𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝟯𝟯
Dos meses y días después.
Sus rasgados ojos se mantenían observando la pantalla de su teléfono. Hacia aquella encantadora -nótese el sarcasmo- imagen donde la Golden Couple anunciaban, felices, lo del embarazo en sus redes sociales. Su respiración comenzó a acelerarse con los segundos. Por Youjin sabía que el pelinegro solía publicar únicamente contenido sobre su carrera entre otras, pero difundir algo tan íntimo acrecentó su rabia y desmedida envidia.
Depositó el aparato sobre el asiento del sofá, entre las penumbras de su solitario apartamento siguió bebiendo de su vaso de whisky aún cuando su estómago presentaba un molesto retorcijón. El timbre sonando le hizo cerrar fuerte los párpados, dejó el vaso a un costado y se levantó para abrir la puerta. Miró de arriba abajo a la pelirroja, quien agazapada en si misma esperaba a que le diera paso al interior.
—¿Qué haces aquí?
Nancy va hasta el living, ni siquiera había respetado el código y caminó con sus tacones por la alfombra.
—Ya sabes a qué vengo. Necesito volver a Estados Unidos —se cruzó de brazos, decidida— ya no tengo nada que hacer aquí, perdí mi trabajo y tampoco me apetece seguir en un país que poco conozco.
—Vete.
—No tengo suficiente dinero y lo sabes. —le irritaba la imperturbabilidad del ahora morocho— Tu mantendrías mi estadía, JiMin.
—Ya no es mi asunto.
Le empujó, dispuesto a relajarse de nuevo en su sofá de miles de dólares para embriagarse hasta la muerte.
—¡Hice lo que me pediste!
—¡Te pedí que te acostaras con Jeon y que lo grabaras! —se veía amenazante avanzando a ella— te pedí que lo conquistaras, ¿y qué hiciste? Nada.
—Agradezco que me haya rechazado, no se merecen lo que intentamos hacer, estás tan obsesionado con ellos que perdiste la dignidad, incluso yo lo hice —sus ojos ardían por las lágrimas acumuladas— dame dinero al menos para el pasaje y jamás volverás a verme.
—Haremos algo mucho mejor.
Intentó tomarla del brazo y ella se soltó.
—Yo no haré nada contigo, no quiero seguir con todo esto. JungKook y su gente son más poderosos que tú, sino estoy en la cárcel o demandada fue porque sintió misericordia de mí.
Y fue que a JiMin se le ocurrió algo.
Sonrió ladino, Nancy tragó divisando un brillo de locura en aquellos ojos negros.
—Te daré dinero y un pasaje de vuelta a Nueva York —su dulce voz le dio miedo— pero antes harás algo por mí, preciosa.
La mano masculina sostuvo la delgada muñeca de la pelirroja, esperó, quieta viendo como él se acercaba a su oído para susurrarle lo que la escandalizó.
—Estas loco —la primer lágrima cayó y con ello jaló su brazo alejándose unos centímetros— no cuentes conmigo.
Apretó la correa de su pequeño bolso contra sus dedos, girando sobre sus talones dispuesta a marcharse y conseguir el dinero por otros medios.
—Si no lo haces difundiré los vídeos donde disfrutas teniendo sexo con dos hombres muy influyentes que tienen familia —todo se volvió silencio y tensión— sería una enorme decepción para tus padres ver qué su amada hija se vende por placer y poder. ¿Y Wonho? ¿Qué pensaría él de la mujer de la cual está enamorado?
—No puedes hacerme eso —negó, aterrada— tú no tienes derecho a juzgar mis acciones ni porque lo hago —gimió del dolor sintiendo las manos masculinas encajarse en la piel de sus brazos— JiMin, no.
—Haz lo que te pido, te entregaré los vídeos y nada pasará. —siseó, le divertía tener el control— ¿Sabes quien saldrá perdiendo?, tú. Así que esto podría ser un boleto para tu libertad, querida.
—¿Yo qué ganó? En el momento en que diga eso todos se irán en mi contra.
—No si usamos lo poco que grabaste, haremos que todo se encuentre a tu favor —Nancy dudó, no quería hacer daño a nadie, pero tampoco podía permitir que esos vídeos se expongan, los hombres con los que había estado involucrada podían desaparecerla en segundos y JiMin divertido lo sabía— ¿Lo harás?
