Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

❝ ปีศาจ ❞

Al frente de Yoongi había un montón de papeles de suma importancia sobre nuevos residentes que habían cometido pecados imperdonables.

Pero él no tenía mente para eso. Sus pensamientos se dirigían al pequeño Ángel rubio que había traído un poco de luz a su oscura vida, logrando que su corazón latiese un poco más rápido desde la primera vez que lo vio.

Su Ángel de Oro que se iría de su lado, quizás para siempre.

Era lo correcto. Aunque le doliese, sabía que era lo mejor, puesto que Jimin no pertenecía al infierno. Jimin era un Ángel, y los ángeles deben de estar en el cielo, rodeados de pureza y perfección.

—Y nunca le dije que me gustaba... —murmuró desanimado—. Nunca le dije todo lo que provocaba en mi con sólo una mirada. Que lo quería...

Sacudió la cabeza, alejando todos esos tristes pensamientos y se enfocó en su trabajo, leyendo sobre un hombre que se encargaba de prostituir a chicos menores de edad o jóvenes pobres. Arrugó su frente asqueado y decidió para él la el castigo de ser atormentado por sus más horribles demonios.

Quizá y se lo lleve a Tragus para que juegue.

La puerta de su oficina fue abierta de manera abrupta y miró al culpable, sorprendiéndose de encontrar a Jimin.

—Quiero llamar a Dios.

Jimin, sabes que tienes que avisarle por una carta sobre tu regreso —explicó sin emoción en su voz.

El menor negó y se acercó hasta estar al frente de Yoongi, —Quiero llamar a Dios. Será más rápido que una carta.

Al parecer el Ángel quería volver lo antes posible al cielo, y eso lastimó a Yoongi.

—Está bien. Llámala —accedió resignado y se levantó de su asiento.

Quédate —pidió Jimin y tomó el teléfono, marcando el número de Dios y colocando el altavoz. Yoongi no quería escuchar nada, así que siguió con su camino, siento detenido por Jimin, quien lo tomó del brazo—. Quédate, por favor.

Iba a negarse, cuando contestaron a través de la línea. Jimin lo había puesto en altavoz.

—Lucifer, ¿Sucedió algo?

—Soy yo, mamá. Es Jimin quien te está llamando.

—¡Jimin, amor! ¡Que Bendición tan grande es escuchar tu dulce voz! —exclamó la mujer con alegría—. ¿Lucifer te lo comentó? Puedes volver, pequeño. Ahora sé que todo fue un malentendido y estoy esperando ansiosa a que vuelvas, ¡Todos te han extrañado! ¡Eras la alegría del lugar!

Jimin sonrió por ello y miró a Yoongi, quien tenía la mirada baja.

—Yo también los extraño a todos, mamá, pero aún no sé si pueda volver... —Yoongi lo miró con curiosidad y en la línea se hizo un silencio enorme, así que decidió continuar—. Me gusta este lugar, me gustan los amigos que conseguí... y me gusta Yoongi.

—¿Qué? —dijeron Jihyo y Yoongi al mismo tiempo.

—Eso, me gusta Yoongi, y no puedo volver hasta saber qué es lo que piensa al respecto, porque si no me corresponde, me iré al cielo, pero si me dice que siente lo mismo que yo... me quedaré a su lado como lo he hecho todo este tiempo —respondió firme, con la mirada fija en Yoongi—. Así que responde; ¿Me voy o me quedo?

Jimin no sé qué estás haciendo, pero no me gustan tus juegos —habló Jihyo a través de la línea con voz molesta.

Yoongi, ¿Me voy o me quedo? —volvió a preguntar Jimin.

El pelinegro tragó saliva, mirando a Jimin, intentando averiguar si todo aquello era una broma de mal gusto, pero no, en sus preciosos ojos se podía ver cuán serio era al respecto.

Quédate conmigo, Jimin... —murmuró suplicante.

El Ángel sonrió con alegría desbordante, —Dios, quiero quedarme aquí.

Jimin, yo, ¡Ahg! —se escuchó un leve silencio en la línea—. No estoy segura de esto, pero no puedo obligarte. ¿Estás seguro de lo esto, Jimin?

—Lo estoy, madre —respondió el Ángel sin dudarlo ni un poco.

Un enorme suspiro se escuchó a través de la línea, y luego de un enorme silencio, la mujer habló: —Lucifer, cuida a Jimin como lo más preciado de tu vida.

Jimin es lo más preciado de mi vida —dijo Yoongi, sonriéndole al menor.

