𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝟭𝟴
—¿QUÉ? ¿y hasta ahora me lo cuentas?
JungKook rodó los ojos, terminando de colocar lo último dentro de la mochila que llevaría. Se apoyó con ambas manos sobre el escritorio, inclinándose para poder tener mejor visión de la pantalla y la cámara de su laptop, muy temprano recibió la llamada de NamJoon, colocando a este al día de las noticias de su vida.
—¿Y ahora en qué están?
—Por ahora no pasa nada, simplemente estamos normal.
—¿No se te hará algo fastidioso?
Lo últimos días habían sido algo incómodos para él, pero no por saber sobre los sentimientos de la cantante sino porque está se mostraba lejana, con las palabras e interacciones justas. No le gustaba esta nueva realidad, pero debía ser sincero consigo mismo y entender que ella se alejaría para matar eso que decía sentir.
No estaba seguro de nada.
—¿Kook? ¿estás seguro de lo que sientes? —este se encogió de hombros— mereces ser feliz, no estás atado a nadie ahora y no tiene nada de malo darse una nueva oportunidad. Ella tal vez sea indicada.
Sí, era la segunda persona que se lo decía. Él también creía que merecía ser amado, pero ¿Youjin? Negó, aún cuando quisiera no podría, había un contrato de por medio que prohibía cualquier relación amorosa entre compañeros de trabajo. Y quería pensar que lo que sentía era una simple atracción, nada más. Una simple atracción que en algún momento acabaría, ¿no?
Subió las maletas a la camioneta que lo llevaría junto a YuGyeom al aeropuerto. Viajarían a los Estados Unidos por las promociones del nuevo álbum de Bloom Cherry. Tenía una presentación en un famoso programa televisivo, apariciones en vivo y entrevistas. La había visto trabajar duro, ensayar y no dormir como estaba acostumbrada, incluso no pudiendo entrenar.
Apenas la camioneta se detuvo frente al aeropuerto, tanto JungKook como YuGyeom se colocaron cada uno al lado de la puerta, está se abrió y Youjin descendió. Los gritos de sus fans y algunos periodistas se podían escuchar perfectamente aturdiendo un poco a la Idol. Hacia minutos había tomado una pastilla tranquilizante que haría el vuelo de varias horas, menos estresante.
Saludó, hizo corazones con sus manos y dedos. Minutos después, caminó hacia el interior con los flashes cegándola, teniendo que sostenerse de YuGyeom quien iba a su lado. JungKook viendo aquello a través de su hombro apuró el paso dejando atrás todo el ruido y la gente eufórica. Realizaron el trámite correspondiente con sus pasaportes y subieron a bordo. Kira fue la encargada de sentarla, el efecto de las pastillas ya estaban haciendo lo suyo dejando a la cantante algo atontada.
—JungKook, por favor, quédate dos minutos con ella mientras reviso algo.
Asintió, viendo a la mujer alejarse, al voltear su rostro vio a HoSeok en lo suyo, a YuGyeom inmerso en su celular y a las chicas del staff hablando entre ellas. Nadie miraba por Youjin, tal vez porque era costumbre, pero a él le preocupaba un poco. Se sentó en el asiento que daba a la ventanilla, Youjin se mantenía lánguida sobre el mullido asiento, con ojos entrecerrados abrazando a una peluche de alpaca blanca con pañuelo rojo en el cuello.
—¿Te sientes bien?
Youjin rodó la cabeza, acomodándose de costado, sonriendo como tonta al encontrar a su guardaespaldas a su lado. Las pastillas lograban que sea más fácil que pudiera expresarse.
—Estoy drogada, así que deberías irte antes que se me ocurra confesarte todo lo que me gustas y me fascinas como hombre —su voz sonó débil, sin embargo, a JungKook solo le hizo gracia el comentario.
—Me quedaré un poco más —susurró, observando a Kira sentarse al lado de YuGyeom— hasta que te duermas.
Recostó la cabeza sobre el respaldo, mirando hacia la ventana sabiendo que a su lado no dejaban de mirarlo.
—Perdón.
—¿Por qué?
—No es mi intención hacerte sentir mal, sé que te está costando acercarte a mí como antes, pero no lo hagas por favor, no te alejes de mí.