—Lo haré.
Se vio sonriendo, admirando como su cerecita sonreía quitándose fotos. Con la primicia del embarazo y la positiva respuesta por parte de los fanáticos, Calvin Klein decidió armar una sesión de fotos especial con la Golden Couple. No solo mostrarían prendas de la marca sino el hermoso momento por el cual estaban viviendo. Mientras se cambiaba de vestimenta y Hyeon se encargaba de su cabello revisó su teléfono con cientos de notificaciones. Parecía que la noticia de ser padre le estaba abriendo nuevas puertas a nuevas marcas interesadas.
Atendió la llamada de TaeHyung apartándose un poco.
—Hyung.
—JungKook-ah, ¿todavía no terminaron?
—No, aún nos queda una hora más, Youjin se toma varias pausas para comer y descansar.
—Te llamaba porque la federación quiere asegurarse de que tomarás el reto por el título.
—Lo hablamos y estoy muy seguro.
TaeHyung dio una larga exhalación que hizo fruncir el ceño de JungKook.
—Esta bien, solo era para asegurarme, de todos modos los papeles ya están en trámite.
—¿Ocurre algo?
Hizo una pausa algo larga antes de contestar.
—Sigo pensando en lo que ocurrió con la... fisioterapeuta. Fuiste demasiado justo con ella.
Su índice y pulgar frotaron los lagrimales y el puente de su nariz. Suspiró.
—Déjalo así, yo ya me olvidé.
—No puedo dejar de pensar en ello, por más intentos que hagas de ignorarlo para mí no es algo que se deba dejar pasar —molesto— es mi trabajo en partes ver quienes son los que están dentro del equipo de mi boxeador estrella. Tu salud, comodidad y bienestar son primordiales, JungKook. Esta mujer rebasó los límites, lo mínimo que se merece es una denuncia ante tal atrevimiento.
—Escucha, no quiero hacerlo más grande —giró su rostro ante el llamado de uno del staff, su novia lo miraba desde la lejanía— ella se fue, al menos lo hizo por las buenas, ¿sabes lo que me costó calmar a Youjin cuando se lo conté? Hyung, tú no la conoces, cuando se enoja le entra el mismo diablo y es peor ahora con el embarazo. —inspiró— si hubiéramos tomado medidas lo más seguro es que Nancy hubiera salido hablar y no tengo tiempo ni me apetece tener un escándalo más en mi vida. Youjin está muy feliz, radiante y eso quiero que se mantenga.
—Esta bien, solo lo haré porque me lo pides tú, de lo contrario. Al menos permite que advierta en otro lado su mal comportamiento.
—Haz lo que creas idóneo para esos casos.
Esa noche al llegar a su casa tuvo una pequeña crisis de asma, Youjin preocupada lo obligó a recostarse y él como si tuviera una culpa cargando en su pecho le contó lo ocurrido. Está de más decir que casi enloquece, incluso tratando de buscar a la tal Nancy para arrancarle cada cabello teñido de la cabeza. Furiosa ante tal descaro y atrevimiento. JungKook le hizo entender que ninguno ganaba nada, que solo fue un momento de mierda y que él ya se había encargado de despedirla. Youjin aún así no estuvo contenta, pero decidió por el bien de su bebé no seguir más con el tema.
—¿Sucede algo, cariño?
—No, nada —sus dedos se entrelazaron— cuestiones administrativas del gimnasio.
Asintió, ambos dirigiéndose a la habitación donde seguirían con algunas tomas. Está vez la sesión de fotos se realizó en un famoso y exclusivo hotel de Seúl. Se acomodaron, posando con las indicaciones que el mismo fotógrafo les había señalado y solo disfrutaron del momento ante el flash.
Todo se vio natural y bonito. Youjin sonreía mucho aún cuando tenía ligeros calambres en sus piernas. Cuando la sesión finalizó se quedaron un momento sentados, la espalda de Youjin contra la de JungKook.
—¿Te sientes bien, cerecita?
—Sí, amor —besó su mejilla y JungKook frunció el ceño al sentir movimiento contra la palma de su mano, pues las tenía apoyadas contra el enorme vientre.
—¿Youjin? Se mueve.
