Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝟮𝟲

⌜Me tienes pensando en darlo todo.
Algo me decía que eras tú⌟
Thightrope - Zayn Malik.
•••

El silencio en aquella habitación era opacada por el ruido del exterior al tener las puertas del balcón entreabiertas dejando entrar la brisa veraniega mezclada con la otoñal a poco llegar. JungKook se encontraba parado cerca de la entrada con sus manos en la espalda. Miró de reojo a Youjin, quien comía tranquilamente el desayuno ignorando la nerviosa caminata de Kira que parecía resoplar humo por la nariz. Habían arribado a suelo estadounidense en horas de la madrugada, se encontraban hospedados en un hotel de la ciudad de Los Ángeles, ciudad en la que Bloom Cherry daría su primer concierto de los cuatro que tendría en el país americano.

—¿Unnie, quieres...

—Cállate, estoy intentando pensar.

Youjin se encogió de hombros restándole importancia, llevó un pedazo de panqueque con frutas bañadas en miel a su boca disfrutando del sabor al masticar. JungKook quiso reír por la acción de la cantante, sin embargo, se mantuvo estoico y serio. En el fondo sentía vergüenza, como cuando tuvo quince años y su madre los descubrió a él y a su vecina —en ese momento su noviecita— en su primera vez. Está demás decir que fue demasiado vergonzoso y humillante, que mirarle el rostro de nuevo a su madre supuso mucho esfuerzo y que cuando tuvieron la oportunidad de sentarse hablar del tema, tan solo se sintió peor por las burlas tiernas de su progenitora al convertirse en todo un hombrecito con hormonas desbaratadas. Lo único que lo aliviaba era saber que podía confiar en ella, en que no lo juzgaría y lo guiaría en lo que pudiera.

—Bien —respiró profundamente haciendo un par de gestos con sus manos— quiero dejar algunas pautas bien claras —Kira los miró con seriedad— esto no puede volver a ocurrir.

—¿Qué cosa? ¿Qué nos quedemos dormidos o que hayamos tenido sexo?

—¡Youjin! —reprochó JungKook hacia la Idol.

—Lo siento —no iba negar que estaba nerviosa y de su boca podía salir cualquier tontería.

—¿Ustedes son consientes del peligro que corren a qué alguien los descubra? —ambos asintieron— ¿y están de acuerdo con eso? —esta vez la pareja se miró por unos instantes y volvieron asentir en dirección a la mayor, está suspiró con frustración y recitó— no se qué haré, Dios mío.

Youjin fue quien se levantó, acercándose y sujetando las manos de la mujer para que la mire y poder decirle de forma calmada.

—Escucha, ni él ni yo pensamos que esto iba a suceder, todo parecía en una buena amistad, yo fui la que comenzó a sentir cosas —admitió— la que lo incentivó, estamos probando, disfrutando de esto bonito que surgió, por favor unnie, no te molestes con él, prometo que cuando acabe la gira hablare con Hobi, le contaré a PDnim sobre mi relación con JungKook.

Eso último sorprendió un poco al guardaespaldas. No sabía si quería que los de afuera supieran sobre… esa relación que mantenía con la cantante. Tampoco sí era por él, por el trabajo o por ella.

—¿Y qué van hacer mientras tanto? ¿esconderse? ¿hacer esto clandestino?

—Hasta ahora nos ha ido bien —dijo él, hablando por primera vez.

—Unnie, puedes alegrarte al menos de que alguien está cuidándome la espalda —sonrió— Kook puede confirmarte que ya no estoy sufriendo de constantes crisis y eso hasta tú lo ves.

En eso tenía razón.

—Bien, voy a apoyarlos en esta locura. No soy nadie para juzgar, quiero que me mantengan informada si llegasen a salir, todo tiene que verse natural, como si JungKook estuviera simplemente custodiándote. Oh, ¿YuGyeom lo sabe? —preguntó en dirección al guardaespaldas y luego a la cantante— ¿Alguna de las chicas del staff?

—Supongo que intuyen la tensión, pero no creo que nadie sospeche que estamos juntos.

—Mejor así, no necesitamos que más gente lo sepa  —revisó su celular por si había algún mensaje citándole— SungHoon ha hablado contigo, ¿no?

—Si, lo ha hecho —la vio mover la cabeza en un afirmación mientras se alejaba para teclear en su teléfono, observó a Youjin de brazos cruzados, podía notar un poco de preocupación en aquel pecoso rostro limpio de maquillaje.

—¿Tienes que irte? —murmuró ella, sus dedos rozándose en caricias.

—Si, le dije a YuGyeom que HoSeok hyung quería hablar conmigo. Debo estar abajo en un momento.

Youjin resopló, formando un puchero que a JungKook le hizo sonreír y que luego besó fugaz espiando que Kira, un poco más alejada, no los viera. Entre risitas lo acompañó para abrirle la puerta, él se aseguró que no hubiera nadie alrededor de los pasillos antes de besarle la frente y las mejillas a su cerecita cantante. Al cerrar, Youjin apoyó su espalda de la madera, se mordió los labios sintiéndose tonta por sonreír demasiado.

—Jamás te había visto así.

Salió de su trance dirigiéndose a la mesa con su desayuno a medio terminar. Por un segundo se sintió avergonzada que alguien la viera tan feliz por estar encandilada de un hombre.

—Siempre hay una primera vez, unnie —dijo dándole un mordisco a una frutilla.

—Esto entonces va en serio —suspiró lento, dejando ir todo el aire, resignándose. Youjin sonrió de labios cerrados, cabizbaja— ¿Al menos se están cuidando? —preguntó con simpleza. Si tan solo supiera que las tres ocasiones en que ella y su lindo guardaespaldas estuvieron juntos la mejor y más loca decisión había sido no usar condón por sentirse mucho mejor el contacto. Estaba mal, muy mal, tremendamente mal, lo sabía, pero no podía evitarlo— Youjin, cuando volvamos a Corea recuérdame que debemos sacar un turno con tu ginecóloga —y fue cuando cayó en cuenta— ¿Youjin? Dime qué no es lo que estoy pensando.

—Unnie no puedo leer tu mente, así que —su voz se escuchó lejana por tener el enorme razón de café con leche ocultando parte de su rostro.

—¿Desde cuando están juntos? —preguntó cuidadosa.

—Días, semanas —dijo despreocupada— un mes supongo.

—Dime que al menos se cuidaron. —siseó entre dientes a punto de darle un soponcio.

—Algo así —sonrió mostrando su dentadura, y rápidamente viendo que su estilista explotaría agregó— puedes calmarte, está todo controlado, tome la pastilla de emergencia a tiempo y me inyecte la anticonceptiva en la fecha correcta  —bebió el último sorbo de su taza añadiendo— y la médica me dijo que todo está en orden y que nada malo va pasar.

—Lo que me faltaba —golpeó los costados de su cadera con las manos mirando fijamente a la idol e ironizó— te está fascinando vivir tu novela romántica, ¿no?

—Y erótica debo agregar.

—Ay Dios, niña, qué haré contigo.

Si Kira estaba preocupada, el jefe de guardaespaldas de la agencia lo estaba aún mas.

No era normal lo que estaba sucediendo, era la primera vez desde sus veinte años trabajando para MOTS7 que veía a un artista enrollarse de manera romántica con un empleado. Le tenía un cierto aprecio al pelinegro, le parecía una gran persona y lo consideraba como un hijo. Mientras que a Youjin la había visto crecer, no solo como cantante y bailarina, sino como persona. Ambos jóvenes podían perder mucho y eso es algo que también le daba pena.

—¿Qué has decidido, muchacho?

Miró hacia donde el staff se encontraba un poco más alejado y susurró para ambos.

—Kira está de nuestro lado. 

Se sentía extraño, fuera de lugar haciendo eso, esconderse como si todo fuera prohibido, lo era en cierta parte. ¿Desde cuándo querer a alguien se consideraba prohibido? No sé entendía ni a él mismo, no era un comportamiento normal, no cuando le gustaba hacer lo correcto. O al menos cuando se trataba de su trabajo, que iba ligado de su vida amorosa lamentablemente y no comprendía en qué momento comenzó. Lo único que sabía con certeza es que Youjin le gustaba mucho, se sentía fascinado por toda ella, quería estar a su lado y pretendía dejarse llevar por lo que sea que ocurría entre los dos, por primera vez, no buscaba pensar en nada, solo aspiraba a disfrutar.