No iba a negar que la incomodidad lo había atacado un par de veces, pero no diría que fue totalmente eso, sino la sensación de sentirse… ¿halagado?. Si, tal vez esa era la palabra para definir como se sentía y la cual no quería evitando dejar avanzar a ese… algo. Suspiró, sintiendo el movimiento del avión deslizarse por la pista. Se acercó a ella, a ese rostro pecoso apenas maquillado y le susurró.
—No me iré a ningún lado, Youjin, voy a estar aquí —alargó su mano, apoyándolo del reposabrazos, dejando la palma hacia arriba, incitándole a ella a tomarla— nada malo va pasar, ¿está bien?
—¿Lo prometes?
—Lo prometo.
Mostrándose conforme, se permitió hundirse más en el sueño, pero consciente para entrelazar sus dedos con los finos de su guardaespaldas. Sintiendo calma ante el apretón y calidez que este le brindó gran parte del vuelo.
Los últimos detalles al rostro de Youjin estaban siendo finalizados por Hyeon, dentro del camerino estaban casi todos cuando la puerta sonó con ligeros golpecitos dejando entrar a Jimmy Fallon y su productor, este último dirigiéndose a HoSeok. Jimmy se acercó a Cherry, saludándola con un suave abrazo y dejando a JungKook —mas alejado— sorprendido por la fluidez en el inglés de la Idol. No sé lo esperaba. Al momento en que ella debía presentarse, le susurró un fighting como todos los demás. La verían a través de la televisión siendo una transmisión en vivo.
Era una de los programas más esperados por los Bloomys.
—Has estado trabajando mucho en este disco.
—Así es, tengo un gran equipo de trabajo detrás que me acompañan en cada locura —su elocuencia a la hora de hablar hipnotizaba, su voz hablando en inglés se volvía un poquito más grave.
—Este disco en particular tiene canciones variadas —comentó, Jimmy, admirando la portada— desde baladas con letras profundas hasta canciones que te invitan a bailar —movió sus hombros de forma graciosa causando la risa en la idol y los del público— he estado escuchando Luna llena una y otra vez, es muy pegajosa, ¿quisiera saber en qué pensabas cuando la escribiste?
Youjin sonrió, fingiendo diversión, respondiendo con una respuesta más que inventada sin acercarse a la verdad verdadera. Una que no demuestre que aquella letra surgió gracias a cierto pelinegro que la veía ser. Que disfrutaba de la interacción entre el conductor y su público. Divertida, desenfadada y un poquito coqueta, así se mostraba Bloom Cherry llevándose aplausos y alaridos de alegría.
El momento en que tuvo que presentar la canción estrella del disco, estaba en la piel de su personaje, con un look más salvaje y sensual. Era imposible apartar los ojos de su presencia y de cada movimiento que hacía al bailar. Cantaba tan bien y se movía otro tanto que a JungKook no le quedó más que carraspear al sentirse tonto por no poder desviar sus ojos de la pantalla. Calor, sintió algo de calor mientras su corazón latía veloz sin escuchar los comentarios de sus acompañantes.
Cuando el programa terminó, todo el equipo del programa la felicitó por tan buena energía, el mismo Jimmy la despidió dándole sus felicitaciones y que la esperaba en otro programa cuando sacara un nuevo disco, siempre sería bienvenida. Youjin estaba tan emocionada que esperó a que sus fans salieran afuera del estudio, y no se equivocaba. Sin embargo, la aparición de un hombre detuvo el paso de la Idol por unos instantes, uno que al guardaespaldas le llamó la atención por la manera tan afectuosa en que se saludaron.
—¿Ese quien es? —susurró a su compañero, este elevó su rostro para mirar la escena, elevó sus hombros y formó un puchero como negativa.
—Es Lee DongMin —respondió Dahyun, acomodando algo del maquillaje en el bolso— fue trainee en la empresa, se hizo muy amigo de Youjin. Su padre es un CEO muy importante y tiene una multinacional aquí en Nueva York —explicó— él ahora es un modelo muy reconocido y cada tanto se encuentran. YuGyeom, ¿puedes ayudarme con esto?
