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𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝟱.

⌜Sólo recuerda que estaré a tu lado⌟
Let there be love - Oasis.
•••

No había podido dormir del todo bien luego de la crisis de la cantante que culminó en nada, porque tanto Kira como HoSeok le pidieron que se marchara al dejar a Cherry recostada en su cama. Preguntándose si ella estaba bien, si aquel hombre desagradable se había propasado más de lo que él había sido participe y de tan solo pensar que eso podría haber ocurrido, la rabia ahondaba en su interior queriendo darle su merecido a ese tipo. No podía concebir como alguien así podía propasarse con una mujer, de tan solo pensar que eso podía pasarle incluso a su prima —a quien consideraba como su hermana— le hirvió la sangre. Le había preguntado a Dahyun si sabía sobre el estado de la Idol, pero está tampoco sabía nada de lo sucedido y prefirió dejarlo así hasta el otro día en que esperó expectante en el comedor mientras desayunaba con algunos de sus compañeros.

Cherry apareció tiempo después junto a Kira. Se veía bien, risueña, como si nada hubiera pasado. Sintió tranquilidad, aunque no del todo hasta preguntarle directamente a la chica. La observó servirse el desayuno, recayendo en que se servía poca comida, algunas frutas y una taza con té. Eso no era un buen sustento para iniciar, pensó, y menos luego del día de ayer en que trabajó sin descanso terminando con un desmayo a causa de la impertinencia de un atrevido. Terminó su taza de café, comparando todo lo que él había ingerido que era bastante. Tenía muy buen apetito, le gustaba comer y mantener sus músculos requería de bastante proteína y varios bocados al día. Muy diferente de Cherry quien debía mantener su bajo peso con comidas en pocas y controladas  porciones. Aunque a veces su madre la obligaba a comer de más.

JungKook esperó a que todos terminaran para dirigirse a lo próximo de la agenda, otra sesión de fotos a orillas de la playa. Se acercó, cruzando miradas con la cantante quien rápidamente la apartó, está le susurró algo en el oído a su asistente y salió a pasos rápidos del lugar dejando a JungKook algo confundido. Saludó con una reverencia a las personas en la mesa siendo correspondido amablemente.

—Buenos días.

—Buenos días, JungKook.

Kira se levantó, llevándose con ella al pelinegro. Respondiendo a la pregunta no formulada del chico.

—Ella está bien, mejor, solo fue un mal rato.

JungKook no se convenció de esa simple y actuada respuesta. Cuando la sostuvo la sintió temblar terriblemente, su delicada mano femenina aferrándose a su pecho como si fuera su último aliento de refugio. Y ahora, ¿por qué le rehuía? Sin embargo, no dijo más nada. No quería propasarse de sus funciones como guardaespaldas e incomodar. Se quedó callado siguiendo a los demás, disfrutando del paisaje de la isla.

—Ten, para el calor.

Dahyun se colocó enfrente, sosteniendo un vaso enorme de un refrescante batido multifrutas que JungKook recibió agradecido con una enorme sonrisa. Odiaba el calor, lo sufría y aquello fue un alivio en medio de ese hermoso oasis. Junto a la castaña observaron la grabación de la Idol resguardados en la casilla donde se encontraban las reposeras. Habían cerrado parte de la piscina del hotel para que grabarán tranquilamente varias tomas. Para suerte de ellos, si todo salía bien, la tarde estaría libre, de modo que podrían disfrutar del complejo sin problemas ya que al otro día regresarían a Seúl.

—¿Has encontrado algún sitio?

—Si —respondió relamiendo su labio inferior saboreando los restos de batido— YuGyeom me estuvo platicando que tiene una habitación libre en su apartamento y que si quería podría mudarme con él, lo ayudaría con ciertos gastos y todo se volvería más fácil.

—Se han vuelto muy amigos, ¿no es así?

—Algo así. Él realmente es una gran persona. Me hace reír mucho.

—Me alegro mucho entonces —la mano femenina se apoyó levemente del bícep desnudo del chico gracias a la camiseta sin mangas que llevaba— estabas tan preocupado por encontrar tu espacio.

—A SungHoon hyung le va alegrar y sobre todo a su esposa —asintió, mirando a sus pies— aunque digan que mi presencia les agrada y les alegra tener a alguien que juegue con su hijo.