—Por amor a mi, esto no puede ser verdad, aún no lo creo... Jimin, cariño, ¿Quieres quedarte, en serio?

—Muy serio, madre.

—Bueno, tienen mi Bendición. Aunque puedes volver cuando quieras, Minie —dijo resignada, pero sin sentir miedo, puesto que sabía que Yoongi lo cuidaría.

Se despidieron de Jihyo y se miraron a los ojos, queriendo decir miles de cosas, pero sin soltar nada, porque sus miradas demostraban todo lo que sentían.

—¿Estás seguro de todo esto?

Jimin suspiró, —Ayer me sentía celoso. La idea de imaginarte con alguien más me molestó, siempre ha sido así. Cuando me dijiste que podía irme, en vez de sentirme feliz por la noticia, me sentí fatal, no podía simplemente irme y dejarte.

»Yoongi, me gustas. Aceleras mi corazón cuando me miras y me llamas "Ángel de Oro", me gusta tu olor y dormir a tu lado, me gustas tú por completo y no podía irme con este sentimiento tan grande que habita en mi ser.

Yoongi tiró del brazo a Jimin y lo apegó a su pecho, acercando sus rostros, —Jiminie, mi Ángel de Oro. Tú también me gustas, y si no hice nada antes fue por miedo... pero ahora sé que mis sentimientos eran preciosamente correspondidos por el Ángel que ilumina mis días.

De manera vacilante, Yoongi acercó su rostro al del menor y rozó sus labios, siendo recorridos por una exquisita corriente. Sin poder evitarlo más, unió sus labios con delicadeza y escucho a Jimin suspirar, sintiendo cómo la calma los cubría, y una enorme felicidad avasallante.

Sus labios se pertenecían, al igual que sus corazones. Yoongi experimento el placer más grande al solo besar a Jimin, y Jimin supo que lo que sintió antes no era nada comparado con lo que sentía en ese momento.

Con un beso afirmaron que el destino los había unido y que era cosa de tiempo para que se dieran cuenta de que eran lo que siempre habían buscado.

『 °*• ♡ •*°』

—¿Y cómo te fue? ¿Te gustó el sitio o fue mucho para ti?

Seokjin sonrió y negó con la cabeza, —Para nada, todo lo contrario, estuvo muy bien todo. Incluso, quería saber si me darías permiso para ir de nuevo en otra ocasión.

Jihyo lo miró con asombro, pero asintió sin problemas, —Claro, podrás ir otra vez. A todas estas, ¿Cómo está Jimin? ¿Lucifer lo trata bien?

—Más que bien —respondió de inmediato el Ángel—. Lo tiene consentido y hace lo que quiere siempre. Sabes cómo es él de mimado.

—Eso es mi culpa —comentó la mujer y ambos rieron—. Jimin tiene esa cara tan linda que provoca consentirlo siempre.

—Claro, que hasta dejaste que fuese novio del señor del infierno, ¿Por qué nunca me lo dijiste? —reclamó el joven, mirando a Jihyo con falsa molestia.

—¡Para mí también fue sorpresivo! Pensé que ese niño regresaría a la primera oportunidad y lo único que recibí fue una cursi declaración de amor —se quejó—. Pero ya no importa tanto, sé que es feliz y me lo acabas de reafirmar.

—Feliz, pero inseguro.

Jihyo frunció el ceño, —¿A qué te refieres?

—Tiene miedo de decirle a Yoongi el porqué está en el infierno.

—Eso también es mi culpa... —murmuró con arrepentimiento—. Si hubiese sido menos impulsiva nada de esto hubiese pasado.

—Hablé con él, y le dije que no debería de temer tanto —dijo Seokjin a modo de reconfortar a una preocupada Jihyo—. Su error no fue hablar contigo desde un inicio, y por eso los rumores llegaron antes. Le aconsejé que lo mejor era hablar con Yoongi de una vez por todas, a demás de que lo ama como nadie y sé que entenderá todo.

—Tienes razón, pero voy a darle un empujoncito a mi niño.

—¿Qué harás? —preguntó Seokjin con curiosidad al ver a la mujer buscar lápiz y papel.

—Una carta —repondió Dios sin verlo—. Le explicaré a Yoongi todo lo sucedido con Jimin; desde lo que hizo, los rumores que me llegaron, pero sobretodo, la verdad.

Llevarle la contraria a Dios era un error, y aunque Seokjin pensara que aquella idea fuese descabellada, prefirió no decir nada y dejar que la mujer siguiera con su plan.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro