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𝗘𝗣𝗜𝗟𝗢𝗚𝗨𝗘

⌜No te puedo amar en la oscuridad⌟
Love In The Dark - Adele.
•••

Se removió aún teniendo oscuridad a su alrededor. Inmersa en tratar de buscar una salida al sofoco que sentía por todo su cuerpo, como si algo la ahogase. Ni siquiera podía enunciar palabra alguna ya que su garganta parecía no permitírselo. Lo único que podía escuchar era su propia respiración, jadeante y a punto del llanto. Sintió miedo e intentó obligar a sus pies a moverse, pero una vez más no pudo. Y dio un respingo abriendo los ojos. Su pecho subía y bajaba acelerado, su corazón latía veloz y su cuerpo sudoroso tembló ante el frío.

La ventana de su habitación estaba cerrada y antes de que pudiera llorar unos brazos se anclaron de su cintura. Giró encontrando el rostro de su novio, mantenía los ojos cerrados y su respiración acompasada.

—¿Otra pesadilla? —murmuró inquiriendo.

—Sí.

Respondió rápidamente. Desde que JungKook había vuelto del hospital y la fecha de la sentencia de JungHee se acercaba, Youjin tenía recurrentes pesadillas que la despertaban inquieta por las noches. Todas eran parecidas, como un agudo dolor que la perdida atraviesa y aún cuando su terapeuta le expresó varias veces que tal vez eran residuos de cuando JungHee los tuvo cautivos, ella sentía que era por algo más.

—No, no me toques, estoy toda mojada.

JungKook ignoró la negativa y se arrimó con todo su cuerpo al femenino, hundiendo su rostro en el cuello de está para besar su piel, estremeciéndola cuando le susurró al oído.

—No crees que eso suena bastante interesante ahora.

Youjin cerró los ojos, mordiéndose los labios al sentir la manos masculinas meterse por debajo de la tela de su vestido para dormir. Acariciando lentamente su piel, subiendo por su cintura hasta robarle un suspiro que pareció más a un gemido cuando los pulgares rozaron a propósito sus senos. Se vio atrapada cuando los labios de su novio la besaron con algo más de voracidad, mordiendo el inferior para que la lengua del contrario rozará la suya. Su cuerpo comenzó arder ante las caricias, ante los suspiros de ambos, a la sensación de fuego arremolinándose en su vientre cuando percibió el bulto rozar su cadera.

—Kook, tu pierna —gimoteó, empuñando el cabello en la nuca de este mientras su cuello y hombro eran devorados con húmedos besos.

—Hay maneras, bebé.

La forma en como lo dijo hizo que el cuerpo de la cantante vibrara. Se habían contenido bastante, colocando como prioridad su salud mental y cuidado físico. Se querían, se adoraban, dormían abrazados, despertaban con dulces besos e intentaban que el día se volviera corto entreteniendo la mente, cada uno en sus asuntos pendientes. Disfrutaban del otro, pero el constante deseo retenido debía explotar y JungKook no iba a esperar un día más teniendo a su lado a la mujer que tanto le encantaba.

Situó ambos cuerpos de costado, frente a frente, a los besos intensos. Retiró con algo de esfuerzo la ropa interior de su novia dejándola desnuda de la cintura para abajo. Con sus dedos tanteó su zona íntima. Una sonrisa lasciva surcó sus labios al sentirla más que lista. Húmeda, hinchada y desesperada. Subió una de las piernas a su cintura, con ayuda bajó sus pantalones junto a los boxer dejando su erección expuesta. Ambos gimiendo y jadeando al sentir el juguetón roce entre sus sensibles intimidades.

Youjin anclándose de los hombros y espalda masculina. JungKook de las caderas de ella entró lentamente en su interior. La posición aunque algo incomoda era distinta llevándolos a disfrutar de las sensaciones avasallantes, de los gemidos que se perdían en la boca del otro, de sus manos aferrándose a sus pieles. La palabras tan sucias que JungKook le susurraba al oído a Youjin solo provocaba que quisiera mover sus caderas para sentir más fricción y profundidad. La mano de él se metió entre medio de sus cuerpos, estimulando el clítoris y deleitándose con los gemidos de ella al arquear su espalda. Con los dientes logró mover la tela que cubría los senos y al tenerlos expuestos se metió uno a la boca.

