
𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝟮𝟱
El concierto en el Osaka Dome fue un éxito, al igual que en el Estadio Nacional de Singapur y en el Domo de Fukuoka, en Japón. Cuando finalizó su concierto en el Asia World-expo en Hong Kong realizó un live en su habitación de hotel probando comida local deliciosa. Lo llamó,“Eat Jiny” como presentación. Solo esperaba que su hermano no lo viera sino tendría una furiosa llamada de su parte, aquel nombre fue iniciativa del actor al querer hacer algo parecido en sus lives. Jin usaba bastante sus redes sociales para comunicarse con sus fans al igual que su hermana menor. Hasta ahí todo estaba bien.
El concierto en Berlín fue emotivo, pues los Bloomys le expusieron a la Idol un hermoso proyecto por su cumpleaños ya pasado. Aparte de cantarle en coreano, habían demasiados carteles y pancartas con las mejores frases de sus canciones. La cantante estaba tan sensible que lloró sobre el escenario, ella sabía que tenía a los mejores fans del mundo y por eso cantó dos canciones aparte fuera de la setlist oficial. Para cuándo dio el concierto en Londres, su motivación se vio ligeramente opacada por todas las imposiciones que HoSeok le colocaba.
Que fotos, que grabaciones del lugar donde estaba, que lives o posteos para sus fans. No tenía un solo respiro. No podía ver a JungKook. Y Kira parecía un perro guardián detrás que cuidaba cada paso que daba, al punto tal que esperaba hasta que se durmiera para dejarla en paz. Todo tenía un límite, Youjin tenía mucha paciencia y respetaba a sus mayores, excepto cuando la drenaban hasta el cansancio, era cuando le importaba mierda.
—¡Youjin!
La puerta del baño se cerró violentamente en la cara de la estilista. Estaba asombrosamente enojada por la brava actitud de la chica. Golpeteo con fuerza, recibiendo del otro lado una épica respuesta. El alto volumen de la canción Phycosocial de Slipknot que Youjin puso a través de unos pequeños parlantes no le permitía ni siquiera oírse a sí misma. Estaba enfadada, agotada, exhausta de ellos, tenía hambre, apenas podía dormir lo suficiente y lo único que quería era ver a JungKook, estar con él unos miserables minutos, que la abrace pudiendo hablar boberías para aclarar su cabeza de tanto trabajo, pero no. Estaba echada dentro de la bañera de un hotel de lujo de brazos cruzados llorando con la impotencia recorriendo su cuerpo.
Balanceaba sus pies en unos borcegos negros meneando la cabeza al compás de la canción de groove metal esperando a que se le pase el mal genio o que Kira la dejara sola. Su pecho comenzó a doler al mismo tiempo que su corazón bombeó fuerte dentro, cerró sus ojos intentando respirar despacio, mentalizándose en calmarse y no darle lugar a una crisis de ansiedad. Su celular vibró sobre el mármol, con pereza se levantó agarrando el aparato, admirando la foto que había puesto del pelinegro junto a su nombre y un corazoncito al lado.
La música se detuvo en el momento en que atendió.
—¡¿Dónde estás?!
—Trabajando —su voz se escuchaba fatigada.
—¿En qué?
—Pues al parecer soy bueno levantando peso, así que estoy ayudando con algunos de nuestros equipos.
—Supongo que me llamaste porque alguien —enfatizó la última palabra— te dijo que lo hicieras.
Escuchó el suspiro del otro lado. Colocando agresividad en sus dedos apartó algunas lágrimas de su rostro. Le importaba poco si se hinchaba, pues al siguiente día tenía asistencia a un evento de moda.
—¿Puedes mantenerte tranquila? Kira intenta hacer lo mejor posible.
—Me está presionando —siseó, con voz grave— lo está haciendo a propósito.
—Sabíamos no que sería fácil, que en algún momento alguien se daría cuenta —Youjin resopló lentamente— intentemos que todo se mantenga privado y tranquilo, tendremos mucho tiempo después —esnifó, secando su rostro con pequeños toquecitos de su mano— Youjin, respira, debes mantenerte ocupada en tus asuntos, yo estaré aquí, no me iré a ningún lado.
—Esta bien —contestó desganada— ¿JungKook? —«te quiero», quiso decirle pero se contuvo y rápidamente articuló— te extraño.
Aún no era el momento.
Del otro lado de la línea escuchó como llamaban a su guardaespaldas. Y él rápidamente se despidió sin decirle mucho más.
Sí para ella era complicado, para él tampoco era sencillo.
—Esta mejor, ¿contenta? —preguntó viendo a Kira acercarse a él.
—Te recuerdo que hay un contrato de por medio que dice…
—Sé muy bien lo que dice ese contrato —la interrumpió, intimidando y causando un poco de nerviosismo en ella— nadie pudo evitarlo. Ni ella ni yo despertamos un día y dijimos: hoy jodamos nuestras vidas y las de los demás enrollándonos —ironizó.
Kira temía por los superiores. Bloom Cherry era la artista principal de la empresa, la que más facturaba. Que saliera a la luz una relación que no fuera con un Idol o artista del medio autorizado/confirmado por las agencias sería un tremendo escándalo que llevaría a Youjin a poner obligadamente en pausa sus actividades y a JungKook lo echarían, o en el peor de los casos, harían que eso se terminará por el bien de los dos de la peor manera.
—No juegues con ella, JungKook —advirtió en un murmullo acongojado levantando su índice— Youjin está deslumbrada, sabes todo lo que ella ha pasado, aunque se muestre alguien ruda, es una chica sensible que sueña despierta.
—¿Puedes, entonces, estar de nuestro lado? —murmuró— Youjin me gusta, es una hermosa mujer y quiero darme una oportunidad con ella, si tienes miedo te prometo que conmigo estará bien.
Y Kira lo sabía. Confiaba en ello.
—Termina lo que tienes, en unas horas tenemos que viajar a París.
Terminó se alistarse revisando su aspecto en el espejo de cuerpo entero que se encontraba en la puerta de baño. Ese día tendría que usar un traje para acompañar a Bloom Cherry al evento de moda al cual estaba invitada, un desfile de la marca Dior por la semana de la moda; y en la noche, sería el anteúltimo concierto que daba en Europa, la siguiente parada sería algunas ciudades de los Estados Unidos. Mientras intentaba acomodar la corbata alrededor del cuello de su camisa blanca no paraba de pensar que su trabajo lo había llevado a recorrer parte del mundo. Irónico, porque ese había sido uno de los planes que había tenido junto a su ex cuando terminaron sus estudios.
Se le hacía extraño que la recordara después de tiempo, le era inevitable tenía una poca curiosidad por saber de ella. Chasqueó la lengua tirando bruscamente de la corbata que no lograba colocársela bien, arregló su camisa dejando los primeros botones abiertos, terminó de colocarse un sobretodo negro a juego con el pantalón y los zapatos. Debía admitir que usar ese tipo de ropa formal le sentaba bien, y estaba muy seguro que a su cerecita le gustaría la vista. No era tonto, se había dado cuenta cuando ella lo miraba embelesada, con la baba cayéndole por la comisura de sus labios cuando él vestía elegante.
Sonrió divertido antes los recuerdos colocando perfume a una distancia considerable de su pecho y cuello, estaba por agarrar su celular para revisar la hora y por si había algún mensaje cuando el timbre de su habitación sonó. Fue pensando que sería SungHoon buscándolo o HoSeok, pero fue sorpresivo encontrar a YuGyeom risueño con un bolso sobre su hombro. Lo dejó caer en el suelo y se adentró al interior abriendo sus brazos.
—¿No me vas a saludar?
JungKook entre sorprendido y divertido correspondió al abrazo permitiendo a su compañero pasar.
—Fiu, que elegante eh.
—Gracias. ¿qué haces aquí? No se supone que estabas descansando en Seúl.
YuGyeom suspiró cansino, se cruzó de brazos y tomó asiento en una de los sillones cerca de la enorme cama matrimonial observando un poco a su alrededor.
—Eso pensé, pero me llamaron de la agencia informándome que debía viajar a París —añadió con una sonrisa— pensé que me había sacado la lotería y vendría a pasear, pero cuando mencionaron la palabra trabajo —se puso serio— supe que se trataba de volver a mi puesto como guardaespaldas de Youjin, bueno, de Bloom Cherry —dijo sarcástico.
