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𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝟮𝟴

⌜Está luz ultravioleta de la mañana me dice que vale la pena pelear por este amor⌟
Afterglow - Taylor Swift.
•••


Todo se fue al mismísimo infierno cuando JungKook despertó horas más tarde. Las redes abundaron con una filmación de él golpeando a Park JiMin fuera de contexto. La audiencia hambrienta opinando que fue culpa de Bloom Cherry y su cercana amistad con el modelo mejor pagado de toda Corea. Las críticas hacia la Golden Couple no se hicieron esperar y no solo catalogaron a JungKook de violento sino a Youjin como una fácil.

Cómo era obvio ambos discutieron, JiMin le había contado a ella como sucedieron los hechos. Claro, omitiendo la parte en que provocó a JungKook con el comentario del embarazo y Youjin al preguntárselo directamente, el pelinegro le respondió con la verdad: JiMin insinuándole que aquel embarazo era suyo. Ella no le creyó, estaba tan envenenada por la bonita e inocente actitud del rubio que solo originó los celos en JungKook.

Volvían a estar distanciados y disgustados. Youjin a punto de cumplir los cuatro meses informó a la empresa de su estado y con la controversia aun fresca simplemente decidieron seguir con lo estipulado en la agenda hasta nuevo aviso. Luego de eso, emitirían un comunicado anunciando el embarazo. Para suerte de la marca Bloom Cherry y sus representantes, el modelo Park JiMin en un live explicó lo ocurrido pidiendo que acabarán con el hostigamiento hacia la pareja dorada. Otra vez él había quedado como la blanca palomita delante de todos al agregar que todo fue un malentendido.

La compilación de todo ocasionó que JungKook se enfocara en sus entrenamientos aislándose por completo. Chaewon era la única que lo mantenía al tanto de si ocurría algo en torno a la salud de Youjin y el bebé. Viajó a Budapest junto a su equipo presentándose arriba del ring contra un muy buen contrincante. Ganó, en el proceso descargándose y tomándose el tiempo para pensar en todo lo que había ocurrido en su vida. Kim Youjin había llegado para cambiarlo de mil maneras considerándola lo más importante que pudo haberle pasado.

Regresando a Corea —de manera silenciosa— lo primero que hizo fue visitar a JungHee. Realmente necesitaba verlo y hablar con él para distraer su mente.

—Dime que ganaste.

Fue lo primero que articuló cuando llegó a su lado sentándose de forma descuidada en el banco del enorme jardín. JungKook asintió con una media sonrisa mientras jugaba con el anillo en su índice. JungHee notó el extraño comportamiento en su gemelo más no dijo nada.

—Tsk, ¿haremos concurso de quién es más silencioso o qué?

—¿Cómo has estado?

—No me quejo —se desparramó a su ancha guardando las manos en los bolsillos del hoodie— tengo comida, un techo, drogas que me mantienen cuerdo y a YongIl que es mi sombra.

Le causó gracia.

—Me alegro. Nam me contó que vino a verte hace poco. Estuvieron hablando sobre tu cómic  —el menor se encogió de brazos— sabes que puedes aplicar tu trabajo alguna imprenta o editorial —JungHee rio— eso te ayudaría a tener algo cuando salgas de aquí.

—Lo dudó, recuerda que tengo años de sentencia —y murmuró— intente asesinarte a ti y a tu novia.

A veces olvidaba ese detalle.

—Aun así podríamos probar, no necesitan saber quién eres. Podemos ayudarte, Youjin tiene muchos contactos y ella más que nadie le fascinaría que tu trabajo sea visible.

Negó. Volteando a ver hacia la puerta.

—A todo esto, es raro que cerecita no haya venido a visitarme —la tensión en los hombros de su gemelo fue notorio— ¿Qué?

—No podrá venir en un largo tiempo, prefiero que no lo haga. Está embarazada.

Ninguno supo que decir. El silencio hizo posible que el ruido de los pájaros cantando sobre la copa de los árboles o la fresca brisa moviendo las hojas se escuchará atrayendo a la ocasión un tipo de quietud y paz. JungKook tenía demasiado en su cabeza, un caos que quería acabará con tan solo refugiarse en determinados brazos. JungHee estático, solo trató de asimilar la primicia.

—Oh —se ríe— y yo pensando que la generación Jeon se acabaría con nosotros.

—DaeHo también está.

—Ah si, ese chico. —negó, mordiéndose el pellejo de los labios, acción que compartía con su gemelo. Giró su torso y lo golpeó en el brazo— ¿No podían simplemente contenerse, ah?

—No es lo que hubiera querido, JungHee. A-aun me cuesta digerirlo.

—¿Y noona?

—Esta feliz.

Acercó su rostro invadiendo el espacio personal.