JungKook los observó, ignorando a los otros dos. Youjin se veía muy alegre, risueña, divertida al lado del chico que no quitaba sus manos de los brazos de la Idol. Parecía que cada palabra que el azabache le decía a ella la encogía de hombros, la avergonzaba y era la primera vez que la veía reaccionar así, excepto cuando…
—¡JungKook! Mueve tu trasero, hermano.
Suspiró, reprochando con la mirada a YuGyeom por su forma de hablarle. Se colocaron en posición en las puertas, de modo que Cherry saliera teniendo tan solo diez minutos para hablar con sus fans, firmar autógrafos o quitarse fotos recibiendo regalos. Subieron a la camioneta en dirección al hotel donde se estaban hospedando, era momento de descansar.
Llegando, cada uno fue a su respectiva habitación, a excepción de YuGyeom que invitó a JungKook a cenar en el bufet del lujoso hotel. El chico había visto el cambió de humor abrupto en su compañero y quería sacarle el chisme a base de palabras. Conviviendo juntos sabía cómo llegarle, como endulzarle el oído para que le contase las últimas nuevas, JungKook sabía que YuGyeom era bastante chismoso, él tampoco era tonto, así que le contaba todo, o al menos lo relevante para mantener a su compañero satisfecho y con ello se llevaba un buen rato lleno de risas, porque el azabache tenía sus comentarios más que ocurrentes.
Queriendo ingresar a su habitación, JungKook se dio cuenta que no había llevado consigo la tarjeta que le habían dado, por lo cual tuvo que bajar a recepción para pedir otra. La chica detrás muy amablemente emitió otra mientras reía de la situación que el guardaespaldas le contaba con su pobre y escueto inglés. Al menos se había echo entender y las recepcionistas recibieron una pequeña clase de coreano.
JungKook no captaba el coqueteo de estás.
Recibió la tarjeta después de varios minutos, de reojo advirtiendo algo extraño. Una persona de estatura baja, mujer, pasaba a paso rápido por el vestíbulo. Volteó, apoyando su codo de la mesada admirando a la fémina vestida con un suéter fino que le llegaba hasta las rodillas, unos borcegos y en la cabeza —cubriendo cabello y rostro— un sombre pescador, sonrió, irónico, sabía muy bien de quién se trataba. Esos borcegos negros con pequeñas incrustaciones en forma de cerezas no se veían todos los días, era un modelo personalizado que la Idol Bloom Cherry había enviado hacer meses atrás siendo su calzado favorito.
Él lo sabía porque en su momento se lo preguntó y ella con toda la emoción del mundo le contó la historia de cómo los había obtenido .
—¿A dónde va, señorita Kim?
Youjin se detuvo en seco, aún de espaldas a él, insultando en su interior por no haber previsto a su guardaespaldas. Se suponía que todos debían estar descansando siendo casi medianoche, facilitándole la escapada. Giró, sonriendo con fingida sorpresa, llevaba un cubrebocas negro que se lo quitó en el momento.
—¿Qué haces aquí? No deberías estar durmiendo.
—Olvide mi tarjeta —le mostró el plástico rectangular— baje a pedirla en recepción. Youjin, ¿qué haces aquí?
Su voz rasposa con atisbo de autoridad se escuchaba demasiado sexy. No iba a caer, claro que no.
—Nada, solo iba a comer algo al bufet —señaló inocente con su pulgar hacia atrás, JungKook viendo que la puerta de salida se encontraba justo ahí.
—Aja —se cruzó de brazos— sabes, el tiempo en que llevo conociéndote, aprendí a leerte, sé cuándo mientes y cuando no —eso causó curiosidad en ella— empiezas a hablar rápido, actúas inocente, te mueves mucho, aleteas tus pestañas y no mantienes por tanto tiempo el contacto visual.
—¿Acaso eres del FBI? —«atrapadaaa», canturreó su mente— ¡Ash! Ok, iba a salir —ante la incredulidad del
guardaespaldas, ella rodó los ojos— un amigo me invitó, hará un tour por la ciudad con otros amigos.
JungKook supuso que se trataba del modelo ese que se encontró en el estudio del programa de Jimmy Fallon. Suspiró, negando.
—Sabes que no tienes autorización.