Ambos rieron, JungKook desviando la mirada momentánea hacia Cherry unos metros más adelante, está los miraba fijamente, demasiado huraña para lo que tenia que hacer. Su mal humor activándose. Minutos más tarde, la grabación se detuvo por un pequeño descanso dónde Youjin bebió agua, picando un par de frutas perfectamente cortadas como snack, siendo retocada en el maquillaje y cabello. Suspiró sintiendo a Dahyun detrás arreglando su vestuario, un vestido de tela ligera color blanco con breteles que se cruzaban a su espalda.

—Déjalo así —comentó con algo de brusquedad dejando a las chicas mudas a su alrededor. Haciendo sentir la tensión.

La castaña juntó sus manos, entrelazándolas, inclinando levemente su cabeza para alejarse unos centímetros detrás. Las demás lo hicieron segundos después en que Hyunjeong avisó el retome de las grabaciones. Youjin suspiró evitando pensar de más, formando una falsa sonrisa cuando las cámaras se encendieron y la enfocaron con el mar detrás. Cumplió al pie de la letra con el libreto que le habían dado para aprenderse, incluso había agregado algunas palabras improvisando un poco quedando perfectamente en las tomas. El corte del camarógrafo la hizo suspirar enormemente, se reverencio ante todos agradecida del buen trabajo en equipo de igual manera que la felicitaban a ella. Se acercó hasta el pequeño bolso transparente dónde tenía un par de sus pertenencias, como bloqueador, lentes de sol, maquillaje, entre otras cosas. Se sentó en una de las reposeras bebiendo de su botella de agua perdiéndose en pensamientos.

—Señorita Kim —elevó la cabeza para mirar a la cara a su guardaespaldas— ¿quería saber cómo se sentía?

—Bien —y ahí estaba la frialdad de nuevo, pensó, JungKook, la del principio, quiso restarle importancia yendo directo al grano.

—Si necesita algo, no dude en pedírmelo.

Youjin se levantó tomando su bolso, colocándose los lentes de sol sobre su rostro, expresando con algo de amargura en su voz.

—Si, que hagas bien tu trabajo, eso necesito.

JungKook no supo cómo reaccionar ante aquellas palabras carentes de emoción. ¿Indignado, tal vez sea la palabra? ¿Confundido? También como se sentía al no saber qué había hecho mal si el otro día, la misma cantante en persona le había obsequiado una ofrenda de paz excusándose por su mal comportamiento. Dejó que su molestia ganará, así que solo se quedó en silencio acompañando a todo el staff de vuelta al hotel. Una vez que vio al grupo disolverse por sus propios caminos, avisó a su compañero que caminaría un rato solo por la playa. El hotel en el que se hospedaban quedaba frente a una exclusiva playa privada, caminó a lo largo de la costa con los pies descalzos metidos en el agua cristalina. No supo cuánto tiempo había pasado, pero se detuvo a descansar al encontrar unas cuevas rocosas dónde daba una fresca sombra. Se quitó la parte de arriba quedando con el torso desnudo, dejando la prenda sobre su calzado en la arena, con sus brazos alrededor de sus rodillas observando las olas romper en la orilla.

Suspiró cerrando sus ojos, dudando nuevamente en dejar su nueva vida y volver a Busan. Fingir que ya no dolía le estaba costando demasiado, olvidar aquel horrible momento en que vio a la que pensó el amor de su vida romper en mil pedazos su corazón era casi imposible, preguntándose nuevamente qué había hecho mal. La había amado, adorado e proponiéndose ser el buen hombre que creía ella merecía, pero darse cuenta que nada de todo el esfuerzo hecho valió la pena le destrozaba al punto de cuestionarse si en el proceso se había perdido a si mismo y eso le dolió mucho más. Entender que se había decepcionado a si mismo por complacer a alguien más que no supo valorarlo. Suspiró, metiendo su mano dentro del bolsillo de su pantalón corto de playa, extrayendo aquel anillo de compromiso que había comprado con tanto anhelo, aquel que le había exigido a su ex devolvérselo la última vez que la vio.

