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𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝟯𝟭

⌜Nada importa, excepto tú⌟
Nothing matters but you - Madison Beer.
•••

En silencio pidió los tres deseos, abrió los ojos soplando las velas y sonriendo al escuchar los aplausos de sus acompañantes. Luego de aquel interesante e intenso amanecer, la pareja dorada volvió al hotel para tomar un baño y descansar, pues tenían un almuerzo especial con la familia de JungKook en la casa. Incluso su tía había llegado desde Daegu solo para estar con él y sus hijos. Youjin lo había planeado junto a Chaewon y Namjoon, por lo que al pelinegro no le sorprendía nada de lo que su cerecita estaba haciendo.

Habían preparado comida deliciosa y comprado una torta de frutas. JungKook se sentía tranquilo, cómodo y en familia. Como si no supiera que a su lado estuviera su novia Idol la cual debía despedir luego pues ella volvería a Seúl para que siguiera con sus actividades y él quedarse en Busan para seguir con lo del boxeo. Al menos disfrutaría de tenerla un rato. Tampoco le sorprendía que su familia lo hiciera, su tía YeWon estaba encantada con su novia, su tío MinJoon no paraba de mantenerla al tanto de los planes que tenían para el ex guardaespaldas mientras NamJoon añadía su estrategia de alimentación y Chaewon quitaba fotos. Hacia años que no sentía esa sensación familiar de paz, desde que su madre se había ido dejándolo solo en el mundo.

Se había alejado para tomar un poco de aire. No porque se sintiera sofocado, sino para respirar, desde la mañana sentía su pecho doler, como si estuviera por tener alguna crisis y eso era extraño. La mayoría del tiempo su asma se activaba por algo nervioso o demasiado estrés, pero no había pasado nada realmente grave como para eso. Así que se le hacía extraño, o tal vez sentía preocupación ya que tenía que hacerse unos análisis especiales requeridos por la misma Federación antes de iniciar en el mundo del pugilismo. No quería que por su afección todos sus sueños se vieran detenidos.

Notó unos brazos rodearle la cintura desde la espalda, sonrió al sentir como la cantante depositaba un beso sobre su hombro, enterrando su rostro luego. Enlazó sus manos, volteó hacia ella para besar sus labios despacio. Aprisionó las mejillas de su cerecita originando que sus labios hicieran una forma de O. Ante la queja incomprensible de la cantante no dudó en reírse, esas pecas lo tentaban desde la mañana, le besó las mejillas con ruiditos salidos de la garganta.

—¡Yah! Déjame.

—No, tengo una novia muy bonita —canturreó— con pecas adorables y mejillas mordibles.

Y al realizar la acción sin tanta fuerza, recibió un golpe en el pecho por parte de la cantante. La había hecho enojar, su risa no lo ayudaba, lo empeoraba. Así que Youjin se metió a la casa con la intención de tomar su bolso y largarse sin despedirse —en realidad solo estaba siendo dramática—. Logró salir por la puerta principal, pero antes de siquiera poder cruzar la mitad del camino fue levantada del piso obligándola a sostenerse de los hombros masculinos.

—¿A dónde cree que va, jefa?

—Bájame, ya no soy tu jefa —refunfuñó.

—Entonces con más razón, no lo haré —siguió besando su rostro, riendo por escuchar las quejas de la chica que ya no tenían tanta fuerza.

—JungKook, bájame, me estoy mareando —él negó, al estar en la parte delantera de la residencia cualquiera podía verlos si pasaban por ahí, pero al pelinegro no le importaba, estaba en su propia nebulosa— cariño, yah, sino me bajas no habrá sexo.

Él volvió a carcajearse y dijo.

—Bueno, no estoy tan desesperado.

—¡Cállate!

La situó con los pies en el suelo impidiéndole alejarse de él, sus manos le sujetaron del cuello, la derecha acariciando su mejilla hasta anclarse a su nuca para llevarla a su boca. Él sabía la forma en que la calmaría.

—No me vas a convencer —susurró sobre los labios de su novio con la respiración agitada.

—¿No?

—No —negó, sin embargo, gimoteo dejándose besar y contener una vez más. Dominada por los finos labios que se aferraban avidos a los suyos y por las masculinas manos que la sostenían fuerte de la cintura— esto no es justo, cariño.

—Eres tan hermosa, Kim Youjin.

Ella no entendía cómo una simples palabras podían derretirla y hacerla sucumbir a la presencia de su ex guardaespaldas.