Youjin estaba tan extasiada, perdida en el placer. Por más intentos de querer tocar a su novio él no se lo permitía teniendo a su cuerpo acorralado de una manera deliciosa, escarbando en cada zona erógena que la enloquecía a cada segundo. A ella le encantaba llevar el control, la iniciativa, pero cuando JungKook era el que lideraba, debía admitir que todo se sentía mucho mejor. Sentía sus labios hinchados, ardiendo ante los besos, gimiendo porque las embestidas eran constantes y algo rudas.

El antebrazo de JungKook se metió por la parte interna de la rodilla de Youjin elevando un poco mas su pierna, de modo que la posición en que su miembro entraba y salía se sintiera más exquisita. No dudó en ir más lento aún con fuertes arremetidas al sentirla a punto. Verla con el gesto desfigurado por el placer y a su cuerpo temblando solo lo puso más duro. Le rodeó la cintura, acallando con su boca los agudos gemidos soltaba cuando se vino y sin detenerse, aún besándola y tocándole con posesividad, minutos después, alcanzó su propia, explosiva e intensa liberación.

En el proceso de recuperar el aire, JungKook observó las mejillas empapadas de Youjin. Estaba llorando.

—Cariño, ¿te encuentras bien? ¿te lastime acaso? —ella negó, sollozando al escuchar la preocupación en la voz de su novio— ¿entonces? No me asustes cerecita.

Se destapó, esnifando y juntando sus manos contra los pectorales, podía sentir con claridad los latidos de su corazón. Se sentía un tanto avergonzada.

—No es nada, no sé, demasiadas emociones tal vez.

JungKook exhaló largo, aliviado que fuera otra cosa. Con su pulgar secó un par de lágrimas no pudiendo evitar reírse.

—No te rías.

—Lo siento —le besó la mejilla— ¿en serio estás bien?

—Sí, contigo siempre estoy bien.

Se abrazaron, fuerte, compartiendo un par de besos y susurrándose otras palabras. Y ante el mínimo distanciamiento Youjin gruñó incomoda al sentir la mezcla de fluidos escurrir por sus muslos. JungKook reparando en ello, no dudó en obligarla a levantarse para cambiar las sábanas y ambos tomar un relajante baño antes de volver a dormir.

Una semana después.

Sus ojos se veían perdidos, así como sus pensamientos desplazados en cualquier lugar menos en la realidad en la que le tocaba tener que estar.

—Cariño —elevó su rostro al sentir el tacto de su novia en su barbilla— ¿Qué tienes? Hace días estás algo distante.

JungKook suspiro, soltando el aire que parecía haber retenido en su pulmones sin haberse dado cuenta de ello. Desvió la mirada hacia su pies enfundados en medias blancas evitando la entera interrogación en el rostro de su cerecita y con una fingida sonrisa de calma le dijo.

—Nada —se levantó, habiendo estado largo rato sentado a los pies de la cama en silencio. Acunó entre sus manos el rostro de Youjin contemplándola, sintiendo sus manos sobre su pecho, cerca de su corazón— debe ser que no he descansado muy bien.

Youjin fue la que suspiró, no convencida porque conociéndole como lo hacía sabía que había algo pululando en la cabeza de su novio que lo tenía pensativo, demasiado y que no quisiera compartirlo con ella y tan solo desviará el asunto a otra cosa no era buena señal.

—¿Por qué siento que me mientes?

—No lo hago —sonrió de lado, acariciando las mejillas de su cerecita para luego besar su frente— ya te dije que todo está bien.

Besó su frente una vez más y luego sus labios. Se apartó de ella en busca de terminar de vestirse, pues los días de frío y nieve habían llegado y él más que nunca debía cuidarse de no enfermar.

—¿Por qué no me contaste que fuiste a ver a JungHee?

