𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝟭𝟭
⌜¿Para que fui hecha?⌟
━What was I Made for? - Billie Eilish.
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Frunció el ceño, percibiendo en la lejanía el eco distorsionado de algo que no supo descifrar al principio. Se removió entre las sábanas buscando una cómoda posición para seguir durmiendo, pero ese molesto ruido solo logró que comenzará a despertar. Su celular vibraba incesante sobre la mesa de luz al lado de su cama, volteó entreabriendo los ojos, resoplando extendió su brazo para alcanzar el aparato y atender sin siquiera fijarse en la pantalla. El sollozo del otro lado de la línea hizo que abriera los ojos de inmediato y al escuchar la voz débil, que se sentará sobre la cama.
—JungKook… por favor ven.
—¿Youjin?
—No sé que me pasa, estoy —sus hipidos a causa del llanto le impedían hablar correctamente— tengo… miedo, no quiero… estar sola.
—Youjin, cálmate —frotó su rostro, somnoliento aun— dime, qué pasa.
—Creo que él está aquí.
—¿De qué hablas? ¿Youjin?
—No me siento bien —de repente el ruido de un golpe seco lo alertó, tensándolo— no sé que estoy haciendo —lo próximo fue el ruido de algún vidrio haciéndose añicos contra alguna superficie y al segundo la llamada se cortó.
No lo dudó, saltó fuera de la cama, colocándose lo primero que tuvo a mano para salir corriendo. Ni siquiera contempló en avisar a un tercero, solo quería saber qué había pasado y sobre todo, saber si Youjin estaba bien. Se detuvo frente a la puerta de la habitación donde la cantante se quedaba, su sorpresa fue grande al encontrar esta medio entreabierta, por su cabeza pasaron miles de horribles escenarios que hicieron a su corazón agitarse dentro de su pecho subiendo y bajando. Entró, murmurando el nombre de la chica sin recibir respuesta a cambio, caminó sigiloso, expectante y observador, todo parecía en orden, la cama a medio tender, el escritorio con algunos artefactos electrónicos que los idols usaban y el staff preparaba por si querían hacer algún live o trabajar. No había rastros de Cherry, ni de algún forcejeo o algo extraño, su desesperación por encontrarla lo estaba poniendo nervioso y eso activaría una de sus crisis y era algo que no podía permitírselo.
Iba salir de la habitación, llamar a Kira y los pocos que los habían acompañado, pero el ruido de algo desconocido captó su atención. La luz del baño estaba encendida, empujó la puerta despacio encontrándola ahí parada, descalza, frente al desastre de vidrios rotos de vaya a saber que objeto, sobre la cerámica. No parecía lastimada ni nada, pero a simple vista podía verse como ella temblaba y sus manos a los costados de su cuerpo eran tensos puños, pero lo que lo alarmó fue que en una de ellas sostuviera unas tijeras. Se acercó lentamente, murmurando su nombre para que ella supiera que él estaba ahí, al tenerla cara a cara, Youjin no hizo atisbos de moverse, ni de mirarle, estaba perdida en sus pensamientos, mirando fijamente al desastre delante de sus pies. JungKook hizo una rápida inspección del terreno, de la chica y de la supuesta situación.
—¿Youjin?
—Él no me va dejar en paz —su voz salía casi inaudible— él quiere verme muerta.
—¿De qué hablas? Youjin, mírame —sujetó suavemente el rostro de la chica entre sus manos, elevando su cabeza para que lo mirase— necesito que me digas que pasa, estoy aquí, no me iré.
Bajó la mirada hacia la mano que sostenía con fuerza aquel material cortopunzante y con mucha delicadeza, entre caricias a su helada piel, se lo quitó. Youjin no tenía noción del tiempo ni del espacio, por eso no se dio cuenta cuando JungKook la abrazó por los hombros alejándola del desastre, regresándola a la habitación, dejándola un segundo detrás de él mientras deshacía su cama para acostarla. Comenzó a negar, sollozando, sus espasmos volviéndose un poco más violentos con las voces en su cabeza rememorando lo que le habían dicho hacía minutos atrás cuando, efectivamente, inició un live a causa de la salida de su nuevo álbum, siendo lo contrario a sus expectativas o al menos eso hasta que aparecieron los malos comentarios de hate. Sobre todo el de alguien en particular.
—No se van a detener —sus manos hechas garras comenzaron a escarbar entre las hebras de su cabello— no entiendo porqué son tan malos, por qué no compartir lo bonito, por qué hacen esto.