—¿Ah sí? —él asintió, sonriendo, embobado ante la cercanía de la pelinegra. Le gustaba como su nariz se arrugaba cuando sonreía. Se inclinó hacia ella picoteando sus rosados labios sintiendo las manos de esta apretar el agarre en sus brazos.

—¿JungKook?

Toda aquella tonta ilusión se había vuelto en nada, se esfumó en segundos cuando frente a ellos se encontraba Sakura observándoles sin emoción alguna. JungKook sintió su corazón latir como loco sin entender la razón, al igual que Youjin, solo que su corazón si tenía razones de sobra.

—¿Qué haces aquí? —su voz salió ronca y grave, sin una pizca de amabilidad.

Sakura no pudo evitar sentir la antipatía, no obstante logró sonreír fingidamente admirando por segundos las manos unidas de aquellos dos. JungKook se dio cuenta del escrutinio fijo de su ex hacia la cantante haciéndola sentir incómoda. Podía apostar a que Sakura no tenía bonitos pensamientos en su cabeza y no iba permitir exponer más tiempo a su novia. Suspiró, volteando hacia la cantante para murmurarle.

—Entra a casa, cariño.

—¿Qué?

—Anda, entra y espérame, Chae debe querer pasar más tiempo contigo.

A Youjin no le quedó de otra más que aceptar, renuente y con lágrimas empañando sus ojos. No quería dejarlo solo y menos con aquella mujer tan hermosa y elegante que tenía una sonrisita extraña pintada en su perfecto rostro maquillado. Se soltó de la tibia mano, acomodó la correa de su bolso sobre su hombro y a duras penas se dirigió al interior de la casa.

—¿Te pregunté qué haces aquí, Sakura?

—¡Feliz cumpleaños! —dijo entusiasta, levantando en su mano dos bolsas medianas de la marca Balenciaga— vine a verte —su sonrisa decayó un poco cuando no vio más que seriedad en el pelinegro de brazos cruzados— ¿no me invitarás a pasar? Es de mala educación...

—Sabes que no eres bienvenida aquí, Sakura —espetó.

—Al menos acepta el regalo, por favor —JungKook lo dudó, no quería hacerle sentir mal, pero tampoco la quería más tiempo ahí, su presencia solo lo ponía nervioso y molesto. Suspiró pesadamente abriéndole el pequeño portón, Sakura entró queriendo acercarse a saludarlo, abrazarlo, más solo se contuvo. JungKook tomó las bolsas agradeciéndole— YunJin me comentó que fuiste a la tienda el otro día —miró hacia un costado intentando observar el interior de la casa— pero no estabas solo, fuiste con ella —hizo una pausa, ambos manteniéndose la mirada— entonces todo lo que dicen es verdad.

—Sí, Youjin estuvo aquí por su tour, al parecer les ha gustado tu marca y pasaron a ver, fue toda una casualidad.

—U obra del destino —dijo, amparada por un ilusión más que perdida— no estuve ese día, mi padre enfermó y estuvimos con él en el hospital —explicó— tuvo un infarto y lo operaron de emergencia, estuvimos a su lado cuidándolo, está mucho mejor ahora pero necesita hacer reposo absoluto.

—Que bueno —el hombre a pesar de ser muy estricto, siempre lo había tratado bien— se sentirá mejor muy pronto teniendo a su familia a su lado.

—Te extrañan, han preguntado por ti —la voz de Sakura sonó baja, melancólica. Sonrió, intentando hablar más animada— la próxima semana cumple años, le haremos algo pequeño, puedes venir.

—Gracias por la invitación pero es el cumpleaños de NamJoon y además, debo volver a Seúl.

—¿Con ella? —no quiso sonar ofensiva, pero fue así como JungKook lo percibió al decirlo con desden.

—Gracias por el regalo, Sakura —levantó las bolsas, volviendo abrir el portón con la clara intención de despedirla— envíale un saludo de mi parte a tus padres.

Está tomó una bocanada de aire, miró una última vez a la casa y luego al pelinegro, sin corresponderle al saludo tan solo se marchó rápidamente.

Al entrar, había demasiado silencio. Llegando a la sala vio a NamJoon en la entrada de la cocina, sus tíos se encontraban más atrás cuchicheando, Chaewon lo miraba con ojos inquisitivos cruzada de brazos mientras a su lado sentada en una de las sillas altas de la isla de espaldas, Youjin. Ella les había avisado sobre la llegada de la ex prometida de su novio dejando el ambiente algo tenso. Los cuatro Kim supieron que debían marcharse, por lo que los mayores salieron al patio trasero junto a sus hijos, Chaewon teniendo que ser arrastrada por su hermano al no querer dejar sola a la cantante.

