𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝟲
Al quedarse en Seúl por unos días más tenía pensado algo diferente y no estar llegando al hospital ante una emergencia. Para su suerte YuGyeom lo había acompañado luego de haber cenado y tomado unos tragos, por ende no tuvieron problemas en que alguien los reconociera al estar bien cubiertos. Preguntaron en recepción y de inmediato les indicaron donde la familia Kim se encontraba. Se adentraron hacia el interior del enorme nosocomio y fue que JungKook vio a Kira esperando en el pasillo que llevaba a urgencias.
—¿JungKook? ¿qué haces aquí?
El rostro de la mujer era pura sorpresa.
—Estaba conversando con Jin hyung cuando me avisó que trasladaron a su padre.
Kira suspiró, saludando a ambos con cariño. JungKook buscó con la mirada a los hermanos Kim, sobre todo a Youjin, no encontrando a ninguno.
—Desde hace días comenzó a sentirse mal, volvió del campo para hacerse unos chequeos y fue cuando tuvo el infarto —contó con pesar— ahora ellos están adentro, el médico los dejó pasar tan solo unos minutos.
—Noona, debería sentarse y estar calmada —la suave voz de un cuarto acercándose llamó la atención— en su estado no es bueno.
—Estoy bien, JiMin. No me siento mal.
—Park JiMin —se presentó, extendiendo la mano ante los nuevos.
—Kim YuGyeom.
—Jeon JungKook. —y ambos se miraron por más tiempo. El pelinegro pudiendo percibir una leve y misteriosa sonrisa en la comisura de los labios del rubio al mencionar su nombre.
La puerta se abrió permitiendo ver a SeokJin salir sosteniendo a su madre y detrás de ambos a Youjin, ambas mujeres deshechas. JungKook quiso acercarse, pero al ver que ella sucumbió directamente a los brazos del tal Park JiMin solo se quedó apartado, sintiéndose de más. De no ser porque le tenía un gran cariño a esa familia ya se hubiera marchado.
Correspondió al abrazo de Jin cuando esté los vio y se acercó.
—Gracias por venir.
—¿Cómo se encuentra tu padre?
—Mal, está en terapia Intermedia, lo están monitoreando, esperarán al menos un par de horas, pero lo mas seguro es que deban operarlo.
—¿JungKook? —la señora Kim se acercó lentamente al verlos, él hizo una reverencia saludando y sin permitirle hablar, Heeji lo abrazó con fuerza— me alegro tanto verte, cielo.
Cómo todas las anteriores veces, los abrazos de esa mujer se sentían bien, agradables y cálidos. Al separarse, le sonrió dejándose acariciar la mejilla aún cuando la consolada debía ser ella. Sus ojos fueron hacia Youjin que se había percatado de su presencia y no pudo evitar sentirse nervioso, sobre todo al ver la unión de manos entre ella y el rubio.
—Estoy aquí para lo que necesiten —expresó sincero— tengan por seguro que el señor Daejin se pondrá bien.
—Gracias, JungKook —agradeció la mayor, dando ligeros golpecitos a su mano— en verdad, gracias por estar aquí.
Quiso cruzar palabras con Youjin, decirle tantas cosas y dejarle en claro su apoyo, pero prefirió mantenerse al margen al ver que estaba muy bien acompañada. Aunque él no supiera que su presencia había hecho mucho mejor el sentir de alguien.
Se alejó, dejando a YuGyeom un rato más con la familia. Él intentaría avisar que no llegaría a Busan esa noche y de paso visitar a Chaewon que por Namjoon sabía tendría guardia ese día. Preguntó por ella en recepción, una de las enfermeras —que no lo reconoció por llevar cubrebocas— le indicó donde podía encontrarla y se dirigió allá. Intentó enviarle mensajes pero al parecer no estaba muy pendiente del teléfono.
La vio, a lo lejos, hablando con otros compañeros, en algún momento su presencia causó que Chaewon girará la cabeza y se diera cuenta. Pidiendo unas disculpas se alejó del grupo y corrió a abrazar emocionada a su primo. JungKook debió sostenerla porque de no ser así se hubiera caído al piso.
—¡Que alegría tenerte aquí, oppa! —sonrió, luego al separarse, lo miró con seriedad— ¿Qué haces aquí? Nam me dijo que ibas a estar Busan hoy, ¿ocurrió algo?
—Algo así —dudó— ¿Sabías que el padre de Youjin está en el hospital?
El rostro de la chica se vio sorprendido.
—No, no sabía, unnie no me dijo nada.
JungKook frunció el ceño.
—¿Hablas con Youjin?
—¿Eh?
La mano de la chica que sostenía la suya, tembló un poco. La conocía muy bien y sabía que algo escondía.
—¿Chaewon?
Ella suspiró.
