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La única luz alumbrando aquella habitación en penumbras era la azul de las pantallas de la laptop y una tablet con la redes sociales abiertas, eran las que iluminaban su rostro, uno neutro no demostrando sus verdaderas emociones. Unas bulliciosas y en aumento. De la mesa a un costado agarró su celular deslizando con su dedo la pantalla, ingresó a un perfil en particular en weverse encontrando nada fuera de lo común, hizo lo mismo con el de Instagram y tampoco había nueva actualización de la Bloom Cherry. Volvió al buscador escribiendo un usser en particular, lamentablemente no podía acceder por ser una cuenta personal privada. Por más intentos que había hecho ella no había aceptado sus solicitudes de amistad a lo largo de los años.
Gruñó en descontento, resopló empuñando parte de su cabello tirando de el con brusquedad. Dejó el celular y está vez en la tablet buscó el usser de Instagram de alguien que sí tenía en su lista de amistades. Su ceño se frunció encontrando que había publicación de una historia, picó al círculo de color fucsia con dorado y en segundos, ante sus ojos se desplegó la imágen.
Estaban juntos, esa historia fue subida hace segundos mientras las anteriores eran igual a esta. Ellos dos estaban juntos en un parque de diversiones al otro lado del mundo mientras él, en el peor lugar saturado de la más triste oscuridad esperaba al amanecer, la esperaba a ella, con su loco amor bullendo por sus venas.
Ella era tan inocente, estaba engañada y el culpable era aquel guardaespaldas que llamó su atención desde la primera vez que lo vio en las redes, desde que causó furor por su belleza y porte. Desde que se metió en medio de su linda Cherry y él. No se daba cuenta, pero estaba temblando de pie a cabeza, sus ojos opacados por las lágrimas de rabia no le permitían ver más la pantalla.
Quería destruirlo, quería desaparerlo. Haría todo lo posible para que Jeon JungKook desapareciera y hacerle entender una vez más a Cherry que ellos debían estar juntos por la eternidad.
Dos días después, ciudad de Nueva York.
Apenas las puertas del elevador se deslizaron a los costados, JungKook salió del interior despegando hacia el pasillo, dobló encontrándose frente a la puerta de la habitación de la cantante varias personas. Procuró no mirar a la mayoría un poco más alejados, excepto por SungHoon y sobre todo a HoSeok quien con un gesto seco de la cabeza le indicó que pasará. Suspiró, los ánimos no estaban del todo arriba luego del concierto y del escándalo que se supo minutos después de finalizado. Al ingresar, se encontró con Dahyun y Kira, está última cambió su rostro desesperado a uno de alivio al verlo y con ello una profunda exhalación cerrando los ojos unos segundos.
—Esta encerrada en el baño, no hay manera de calmarla —dijo, apesadumbrada— te pido que entres y hagas algo antes que esto se vuelva peor, sabes lo que nos espera al regresar.
Y lo sabía muy bien, solo era cuestión de tiempo, aunque tampoco es que le importará mucho. Asumiría las consecuencias de sus actos y en el proceso, haría lo necesario para que Youjin o los involucrados no quedarán pegados. Ingresó al baño no encontrando nada fuera de lo normal ni a ella, salvo porque su pequeño y casi silencioso llanto se podía escuchar desde la lejanía de la bañera y fue ahí que la encontró. Acurrucada con la cabeza entre sus rodillas, casi en forma fetal, con su rostro enrojecido e hinchado de tanto llorar. No lo dudó, entró con ella, sentándose, la alzó entre sus brazos para colocarla entre medio de sus piernas y ser su soporte tanto físico como emocional.
Acunó su rostro, le besó la frente y secó inútilmente algunas lágrimas, Youjin lloró más fuerte aferrándose al cachemir azul del pelinegro, la palma de su mano sintiendo la dureza de su pecho y las palpitaciones en el agitado corazón. Le gustaba escucharlo, saber que la sensación de paz volvía a ella teniéndolo tan cerca. Levantó con pesar su cabeza para mirarle, él parecía tan sereno, nada nervioso a diferencia de ella que estaba a punto de colapsar.