El silencio solo hizo que una extraña incomodidad se implantará en el ambiente. Youjin observó las bolsas de aquella costosa marca sobre el sofá, se preguntó si a su ex se le había negado como a ella cuando le obsequió aquel outfit que usó la noche anterior en que fueron a la discoteca y que en principio no quiso aceptar. Una nueva inseguridad la invadió, sobre todo porque JungKook no había pronunciado palabra alguna desde que entró. Tan solo se había servido agua bebiendo el contenido de a poco mientras miraba un punto fijo del suelo de cerámicos.

—¿Todo bien? —preguntó, procurando sonreír y recibiendo un "ujum" de parte de su novio.

—Vino a traerme un presente por mi cumpleaños —ella quiso bufar por la ironía. Un presente bastante costoso— me saludó, me comentó que su padre se encontraba enfermo, que me recordaban, me invitó al cumpleaños de su padre que es en unos días, coincide con el de Nam hyung, luego se despidió y se fue —finalizó, terminando de beber lo poco que quedaba en el vaso dejandolo sobre la mesada para apoyar sus manos allí con su cuerpo a cierta distancia.

—¿Irás?

—¿A dónde? —volteó su rostro para mirarla, Youjin distinguió cierta hostilidad en las facciones de JungKook dudando si decir lo siguiente.

—A la fiesta de ese señor.

—No lo se —respondió, cerrando los ojos, haciendo ciertas muecas que ella no podía ver— no creo que sea lo correcto, ella y yo no somos nada.

—Pero dijiste que ellos...

—¡Eso no importa, Youjin! —exclamó con una brusquedad que a ella le hizo saltar en su lugar sintiéndose pequeña y desamparada. ¿Acaso sus dudas en el fondo de su corazón eran ciertas? JungKook supo que la había cagado cuando la vio retraerse en si misma apartándole la mirada. Respiró, acercándose, la giró tomándola por la cintura para atraerla a su cuerpo en un abrazo que resultó reconfortante para ambos— lo siento, cariño —le acarició la espalda y besó su frente, él tampoco entendía porqué la visita de esa mujer lo colocó así— ¿Qué te parece si vemos alguna película de tu agrado?

—Si, está bien.

Él le sonrió, le besó lento y dulce, recibiendo una sonrisa fingida de parte de su novia sin saber sobre sus emociones golpeando violentamente en su interior. Miedo es lo que sentía Youjin, uno lo suficientemente significativo que la hacía dudar de todo. Miedo de ser la única en enamorarse realmente a pesar de haberse dicho te amo hacia horas. Sobre todo de sentirse una pobre ilusa sabiendo que Sakura fue alguien demasiado importante para JungKook.

Salió del baño luego de una ducha, con ayuda de una toalla y pequeños golpecitos suaves secó su cabello. Habían arreglado con JungKook que se iría por la mañana, la verdad tampoco tenía tantas ganas de manejar de regreso a Seúl después de tantas emociones y menos con los recuerdos recientes de lo que hicieron aún frescos. Entró a la habitación para dejar su neceser esperando encontrar a su novio en la cama o al menos esperándola, pero todo se encontraba en silencio. Supuso que tal vez estaba en la cocina, por lo que decidió salir pensando en prepararse un té para su garganta, la sentía rasposa y algo adolorida. Aún faltaba un concierto, el último en Seúl y no podía enfermar.

¿De verdad no sientes nada por Sakura?

Si tan solo esa pregunta se hubiera hecho dos segundos después, Youjin estaría bajo la mirada de esos dos conversando en voz baja. Su cuerpo se tenso detrás de la pared que separaba el comedor de la cocina, no era su intención escuchar nada, pero sus piernas no respondían y menos ante el silencio tardío de su novio por expresar una respuesta más que debía ser más que obvia.

—¿JungKook?

—No, no lo se, hyung —su espalda baja se apoyo de la encimera de mármol, frente a él estaba Namjoon de brazos cruzados, estupefacto por esa respuesta— sabes lo que Sakura significó para mí, fue mi primer amor, estuvo cuando ocurrió lo de mi madre, ella me ayudó a terminar la escuela —suspiró, refregando su rostro— no te voy a negar que lo de aquel tipo me decepcionó, realmente acabó con todo —negó, perdido en el caos de su cabeza— No estaría con Youjin sino sintiera algo por ella.

Sintió sus piernas gelatina, retrocedió hacia atrás golpeando un mueble, el ruido llamó la atención causando que la vieran.

—¿Cariño?