—No sabía nada.
—¿En serio? —pestañeó— ¿no ha pasado nada malo? —preguntó y JungKook negó— es raro, se supone que contigo y SungHoon todo estaría más que cubierto.
—Debo irme ahora, tenemos un evento de Dior.
—Oh, si, Dahyun me lo contó —sonrió, levantándose— bueno, debo avisarle a HoSeok que llegué y acomodarme en mi habitación —hizo una pequeña revisión de su compañero, sonrió divertido— si no fueras mi compañero, diría que eres todo un papacito actor o Idol de esos que las mujeres se mueren y yo también me moriría.
JungKook no pudo evitar reírse, extrañaba las tontas ocurrencias de YuGyeom. Y aunque le extraño su presencia, esperaba que no fuera por los últimos acontecimientos dónde dos personas aparte sabían sobre su relación con la cantante de Kpop. ¿y si el manager de la chica sabía y por eso le estaba colocando muchas actividades? Aunque lo más sensato sería que HoSeok lo citará para advertirle las reglas del contrato y cuál era su puesto. No, era obvio que él no lo sabía. Y esperaba que todo se mantuviera en secreto.
A pesar de no poder acercarse como quisiera, la poca interacción que tenían era suficiente en ese momento. Ambos dándose miraditas bobas y sonrisas cómplices cuando el guardaespaldas le abrió la puerta del auto a la cantante. Ella aceptó la mano del pelinegro ayudándola a descender. Vestía un atuendo de dos piezas, una blusa de tirantes color negro con escote corazón, junto a una falda tubo que llegaba por debajo de sus rodillas. Las sandalias que había escogido, aunque altas la hacían ver esbelta, al igual que los pocos accesorios. Era un sueño elegante que JungKook no podía parar de mirar. Disimuladamente claro.
Luego de las fotos que tardaron mas de lo estipulado por ser una de las mejores vestidas, se adentró al complejo encontrándose con algunos artistas conocidos del medio, hacer sociales era lo suyo, disfrutaba de hablar e interactuar y divertirse. A JungKook le gustaba que ella fuera tan transparente y suelta. Cuando debió ocupar su puesto tomó asiento al lado de una diseñadora de vestidos de novia muy conocida en Corea, era una de sus favoritas —aunque casarse no era una aspiración en su vida— se había enamorado de uno en particular que tenía una historia muy particular y se llamaba Luz de Luna. Aunque durante el desfile su atención se veía un poco desviada por la mirada de otro invitado que tenía enfrente, uno al cual conocía como el embajador de Dior en Corea.
Un modelo que no conocía personalmente, pero que traía de que hablar por su personalidad arrasadora y su imagen de chico amable y tierno.
Aunque su única atención estuviera en su guardaespaldas y su forma tan imponente de pararse más alejado, protegiéndola mientras se daba la post fiesta y ella disfrutaba la compañía. Pese a que su mente se encontraba en otro lado, apenas tendría tiempo de ensayar, de comer y prepararse para su último concierto en Europa. Estaba nerviosa, aún resentida por la pelea que había tenido con Kira, a la cual había ignorado incluso hasta el momento de regreso al hotel. Tampoco sé había olvidado que por poco le decía esas dos palabras importantes a su, a su ¿Qué era? También que habían incluido a YuGyeom devuelta a su puesto y no le gustó nada cuando escuchó a dos de las chicas de su staff hablar.
—Supongo que lo hacen para más protección.
—Supongo —dijo Dahyun— pero lo que JungKook me comentó él también ayudará en otras cosas, se me hace extraño, escuché por ahí que no iba acompañar a Youjin al evento de Dior, pero como el vuelo de YuGyeom se retraso no podían solo enviarla con sunbae SungHoon, no iban a dejarla sola.
—No entiendo nada, pobrecita aún no saben nada de ese loco que la acosa.
—No, y el que lo intentó solo fue uno más de la lista.