—¿Viste todo lo que han dicho? —él asintió despacio— los comentarios horribles que hicieron, no es justo, JungKook, no hice nada malo, no me pueden sentenciar por haberme enamorado —sollozó, imposibilitando calmarse— ¿por qué son tan injustos?
—Tranquila, todo va estar bien, esos comentarios no son de tus fans —ella negó y él tomó su barbilla— mírame, pase lo que pase estaremos juntos, todo estará bien —susurró, besándole la nariz— habrá alguna solución, ya lo verás.
Asintió no tan convencida, escondiendo su rostro en el cuello de su guardaespaldas mientras recibía consuelo y cariño de su parte.
Luego del exitoso concierto en Los Ángeles y de haber oficializado su relación. Las cosas siguieron normales. Parte de la gira haciendo impacto con Bloom Cherry agotando entradas, incluso para sus shows en Oakland y Chicago, el cierre ocurriría en el Citi Field en la ciudad de Nueva York. Se podía sentir la emoción, la ansiedad de los fans esperando afuera aún cuando llovía a cántaros, todos se mantenían con buenas vibras, con la expectativa que todo sería un éxito. Y así lo fue, Bloom Cherry había dado un concierto hermoso que había dejado a todos eufóricos, incluso cuando las redes se llenaron de la noticia de su relación clandestina y a escondidas con su guardaespaldas.
Fue lo que necesitaba para que sus crisis de ansiedad se activarán de vuelta. Para que en las redes —los haters y algunos netizens— la destrozaran y no le dieran oportunidad a réplica. Nadie entendía cómo es que se había filtrado esa información, hasta en la agencia todos se encontraban sorprendidos. Todos y cada uno por algunas fotos de la Idol y el guardaespaldas de la mano, abrazados o saliendo en horas de la madrugada. Definitivamente esto se volvería un escándalo abismal si no ponían orden.
JungKook salió de la habitación dirigiéndose a un salón cerrado que tenía el hotel luego de dejar a Youjin acostada, con pastillas que la ayudaron a dormir más rápido. Estaba cabreado, maldiciendo al que vendió la noticia a la prensa. Quería saber quién fue, la identidad del estúpido cobarde que hizo eso. Porque lo más seguro es que era un maldito sin vida que solo quería hacerle daño a la cantante y él no lo permitiría. Se encontró a los mismos, sus ojos fueron a YuGyeom y a Dahyun que también se encontraban ahí aunque un poco más alejados cuchicheando hasta que se dieron cuenta de su presencia.
—Youjin está descansando, sugeriría que todos hagamos lo mismo hasta que volvamos a Seúl para seguir con la gira —dijo ante los presentes.
Escuchó la risita irónica del manager causando que voltee a verlo sin emoción.
—¿Ahora recibo órdenes de un guardaespaldas?
JungKook suspiró, manteniendo calma. Él tampoco estaba de humor para soportar a nadie.
—Hobi, él tiene razón —habló Kira por lo bajo— no logramos nada con quedarnos aquí, ya todos saben de esto, lo menos que podemos hacer es calmarnos y mantenernos fuera de asuntos personales —advirtió.
—Mi teléfono no ha dejado de sonar —sacudió el aparato en su mano— los de arriba quieren saber que esta sucediendo, si es mentira o es verdad todo esto —bufó— y las redes ni te cuento, no han parado de mencionarnos, Twitter es un caos, weverse y naver. Las fotos de estos dos jugando a la casita feliz están rondando por toda la red.
—¿Eso te importa? ¿Lo que los demás piensan? —preguntó JungKook imponiéndose, dominando su ira— no preguntarás cómo está Youjin, si necesita algo o al menos si pudo superar su crisis, te importa lo que piensen desconocidos antes.
—No entiendes.