—¿Estás seguro de lo que estás haciendo?

Y a pesar de sus pensamientos un tanto contradictorios, respondió con seguridad:

—Si —SungHoon suspiró frustrado.

—Debes entender que estás arriesgando tu trabajo, firmaste un contrato, esa gente no se va tocar el corazón para echarte, eso sin contar con que los fans de la chica pueden destrozarte si les apetece, y ¿ella? JungKook sabes lo que ocurriría sino hacen bien las cosas.

—Lo se, soy consiente de todo lo bueno y malo —murmuró con firmeza— pero por primera vez no me importa, quiero estar con Youjin, prometí a sus padres protegerla y es lo que voy hacer, si la empresa decide echarme da igual, no me alejaré de ella, como sé que ella no se alejara de mí. Soy un hombre adulto que sabe lo que hace —aunque una pequeñísima duda le carcomía— me puedo valer por sí solo y encontrar cualquier otro trabajo —exhaló— incluso meditar lo de volverme Idol o actor no estaría tan mal, después de todo recibí muchas propuestas.

Bromeó haciendo reír al mayor.

—Ay muchacho, me estoy jugando mi puesto, pero cuenten conmigo.

—Sunbae, usted no tiene que…

—Escucha, tal vez lo veas como una tontería, pero me siento parte, yo te presente a la empresa, he dejado que tomaras más poder en el cargo, también he permitido que la chica se acercará a ti, es inevitable —golpeteo el hombro del menor— así que cuenten conmigo, quiero estar informado de absolutamente todo y cuando digo todo es saber si te metes en su habitación en horas no permitidas, ¿entendido?

—Claro que si, sunbae —sonrió, entre divertido y avergonzado.

—Da gracias que no eres mi hijo, te jalaría de las orejas —reprochó— o peor, da gracias que no es mi hija, te castraría por meterte con ella.

Si tan solo supiera.

Su sonrisa se vio opacada cuando la vio salir del ascensor en compañía de algunos del staff, pero sobre todo de la presencia casi encima de la Idol del productor estrella de la agencia. Suspiró profundamente, desviando la mirada de la patética escena en la que Min Yoongi le hablaba muy amigable —demasiado amigable— a su chica. Ella reía divertida, a la vez que intentaba escribir algo en su celular. Cuando comenzaron a moverse para ocupar sus puestos en las camionetas afuera del hotel, Yoongi se aseguró de posicionarse en un determinado puesto.

—Podrías ir adelante, no creo que te moleste ya que eres el guardaespaldas y podrías guiarnos en el camino.

El nefasto atrevimiento que tuvo el pálido en apretar su hombro amistosamente mezclado con la ironía fue el descaro, pensó, JungKook. Sino fuera porque estaban con gente a su alrededor definitivamente se la hubiera regresado. Las ganas de exponerle que Youjin era suya vino de una manera bastante explícita; sonrió de lado dejando al otro extrañado al rememorar en su mente las maneras que se demostraban cuánto se gustaban y deseaban. Si tan solo Min Yoongi supiera que no fue lo suficientemente capaz de hacerla olvidar a su guardaespaldas, que inútilmente no pudo alejarla de él y que terminaron más enredados de lo que quisiera.

—Claro, señor Min.

Se hizo a un lado, dejándole paso al productor que se sentó al lado de una Youjin curiosa por aquel pequeño enfrentamiento aislado. Tan solo se relajo cuando vio el guiño despreocupado que su guardaespaldas le dio para luego ocupar su puesto junto al conductor evitando no prestar atención a las conversaciones que se daban detrás. A los intentos de coqueteo que el productor hacia con su cerecita. Tal vez era poco el tiempo que llevaban juntos, pero sabía reconocer cuando ella permitía que la gente fuera más allá y esa no era la excepción, dónde en tres ocasiones friendzoneo al productor. Si tan solo pudiera sonreír lo haría libremente, gesto que escondió hasta que llegaron a su destino.