—¿Quién lo dice?
—¿La empresa lo sabe? ¿Kira, HoSeok? —ante la no respuesta de la chica que se cruzó de brazos, él dijo— entonces te escoltare hasta tu habitación.
Refunfuñó, no iba a fallarle a DongMin, hacia mucho que no se veían y quería estar un rato con él.
—Mira —se acercó, murmurando con firmeza y autoridad observando esos ojos de cervatillo— no voy a volver a la habitación, voy a salir y tú te callaras —viendo que él iría a refutar, prosiguió rápidamente— estoy harta de estar encerrada, de no poder salir a la calle y hacer cosas normales —suspiró— si estás tan preocupado por mi bienestar, no te preocupes, Kira sabe que saldré con DongMin, tengo hasta las dos.
—Y tú obediente llegarás una y cincuenta cinco minutos, ¿no?
Youjin sabía que no sería fácil deshacerse de él.
—Acompáñame entonces.
—¿Qué?
El celular de la cantante sonó, lo sacó del bolsillo interno de su short de mezclilla negro leyendo el mensaje. Habían llegado por ella. No lo dudó, agarró la mano de JungKook entrelazando sus dedos, jalando de él.
—Se nota que necesitas relajarte y dejar de ser tan estricto con el trabajo, vamos.
Quiso negarse, pero sabía que por más que lo hiciera ella no lo escucharía, jamás lo escuchaba cuando acatar ciertas reglas del orden se tratase. Eso le gustaba de ella en partes, que hiciera lo que quisiera a su propia voluntad. No diría nada, la seguiría y estaría pendiente por si las dudas.
Una camioneta negra bastante grande se detuvo con otra de igual magnitud siguiendo detrás, Youjin abrió la puerta trasera metiéndose el interior con JungKook siguiéndole a su lado.
—¿Amigo nuevo?
—DongMin, JungKook, JungKook, DongMin.
Ambos se saludaron con una inclinación de cabeza. Youjin quedando entre medio de ambos se colocó a escribir en su celular mientras el otro indicaba en inglés que se movieran. A JungKook se le hizo un poco irritante que hablarán únicamente en inglés, no podía entender casi nada, pero se podía notar la confianza que se tenían el uno por el otro y aunque lo negara, muy en el fondo, no le gustó.
Fueron veinte minutos de viaje en el cual JungKook pudo ver algunas de las emblemáticas atracciones de la Gran Manzana conociendo otro mundo demasiado diferente del cual él estaba acostumbrado habiendo jamás salido de Corea, salvo por algunos viajes a Japón, pero no era lo mismo. Cuando los vehículos se detuvieron, descendieron, DongMin parecía ser el anfitrión de dicho paseo, indicando los planes que tendrían para esa noche. JungKook se sentía un tanto preocupado a que alguien los descubriera, mejor dicho, que pudieran fotografiar a Cherry divulgando y malinterpretando la situación. No quería que tuviera escándalos o que la propia empresa le recriminaran.
—¿Puedes cambiar tu cara?
—No deberíamos estar aquí.
Youjin resopló, atreviéndose a entrelazar sus manos de vuelta. Le empezaba a gustar que ella tomara su mano. Todo se encontraba a oscuras mientras avanzaban a pasos rápidos entre risas y balbuceos por el gran oscuro e vacío Central Park. Eran aproximadamente unas diez personas, todos parecían salidos de una revista de moda. Llegando a un enorme portón, se encontraron ingresando a un lugar restringido como el enorme cartel más adelante lo indicaba, JungKook se detuvo abrupto llevando consigo a Youjin, está chilló llamando la atención de DongMin unos metros más adelante.
—Amigo, no te preocupes, no pasará nada —palmeó su hombro con confianza— conozco al hijo del dueño, él nos dejará pasar, tendremos una hora y luego nos iremos. Nada pasará.
DongMin comenzó alejarse, diciéndole a Youjin en inglés que lo obligará a moverse. Ella volteó, abrazando con sus frías manos el rostro de JungKook de modo que quedaron cerca, mirándose fijamente.