Sentía un poco disgustado, y pensar que se había inventado un cuentos de hadas en su cabeza para terminar cayendo en una dura realidad. Una donde aquella mujer por la cual seguía teniendo sentimientos se había vuelto una extraña, una que debía ser parte de su pasado. Impulsado por alguna clase se emoción arrebatadora apretujando en el medio de su pecho, se colocó de pie caminando hacia el agua, observó la argolla con un pequeño diamante en medio rodar entre sus dedos índice y pulgar, aspiró una gran cantidad del aire fresco y con fuerza lanzó aquella joya hacia el mar dejando que aquella inmensidad se tragara una parte de su pasado y esperaba que su pesar también.

Entonces la estás pasando bien.

Asintió pausadamente. Estaba hablando con sus primos a través de una videollamada. Luego de la caminata solitaria había vuelto a su habitación, tomado un baño e hizo una pequeña siesta, al despertar se encontraba solo por lo que decidió admirar el atardecer desde el pequeño balcón.

—Es hermoso, algún día debemos venir los cuatro, hacer un viaje fuera de Corea —sugirió, JungKook.

A appa le encantaría —dijo Chaewon, imaginándose en un lugar paradisíaco con sus tres hombres favoritos— oye oppa, ¿y cómo va todo con Cherry? Es divina, ¿verdad? Te tengo cierta envidia.

JungKook sonrió ladinamente con algo de ironía, divina no era exactamente la palabra que usaría para describir la personalidad de la cantante. Realmente no había tenido tiempo de conocerla y tampoco es que le apetecía hacerlo con lo poco bien que se llevaban. Otra razón que le hacía querer desistir del trabajo.

Ten paciencia, tal vez la presión la obligue a comportarse así.

—Realmente no la entiendo, hyung.

Namjoon sabía absolutamente todo de cómo se sentía el pelinegro. Era al único al que le contaba su travesía y este intentaba ayudarlo con positivas palabras, pero le era imposible si la chica le ponía trabas cada que quería acercarse a ella. ¿cómo podría protegerla si la relación entre ambos era tensa?

Su curiosidad aumentó un poco. Todos hablaban maravillas de Bloom Cherry, en la empresa todos la adoraban, los artistas más pequeños la idolatraban. Su grupo de trabajo la deshacía en halagos. Incluso se llevaba muy bien con YuGyeom, como esa misma tarde la vio detrás de su compañero. Dudó sobre ingresar de nuevo algunas páginas, había dejado de lado sus redes sociales por la cuestión de su ex prometida. No era alguien que expusiera su vida, pero hasta borrar las pocas fotos que tenía con Sakura se le había dificultado. Chasqueó su lengua escribiendo en el buscador de Instagram el nombre de la Idol —o como supuso estaría— le picó a la cuenta verificada viendo los más de cuatro millones de seguidores y las quinientas publicaciones que tenía. Su curiosidad en aumento hizo que espiara la última publicación que había hecho hacia unos minutos atrás.

Se veía tan pacífica y deslumbrante, tan diferente de la Cherry que lo había tratado mal esa misma tarde. Jugó con su lengua golpeteando las paredes de su mejilla, bloqueó su celular dejándolo sobre la mesa de vidrio dedicándose a contemplar el mar. Escuchó la puerta de la habitación abrirse y a los segundos a YuGyeom sentarse a su lado.

—¿Qué haces?

—Nada.

—Pareciera que tuviste un día horrible —le quería dar toda la razón, pero eso significaba contarle lo sucedido— vamos —palmeó su pecho con el dorso de su mano— te invitó unas copas, descubrí un bar en la playa que venden tragos exóticos. Te va encantar.

JungKook se desperezo extendiendo sus brazos hacia arriba, dudando de si era lo correcto salir. YuGyeom lo instó nuevamente porque se había enterado por la misma cantante el tonto inconveniente, así que supuso que su compañero necesitaba relajarse y olvidarse de los dramas, y como JungKook no sabía decirle NO a las insistencias del azabache, terminó aceptando y siendo arrastrado hasta aquel bar abierto frente a la playa. Dónde la música con ritmos tropicales sonaba haciendo bailar algunos turistas. Los tragos exóticos aunque preparados con fuerte alcohol, lo dulce escondía aquello logrando que quieras un vaso más.

—Así que por eso llegaste a Seúl.