—¿Te diviertes, Jeon?

—No sé de que habla, hyung.

Se mantuvo alejado mientras veía —y escuchaba— a Youjin grabar. La Idol sería parte de la canción de un artista de renombre, una colaboración que seguiría abriéndole puertas en la industria musical americana. Le gustaba oírla cantar, era una voz dulce y potente y aunque no se lo haya dicho, la mayoría del tiempo sus playlist en la plataforma digital de música eran de ella. Podía decir que hasta sabía el fanchart y en cada concierto era parte de esos shows, digamos que podía considerarse un baby bloomy, su baby bloomy.

Cuando se finalizó con las grabaciones, luego de algunas fotos para las redes y conversaciones entre risas, salieron del edificio; algunos fans esperaban a la Idol sacando fotos. Está vez no pudo detenerse por tener horarios estipulados, así que los saludó con un gesto de sus manos sonriendo hasta meterse a la camioneta con su guardaespaldas a su lado porque Yoongi debió quedarse un rato más en la sala de grabaciones. Youjin sabía que entre esos dos existía algo de enemistad y que la razón principal era ella, sin embargo, jamás le había dado motivos a Yoongi para que pensara lo contrario, aún cuando ella tuvo un ligero crush por él, eso hasta que llegó su lindo chico yeyé que parecía más serio de lo normal.

No podían acercarse mucho puesto que había cámaras grabando parte de lo que hacía la Idol para un futuro proyecto documental o los vídeos que se subían a YouTube. Así que debían fingir distancias, mientras Bloom Cherry caminaba por las calles de Los Ángeles romantizando su día, su gira, algunas de sus actividades y JungKook se mantenía más atrás, escondido de las cámaras, protegiéndola a ella y a todo el grupo. Era una locura, pero en algún punto medio llegaba a ser divertido.

Para cuándo la tarde noche llegó se suponía debían descansar, el siguiente día tendrían el concierto por la noche y varias actividades que realizar durante la mañana. JungKook pensó que podría ir al gimnasio del hotel, hacer un poco de ejercicio, tal vez decirle a Youjin para que pudieran entrenar un rato. Aunque la chica había aprendido mucho no se sentía seguro de que tuviera todo para defenderse, quería que lo nockeara a él, aún sonara demente. Sin embargo, recibió una determinada orden, la de presentarse en la entrada del hotel.

Al salir del ascensor observó su alrededor no encontrando a nadie del staff, ni siquiera a YuGyeom. Estaba por sacar su teléfono para enviar un mensaje cuando una chica con cabello corto rubio y lentes negros de sol en forma de corazón tocó su espalda suavemente llamando su atención.

—¿Puedo ayudarla? —preguntó viendo que ella no hablaba. Está comenzó a reír arrugando su nariz, cubriendo con una mano su boca de un rosa bonito que acentuaba sus gruesos labios. Kira se colocó al lado de la rubia cruzando sus brazos y negando ante el rostro confuso del guardaespaldas.

—Te dije que funcionaria.

—¿Youjin?

—Sorpresa, cariño —no se contuvo en rodearle la cintura delante de la estilista.

—Tienen hasta las dos como mucho —advirtió la mayor.

—Esta bien, unnie.

JungKook no entendía nada, sus ojos de cervatillo bien abiertos iban de Kira a la bonita rubia. La mayor se despidió advirtiéndoles una vez más el horario de regreso y se marchó. Youjin sin miramientos se colocó de puntas de pie para picotear los labios de JungKook antes de prepararlo para la salida.

—Ponte esto, por favor.

Volvió a observarla, luego a lo que sostenía en las manos. Una gorra y un cubrebocas comprendiendo al fin.

—¿A dónde iremos? —preguntó, agachándose un poco para que ella peinara tranquila sus negruzcos cabellos hacia atrás colocándole la gorra y luego el cubrebocas.

—A una cita.

—¿Cita?

—Aja —se acomodó los lentes de sol— ya escuchaste a Kira unnie, tenemos hasta las dos —y susurró más bajito sosteniendo la mano de su guardaespaldas— pero podemos excedernos un poquito, vamos.