Youjin no olvidaba que aún su sasaeng seguía suelto, que no había vuelto a aparecer y eso significaba dos cosas: o que estaba preparando una vuelta triunfal o que solo estaba esperando el momento correcto de atacar. Se vio deambulando por los pasillos del estadio, alejada, calentando su voz, con cientos de pensamientos intrusivos por segundo que no se dio cuenta cuando la presencia de alguien más apareció asustándola.
—¿Estás bien?
Apenas reaccionó se lanzó a rodearle a su guardaespaldas favorito la cintura, escondiendo su rostro en el pecho de este poniéndole más atención a los latidos de su corazón al tener su oído allí. Se sintió reconfortada cuando esté la rodeó, apretujándola y besándole le coronilla de la cabeza.
—Youjin, estás temblando, ¿pasó algo?
—Estoy nerviosa —mintió a medias.
JungKook tomó sus manos aferrándola entre las suyas intentando que ella lo mirara a los ojos. Podía sentir la ansiedad en su chica y eso no le gustaba. No entendía qué ocurrió si hasta hace unas horas atrás todo iba de maravilla.
—Hey, tranquila, todo saldrá bien —Youjin asintió no tan convencida, se movía mucho en un intento por aplacar su absurdo miedo— ven.
JungKook se acercó acortando el espacio entre ambos, unió sus labios en un beso tranquilo y suave que Youjin no esperó, pero le gustó. Llevó sus manos al hombro del pelinegro cuando esté le soltó las manos, sus lenguas acariciándose suavemente, su cintura era firmemente apretada por las manos masculinas. Jadeó llena de sorpresa cuando sintió el tacto cerca de su zona íntima.
—Shh~ relájate pequeña —ella suspiró, expectante y sorprendida. JungKook no solía ser travieso, pero eso le gustó más de lo que pensó. Gimió un poco más fuerte sintiendo los dedos introducirse en su sexo— shh~ debes mantener el silencio si quieres que siga.
—Bésame entonces.
Y él así lo hizo, la besó con más prontitud, sus dedos entrando de a poco, húmedos por los fluidos de la cavidad, frotando los labios y su pulgar jugando peligrosamente con su sensible botón. Youjin estaba extasiada, necesitada y nublada. Sus manos apretaban los anchos hombros sosteniéndose. Sus piernas temblaban, su cuerpo estaba entrando en calor sintiendo transpirar, sus gemidos siendo ahogados por la boca del contrario que se restregaba sobre su cuerpo. Estaba a punto, temblando, mordiéndose los labios cuando los besos pasaron a su cuello. JungKook la sintió desmoronarse, la sostuvo de la cintura rodeándola con su brazo mientras embestía más rápido, mordiendo la piel de su cuello, escuchándola gemir en su oído.
Lo disfrutó, realmente disfrutó verla venirse. Su nombre saliendo de esos labios hinchados y esponjosos. Teniendo pensamientos sucios en su mente sobre lo que quería hacer con esos belfos o mejor dicho, que quería que le hicieran a su cuerpo.
Ambos respiraban con dificultad. JungKook medio empalmado sin importarle no ser saciado cuando su linda cerecita batallaba por respirar, todo a causa suya. Le acarició la mejilla suavemente, besó su nariz, luego picoteando sus labios con una ternura tan abismal que cualquiera pensaría que no habían tenido un momento erótico hace minutos atrás.
—¿Por qué haces eso? —su garganta estaba seca, pidiendo por agua.
—¿Hacer qué?
—Enloquecerme y después besarme como si fuera delicada.
—Porque lo eres Kim Youjin. Eres delicada, debo tratarte como lo más delicado de este mundo.
Si seguían así, ella no se presentaría.
—Tengo que seguir calentando mi voz, sabes —tragó, admirando aquellos ojos marrones— si no me sueltas pasará algo peor —y añadió— dejaré a mis fans plantados.
JungKook sonrió, viéndola a ella morderse el labio, fascinada, él sabía cómo corromperla con tan poco y él sintiendo lo que sentía, se dejaría corromper por ella si tan solo se lo pidiera.
—Debo irme —murmuró, empuñando la parte de la camisa leñadora que tenía puesto el chico. Lo miraba con ojitos nublados e inocentes mientras por dentro sus pensamientos eran subidos de tono.