Su cuerpo entero se tenso, apretando en su mano el suéter que tenía pensado colocarse. Se suponía que ella no debía saber eso, que el abogado que lo había acompañado al lugar donde su hermano estaba detenido de momento no diría nada. Ya nada le sorprendía, así como no le sorprendió que fuera JungHee quien pidió por él, esperando dichoso a un nuevo reencuentro.

•••
Mentiría si dijera que no estaba nervioso. Su corazón latía desenfrenado, sus manos y nuca sudaban un poco avivando su nerviosismo. Aún cuando Namjoon lo había acompañado a ese centro, no podía evitar sentir demasiadas emociones, ansiedad. ¿Temor?

La única puerta por la que había entrado se abrió permitiendo ver el rostro con el cual había estado soñando y que apreciar por el encierro, se veía bastante bien. Venía esposado, acompañado de dos guardias que se mantuvieron en las cercanías de la salida mientras ellos dos tomaban asiento alrededor de una mesa cuadrada y pequeña.

—Hyung, que alegría verlo.

Su sonrisa socarrona no se perdía y JungKook se preguntó sí había hecho bien en venir a visitar a su gemelo.

—Pediste por mí, aquí me tienes.

El silencio lo puso más inquieto, intentando evitar el contacto visual directo con el menor. Su mirada tan fija lo amedrentaba y en el fondo, en alguna parte de su subconsciente la culpa lo taladraba como si aquel ser humano con el cual compartía sangre y ADN frente a él fuera su más grande responsabilidad. Y no lo era.

—¿Cómo ha estado?

No debía sorprenderle su cinismo; su pregunta irónica como si ambos estuvieran pasando la tarde bebiendo un rico café.

—JungHee, ¿qué es lo que quieres realmente?

—Intento ser amable con usted, hyung, ya que me encerraran por muuuucho tiempo, supongo que su vida será de ensueños junto a su noviecita ahora que se deshicieron de mí.

—Nos hiciste daño a ambos —mencionarlo no le gustaba— yo no sabía sobre ti, y puede que suene a excusa, pero es así. Nada de esto estaría pasando si hubiéramos crecido juntos —dijo, sincero— estoy seguro que habríamos tenido una gran...

—No me venga con el sentimentalismo —le cortó, sin emoción.

JungKook no entendía nada y mientras más tiempo pasaba ahí metido su malestar acrecentaba todavía más.

—¿Qué pretendes?

—Ya le dije, preguntarle sí está bien —ladeó la cabeza, haciendo una mueca con la comisura de sus labios que no llegaba a ser una sonrisa— madre se ha encargado de pintarle una realidad bastante bonita al parecer, y no la culpo, debía cuidar de su niño favorito, del enfermo y tan adorable JungKook. Del mayor —ironizó.

—Créeme que no fue tan bonito, tengo algo de noción del pasado y puede que te haya olvidado o bloqueado ante los traumas, pero mi vida no ha sido fácil tampoco.

—Al menos no se compara con la mía —musitó en un tono gutural. Ambos se quedaron en silencio un largo rato, mirándose fijamente como si con eso pudieran transmitirse todo lo que sentían. Hasta que JungHee decidió retomar la palabra— ¿No le pesa seguir a lado de la persona que nos separó? —entendió que se refería a Youjin— o saber que tu propio hermano le causó tanto daño, eh. ¿Qué se siente mirarla a los ojos? —se apoyó de la mesa, inclinándose más al mayor— ¿Qué se siente que al mirarte a la cara, en realidad está mirando a su acosador, al que la traumo que seguramente hasta pesadillas tuvo?

JungKook quiso llorar, comprendía perfectamente lo que JungHee pretendía y mal que le pese lo estaba logrando.

—Jamás te vas arrepentir —se levantó, imponiéndose sobre el menor que no paraba de mirarle— y jamás te vas a detener, pero ten en cuenta una sola cosa, JungHee. Youjin va estar tranquila de ahora en más y va volver a ser feliz. Eso te lo aseguro.