Se dejó arrastrar por la cantante hacia un taxi que los esperaba en la entrada del hotel. Una vez ella pronunció la dirección el auto empezó a avanzar recorriendo las calles llena de vida de la ciudad núcleo de la industria televisiva y cinematográfica del país estadounidense. La vista del mar en la lejanía podía contemplarse aún en medio de la noche, a JungKook le recordaba un poquito a Busan trayéndole algo de nostalgia. Extrañaba su vida tranquila, su rutina de despertar en compañía, ir a trabajar al gimnasio y volver al acabar el día para cocinar, luego cenar mientras se daba una bonita conversación y acostarse entre los brazos de su compañera. Jamás pensó que ahora estaría volando alrededor del mundo protegiendo a una famosa cantante de Kpop de la cual poseía sentimientos.

—¿Con que amenazaste a noona, cerecita?

—Con que volvería a Corea y dejaría todo tirado.

Respondió despreocupada, jalando la mano del pelinegro para ingresar al parque de atracciones en el muelle de Santa Mónica atestado de personas. JungKook la detuvo, atrayéndola a su cuerpo para decirle.

—Hay demasiada gente aquí.

Youjin ya no llevaba la peluca, en su lugar había dejado su cabello negro suelto cayendo por su espalda, solo cubierta por una gorra pescador de peluche. Era imposible que los reconocieran entre tanta gente y ella esperaba que siguiera así para que su plan en mente no se arruinara.

—Lo se, cariño, hagamos lo mejor posible por ignorarlos y sigamos adelante, ¿si?

JungKook no se negó, sobre todo cuando vio la emoción en ella. En querer subir a determinados juegos como al carrusel, las sillas voladoras o en los puestos donde funcionaban juegos de azar para ganarse algún premio. No dudó en complacerla, en obtener algún premio en el desafío de golpear patitos con balas de salva o derribar una torre de botellas ganando dos hermosos peluches a los cuales ella apodó bunny y pumpkin. O caminaron de la mano admirando el gentío, las risas y la diversión en el ambiente. O tomarse fotos en la casa de los espejos haciendo caras graciosas o en aquella cabina donde podías hacerte una pequeña sesión de fotos.

Era bonito, se sentía diferente, parecían una pareja común y corriente disfrutando de su cita en un parque de atracciones rodeado de gente, comida y música. Era la primera vez para JungKook que podía disfrutar la compañía de su chica al lado sin que está le estuviera diciendo como comportarse o como vestir acorde o insinuándole qué tipo de vida debía adquirir en el futuro. No, Youjin lo hacía sentir como en aquellas películas románticas clichés, como si la vida fuera más sencilla de lo que aparentaba, que por más peligros o tragos amargo hubiera se podía ser feliz. Él era feliz viéndola sonreír, rodeándola por la espalda con sus brazos mientras veían el show de fuegos artificiales en el cielo nocturno aunque su única y más bonita visión fuera ella.

Se estaba dejando arrastrar a donde su cerecita iba, emocionada por querer acceder a la majestuosa noria. Esperando pacientemente el turno de ambos subieron tomando asiento uno al lado del otro. Desde las alturas podía apreciarse perfectamente todo el parque con la rueda detenida por unos segundos, las luces brillantes iluminaban un poco aquel inmenso mar que se perdía entre la oscuridad dentro de la estrellada noche, salvó que para JungKook su único panorama era esa pelinegra que no paraba de admirar su alrededor como si fuera una pequeña niña emocionada descubriendo algo nuevo, haciéndole sentir demasiadas cosas dentro. Estaba seguro que aquello que refulgía en su interior con vehemencia significaba tan solo una cosa.

—Sé mi novia, Youjin.

Todo se detuvo ante esas precipitadas palabras que salieron desde lo mas profundo de su agitado corazón. Bueno, mejor dicho:

Youjin volteó su rostro veloz, estática, borrando su sonrisa para mirarlo a él, expectante y nervioso. Asombrada y eufórica por aquella propuesta que quería gritar que si, pero su sorpresa no le permitía hablar o moverse siquiera.