—También yo —se inclinó un poco, besando esos labios esponjosos cortamente, y mientras se alejaba le sonrió ladinamente dejándola mejor o peor de lo que ya estaba.
Trotó en pequeños saltitos por el pasillo lleno de personas moviéndose de un lado a otro. Sonrió al ver a Kira saliendo de una de las habitaciones, está la detuvo por el brazo observándole en detalle. La cantante esperaba que no encontrara nada fuera de lo común, sin embargo, el gesto ceñudo de la mujer le hizo entender que había algo y sí ese algo era lo que creía, mataría a JungKook, bueno, tampoco es que quisiera, le había gustado el cariñito que le había echo. Kira la soltó resoplando, gritó el nombre de una de las maquilladoras y está llegó hasta ellas esperando indicaciones. La asistente solo metió mano dentro del bolso con todo el maquillaje sacando un pote de cushion, le pidió a la chica que siguiera su camino y se acercó a Youjin para cubrir cierto rubor de color rojo en la piel de su cuello.
—Fue el CrossFit que hice anoche.
—Claro, CrossFit se llama ahora —sarcástica— los tres tendremos una conversación muy seria, ¿entendido?
Youjin tan solo asintió, acatando cualquier orden que le pidieran porque su mente se encontraba en otras cosas. En dar un concierto inolvidable, divertirse y olvidarse de lo malo, teniendo la adrenalina recorriendo su torrente cuando se despidió de sus fans europeos.
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Bostezó divisando sus redes sociales sin darle la suficiente atención. Respondió al mensaje de sus primos en kakao para luego conectar el celular a cargar la batería. Estaba agotado, fue un día de muchas emociones y solo quería dormir un par de horas, abrió las sábanas de la cama dispuesto a meterse dentro, pero la puerta de su habitación resonó con suaves golpecitos lo que le causó extrañeza. Pensó en YuGyeom por una milésima de segundo que se quedaba en el cuarto de a lado, automáticamente ese pensamiento cambio cuando abrió la puerta y vio a una pequeña persona cubierta.
—¿Youjin?
Sin responderle lo empujó al interior, confundido por el comportamiento misterioso intentó preguntarle cuando la cantante decide quitarse el hoodie quedando solamente en unas pantis de encaje muy interesantes. Eran de un rosa muy bonito, que a los costados se sostenía por unos finos lazos de color negro que terminaban en unos moñitos pequeños.
—Vine a terminar lo que iniciaste.
Saltó, abrazando con sus piernas y brazos el cuerpo de su guardaespaldas para atacar su boca. Él le correspondió rápidamente sosteniéndola de los muslos, sus manos impacientes avanzaron hasta apretarle el trasero. La llevó hasta la cama deshecha sentándome con ella en su regazo, Youjin comenzó a moverse frotando sus intimidades —agradecía que a él le gustará dormir con tan solo unos pantalones, le facilitaba las cosas— sujetó su rostro siguiendo el apasionado besó empuñando parte de su cabello. JungKook estaba perdido y entregado ante el desesperado toque de la cantante. Está lo empujó cayendo recostados sobre el colchón, siguió moviéndose sobre él con más rapidez, sus manos le acariciaron el pecho de forma lenta sintiendo debajo el bulto crecer. JungKook gimió a lo que Youjin aprovechó de bajar sus labios por la afilada mandíbula, por su cuello que se estiró dejándole mas espacio, fue bajando hacia su fuerte pecho y marcado abdomen sin dejar de acariciarlo. Él jadeó entre extasiado y sorprendido cuando sintió como le bajaba los pantalones liberando su masculinidad.
—¿Youjin?
—Relájate, pequeño —le devolvió ella de una manera que lo dejó peor, Youjin soltó una risita al sentir la palpitación del miembro masculino sostenida por su mano— disfruta, cariño, solo disfruta.