—Si, si entiendo. Entiendo que deban mantener una determinada imagen de Bloom Cherry, que cuidar su entorno y lo que hace es importante para no crear malos entendidos con los fans —y agregó— también entiendo que hay un contrato de por medio que prohíbe relaciones románticas pero ninguno eligió enamorarse, solo paso. Lo que menos me importa es lo que piensen los demás —miró a los de atrás, casi todo el staff de la Idol estaba presente— lo más importante para mí es Youjin y su tranquilidad, así que les voy a pedir que por favor se mantengan en silencio y no digan una sola palabra más hasta que volvamos a Seúl, si es mucho pedir —dijo lo último fulminando a Dahyun.
No quería levantar falsos, tampoco quería inculpar a nadie, pero todo se volvió extraño de un momento a otro con la chica de vestuario. Desde que ella intentó confesarle que le gustaba mucho en una salida que había tenido con el grupo del staff llegando a Chicago. JungKook le había respondido a Dahyun de la manera más amable —aunque rechazar a alguien siempre era amargo— que no estaba interesado en ella, que había alguien en su vida a quien estaba conociendo y quería darse una oportunidad. Fue ahí en que la castaña fingió entenderlo, sin embargo, el guardaespaldas la vio mas alejada, taciturna y fría para con él. Incluso había sido participe de una discusión entre ella y la Idol.
Luego entendió que tal vez no le había sentado bien aquello y fue peor cuando los descubrió dándose un inocente beso en los labios. El rostro de Dahyun demostraba sorpresa y desagrado, él quiso explicarle la situación intentando pedirle discreción y terminó con Youjin confesándole que JungKook era su novio y que lo mejor era mantener la boca cerrada por su bien. No quería pensar que todo se había salido de control porque la chica habló de más, tal vez se lo había confesado a alguien desconocido y este a otro haciéndose una cadena que terminó con la prensa informando. No quería pensar mal de ella, por más que su enojo y mal humor decían lo contrario.
—¿Cómo está?
—La viste —su voz salió grave y baja- esta descansando ahora —suspiró sin apartar la mirada del rostro neutro de la chica— lo único que espero es que todo esto termine pronto, Youjin no se lo merece.
—Ni tú tampoco.
—Yo no soy importante, Dahyun. Sus propios fans la están destruyendo con sus estúpidos comentarios.
—¿Piensas que fui yo la que los delató? —murmuró con una baja voz.
—Yo jamás dije que fueras tú.
—Era muy obvio que me miraste a mí.
—Solo se que alguien habló sobre algo que no debía y no tenía derecho.
Los ojos de Dahyun se cristalizaron. Le dolía la actitud del pelinegro.
—¿No pensaste en que tal vez YuGyeom puede ser ese alguien?
—Claro —bufó, sonriendo con ironía— pudo haber sido él de no ser porque tampoco sabía nada.
Ya estaba harto de seguir ahí, quería volver a la habitación junto a Youjin, quedarse lo que restaba de noche para cuidarla, así que sin despedirse entró al elevador.
—JungKook —se detuvo, viendo el rostro serio de Dahyun— Youjin y tú se van arrepentir de todo esto.
Una vez más se sorprendía de las verdaderas caras de las personas.
—Gracias por tu amenaza, lo tendré en cuenta.
Lentamente abrió sus ojos, le costó porque sus párpados se sentían pesados al igual que su cuerpo. Cada que ingería esas pastillas su movilidad era reducida. No se molestó en moverse, podía sentir el peso de otro cuerpo en su espalda junto a la leve respiración cálida en su oído. Mientras sus sentidos comenzaban a despertar fue que notó las punzadas en sus sienes, una horrible y molesta jaqueca. Tragó saliva moviendo su cabeza, con la mirada buscó su celular sobre la mesa de luz, pero no había nada, entre medio de su pereza se molestó, sabía que le habían quitado el teléfono para que no viera lo que ocurría en internet.