Le crispó escuchar reír a su hermano como si le hubiera contado un buen chiste. Sin embargo, se obligó a salir de aquel lugar sin despedirse, no soportaría un segundo más dentro. Apenas colocó un pie fuera de aquel horrible y tenebroso lugar no pudo contener devolver su estómago. Aflorando un tumulto de emociones que dieron paso al llanto y de no ser por Namjoon que estuvo a su lado, lo más seguro es que se hubiera derrumbado por completo.
•••

Por eso una vez mas decidió callar. Mentirle a Youjin sabiendo que no se lo merecía. Pero como le había dicho a JungHee, él se iba a encargar que ella estuviera tranquila y fuera feliz, de protegerla de todo mal. Solo que aquello se vino abajo cuando la vio en el juicio contando todo lo que había vivido junto a su gemelo, las cosas horribles y nefastas que le había hecho. La fatídica noche que narró con detalles porque su mente pudo abrirse paso recordando todo. Y la admiró, por hacerlo con un temple que a él se le hizo calmado, aún cuando para ella era lo más desafiante y doloroso de evocar.

JungKook no tuvo el valor suficiente para mirarla a la cara después sintiéndose culpable una vez más. ¿De qué? Ni el lo sabía siquiera. No sabía nada en realidad. Y la rabia que le daba que del otro lado de la sala, JungHee tuviera sus ojos puestos en ella, con un brillo que se asemejaba a la fascinación y alguna emoción que no supo descifrar.

Si para Youjin fue difícil, para él lo fue todavía más. Tener que hundir a su propio hermano con sus propias palabras dolió en lo más recóndito. Sentía que estaba traicionado algo. Pero lo hizo, sin titubear, sin retener detalles que pudieran servir al caso. Aunque todo estuviera más que resuelto cuando el juez dictó sentencia enviando a Jeon JungHee por muchos años a un centro psiquiátrico de máxima seguridad.

Al fin había acabado la pesadilla de ambos.

Y estaban juntos, una vez más. Conteniéndose el uno al otro. Sanos y salvos.

Días después.

Youjin dejo caer con despreocupación su pequeño bolso con algunas de sus cosas. JungKook detrás se encargó de cerrar la puerta y de recibir a la mascota de ambos. Todo era silencio mientras se quitaban las capas de abrigo. Habían llegado de una sesión de película en el cine. Youjin había apartado una sala con todas las comodidades para que tengan una tarde noche en pareja con la intención de salir de la monotonía o de aquella extraña distancia que tenían.

Ella era quien de repente comenzó a aislarse de un momento a otro y al ver que JungKook no preguntaba por ello o hacia el intento de averiguar, tan solo dejó que las cosas fueran tomando su forma, y estaba harta de vivir en la incertidumbre.

—¿Quieres un té, cerecita o prefieres que prepare la cama y te acuestas?

Volteó, dejando algo sorprendido a su novio al tener lágrimas acumulándose en sus ojos. De repente el ambiente se había puesto tenso.

—Ya se que quieres decirme algo y no te atreves, cada vez que lo intentas te callas y solo me besas o me abrazas y me dices que todo va estar bien —habló tan rápido que él tuvo que hacer un pequeño esfuerzo por entenderla— no soy tonta, Kook. Incluso nos damos la espalda para dormir —musitó, cabizbaja, intentando no quebrarse— ¿Qué ocurre? Tienes que decírmelo, no me trates como a una indefensa que no va poder reaccionar bien ante una mala noticia. Tú no, por favor —lo miró a los ojos— dímelo.

JungKook sintió su garganta contraerse, arder al tragar. Sus ojos picando por las lágrimas que parecían querer acumularse. Su corazón retumbando dentro de su pecho le pedía que se callara, que no lo hiciera pero su razón le instaba a ser sincero por primera vez en muchos días.

—Pasado mañana por la tarde debo viajar a Tokio —soltó de una.

Silencio.

Sus ojos conectados con sentimientos y emociones que eran fácilmente descifrables para los dos.

—Sabes que te amo, ¿no? —dijo entre la congoja y ternura.