—Vine hacerme un té —no supo cómo su voz salió tan clara y firme. JungKook la vio temblar preocupándole un poco, se acercó queriendo sostenerle de los brazos para abrazarla, pero ella se alejó un poco— no es nada, solo es un poco de ansiedad.

Sonrió fingidamente. Él no se daba cuenta del real estado de su novia.

—Ve a la cama, yo te lo prepararé —le acarició la mejilla de manera dulce, iba inclinarse para besar sus labios y repentinamente Youjin se alejó.

Caminó rápidamente hacia la habitación encerrándose, se dejó caer al suelo cubriendo con la palma de sus manos la boca evitando que se escuchará el sollozó. No podía ser cierto, JungKook no sería capaz de mentirle, de ilusionarla de esa manera aún sintiendo algo por otra persona. Ellos estaban enamorados, se habían demostrado muchas veces eso. Se habían dicho «te amo», no, no. Se levantó, secando sus lágrimas e intentando mostrarse tranquila.

Respiró un par de veces llenando sus pulmones de nuevo aire. No, ella debía confiar en JungKook, la sombra de esa mujer no debía opacar lo que ellos tenían. Pero... ¿y si ella se precipitó en expresar sus sentimientos y lo obligó a estar con ella cuando apenas había pasado poco tiempo de la ruptura?

La puerta se abrió, JungKook ingresó con una taza humeante de té. Youjin ya se encontraba con la espalda recostada sobre el respaldo de la cama, más tranquila aunque nerviosa aún. Lo vio acercarse a su lado, tomar asiento y extenderle la taza que agradeció con una sonrisa bebiendo un par de sorbos bajo la atenta mirada de su novio, ¿por qué la miraba como si fuera lo más maravilloso del mundo? ¿por qué, sino pudo responder que ya no sentía nada por su ex?

—¿Estás mejor, mi cerecita? —ella asintió, dejando la taza a un costado. Se deslizó rodeando los hombros de su novio, este la acomodó mejor sosteniéndola y acarició su espalda reconfortándola.

Youjin intercambió sus puestos sentándose a horcajadas, besó los labios de su novio con necesidad, sus manos le revolvieron el cabello obligándolo abrir su boca, su lengua rozó la del contrario. Sus respiraciones se vieron afectadas en segundos, ella mordió el labio inferior del pelinegro sacándole un jadeo, sus caderas comenzaron a moverse cuando sintió las manos masculinas tocar la piel de su espalda directamente.

—Youjin —murmuró entre el beso, ella lo obligó a levantar los brazos quitándole la camiseta, besó sus labios una vez más para luego besar la piel de su cuello mientras sus manos acariciando sus pectorales y abdomen descendían al sur— oye, espera, cariño...

—¿Me amas?

Fue una pregunta sorpresiva e inesperada que lo dejó muy confuso.

—Claro que te amo, cerecita.

Youjin lo calló una vez más succionando sus labios y moviéndose sobre él.

—Entonces, ámame JungKook, quiero me ames intensamente está noche.

Él no sabía de que iba todo eso, pero accedió a su petición porque la manera en que lo estaba tocando y besando ya lo tenían en una nebulosa, en una llamada Kim Youjin, dónde quería perderse. Ahora fue él el que decidió seguir con el necesitado beso, ambos ayudándose a desnudarse mutuamente entre abrasadoras caricias que los impulsaba a jadear. Ella se acomodó descendenciendo, soltando un largo suspiro al sentirse llenada por la masculinidad de su novio. Rodeó los hombros de este, sus frentes unidas contribuía a qué se miraran directamente a los ojos. Se movió de adelante hacia atrás, sus bocas recibiendo los gemidos del otro, no podían hacer demasiado ruido aunque la habitación del pelinegro se encontrará en planta baja y la de los demás en la de arriba.

Se sentía diferente cuando lo hacían lento, cuando se tomaban el tiempo de besarse y acariciarse, de apreciarse y torturarse. Youjin con lágrimas en sus ojos cerrados tan solo se movió más rápido, empuñando parte del cabello húmedo de su novio por el sudor, le besaba los labios queriendo grabárselos, sus suspiros, sus manos recorriendo cada rincón de su piel. Quería recordar cada sensación, cada pequeño detalle de aquella persona que amaba con locura, quería fundirse en él y dejarle en claro, que pase lo que pase, ella lo amaba con locura.