JungKook solo admiró el rostro de su cerecita, sus pecas levemente sonrojadas por el rubor del maquillaje, las luces del parque iluminando su hermoso rostro. La repentina necesidad de llevársela a cualquier lugar lejos de todo lo atacó al mismo tiempo en que su raciocinio le expresaba que sería imposible al ser ella una figura pública. Le importaba tres mierdas mientras le dijera SI para poder adorarla a su manera.

—¿Youjin?

Tempestiva, se abalanzó sobre él para besarle labios, algo más atrevida dejando salir su contenida euforia, se sentó en las piernas de este a horcajadas, JungKook se aseguró de sostenerla firmemente rodeando su cintura para aferrarla todo lo que podía a su cuerpo.

—Si, cariño, claro que quiero, si quiero, si quiero.

No pudo evitar reírse por la alegría desmedida que su ahora novia descargaba. Si así se ponía por tan solo esa propuesta, no quería pensar que sería el día en que... Su celular comenzó a vibrar dentro del bolsillo interno de su chaqueta acabando con el romántico momento. Youjin recobrando la compostura volvió a sentarse en su puesto viendo que la vuelta llegaría a su fin, debían volver a la triste realidad. Regresar al hotel como si no hubieran salido para tener su primer cita como novios, sabiendo que debían separarse para descansar en sus respectivas habitaciones. Sería iluso pensar que luego de aquella proposición quedaría en tan solo una salida y nada mas, pues no conocían la intensa conexión que estos dos compartían. Era como sí se necesitaran con locura, como si las palabras sobraran y tuvieran que reconfirmarse con hechos lo desesperados que estaban por quererse una vez más.

Él sabía que se estaban arriesgando a mucho, mas no le importaba porque seguirla significaba que todo se volvía mucho más inmenso de lo que parecía. Lo disfrutaba, adoraba la expresión de placer en el rostro de Youjin, la manera en que ella se movía sobre sus piernas, que tuviera el control de la situación y su cuerpo. Sus dilatados ojos se dirigieron hacia el enorme espejo empotrado en la pared frente a la cama desordenada reflejando a sus cuerpos unidos moviéndose en sincronía. La tenue luz de unas velas encendidas lograba iluminar un poco lo que hacían volviéndolo más romántico. Cómo ella llevaba un rodete alto podía verle la espalda desnuda, admirando desde su posición el tatuaje que ella tenía en su piel, eran pequeñas mariposas que comenzaban en la mitad de la espalda y conforme iba ascendiendo a la nuca se convertían en estrellas teniendo una ligera curiosidad por saber el significado.

Su atención se vio desviada al momento en que sus labios fueron atrapados por los de Youjin reclamándolo con pasión y necesidad, obligándolo a poner de su parte cuando ella comenzó a dar pequeños saltitos sobre su miembro para llegar rápidamente al orgasmo. La sintió desmoronarse entre sus brazos, agitada y cansada. Entre dulces besos y suaves caricias la colocó debajo de su cuerpo, su mirada distrayendose de nuevo hacia otro pequeño tatuaje debajo de su seno izquierdo. Tres pequeñitas y simples flores en tonos pasteles, femenino y delicado así como la percibía en ese momento. Descendió su rostro para besar suavemente el dibujo escuchando los suspiros que ella soltaba mientras sus dedos en caricias trémulas la estimulaban en su aún sensible intimidad.

Las pasadas ocasiones había visto los tatuajes en su piel, pero en medio de su frenesí no les había prestado atención, no como en ese instante mientras le hacía el amor. Había más, muchos que quería observar y tenía la necesidad de besar cada uno. No se preocupaba por ello porque tiempo es lo que les sobraba y lo único que haría era seguir disfrutándola como en aquel momento en que estaba alcanzando su orgasmo dedicándose a besarle los labios mirándole directamente a los ojos.

El amor está en el aire 😭

No se les hace tan hermosos estos dos dándose duro en cada oportunidad? 😍🤩💕amo que sean así 🤦🏻‍♀️  todo es color de rosa, no?

Bueo, me voy, no se olviden que les amo muchito.

💜💜💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro