de él. Demasiado pronto debí hacerme cargo de las injusticias de la vida y concienciarme que ese sistema que pretendía proteger a sus ciudadanos no iba ayudarme. Jamás.

Pero no fue tan dramáticamente cuando empecé a sentir la discriminación que me rodeaba, no.

Granger y yo somos muy distintas en nuestro modos operandi, sin embargo, empezamos igual. Señaladas con el dedo por "insufribles sabelotodos" por ser niñas con una inteligencia por encima de la mayoría, denominadas "mandonas" por tener criterio y personalidad. Sin embargo debimos aguantar como nadie decía nada al respecto cuando lo mismo lo hacía otro tipo de persona; un chico, por ejemplo.

Y no sólo he debido pasar desapercibida con mi intelecto, también con mi forma de actuar...

"Eres una puta"

Demasiadas veces he tenido que escucharme eso. Con demasiada impunidad. Siempre van a encontrar una excusa para llamarte de esa forma.

Mi madre amaba a mi progenitor, le aguantó todo y más para seguir con él y aún así, se lo dijo. Y a mi... cuando no actúo con los cánones establecidos, cuando opino distinto, con mi forma de vestir, cuando vivo mi sexualidad libremente... lo soy. Lo soy para esos seres menospreciables. Lo más sarcástico es que aquellos hombres que me denominan con esa maldita palabra, son aquellos que más deben callar.

Cuántos disfrazan sus mentiras con piel de cordero para conseguir lo que quieren. Manipulan tus sentimientos para hacerte sentir culpable o responsable. Cuántos usan su estatus de superioridad para aprovecharse de nosotras.

Me tacharan de radical, de misándrica... ¡que sabrán ellos! Yo no odio a los hombres. Odio aquellos que no aman a las mujeres.

Intenté matar a mi padre para que dejara de abusar de mi madre ya que el sistema no hizo absolutamente nada para ayudarle. Devolví con la misma moneda al señor que me violó aprovechándose de ser mi tutor legal, señor que el mismo estado me brindó. Le tatué de por vida las palabras: "Soy un cerdo sádico y un violador", para que nunca más pueda volver hacer lo mismo a otra persona. Dejé morir a un asesino perturbado cuando puede haberle salvado.

¿Soy un monstruo por eso?

Quizás sí... pero no me arrepiento.

Estoy harta que cuando un sádico sale de sus sombras y es descubierto ante los ojos de la humanidad, salgan los defensores de la mente, excusando su comportamiento debido a sus traumas.

Todos somos responsables de nuestros actos. Yo elegí mi camino aún habiendo vivido un infierno, al igual que ese chico, Potter.

Eso fue lo que le dije a Mikael, cuando quiso dar una explicación al comportamiento de ese violador:

"No hables de él como si fuera una víctima, por poco te mata. Mataba y violaba por puro placer. Tuvo las mismas oportunidades que todos. Uno elije quién quiere ser. No era una víctima; era un cabrón hijo de puta que odiaba a las mujeres."

Cada uno tiene sus luchas y elije que batallas pelear. Quizás soy demasiado extrema y drástica, pero he aprendido que a veces se deben tomar decisiones poco convencionales para seguir adelante, para ser leal a una misma.

Mientras esté en mis manos, ninguna otra persona (sea hombre o mujer), va abusar de mi de ninguna de las formas en las que se puede abusar de una persona. Por eso soy un incordio, por eso muchos me odian... pero que más me da lo que piensen de mi.

Reflexiono sobre todas esas niñas, chicas, mujeres, que ahora mismo son engañadas o menospreciadas. No hace falta encontrarse a un psicópata para ser una víctima.

Una palabra se escapa de mis labios... "Vigilad".

Las mentiras nos engullen con una ferocidad abrumadora. Nada de esto que vivimos aquí es real. Nadie es quién dice ser. Todos usan una máscara. Deberíais recordarlo.

Vais a oír muchas cosas sobre mí, van a decir que soy una puta loca exagerada. Opinar lo que queráis. Yo sé la verdad y no pienso cambiar.

Apago mi cigarrillo en el cenicero ya lleno de ceniza. Me pongo mi chupa y decido a salir a la calle. Me subo la capucha y me pierdo en la noche. Mis botas crujen encima del asfalto.

Soy Lisbeth Salander y no habrá impunidad para los hombres que no aman a las mujeres.

Fin