Ella era adulta, no era la primera vez que recibía comentarios desastrosos, tampoco que criticaban su manera de pensar o su trabajo, simplemente sus emociones se vieron descolocadas y por eso reaccionó como lo hizo. Tenía miedo, pero por JungKook porque representaba que corría peligro su trabajo y ella se sentía demasiado culpable por arrastrarlo.
Giró su cuerpo lentamente entre los brazos masculinos que la rodeaban, se quedó ahí contemplando el rostro tranquilo de su novio. Apenas podía vislumbrar detalles por encontrarse en medio de la oscuridad, besó sus labios y con calma salió de la cama. Tuvo que sostenerse de la pared un par de veces, arrastraba los pies por el piso de alfombra, está vez el efecto de los calmantes fueron fuerte porque estaba demasiado atontada, incluso con sus pensamientos. Se mojó la cara luego de lavarse las manos, se miró al espejo, su rostro se veía hinchado y sus ojos se mantenían rojos. Volvió a la habitación, somnolienta para meterse a la cama y seguir durmiendo, pero una luz dentro del bolso del pelinegro apoyado sobre el sillón la detuvo.
Sabía que no debía, que era una mala idea, pero su entera curiosidad le pidió más, así que su mano se metió dentro sacando el celular de este mientras no dejaba de vigilar que no despertara. Caminó de puntitas hasta la cama, despacio, con delicadeza tomó la mano de JungKook, más en específico su dedo índice y lo deslizó por el sensor accediendo al celular y todo su contenido. Suspiró pidiéndole perdón en su interior. Se giró regresando al baño, se desvió y entró al enorme vestidor que tenía una luz más tenue y menos molesta, tomó asiento en el suelo apoyando su espalda de la pared y comenzó a navegar por las redes.
Cada noticia que encontraba era desastrosa desde sus titulares:
"La Idol de Kpop Bloom Cherry está felizmente enamorada de su guardaespaldas"
"Una relación clandestina de telenovela o una relación de mentiras"
"El guardaespaldas de Bloom Cherry ha podido escalar alto, ¿se volverá más famoso después de esto? ¿será amor de verdad o será a conveniencia?"
"Los protagonistas de este fabuloso nuevo kdrama escandaloso se han llamado al silencio al igual que MOTS7"
Dejó de leer saliendo de Naver. Se atrevió a entrar en las redes sociales de JungKook, los tenía en privado pero tenía cientos de solicitudes de amistad, mensajes directos de su familia y amigos hasta en Kakao, al parecer no le había contestado a nadie y se sintió peor por ponerlo en exposición. Cuando comenzó lo que tenían no había pensado en todo esto, en la curiosidad de la gente, en las preguntas y en la morbosidad. Por su culpa JungKook estaba siendo la comidilla de millones alrededor del mundo, era injusto que se ensañaran también con él proclamándolo como un vividor y que solo estaba con ella por su fama.
¿Acaso ella no era merecedora de ser amada?
Se cubrió con ambas manos la boca ahogando un sollozó, las lágrimas surcaron su rostro aún cuando sus ojos se mantenían cerrados. Entre medio de su llanto escuchó movimiento, JungKook había hallado la cama vacía y supo que Youjin no estaba a su lado, por un momento intuyó lo que ocurría y no se equivocó cuando la vio en el suelo con su celular entre medio de sus piernas. Se agachó a su lado, Youjin secó sus lágrimas ladeando la cabeza evitando mirarle, JungKook le tomó del rostro para que le correspondiera, se acomodó mejor besándole cerca de la comisura de los labios.
—Sabes lo que me gusta de ti —preguntó y ella negó— que eres fuerte Kim Youjin.
—No, no lo soy —escucharse débil no le gustó.
—Si, si lo eres —comenzó a peinarle el flequillo, a acariciarle la mejilla, a contemplarla con dulzura— eres la mujer más valiente de este mundo, la que a pesar de toda esta mierda sigue adelante. Está bien que llores y está bien sentirte mal, pero ten en cuenta que nada de esto es tu culpa, así que —agarró el aparato sosteniéndolo en su mano— deja de ver toda esta porquería y regresa conmigo a la cama.