Y que el quinto porrón de cerveza ayudara JungKook a confesarle a su compañero su aventura desamorosa.

—Sip, soy un cuernudo.

YuGyeom evitó reírse, comprendiendo que no era el momento de hacerlo ni de hacerse el gracioso con comentarios sarcásticos.

—Oye, piensa que es mejor haberte enterado que vivir en una mentira —cierto, pero aún así no dejaba de doler— yo no sufrí un desamor, mi padre simplemente se decepcionó de que no quisiera seguir sus pasos como abogado.

Ambos se habían contado sus penas conociéndose un poco más. Ahora que serían compañeros de piso debían confiar el uno en el otro. JungKook sintiéndose demasiado cómodo con el chico no se le hizo difícil hablar. Volvía agradecer tener a su lado una persona que lo ayudaría en aquel extenuante trabajo donde debía proteger a cierta pelinegra pecosa de cabello azabache con tremendo carácter que no entendía. Bebió de su cerveza con las palabras acusatorias enredadas en su lengua a punto de soltarlas. Se calló a si mismo al ver cómo un grupo de chicos y chicas iban repartiendo unos flyers avisando de una fiesta a orillas de la playa donde habría no solo música para bailar sino un espectáculo de fuegos artificiales. El pelinegro entusiasmado por ver aquello —e estimulado por el alcohol en su sangre— obligó a YuGyeom a ir, este igual o peor de emocionado lo siguió.

Unos metros caminando, encontraron a la multitud bailando a orillas de la playa. Había un dj pasando música desde una cabina improvisada, luces de colores iluminando la noche estrellada, la algarabía y alegría contagiando a cualquiera que llegara al lugar. Se sumaron al ver que casi todo el staff se encontraba ahí, pero lo que a JungKook le llamó más la atención, fue ver a una Cherry desenvuelta y risueña bailando junto los demás. Se veía bonita tan despreocupada, moviéndose al compás de una canción con ritmos latinos, cantando como si las preocupaciones de su ajetreado mundo no existieran, no dándose cuenta que se le había dibujado una sonrisa de satisfacción. YuGyeom codeándole en las costillas lo sacó de aquella escena advirtiéndole que alguien se acercaba directamente a él. Sonrió divertido al ver a Dahyun saltando cual bailarina de ballet, la castaña le sujetó de la muñeca llevándolo con ella a la improvisada pista para que se sumará con los demás.

Tal vez era el alcohol que había ingerido, o el buen ambiente que se desplegaba con la gente a su alrededor bailando y disfrutando que le tomó cero importancia cuando mujeres mayores que él, desconocidos les invitaron a bailar. Por un momento se había olvidado de sus propias preocupaciones y tristezas y solo disfrutó de una noche entre risas y libertad.

Volteó sobre la cama quedando boca arriba para seguir durmiendo plácidamente, eso se vio interrumpido cuando escuchó la vibración de su celular sonar sobre la mesa de luz al lado de la cama. Había jurado que lo había apagado para ponerlo a cargar. Giró quedando de costado queriendo ignorar la molestia, pero alguien parecía llamarlo con insistencia. Resopló, moviéndose por el colchón y agarrando a ciegas el aparato, deslizó su dedo por el círculo verde de la pantalla táctil con sus ojos entrecerrados sin fijarse el nombre, llevó el auricular a su oído esperando escuchar a la persona del otro lado.

JungKook —reconoció la voz de Kira— perdón que te despierte a estas horas, pero necesito que tú y YuGyeom bajen en este mismo instante.

Alejó el teléfono observando la hora en la parte superior de la pantalla. Las tres de la madrugada. Después de disfrutar un buen rato de la música en buena compañía y el espectáculo de fuegos artificiales habían vuelto a sus respectivas habitaciones pasando la medianoche. En ningún momento hubo problemas y todo había salido más que bien. Él se había divertido tanto que había hecho amigos con turistas de otros países. Así que al volver a su habitación junto a su compañero, ambos habían caído rendidos en la cama.

—¿Y ahora que pasó? —su voz ronca hizo sentir pena a la mujer, no quería despertarlo por una tontería, pero lo que ocurría no lo era.

Es Youjin, no está.

—¿Cómo que no está?