El bebé no solía molestar, la obstetra le había dicho que estaba creciendo perfectamente y que el moverse no era señal de nada malo. Pero solo había ciertas ocasiones dónde se movía pateando y haciéndose sentir.
—Lo hace —sonrió ella, apretando la mano de su novio— al parecer le gusta tu voz, cariño.
Tragó, se sentía raro a decir verdad. Le hipnotizaba como el pequeño se hacía notar buscando su atención.
No pudo evitar sonreír mostrando los dientes, su mano seguía dando suaves masajes a la espalda baja de su novia, el vientre de veintiocho semanas se veía grande y redondo. No ayudaba mucho a los dolores en la espalda o algunos calambres en las piernas. Youjin pensó que las náuseas y no tolerar ciertas comidas u olores en los primeros meses sería lo malo, pero con los malestares que se sumaban solo rogaba que el bebé naciera ya.
—Es mejor que vayamos a descansar, cerecita.
La ayudó a levantarse del sofá, ella caminó despacio y pausada arreglando su camisa. JungKook se aseguró de subir detrás por las escaleras sosteniendo su cintura, el largo camino del embarazo no hizo más que acercarlos, él averiguando y estudiando todo lo necesario para poder ayudar a su pareja. Contratando gente especializada en yoga prenatal o sobre la alimentación que podría ayudarla con sus cólicos, gases y demás.
Youjin se recostó de perfil sobre la cama matrimonial, varias y mullidas almohadas se encontraban bien apiladas para mantener su espalda y cuello cómodos. Eoduun lo hizo segundos después contra el enorme vientre. JungKook se aseguró de mantener el ambiente fresco colocando el aire acondicionado para luego sentarse en la cama con su espalda contra el respaldo.
—¿Mejor? —ella asintió— preparare el baño y tu pijama.
—Kook, ven, haz estado todo el día haciendo cosas, detente y solo descansa un rato, yo puedo preparar esas cosas. Estoy embarazada no invalida.
—Pero me gusta consentirte.
Le besó la mejilla y Youjin jaló de su camiseta. Se acomodó a su lado sin dejar de mirar al vientre, sus ojos se ampliaron, conmocionado al ver cómo el costado del vientre parecía sobresalir. Le recordó a la escena de la película Alíen. Señaló con su índice, Youjin rio al darse cuenta.
—Según Kira unnie el bebé está grande y el espacio es reducido.
—¿No te duele?
Ella negó y JungKook no pudo evitar tocar con su dedo la protuberancia, que en realidad era un piecito. Lo quitó de inmediato al sentir el movimiento y sonrió al escucharla reír.
—Aun no tiene nombre.
—¿Deberíamos pensar algunos ahora? —lo veía demasiado concentrado en el vientre— omma y appa dicen que deberíamos ir algun templo para encontrar nombres tradicionales, aunque tampoco me convence, no sé.
Levantó la tela dejando la piel de la panza expuesta. Se acomodó boca abajo con el puño debajo de su mentón y delineó despacio la línea de alba, era de un marrón sutil que apenas se notaba, no tenía tantas estrías porque ella se había encargado de cuidarse con cremas y aceites desde el día en que comenzó a crecer la zona. Además del ejercicio y alimentación.
—Sé por mi madre que mi abuelo fue quien me colocó el nombre que tengo.
—¿Si? —peinaba entre sus dedos el cabello de su novio— ¿Qué significa?
—El pilar de la nación —suspiró, no apartaba los ojos por querer ver otro movimiento y sentirlo, se le hacía demasiado tierno y hermoso— tío Minjoon también me recomendó ir a un templo para buscar nombres.
—Yo digo que deberíamos buscar alguno que cause impacto. Algo así como Seol que significa leyenda o no, no, no Yul, escalofríos, aunque ese es de niña.
Enfatizó dramáticamente, haciendo reír a JungKook.
—JungSu.
—¿Ah?
Levantó su rostro, mirándola a los ojos.
—Significa belleza, Jeon JungSu.
Youjin no pudo evitar sentir sus ojos aguarse, sintió bonito su corazón al escuchar el nombre junto al apellido. Sonaba demasiado bien y veía entusiasmado a JungKook al haberlo planteado.
El pequeño melocotón se llamaría Jeon JungSu.