Puchereó, dejándose llevar en los brazos de su guardaespaldas. La depositó sobre la suave superficie ocupando su puesto a su lado envolviendo ambos cuerpos con las sábanas. Se aseguró de mantener el cuerpo de su cerecita junto al suyo, sin ningún espacio de por medio, acarició su rostro con una mano y la otra viajando en lentas caricias por su cintura y espalda. Se sintió segura entre esos brazos, con los pequeños besos que él regaba por su rostro, como si fuera delicada. JungKook la hacía sentir tan pequeña y grande a la vez. Era un tipo de sentimiento indescriptible.
—Cariño —ronroneó ella, con los besos del pelinegro bajando por su cuello y la mano masculina acariciando con algo más de fervor la piel de su espalda.
—¿No quieres sexo? —preguntó sonriendo lascivo, guiñándole un ojo y moviendo sus cejas sugestivamente, lo que causó risa en ella, una risa que le trajo un poco de tranquilidad.
—Esta noche no —unió sus frentes colocando su mano en el pecho desnudo del contrario— lo siento.
—No pidas disculpas, cariño. Jamás te obligaría a nada que no quieras, sabes que hago lo que me pidas cuando me lo pidas.
Ella sabía que así era. Que con él estaría más que segura, feliz, mas tranquila.
Apenas había despertado, JungKook la recibió con un gran desayuno que había pedido a través del servicio a la habitación. Se sentía un poco extraña, pero decidió olvidar el amargo momento de la noche anterior y hacer como si estuvieran en algún tipo de viaje en pareja. Por un instante anhelo ese tipo de vida, una donde JungKook y ella se hubieran conocido en un ámbito diferente, en el que no fuera famosa y pudieran salir a la calle tomados de la mano, pasear por el río Han hasta el atardecer, ir a cenar algún restaurante o algún puesto callejero y que la noche los encontrará en la casa de uno de los dos disfrutando del otro como ellos solamente podían hacerlo, así de entregados e intensos. De regreso a Corea debía acudir al médico si o si, no le apetecía cargar con otro problema.
Su atención se vio reclamada al sentir la respiración cercana de alguien, elevó su rostro encontrando los ojos negros de JungKook sobre ella, observándole inquisitivo mientras le sujetaba el cuello con suavidad. Iban solos en el ascensor, el guardaespaldas se había asegurado antes de salir cubrir sus rostros hasta llegar al gimnasio que disponía el hotel y que sabía por el horario tan temprano tal vez no habría nadie. Haría que Youjin descargará un poco antes de tomar el avión que los llevaría de regreso a casa. Solo que la cantante parecía más un zombie que hacía todo en automático.
Aspiró una gran cantidad de aire teniendo una idea en mente —una mala idea en realidad—, se tocó el pecho y comenzó a respirar con dificultad, se dejó caer sentado en el piso para luego acostarse, inmediatamente tuvo a Youjin sobre él, preocupada con el inhalador en su manos acercándolo a sus labios para que aspirará el medicamento. No obstante, JungKook la sujetó de la cintura lanzándola al piso con él.
—¡Eres un maldito idiota! ¿sabes el susto que me dio? Cómo te atreves... —su boca reclamando la suya la calló quitándole un par de suspiros— no creas que así... —volvió a besarla, está vez con su mano anclándose en la nuca de ella asegurándose que no se aleje. Sonrió al verla atontada desde su posición— eres un manipulador de primera.
—Es que mi cerecita no me prestaba atención —ronroneó, sus dedos rozaron los hinchados labios de la chica mirándolos con atención.
—Estamos en un ambiente público, no deberíamos comportarnos así —se acomodó con sus manos sobre el pecho masculino— te van a echar por mi culpa, Kook.
—No me importa —prosiguió viendo que ella le iría a refutar— y deja de decir que es tu culpa, así como le dije a SungHoon sunbae en su momento, me puedo valer para encontrar otro trabajo, me mantengo solo desde que omma murió y esto no me hace menos. Tal vez te haga caso y decida meterme al boxeo.