Cuando llegamos ella iba a prepararse para descansar, así que la deje para que realizará su rutina, pero en eso recordé que tenía algo de ella y fui a su habitación, entre y no estaba, pensé que tal vez había bajado a comer algo fresco ya que dejó su celular aquí, pero hace más de dos horas que no regresa y estoy entrando en pánico.

JungKook refregó sus ojos, suspiró hondamente dándose fuerzas para levantarse. Se sentó en la cama con el celular en su oído, giró su torso viendo a YuGyeom dormir profundamente en la cama de al lado. Una pequeña brisa entraba a través de la ventana que dejaron abierta, una noche estrellada de luna llena.

—Iré a buscarla por la playa.

Dahyun y Hyun me ayudarán también, avísame si la encuentras —él asintió a pesar de que no lo veía— y JungKook, muchas gracias.

Deberían pagarle mucho mas, pensó.

Jamás pensó terminar de niñero con una mujer que compartía su misma edad. Cuando SungHoon le había comentado sobre su trabajo de guardaespaldas, tenía ciertas expectativas que atrajo su atención, pero esto. Tener que buscar entre medio de la oscuridad, por la orilla de la enorme playa vacía a una chica no era lo que tenía en mente. Peor, ¿quién en estos tiempos no tiene el celular encima? Solo una loca como ella. Como Cherry que provocaba hasta al más tranquilo de las personas. Gruñó en descontento por sentir un poco de frío, se había colocado una camiseta sin mangas y el viento en aquella área golpeaba. La arena mojada le impedía caminar rápidamente. No estaba tan pendiente de lo que veía sino de sus pensamientos negativos hacia la Idol que se encontraba sentada sobre la arena más adelante.

El descaro.

Estaba indignado por la tranquilidad que la pelinegra demostraba al estar contemplando en silencio el mar. Aceleró el paso haciendo que la arena salpicase por todos lados, la llamó en voz alta, pero ella ni siquiera volteó —las olas rompiendo y sumergida en pensamientos no la dejaban— JungKook lo sintió como una burla el que Cherry estuviera jugando con la estabilidad de su equipo al tenerlos preocupados, aunque sea se hubiera dignado en avisar de su huida. Sea cual sea la excusa, no tenía derecho de irse así como si nada y ponerse en peligro a ella misma.

—¡Yah! ¡Tú!

Youjin parpadeó, aleteando sus pestañas cuando sintió la gigante presencia a solo centímetros de su persona salpicarle con la arena, se sentía pequeñita al lado de tremendo gigante con la vena en su sien a punto de explotar. Podía ver las finas facciones del varonil rostro de su guardaespaldas gracias a que esté llevaba su cabello atado en una coleta. Una representación de inmaculado blanco con sus fuertes brazos expuestos… y sus tatuajes. Aquellos que le dejaban ver a Youjin que él tenía una manga de pura tinta, de su hombro hasta la muñeca. No teniendo tiempo de detallar cada dibujo porque un JungKook molesto le alzó la voz.

—¿Qué no escuchas cuando te hablo?

—No es necesario que me grites, ya te escuché.

Youjin se levantó, resoplando mientras limpiaba su vestido de los restos de arena.

—La están buscando, ha desaparecido, ¿le parece correcto preocupar a todos? —no hubo respuesta y eso aumento la molestia en él— se está comportando de manera infantil, a este paso logrará lo que tanto ha querido, que desista y me largue de este trabajo.

—¡Yo no quiero lograr nada!

—Entonces no entiendo porqué su mal trato hacia mi persona, no le hice nada.

Youjin sabía que el pelinegro tenía razón. Puchereó cruzada de brazos soltando un alarido de frustración.

—No es eso, no lo entenderías.

JungKook pudo vislumbrar los ojos brillantes de la cantante, advirtiéndole que está lloraría, así que buscó calmarse en un intento por ser amable y paciente. Frotó con suavidad su entrecejo hablando más calmado.

—Tal vez si intentará explicarme las cosas podría entenderla señorita Kim.