—Escucha, confía en mí, nada va pasar, como dijo Dong estaremos un rato y luego nos iremos, ¿si? —no toleraba que usase su voz inocente para convencerlo de algo. Asintió, no quedándole de otra que seguirla. Y a Youjin la sorprendió que fuera él quien le sostuviera la mano con más fuerza marcando el paso.
JungKook jamás pensó encontrarse con un acuario de tal magnitud, uno donde las paredes y techo eran peces de todo tipo nadando de lado a lado, arriba y abajo. Una hermosa majestuosidad en azul y celeste, entre medio de la oscuridad y todo era solamente para ellos. Para su sorpresa, DongMin se acercó a ellos ofreciéndoles dos vasos llenos.
—Un poco de elixir mágico, Soju con cerveza —añadió, al ver el gesto incrédulo del guardaespaldas. Youjin recibió ambos, bebiendo un poco del suyo.
—¿Kira sabe que estamos bebiendo?
—No —bebió otro sorbo, sin siquiera mirarlo, ya se estaba hartando de la actitud pesimista de su acompañante— solo bebe, ¿si? No pasará nada.
JungKook tomó una bocanada de aire, recibiendo a duras penas el vaso, bebió un sorbo del líquido sintiéndolo delicioso y helado. Al parecer tenían todo preparado de antemano. Vio a Youjin alejarse participando en el grupo que se divertía admirando todo a su alrededor, haciendo el tonto, grabando o quitando fotos, se sentía como si estuviera haciendo algún tipo de vandalismo, como un adolescente de la secundaria que hacía cosas prohibidas. Cuando él jamás se había comportado de forma indebida en la época de la secundaria y todo por estar cuidando de su madre enferma.
—¿Qué tienes?
—Mi madre.
A Youjin se le hizo un agujero en el estómago, la voz de JungKook había salido débil y melancólica, había pasado media hora desde que se habían metido dentro y el alcohol aún seguía fluyendo colocando al grupo mas alegre, aunque consientes de no hacer desmanes que pudiera delatarlos.
—A ella le gustaba el mar —dijo con la mirada perdida en un pequeño arrecife— de niño solíamos ir mucho, pero no permitía que me metiera sin flotadores ni su supervisión constante, temía que me sucediera algo si no tenía sus ojos puestos en mí.
Sus manos volvieron a entrelazarse. Youjin lo obligó a tomar asiento en uno de los escalones, alejados de los demás, uno al lado del otro, teniendo frente a ellos tranquilidad y la inmensidad de la belleza del fondo marítimo.
—Esta noche olvídate de todo lo malo —le susurró, sonriendo.
¿Por qué la escasa luz la hacía ver tan bonita?
—Esta noche disfrutemos del océano de otra manera, seamos solos tú y yo, olvídate de JungKook guardaespaldas y de Cherry la Idol. Solo seamos nosotros dos.
JungKook asintió, sintiendo las impetuosas ganas de acariciar las mejillas de Youjin, de cumplirle el deseo a sus dedos de delinear cada peca. Sonriendo cuando ella marcaba con entusiasmo las monerías que realizaba un cardumen de peces payasos pasando frente a ellos. Se había olvidado de todo lo demás teniéndole a ella a su lado, a su emoción de niña, lo sonriente y juguetona que lograba que los demás rieran. Tan ensimismado en cada gesto que no veía más allá de su entorno.
¿Por qué no dejaba de mirarla? ¿Por qué se sentía feliz y libre?
No pensó en nada más cuando el amanecer los alcanzó en la playa de Long Island, aún con la luna en el firmamento, todos reunidos riendo y sacándose fotos mientras en sus manos sostenían unas centelleantes estrellitas. Se sentía como en aquella película de adolescentes donde el primer amor se vivía con intensidad, lo estaba viviendo de esa manera junto a ella quien sonreía y lo llevaba de la mano. Podía adjudicarle su poca noción al alcohol en sangre, pero le gustaba sentir ese extraño aleteo en su estómago, le gustaba mucho ella y no iba a negar ni a contrariar absolutamente nada.
Lo dejaría ser de una buena vez.
Dos imágenes que describen perfectamente este capítulo que se me hizo largo:
Bai, me voy a dar una lloradita por el CheKook ... 😭😭😭😭
Las ailoveo to mucho, gracias por apoyarme, comentar y seguir acá.
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