—Siempre mantuvimos contacto con unnie, jamás dejamos de hablarnos, ni de vernos —lo siguiente lo tomó de sorpresa— incluso omma y la señora Heeji se hicieron amigas.
—¿Qué? —estaba sorprendido— ¿Cómo sucedió eso?
—Ocurrieron demasiadas cosas cuando te fuiste, oppa. Pero la cuestión es que ellas se conocieron cuando fue mi graduación, habían pasado unos meses que te fuiste a Japón —exhaló— unnie vino acompañada de su madre, se quedaron unos días, ya sabes, omma volvió a Busan porque lo estaba intentando otra vez con appa, se hicieron amigas y desde entonces, Youjin unnie y su madre me acogieron en Seúl hasta que encontré un lugar propio donde quedarme cuando comencé a trabajar aquí.
Él intuía que se había perdido de mucho, que la vida de los demás continúo y estaba seguro que había mucho más que gradualmente iría descubriendo, sobre todo al reencontrarse de nuevo con Youjin.
—Su padre está internado en pabellón de cardiología —explicó, cruzado de brazos— al parecer tuvo un infarto y puede que lo operen.
—Oh, entonces no te preocupes, yo averiguaré todo. Vamos —entrelazó sus manos y volteó dando un grito— ¡HaeYoon! —giró su rostro murmurando a su primo— es el nieto del jefe de cardiología, hoy estuvo con él, así que debe saber.
El chico de cabello castaño y gran sonrisa se acercó, se le borró cuando descubrió a su compañera de la mano con alguien más.
—Él es mi hermano…
—Pensé que tenías un solo hermano.
JungKook elevó una ceja. A leguas se podía notar el cierto interés en aquel chico por su prima.
—Ah, es que él es mi primo, pero lo considero mi hermano también —sin previo aviso le quitó la gorra y le bajo el cubrebocas haciendo que el joven médico lo reconociera— Jeon JungKook, Shim HaeYoon.
—Encantado de conocerlo —hizo una reverencia de noventa grados que JungKook correspondió evitando reír— mi padre y yo somos fanáticos de usted, hemos visto su última pelea y él estaría fascinado de conocerlo.
Por eso Chaewon no solía comentar mucho de su familia.
—Encantado, ¿podrías ayudarnos?
El chico colocó atención y Chaewon fue quien aclaró.
—El padre de una amiga está en cardiología por un aparente ataque coronario, ¿sabes algo?
—Oh, a eso venía, harabeoji me pidió que estuvieras en el equipo, al parecer enviaran un cirujano especialista.
Los tres comenzaron a caminar hacia el ascensor mientras el joven les comentaba del caso, solo que un detalle hizo que JungKook dudará sintiendo cierta inseguridad.
—¿Park?
—Sí, es un cardiólogo cirujano muy reconocido —las puertas del ascensor se abrieron una vez llegaron al piso correspondiente, caminaron pasando por la sala de espera donde aún se encontraban todos allí— sabremos más cuando entremos.
Youjin los vio y no dudó, fue directo a ellos, a la joven médica en específico y ambas se abrazaron fuerte. Su relación de idol-fan sobrepasó a una verdadera amistad.
—Unnie, acabo de enterarme lo que pasó, lo siento —sacudió levemente sus manos unidas— le prometo que haremos todo lo posible porque su padre se reponga.
JungKook miró el gesto torcido de la pelinegra.
No le gustaban las promesas.
—Dijeron que vendrá un cirujano especialista —comentó, obteniendo la atención de las dos— ¿ya lo saben?
—Sí —secó sus lágrimas con golpecitos suaves del dorso de su mano. Quiso ser él el que las secara— es el padre de Jimin, está hablando con él en estos momentos porque se encuentra en Busan.
—¿Es de Busan?
El mundo era pequeño, pensó JungKook. Chaewon tenía conocimiento sobre esa amistad, y aunque JiMin le parecía la persona más amable del mundo, su apoyo siempre estaría para su primo.
—¿Unnie?
Ambos vieron como Youjin se tambaleó hacia atrás, palideciendo, JungKook rápidamente sujetándola de la cintura.
—Estoy bien —sonrió, con su mano en la frente, restando importancia.
Bastaron segundos para que terminara cayendo desmayada en brazos de JungKook. Chaewon le señaló a una enfermera traer una camilla, JungKook con Youjin entre sus brazos la llevó depositándola sobre la superficie sin alejarse de ella sosteniendo su mano. Su corazón latiendo de la preocupación. Su prima le pidió que se alejara para poder revisarla, pero él necio no se apartó, no quería, no lo haría.
Llevó una mano a su cabeza, dolía un poco. Abrió sus párpados con dificultad al sentir la luz blanca de la habitación algo molesta. Ronroneó ante la pesadez cayendo en cuenta de la vía en uno de sus brazos, con lenta reacción intentó quitarse la aguja, pero una mano la detuvo.