Su espalda cayó sobre el colchón mirando hacia el techo, el primer movimiento le quitó un ahogado gemido que se perdió entre sus labios entreabiertos, sus ojos se cerraron con fuerza no pudiendo evitar apretar las sábanas entre sus manos. La forma en que la boca de Youjin abarcaba su miembro, su lengua saboreando lentamente su longitud, las manos femeninas tocándolo, era, era, no tenía palabras para describir lo bien que se sentía. Tragó con fuerza, mordiendo sus labios al retener en su garganta los gemidos que amenazaban con salir; que se escuchará lo que ella hacía no ayudaba en lo absoluto y menos quería descender la cabeza para observar porque no soportaría más tiempo. Todo su cuerpo comenzó a tensionarse, una de sus manos fue al cabello de la cantante empuñando un poco de modo que tomó el control moviendo su pelvis. Tan solo bastó unos cuantos minutos más en que ella aceleró sus movimientos para hacerlo venir.
Su pecho subía y bajaba, necesitaba unos minutos para poder recuperarse, para volver a la realidad, donde una Youjin arrodillada —y satisfecha— entre sus piernas sonreía con una inocencia que a él le produjo querer borrársela cuando la miró. Como si hubiera ganado esa batalla de quién hacia venir más rápido al otro o mejor. Lo que Youjin no sabía es que su guardaespaldas no la dejaría ganar, no le daría el placer de verlo alborotado. La castigaría, aunque pensándolo bien, lo que tenía en mente más que un castigo sería como un dulce premio que disfrutaría. JungKook se levantó rápidamente lanzando a la pelinegra a la cama, dejándola confundida cuando desapareció por unos minutos hacia el baño, ¿había hecho algo mal?
Sin embargo, toda preocupación se fue cuando él volvió demostrando demasiada seriedad en su rostro. Tragó saliva no pudiendo evitar ver qué su guardaespaldas sostenía su miembro con firmeza, masajeándolo de arriba abajo, logrando que este se pusiera duro y prominente, bastante prominente. JungKook viendo la distracción de su cerecita jaló uno de sus tobillos cuando subió de rodillas a la cama, la acomodó más cerca teniendo la oportunidad de quitarle aquella braga que a simple vista se notaba húmeda en el centro, se la quitó con brusquedad causando un jadeo sorpresivo en ella, arqueó su espalda cerrando los ojos al sentir los largos dedos tanteando superficialmente su interior. Más que preparada y ansiosa. Y al siguiente, gimió agudo sintiendo la gran intromisión entrar y salir, sus ojos se abieron viendo a JungKook balancearse sobre ella, sus fornidos brazos a los costados de su cabeza mientras la embestía. Aún en su éxtasis sus ojos se encuentran, Youjin lo atrae del cuello para besarlo, corriendo parte del cabello largo del chico que le dificultaba verle el rostro. Le gustaba, le encanta, le fascinaba la manera en que sus caderas chocaban, en que parecían recorrer la cama porque cada embestida subía de intensidad y aunque ella sentía un poco de dolor, el placer era mucho más grande.
Sus bocas se encontraron acallando los gemidos de ambos, las uñas de Youjin se enterraron en la espalda de JungKook que se movía más rápido, más duro y profundo en su interior, los brazos de este se presionaron alrededor de la espalda de la cantante tensando cada parte de su cuerpo, cada músculo y vena, ambos sudorosos, desesperados por llegar, por seguir sintiéndose y jamás acabar. En medio de la fruición, JungKook acunó el rostro de Youjin queriendo verla a los ojos, besando sus pecas, disminuyendo el movimiento de sus caderas lo más lento posible cuando la sintió venirse y cuando fue su turno sus ojos se cerraron atrapado por la sensación arrolladora del orgasmo mientras sus ahogados gemidos se deshacían en los labios de Youjin.
—Te extrañe, cariño —jadeó él, acariciando las mejillas sonrojadas de su chica.
—Y yo a ti, cariño.
Se sonrieron cómplices, dejando en claro lo mucho que se habían extrañado.