Despertó bastante temprano con el amanecer en el horizonte. Tomó la moto del estacionamiento y viajó a Busan, quería estar unas horas solo. Llegó al cementerio para visitar la tumba de su madre, llevó un bonito y pequeño ramo de orquídeas que situó a los pies de la alargada lápida de piedra blanca y se quedó bastante tiempo ahí, le contó sobre los nuevos acontecimientos, sobre lo bien que iba la relación con Youjin e iba transitando cómodamente el embarazo. Le contó sobre el nombre que habían escogido y luego mencionó a JungHee.
Tiempo después viajó hacia el centro, pasaría todo el día con su hermano gemelo, cumplían años ese día. Compró algo de comida, snacks que había descubierto eran los favoritos del menor. También le dio el obsequio que eligieron con Youjin. Dos libretas para dibujo y una caja con más de quinientos lápices de colores. Por más que no lo demostró, JungHee se sintió feliz y alegre. Comió bastante y hablaron mucho de nimiedades. Para cuándo la tarde noche llegó se devolvió de nuevo a Seúl. Anhelaba simplemente cenar y dormir.
No obstante, al entrar al apartamento se quedó parado en la entrada, admirando como su familia y amigos reunidos le cantaban el cumpleaños. Youjin se acercaba con un pastel en sus manos. Solo podía mirarla a ella, a su rostro redondo hinchado, a sus mejillas pecosas y sus labios rosados. Sopló las velas deseando tenerla siempre a su lado y sin importarle el público presente le besó en los labios.
Se llevó una sorpresa cuando vio a su madrastra y medio hermano ahí. Los abrazó agradecido y feliz -fue obra de su novia- se quedarían un tiempo de vacaciones. Había una cena bien elaborada y preparada en el comedor, todos tomaron asiento disfrutando la cena en compañía de una agradable conversación y la Golden Couple creyó oportuno contar que ya tenían el nombre del bebé.
—JungSu, así se va llamar nuestro bebé.
La abuela Kim fue la primera en chillar y abrazarlos, agradeciendo a ambos por hacerla bisabuela una segunda vez. Luego siguieron los padres de Youjin, Heeji no pudo contener las lágrimas y algunos terminaron llorando. Parecían más alegres por el nombre que el haber escuchado la primera vez sobre el embarazo. JungKook divertido se quedó escuchando las burlas de sus amigos hasta que el ruido del timbre llamó su atención.
Se excusó y atendió. El guardia de recepción, de manera apenada le avisó que en la puerta de entrada se encontraba la policía.
—¿La policía?
—Si, joven Jeon. Le preguntamos el por qué pero dijeron que solo lo hablarían con usted.
—Bien, hágalos pasar.
—¿Está seguro?
En realidad no.
—Si, déjelos y muchas gracias por avisar.
Apenas dejo de oprimir el botón una horrible sensación se arremolino en la boca de su estómago. Se quedó parado mirando sin mirar en realidad el piso, esperó contando los minutos que supuso tardarían en subir. Escuchó las voces y las risas de la familia mas lejos. A Youjin acercarse con la mano en su enorme vientre, sonriendo. El mal presentimiento se dibujaba en el rostro de JungKook y ella pudo percibirlo.
—Cariño, ¿qué sucede? ¿quién era?
No emitió ni una sola palabra, solo se le quedó mirando a los ojos.
El timbre del apartamento se escuchó alto y fuerte alertando a algunos. Ni Youjin ni JungKook se movieron de sus puestos. El segundo timbrazo hizo que TaeHyung y YuGyeom se acercarán, esta vez JungKook fue quien se movió abriendo la puerta con toda tranquilidad encontrando a tres agentes de la policía en la puerta.
—¿Jeon JungKook?
—Así es.
—Va tener que acompañarnos a la delegación.
—¿Se puede saber que ocurre, oficial?
Preguntó TaeHyung demasiado preocupado y si, también con un mal presentimiento.
El principal tomó una enorme bocanada de aire, la realidad era que hacer lo que debía hacer no era de sus cosas favoritas y menos cuando se trataba del atleta más reconocido y querido del país.
—Necesitamos su declaración —hizo una pausa demasiado larga y luego con pesar pero firmeza comunicó— tiene una denuncia en su contra por abuso sexual.
Bueno, así está la cosa gente.
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