—Tranquila, no deberías moverte.
Sus ojos de bambi la miraban fijamente, reflejándose en ellos la preocupación, la delicadeza en ayudarla a recostarse de nuevo y no apartarse de su lado.
—¿Qué pasó? —su voz sonó débil.
—Te desmayaste. ¿Comiste algo? —ella negó— las emociones debieron pasar factura.
—¿Omma? Debe estar...
—Ella está con tu hermano, él pidió no avisarle porque no quería preocuparla mas.
—¿Te quedaste por mí?
—Si quieres me voy y llamó a alguien más.
—¡No! —su mano –mas fría– se aferró a la muñeca del pelinegro, soltándola a los segundos— tengo miedo.
Se acercó a ella, inclinándose un poco se atrevió a peinar un mechón de su largo cabello hacia atrás. Iba maquillada y bien vestida, bastante producida y JungKook supuso que había salido de alguna grabación a las corridas.
—Oye, no le pasará nada a tu padre —susurró, con calma y dulzura— él estará bien, lo operaran y todo saldrá un éxito. Confía en que aquel cirujano lo hará.
—Ujum —puchereo, conteniendo el llanto.
—Deberías descansar, avisaré que despertaste y Kira vendrá.
—¿No te quedarás?
Él se encogió de hombros.
—Solo un rato, iré a traer algo para que te alimentes. Además, no hay mucho que hacer más que esperar y nos advirtieron que no podemos quedarnos todos en las instalaciones.
Ella asintió, entendiendo. Él se alejó a punto de abrir la puerta cuando Youjin habló de nuevo.
—Kook, gracias.
Le sonrió, saliendo y encontrando a Kira afuera junto a la abuela de la pelinegra. Se dejó abrazar por la mujer así como lo hizo con Heeji, aún el tiempo y la distancia, el cariño que le tenían jamás había desaparecido.
—Buscare algo para que coma, pasaré a saludar a hyung y luego me iré.
—Muchas gracias, JungKook —apretó su brazo.
Rápidamente se dirigió al bufet que para ese momento de la noche se encontraba bastante vacío. No había muchas buenas elecciones para que Youjin pudiera comer, pero eligió un sándwich bien cargado y una botella de kombucha de limon. También sacó una bolsa de galletas dulces con chocolate que sabía eran los favoritos de la pelinegra y con eso subió de nuevo a la habitación. La encontró riendo junto a su abuela.
—El príncipe valiente y encantador ha llegado.
El rostro de Youjin se volvió de un rojo bonito que hizo sonreír a JungKook. Depositó la bolsa con la comida y abrió el empaque entregándole el sándwich primero. Luego la botella para que bebiera algunos sorbos.
—¿Cuándo será el día en que ustedes dos resuelvan sus problemas y vuelvan a estar juntos?
—¡Halmeoni! —chilló Youjin, impactada. Mientras JungKook a su lado con la botella en su mano miró estupefacto a la mayor.
—Recuerda que ya estoy vieja, Yunnie, tu hermano ya se casó y me hará bisabuela—reprochó— quiero irme en paz.
—Ajumma, no creo que…
—¿Cómo te atreves a decir eso cuando appa lucha por su vida? —sollozó. La abuela atrajo entre sus brazos a su nieta, siseando despacito y diciendo con seguridad.
—Tu padre es un viejo roble que no desistirá fácil. Esto solo ha sido una crisis y él saldrá de aquí en mejor estado.
Youjin comenzó a llorar. JungKook creyó correcto salir de la habitación y dejarlas solas, pero la entrada de Chaewon junto a una enfermera lo detuvo. La chica se acercó a la camilla encontrando el panorama.
—Solo está sensible —aclaró la mayor.
—Entonces puedo darte el alta, unnie. Solo debes cuidarte y comer bien —revisó la tablet en su mano una vez mas— te hicimos unos estudios rápidos y todo salió de maravilla, la emociones del momento hicieron que la tensión te baje y eso causó tu desmayo.
La enfermera de inmediato comenzó a quitarle la vía apartando todo y cubriendo con una pequeña bandita su brazo pinchado. Se levantó con ayuda, aún se sentía algo débil pero supo esconderlo muy bien, excepto por unos ágiles ojos que se mantenían demasiado atentos en ella.
—¿Aún no saben nada de mi padre?
—En eso estamos, ahora me informaré mejor una vez vaya —le sujetó la mano— y prometo que los mantendré al tanto. Tu hermano pidió que no dijéramos nada por tu madre.
—Bien.