Su respiración es acompasada, tranquila, su cuerpo completamente relajado abraza al femenino por la espalda mientras duermen, su rostro se esconde entre el cuello y el hombro de esta. Suspira entre sueños, su ceño se ve levemente fruncido escuchando algún tipo de ruido lejano que no sabe distinguir. Al abrir los ojos encuentra que todo está en orden —a excepción de los almohadones, el enorme edredón y la ropa regada por el suelo—, bosteza moviendose despacio para no despertar a Youjin, es cuando cae en cuenta que la alarma en su celular no sonó y son casi las siete de la mañana. Se supone que debían despertar como mucho a las cinco para que la cantante saliera de la habitación sin peligro de que alguien la viera. Estuvo a poco de despertarla, pero el toque hacia la puerta es lo que acaparó su completa atención colocándolo nervioso, está vez de pie tomó sus boxer del suelo colocándoselo rápidamente, la puerta cedió y él se adelantó postrándose enfrente de YuGyeom quien ingresó con una bolsa en la mano.
—Oh —cubrió sus ojos con la mano al ver a su compañero semidesnudo recostado de la pared evitando que mire más allá— perdón, pensé que estabas durmiendo aún.
—¿Cómo entraste?
—La puerta —señaló con obviedad— estaba entreabierta, toque, pero al parecer no me escuchaste, por eso me atreví a entrar.
JungKook sintió su corazón latir desenfrenado dentro de su pecho, el azabache estaba a nada de descubrir a la Idol desnuda en su cama, la sudadera y zapatillas de la chica estaban en la entrada y hasta ahora su compañero no se había dado cuenta o pasó desapercibido esos detalles, solo rogaba que siguiera así hasta que se marchara.
—¿Pasa algo?
—No.
YuGyeom sonrió extrañado ante la actitud nerviosa del pelinegro, ignorando dejó sobre una comoda dónde reposaban algunas tazas y vasos la bolsa de la tienda de pastelería donde había comprado algunos pastelillos avisándole que era el desayuno.
—Cámbiate, te espero abajo.
Asintió, YuGyeom volteó con la intención de salir encontrando la arrugada sudadera color púrpura tirada en el piso, la levantó girando y sonriendo burlesco, haciendo una O con sus labios señalando la tela y luego a la cama que no podía ver por un pequeño pasillo que los separaba encontrándose ya en la puerta. Levantó el pulgar lanzándole la tela a su compañero, negando divertido llevó su índice a sus labios indicándole que guardaría el secreto.
Cuando la puerta se cerró dejándole en un extremo silencio, JungKook caminó hacia atrás viendo a Youjin resoplar de los nervios, destapándose causando que sus cabellos se alboroten un poco.
—Ya se fue —lloriqueó viendo al techo— casi me da algo.
JungKook tan solo comenzó a reír con la adrenalina aún en su cuerpo, veloz subió a la cama gateando para besar los labios de su chica, la sostuvo de la cintura acercándola a su cuerpo y ella decidió mejor subirse a su regazo a horcajadas siguiendo con los pequeños besos que los hacía sonreír.
—¿Ahora que haremos? —se relamió los labios, preocupada ante la situación— habrá gente afuera, me verán, que explicación daré.
Si no hubiera sido por la intromisión de YuGyeom al cuarto, lo más seguro es que aún seguirían durmiendo.
—No te preocupes —tomó su celular de la mesa de luz buscando un nombre en particular que a Youjin le hizo abrir los ojos como platos— es nuestra única salida —dijo él colocando el teléfono en su oreja y ella sabía que era verdad. Ambos suspiraron expectantes— ¿Kira? —miró a YouJin, sonriendo apartó el cabello que caía sobre su hombro besándole la zona, seguía sobre él completamente desnuda— si, necesitamos de tu ayuda… algo así —dijo con pena— está bien —cortó, dejando el aparato sobre el colchón para colocar sus manos sobre la cintura femenina— en cinco estará aquí. Cámbiate.
Youjin se lo quedó mirando por unos segundos para luego besar sus labios de forma lenta y dulce, demasiado enamorada de él. Jamás queriendo salir de sus brazos, queriendo quedarse para toda la eternidad sintiendo su piel caliente sobre la suya. Pero la realidad era que debían volver a fingir que solo eran compañeros de trabajo, ella una famosa cantante y el su guardaespaldas.
Perdón por esto, siento que no tiene sentido lo que escribi, me perdí en el relato. (En el lemon) 🤭
Espero les haya gustado.
🔥 3D JUNGKOOK IS COMING 🔥
Que tengan un hermoso domingo. 🥰✨
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