—Youjin, no hagas eso. Cálmate por favor.
Comenzó a jadear sintiendo que el aire en sus pulmones escaseaba, que las paredes a su alrededor se comprimían a una velocidad extrema queriendo aplastarla en el proceso, jurando oír el crujido del material despedazándose y a ella misma también. JungKook, podía ver claramente que estaba iniciando un ataque de pánico, que se estaba lastimando a ella misma cuando regresó al baño con quién sabe que intención. La siguió, sosteniéndola de la cintura intentando apartarle los brazos del cuerpo, le costó, pues ella en su trance tenía demasiada fuerza impidiéndole un poco el ayudarla. Retrocedió, chocando con el borde de la bañera, la metió dentro sin soltarla, se deslizó con ella hasta que ambos quedaron sentados, manteniendo el cuerpo de Youjin entre sus piernas, sus manos conteniendo las de ella cruzadas en su pecho y la cabeza entre sus rodillas, inmovilizándola por completo.
—Grita —susurró, sobre el oído de la chica— tienes que sacar todo lo que tienes, grita.
Youjin, negó, sintiéndose apresada por todos lados, pero aliviada de tener el calor corporal de alguien más envolviéndola por completa. De la colonia suave invadiendo sus fosas nasales, de la profunda respiración de JungKook golpeando su cuello y mejilla. De todo él siendo su soporte y fue cuando se dejó ir en un doloroso sollozo que la hizo gritar por unos minutos. Largos minutos en que lloró sin control, descargando más de lo que hubiera querido, pero sintiéndose agradecida de tener un sostén que no le permitiera liberar en otro lado acabando lastimada.
Otra vez, esa sensación, como si un tren de carga la hubiera arrollado, surgió. Se giró a duras penas sintiendo cada músculo de su cuerpo agarrotados, las sábanas cubriéndola hasta la cintura. Llevó una mano a su frente como si eso calmara el horrible dolor de cabeza que la atacaba. Por el rabillo del ojo detectó la presencia de alguien más no se movió, simplemente se quedó admirando como el pelinegro se movía despacio por la habitación, acercándose con un vaso de agua y una taza que depositó sobre la mesa de luz. Acercó un silla a orillas de la cama lo más que pudo y tomó asiento, suspirando, con sus manos entrelazadas en su regazo.
—¿Cómo te sientes?
—¿Qué pasó?
Y ahí estaba, a JungKook le preocupaba un poco que ella no recordara sus ataques, según lo que sabía y le había enseñado su primo Namjoon, era normal para algunas personas luego de estar con la mente nublada dentro de una oscura nebulosa olvidarán por completo ese acontecimiento y en partes, prefería que así fuera, porque haberla visto en ese deplorable estado no fue nada bonito y hasta él sintió la desesperación por sacarla de allí. Eso y que su rabia y molestia hacia terceros desconocidos cuando averiguó en las redes sociales los malos —siendo pocos— comentarios imponiéndose sobre los buenos que habían hecho en el live de la Idol. Sobre su peso, su cuerpo, lo mal que se veía en el vídeo, que no servía, que se dedicará a otra cosa, que desapareciera.
No podía entender la maldad en la gente y menos como aquel nefasto sasaeng se había hecho presente cuando la realidad era que tenía que estar recluido tras las rejas o dentro de un psiquiátrico para jamás salir. Carraspeó, tendiéndole a la chica el vaso con agua, ella levantó la cabeza bebiendo el contenido entero, su mano apoyándose de la masculina que sostenía el vaso. Le agradeció en un leve susurro volviendo a recostar la cabeza en la almohada. No quería imaginarse lo horrible que se veía con el chico presente ahí.
—Debo avisarle a Kira.
—¡No! —lo detuvo y al siguiente, se quejó del dolor general obteniendo que el chico tomase asiento de nuevo— por favor, no te vayas.
—¿Quieres contarme que pasó? —preguntó, acomodando sus codos sobre sus muslos, inclinándose hacia adelante.
Youjin apartó la mirada, cohibida, sintiendo que las lágrimas querían salir mientras su pecho se sacudía a causa de la respiración agitándose. Sorbió por la nariz colocando sus manos debajo de su mejilla izquierda, una lágrima traicionera rodó siendo disimulada cuando movió la cabeza. Estaba avergonzada por algo que no tenía culpa, cansada de que las cosas se le fueran de las manos y de no poder controlarlas. O al menos que esa situación muy común en aquel mundo la haya hecho colapsar. No era ni la primera Idol ni la última que pasaba por una situación similar.