—Yah, no me llames así, llámame por mi nombre o Cherry —quiso sonreír más se contuvo. A Youjin no le quedó más que confiar en él y decirle cómo se sentía en ese momento— tengo miedo, estoy cansada de tenerlo —hizo una pausa sintiéndose vulnerable— tú no eres el que sufre los constantes acosos de una persona a la que no conoces su rostro ni su identidad y de la cual no sabes que esperar porque... —su voz se iba volviendo débil con cada palabra— piensas que me alegra saber que me tienes que defender de un loco. Y si te pasa algo, si te hace daño será mi culpa —él estaba en desacuerdo con ello, pero entendía el punto de la chica— lo siento, me sigo comportando como una idiota, solo necesito que estés atento a todo, nada más, si después quieres casarte con Dahyun o con cualquiera da igual —lo repensó, recordando— no da igual porque no se puede, en el contrato esta...

—Señorita Kim —esta lo miró fulminante al llamarla tan formalmente— Youjin —le daba gracia lo berrinchuda y las expresiones que hacia— no me interesa relacionarme con nadie más que laboralmente, soy amable porque así me han tratado y supongo que así debe ser para con los demás. Dahyun es una buena compañera, amigable, pero no me interesa como mujer. Así que puede quedarse tranquila.

—Yo no dije nada —se encogió de hombros, haciéndose la desentendida. Está vez JungKook si sonrió dejando a la cantante deslumbrada por aquella sonrisa de lado.

—Puede quedarse tranquila, estoy a sus órdenes y la defenderé siempre.

—Deja de tratarme como usted, tenemos la misma edad, lo sabías.

—Usted es dos meses mayor que yo —Youjin se quedó boquiabierta, ofendida por aquel detalle que no debió mencionar— además, es mi jefa, así que debo tratarla con respeto.

—Entonces como tu jefa te ordeno que me trates de igual, aparte, en Corea se abolió lo de los años coreanos —la expresión divertida en el rostro de JungKook pareció avergonzarla mientras a él le parecía divertido que se enredará con las palabras— así que… lo que quiero decir es que dejes de tratarme como usted, ya te lo dije, Youjin o Cherry, ¿entendido?

—Si, jefa.

Hizo un gesto al estilo militar y Youjin un poco menos cohibida se atrevió a golpearle el brazo en reproche. De un momento a otro, ambos se encontraban corriendo por la playa riéndose de tonterías.


El camino de regreso fue en total silencio. Aunque los dos coincidiendo en que era cómodo. Habían hecho una tregua olvidando los malos ratos. JungKook le había avisado a Kira por medio de un mensaje que Cherry ya se encontraba salva y sana con él. Que la acompañaría hasta su piso y se aseguraría de hacerla ingresar a su habitación. Youjin no se negó tampoco a la compañía porque estaba más que feliz y satisfecha, aunque seguía avergonzada por su pasado comportamiento.

—Bueno, llegamos.

Se detuvieron frente a la habitación 815 dónde se hospedaba la idol.

—Que descanses.

JungKook volteó con la intención de volver a su habitación a descansar, pero la voz de Cherry lo detuvo. Sus enormes ojos le llamaron la atención e involuntariamente desvió su mirada hacia las pecas en el rostro femenino.

—Gracias por cuidarme.

—Hago mi trabajo.

Asintió, algo tímida por lo que estaba pensando y quería decirle.

—Quiero decir, gracias por ayudarme en mi peor momento, jamás nadie tuvo la suficiente paciencia como para acompañarme en una de mis crisis —sus ojos se cristalizaron sin querer— y tú supiste hacerlo. Me trajiste paz.

Eso sonó demasiado fuerte para JungKook. Jamás nadie le había dicho algo así, ni siquiera...

—Estaré ahí para usted, para cuando lo necesite. No dudes en buscarme.

—Tú también —se acercó, sujetando una de las manos del pelinegro entre las suyas haciéndole sentir escalofríos a él— prométeme que si llegas a tener algún ataque de asma irás a pedir ayuda, puedes recurrir a mí si te hace sentir incómodo hacerlo con alguien más.

Otro escalofrío más fuerte recorrió su columna. Miró la unión de su mano con las de la chica sintiéndose raro de repente.

—Lo prometo —respondió, mirándola a los ojos.

Youjin le sonrió satisfecha. JungKook esperando a que entrara a su habitación despidiéndose una vez más.

Ambos con el mismo pensamiento a la vez. Tal vez ahora SI sería el comienzo de algo nuevo.

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