Salieron de la habitación, la abuela Kim exigiéndole a JungKook ayuda para su nieta y aunque podía negarse al contacto ya que le parecía exagerado no lo hizo. Al llegar donde su familia se encontraba se vio obligada alejarse del pelinegro y mantener una postura altiva. JiMin fue quien se acercó primero, sujetando su rostro entre sus manos para observar con dulzura su rostro.
—¿Te encuentras bien? —ella asintió, dedicándole una leve sonrisa y el rubio reparó en el pelinegro más atrás. Al tener su atención le sonrió— muchas gracias, JungKook.
—No hay de que.
Mentiría si dijera que la forma protectora en que el tal JiMin rodeó a Youjin con su brazo alejándola de él no le molestó, porque lo hizo. Arribado por la mezcla de emociones como los celos y la envidia. Respiró profundamente, diciéndose a si mismo que no era momento ni lugar para eso. No tenía derecho y lo más importante era apoyar a la familia que alguna vez lo había acogido con brazos bien abiertos.
Su teléfono con una llamada entrante lo sacó de sus pensamientos, se había quedado solo en medio del pasillo y antes de atender pudo ver a Youjin hablando con su madre.
—Dime.
Era SunMi.
—¿Está todo bien? Taehyung me comentó que te quedarás en Seúl todavía. Dijo algo sobre un accidente o algo así.
—Sí, yo estoy bien —suspiró, alejándose un poco para hablar más tranquilo— el padre de unos amigos tuvo un infarto y estoy con ellos ahora acompañando a su familia.
—Ah, TaeHyung también me comentó que era mejor amiga de Jennie —su voz se notaba dubitativa al hablar, cautelosa de no preguntar algo más— ya ves, te conviene que vivas en Seúl, se nos hace más fácil a todos y sobre todo a ti.
JungKook rodó los ojos, fastidiado. Sí, claro que lo tenía bien claro.
—¿Dónde te quedarás está noche?
—En lo de un amigo —respondió con desgana— YuGyeom, ya lo conoces. Es hijo de mi abogado.
—Ok, entonces no debería preocuparme.
—Exageras haciéndolo.
SunMi suspiró, mordiéndose lo labios y mirando al techo de su sala.
—Lo hago porque eres nuestra estrella favorita y —titubeó— porque eres mi amigo, solo por eso.
—Y agradezco tu preocupación, pero soy adulto y en caso de necesitar un lugar donde pasar la noche tengo dinero para alquilar una habitación de hotel —volteó su rostro mirando, todo parecía tranquilo— debo dejarte.
—Cualquier cosa que necesites me avisas.
—Que descanses.
Apenas guardó su teléfono y se acercó para despedirse llegó el médico a cargo. Todos se levantaron queriendo oír las noticias.
—¿Alguna novedad?
—Sigue igual, aunque estable, hablé con el médico Park y ya está en camino.
Youjin apenas giró su rostro para sonreírle a un JiMin de brazos cruzados, agradeciéndole. Él había convencido a su padre de viajar de inmediato a Seúl para la operación.
—Los mantendremos al tanto, pero deben entender que la operación nos llevará un par de horas, por lo que pido de su total paciencia y comprensión.
—Nosotros estaremos aquí, no nos moveremos.
—En cuánto el cirujano llegué, prepararemos al paciente de inmediato.
—Muchas gracias.
Se podía respirar un poquito de alivio, tan solo un poco porque los nervios y la incertidumbre eran mayores. JungKook prefirió quedarse un rato más, pues Jin no quería dejarlo ir aún y él tampoco se animaba hacerlo viendo a Youjin aún débil. En algún momento, decidió alejarse por algo de café, casi que faltaban minutos para la medianoche y fue que vio a la pelinegra caminar a punto de tomar el elevador. Se hubiera acercado, de no ser porque vio al rubio sujetarla del brazo.
—Suéltame, por favor, JiMin.
—No puedes irte así —Youjin jaló su extremidad, pero el otro no le permitió soltarse— al menos déjame acompañarte.
Ella suspiró, cerrando momentáneamente sus ojos para decirle más calmada.
—Necesito respirar y estar sola, solo será un momento, ¿puedes dejarme? —vio la duda en los ojos del rubio— por favor.
A JiMin no le quedó de otra más que soltarla y dejarla ir, confiando.
JungKook no tan seguro supo que debía quedarse por si algo más sucedía.
Se supone que el capítulo seguía, pero me quedo demasiado largo (casi 5000 palabras), así que mañana a más tardar o pasado subo la otra parte.
A Kira siempre me la imaginé como a la cantante Taeyeon, pero ustedes pueden imaginaria como quieran.
Esto se va tornar lento al parecer (o mis crisis de ansiedad me dicen lo contrario) así que, con todo el amor y el respeto les pido paciencia y que disfruten de la lectura.
Se les quiere 💕
💟💟💟
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