—Hice un en vivo en weverse cuando vi que el MV estaba superando las cifras que creíamos ganaría en menos de una hora —su voz se escuchaba ronca— todo estaba yendo muy bien, había demasiada gente conectada y comentando lo mucho que les gustó la canción y el disco, hasta que.
—¿Hasta? —incitó, luego suspiró escuchando un inaudible sollozo por parte de la chica y extendió su mano izquierda para tocar el brazo derecho de la chica en modo consuelo— no tienes que decir nada, Youjin, está bien.
—Ese maldito dijo cosas demasiado hirientes —masculló, entre dientes— y los pocos que lo seguían le daban la razón —refregó su ojo con la base del pulgar, estaba harta de llorar— no es justo.
—No lo es —sentenció, haciendo que ella lo mirara— como tampoco es justo que te martirices con cosas que sabes no son verdad. No puedes darle entidad a la palabra de desconocidos que poco conocen la persona que realmente eres, eres humana y tienes derecho a cometer errores como todos, no eres perfecta y eso está más que bien —si quería hacerla llorar, lo estaba logrando— no eres gorda, no eres un desastre, no cantas mal, ni no eres nadie. Eres Kim Youjin, la chica risueña que su familia tanto adora y hace feliz, eres la Idol más querida de toda Corea, Bloom Cherry, la que ha ganado tantos premios y ha hecho demasiados méritos para ser reconocida en el mundo entero. Eres alguien, y muy importante. Así que no permitas que nadie, absolutamente, nadie diga lo contrario.
—Y si lo hacen, ¿los golpeó? —ambos rieron, él asintió, y ella tan solo lo observó.
—Tienes un buen gancho, así que si, puedes golpearlos o tan solo demostrarles que nada de esto te va afectar y hacerte desistir de tus sueños.
—Ya no siento que sea algo de lo cual sueñe.
Eso lo preocupó un poco.
—¿De qué hablas?
—Creo que me olvide de ser feliz —murmuró— en el proceso me fui convirtiendo en lo que ellos querían y dejé que me cambiarán tanto que a veces no me reconozco cuando me veo al espejo o en las fotos —sus ojos, picando a causa de las lágrimas acumuladas, iban del edredón blanco a la unión de su brazo siendo tocada por la mano del pelinegro— ya no se lo que quiero en realidad y tal vez por eso permito que aquellos comentarios me superen. Tal vez ellos tengan razón y deba desaparecer.
—¡No! No digas eso, no tienes porque hacerlo, lo único que harás es darles poder sobre ti —expresó con firmeza— no lo permitas, por todos tus fans, los verdaderos, por las personas que te queremos y nos alegra verte bien no debes dejar esto que tan bien haces —a Youjin le gustaba la forma en que su entrecejo, entre medio de su flequillo, se arrugaba cuando hablaba con seriedad— tienes una hermosa voz, bailas y te mueves muy bien y la gente ama todo lo que haces, no hace falta conocerte en persona para saber que cada lugar al que entras irradias luz haciendo el ambiente tuyo. No permitas que ni ese sasaeng ni esos buenos para nada te quiten lo que eres. Una gran persona.
—Es difícil —no supo en qué momento, pero su cuerpo temblaba a causa del llanto silencioso.
—No lo será, aquí estaremos los que te apoyamos —suspiró— yo seré el que te lo recuerde siempre si es necesario, ¿está bien?
Le sonrió sincero y Youjin asintió, sintiendo liviandad en su corazón, por eso no se contuvo cuando de un rápido movimiento se levantó, arrastrándose por la cama y terminó sentada en el regazo de su guardaespaldas con sus brazos alrededor de su cuello y hombros. JungKook quedó petrificado ante la repentina acción, sin saber cómo reaccionar porque podía sentir la respiración de Youjin en la piel de su cuello y las lágrimas de esta empapar su hombro. Tampoco la apartaría, no en el estado en que ella se encontraba y menos cuando se prometió a si mismo protegerla de todo mal. Así que la abrazó, acomodándola mejor como si de un bebé se tratase, estrechándola fuerte contra si y susurrándole que todo estaría bien.
Bueeeeeeno, estoy sensible y ameritaba que subiera este capítulo y si todo sale bien, hoy en la noche o madrugada les subo otro. 😁
Yoongi y JungKook cantando juntos me dejó por el piso 🤦🏻♀️😭
JiMin te amo, pero esos dos me pueden más.
Hasta aquí mi reporte Joaquín.
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