Giró su cuerpo quedando de perfil, su derecha tanteó a ciegas a su lado encontrando frío. Entreabrió los ojos confirmando que Youjin no se encontraba allí en la cama, ni siquiera su bolso que había dejado preparado anoche, frunció el ceño en confusión. Con ayuda de sus codos se apoyó sobre el colchón, aún se encontraba somnoliento, se estiró agarrando su celular de la mesa de luz observando la hora. Las nueve de la mañana. Se suponía que despertarían juntos a primera hora, que desayunarían y luego la acompañaría hasta su auto viéndola partir. Se había ido y no le había avisado. Antes de dejar el aparato de nuevo sobre la mesita notó un mensaje en particular entre las notificaciones, era de Youjin. Suspiró apoyando los codos sobre los muslos y restregó sus dedos por sus ojos. ¿De que se trataba todo eso?

Se levantó colocándose algo de ropa antes de salir de la habitación, pero la curiosidad tan solo hizo que tomara asiento a orillas de la cama para abrir aquel mensaje y luego de una larga exhalación leerlo.

Youjin 🍒♥️
Ya se que no es lo que debería hacer, pero es lo mejor para mí, para no retractarme de la decisión que he tomado porque si tuviera que hacerlo frente a frente estoy muy segura que no podría. Te amo, JungKook, realmente lo hago, me enamore de ti, estoy encandilada por cada cosa que haces así sea solo respirar.
Pero siento que no me correspondes de la misma manera. Tu ex prometida te sigue afectando, me di cuenta ayer, ella sigue siendo alguien que influye mucho en ti y no lo siento justo. La cuestión es: no quiero compartir tu corazón con alguien más y menos con esa mujer. Así que te libero de esto que tenemos. Aún debes sanar, debes meditar seriamente lo que realmente quieres para tu vida. Solo quiero que seas feliz cualquiera sea la decisión.
Date tu tiempo, y no te preocupes por la gira. YuGyeom estará a cargo de mi protección. Cuida de ti y espero puedas encontrar paz.

Sus ojos estaban nublados de lágrimas, resopló en una amarga risita, ¿Qué tipo de mensaje era ese? ¿acaso lo estaba dejando a través de un maldito mensaje?

Así como en su momento ella le vociferaba ser un cobarde, evidentemente los papeles se habían cambiado e irrefutablemente Youjin era la más cobarde de todas. Esnifó, su mano temblaba, sino se calmaba tendría una crisis y lo que menos quería era eso. La llamó, esperó paciente escuchando el repique y luego la contestadora. Si no mal recordaba, ella saldría temprano, por lo que sus cálculos le decían que debía estar llegando a su hogar en Seúl. Así que tenía su teléfono con ella. Dos veces más, la tercera a punto de desistir fue la vencida.

—¿Se puede saber que esta maldita mierda? —del otro nadie le contestó, pero podía escuchar la agitada respiración de su novia— ¡Youjin, contéstame! ¿por qué te fuiste sin avisarme y por qué de este mensaje?

Ella no le diría que había escuchado la conversación con su primo, que percibió en su voz la duda.

JungKook, es lo mejor para los dos —su voz sonaba acongojada y gangosa de haber llorado— conmigo solo tendrás problemas, la gente no te dejará en paz, debes enfocarte en ti, en tu carrera como boxeador, nada debe importar, excepto tú.

Estaba indignado y esa palabra representaba poco para todo lo que sentía en ese momento.

—¿Acaso lo que yo opino y siento para ti te vale mierda?

Es que siento que me precipite —su voz se quebró, aún así se obligó a hablar— siento que te obligue a estar conmigo cuando tú apenas terminaste una relación de años.

—Iré a Seúl ahora mismo, hablaremos...

No, no vengas —sentenció tajante— enfócate en tu vida, en tu carrera, cierra esa etapa que tienes con tu ex prometida. Ya sabes que siempre estaré para ti, estaré apoyándote siempre.

—Youjin, no hagas esto —sus mejillas se encontraban empapadas en lágrimas.

Adiós, Kook.

—Youjin, no... —los pitidos a través de la bocina lo aturdieron. Lentamente bajo el celular admirando su fondo de pantalla. Comenzó a hiperventilar con sus ojos colmándose de nuevas lágrimas y con una arrebatadora furia, lanzó el velador reposando en su mesa de luz contra la pared haciéndolo añicos.

Y ustedes pensando que JungKook iba ser quien le rompiera el corazoncito a la Cherry y resultó ser al revés 🤭

Esa Sakura se merece una paliza por atrevida. No se preocupen, tendrá su merecido en el próximo capítulo.

A vers 🧐 quiero saber que creen de esto, de la ex loca, del SS que aún no aparece, del CheKook en crisis. Charlemos che.

Les amo y una vez más, gracias. 💕

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