—Lo sé —asintió él, dejando escapar la primera lágrima.

—Y que siempre te voy apoyar —le siguió ella con grandes lagrimones empapando sus mejillas. Su corazón pedía a gritos que no lo dejara ir— puede funcionar.

—Esta vez no, Youjin. —acortó el espacio entre ambos, sosteniéndole las mejillas, secando inútilmente sus lágrimas y queriendo no hacerlo— Yo también te amo, y eres la mujer más importante en mi vida, pero necesito irme, necesito largarme lejos de todo esto. Necesito pensar.

—No fue tu culpa, no lo fue, JungKook.

—También lo se —unió sus frentes, cerraron los ojos disfrutando la cercanía a pesar del amargo momento— pero mi cabeza no lo quiere entender, necesito respuestas, necesito encontrar mi propio camino, y si me sigo quedando lo único que haré será arrastrarte a mi pozo y no puedo amarte así, en medio de la oscuridad  —Youjin sollozó, JungKook besó sus mejillas y sus labios, le dolía tener que hacer eso— los dos sabemos que lo de JungHee fue un quiebre, que por más sentimientos haya hay cosas que van a estar en el medio de los dos si no se repara a tiempo —expresó, obligándola a mirarle— y no quiero que terminemos odiándonos, no quiero que tú te pierdas ayudándome, ni que dejes tu vida de lado por algo que solamente yo puedo hacerlo.

—Quiere decir que… debemos despedirnos.

—Sí.

Volvió a sollozar, escondiendo su rostro en su pecho. Dejándose rodear por esos fuertes brazos que la hacían sentir segura. Segundos después le rodeó la cintura sintiéndolo temblar y llorar. Al separarse, ella fue quien le secó las mejillas con entera delicadeza, admirando sus lunares y  aquellos ojitos que parecían contener estrellas brillantes en sus pupilas.

—Al menos me alegra saber que buscarás tu propio camino y que cumplirás tus sueños —lo besó en varias partes del rostro, escuchando el sollozó de él— prométeme que buscarás ganar todos los combates, que trabajarás duro y que conseguirás ser feliz.

—Lo intentaré —dijo con la voz hecha un hilo—  Youjin, te amo, me has hecho el hombre más feliz de este mundo, gracias a ti aprendí a ser fuerte, a sentirme amado y único —volvió abrazarla una vez más no queriendo soltarla jamás— no me odies, por favor.

—No te odiaría jamás, cariño, jamás podría —y rozando sus labios le susurró— te amo, JungKook.

Se abrazaron, fuerte. Lloraron y aunque todo era en el marco del dolor por la despedida, ambos sabían que solo era el principio de grandes y drásticos cambios para sus vidas.

La gran sorpresa es esta:

HABRÁ SEGUNDA TEMPORADA DE LOVE SCENARIO ✨💕🥳

Qué pensaron? Que el CheKook terminaba ahí?? No no, ahora los veremos en otro momento, más maduros y con JungKook como boxeador. 😏
Está noche lo más seguro, este subiendo la presentación de personajes. Así que espero verles ahí. 😉

Bueno chiquis, hemos llegado al final de esta hermosa historia que me lleno de tantas emociones buenas como malas. Ame escribir la historia de JungKook y Youjin (Cherry). Gracias a ustedes por todo el amor que recibió Love Scenario: cada voto, cada comentario, cada lectura. Realmente me hizo feliz cada que publicaba y leía sus teorías y sus descargos 🤭 Está historia creció tanto en tan poco tiempo que todo se lo debo a ustedes y su gran apoyo. Me disculpo por los errores y por si momentos fueron capítulos aburridos pero hice lo mejor que pude.

Quiero agradecer mucho, mucho a BlueWriterYL ella fue quien me ayudó a encontrar el título para esta historia, me leyó  y escuchó en los audios por Whatsapp contándole spoiler e ideas. Deluleamos muy fuerte con el CheKook y con los personajes de sus historias 🤭 realmente se armó una bonita amistad gracias a la escritura y bts. 💕

Gracias por todo, les amo mucho.

💟💟💟

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