—Ya no nos veremos tanto, estamos juntos porque me has acompañado todo este tiempo, ¿qué haremos?
—De alguna forma haremos que funcione —besó el puchero de su novia— seguiré protegiéndote, ayudándote a entrenar y apoyándote, esto no es algo que nos tire abajo, Youjin. Confía en mí, no voy a defraudarte, haré lo imposible por quedarme a tu lado, por estar a tu nivel.
—No necesitas estar al nivel de nadie, solo te necesito a ti —escondió su rostro en la cuenca del cuello masculino aspirando su perfume y olor— necesito que estés ahí en las noches durmiendo a mi lado.
La risita de JungKook le causó gracia.
—Señorita Kim, me siento acosado, usted solo me usa para el sexo.
—Ay cállate, bien que no te niegas —golpeó su brazo, disfrutando de la risa de su guardaespaldas y de sus besos.
—Estaremos bien, cariño.
Compartieron un par de besos más antes de tomar sus pertenencias y salir, encontrándose en el camino con alguien conocido que detuvo al guardaespaldas.
—Wua, no puedo creer a quien encuentro de este lado del mundo.
—Choi SungJung.
—Jeon JungKook.
Ambos se abrazaron, bajo la atenta mirada de Youjin más alejada y escondida por la capucha de su hoodie y la de otro hombre atrás manager del amigo luchador al cual el pelinegro había entrenado en el pasado.
—Hace mucho no lo veía, hyung, ¿cómo está?
—Muy bien, preparándome para el campeonato.
—Estaré apoyándote.
—Ojala volvieras a los entrenamientos, se te extraña —golpeteo su hombro amigable. Sus ojos se fueron hacia la chica más atrás, rezagada y callada— ¿Vienes acompañado?
JungKook volteó, entrelazando su mano con la de Youjin para situarla a su lado y presentarla.
—Ah, si, ella es Kim Youjin, mi...
—Oh, claro que la conozco, la Idol cantante, Bloom Cherry, ¿no? —ella sonrió, sonrojada y asintió— mi sobrina de diez años muere por ti.
—Oh que tierna, muchas gracias.
—Él es Choi SungJung, luchador de MMA, solía entrenarlo en sus comienzos.
—Y aún sigo esperando que te vuelvas conmigo —alabó el luchador siendo secundado por su manager detrás que agregó.
—Sabes que puedo representarte, tienes un futuro brillante si decides volver al boxeo.
—En estos momentos estoy en otro...
—Lo mismo le estaba comentando —se hizo escuchar Youjin— ojalá lo piense y decida retomar.
—Hazle caso a la chica, JungKook.
Era una proposición muy tentadora. Él sabía que tenía futuro en ese deporte, e incluso gente que lo apoyaría. Había complacido a todo el mundo desde que era pequeño poniendo a sus sueños en segundo plano, ¿por qué está vez no pensar en lo que él quería?
Cuando las puertas del ascensor se cerraron encontrando a la pareja únicamente, JungKook atrajo bruscamente por la cintura a su cerecita para besar con pasión sus labios robándole un jadeo.
—Así que te gustaría verme arriba de un ring.
Youjin se mordió los labios, adoraba cuando él tomaba la iniciativa y se ponía travieso.
—Me preocupa un poco —ante el ceño fruncido del chico, ella dijo— es un deporte violento y quedas adolorido después, pero a ti te gusta y quiero estar ahí apoyándote.
Besó su frente aún sosteniéndola cerca de su anatomía. Sentía una cierta ilusión crecer en su interior, agradecía que su novia estuviera para él aún en los peores momentos y viceversa.
No sé si sea importante, pero Love Scenario llegó a los 20K de vistas. Se siente bonito saber que mucha gente lo está leyendo, eso quiere decir que está historia gusta y se los agradezco. 💕🥰
Cuidense por favor y que tengan un buen fin de semana.
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