—No te ves feliz. Wuaaa, te imaginas que salga varón —JungKook cerró los ojos, su corazón bombeando rápido dentro de su pecho— argh, estamos malditos, esa es la única razón. Los Jeon seguirán trayendo sufrimiento.

JungKook no quería aceptarlo, pero una mínima, pequeñísima y profunda parte de su interior pensaba igual.

—Eso no tiene porque ocurrir, JungHee. Lo que tengo con Youjin es diferente, nos amamos y respetamos. No estaba en nuestros planes tener hijos, pero no voy a renegar de él.

JungHee volvió a despatarrarse colocando sus brazos a lo largo de la parte superior del respaldo y su pie izquierdo sobre su muslo derecho.

—Te preocupas demasiado. Ese niño o niña tendrá lo que nosotros no, amor, estabilidad y todas esas mierdas —por primera vez se miraron a los ojos, JungKook estaba sorprendido por las palabras de su hermano, este le golpeó el pecho con el dorso y dijo— oye, tú no eres como nuestro maldito padre y tampoco eres como yo. Youjin no permitiría lo que nuestra madre permitió. Serás un gran padre.

Sintió bonito que su propio hermano gemelo dijera eso. Que a pesar de sus dificultades creyera que él podría ser alguien mejor de lo que fue su padre. Se cuestionó por primera vez sus inseguridades, pues claramente JungHee no era el único que pensaba eso. Los padres de Youjin, sus tíos, primos y los poquitos que sabían coincidían. Y cuando se encontró con SeokJin para comer y beber, el castaño también reforzó esa opinión.

—Te preocupas demasiado —masticó en silencio. Se encontraban dentro del trailer que Jin usaba entre medio de los descansos mientras filmaba— creés qué yo no sentí lo mismo, Hiro ni siquiera nació y temo dejarlo caer al piso cuando lo tenga en brazos. Si eso ocurre en dos segundos estaré a metros bajo tierra.

No pudo evitar reírse. Bebió de su vaso de soju.

—Aun así, tu hermana no quiere verme, hyung. Me enoje mucho, le reclame —resopló y negó— cuando no creyó en mí.

—Si te soy sincero es difícil creerlo —JungKook lo miró con seriedad— JiMin siempre ha demostrado ser una gran persona.

—¿Usted también cree que lo invente?

—No digo eso, JungKook-ah. Solo que él demostró ser alguien que no es, mi familia le tiene aprecio, sin embargo, a pesar de su amabilidad nunca terminó de gustarme —dijo llevando un poco de cerdo a su boca— Youjin y Kira creían que eran celos de hermano y porque albergaba la ilusión de que algún día volvieras —se hizo un cómodo silencio en el que comieron con calma, hasta que Jin tomó la palabra de nuevo— debes hablar con Youjin.

Lo caviló un buen rato. No conseguía nada con su enojo y distancia, solo agravaba su malestar demostrándole a Youjin que al primer problema él solo se alejaría. Lo de Park JiMin no debía representar un problema porque confiaba en su cerecita. Así que después de comer compró un enorme ramos de flores y se dirigió hacia la empresa. Para su suerte Kira fue quien lo encontró aunque el rostro de sorpresa en la mayor y su nerviosismo fueron bastante evidente.

—¿Y Youjin?

—Salió, hoy no vendrá a la agencia.

—¿Está en casa?

—No.

Arqueó una ceja entrecerrando los ojos. Kira tragó sobando su vientre.

—Hoy —suspiró— tenía consulta con la obstetra.

—¿Por qué no me aviso? —intento voltear y marcharse.

—¡Espera! Necesitas saber algo —no entendía porqué extendía tanto, le causaba ansiedad— JiMin está con ella.

Tan solo mencionar el nombre, sus oscuros ojos se abrieron bastante, su mandíbula se tenso y el ramo en su mano fue presionado con fuerza. Salió a pasos rápidos sin escuchar palabras, estaba cegado por los celos de nuevo, por la rabia también. Él debía estar ahí sosteniendo la mano de su novia, acompañándola, no ese tipo que solo se mostró como un corazón arrepentido expresando que adoraba y apoyaba a la Golden Couple.

De tan solo recordar lo que había dicho de Youjin y su bebé. Por más intentos hizo de respirar la presión en su pecho le aturdía. Así que trató de calmarse perdiendo la cuenta, de mentalizarse y no hacer una tontería. En recepción preguntó por ella, la enfermera en el mesón le indicó el consultorio y lo acompañó. 

—¿Kook?

Estaba sorprendida de verlo ahí mientras él buscaba desesperadamente con la mirada por el pequeño consultorio al impresentable dedo meñique. La voz de Youjin llamándolo una segunda vez le calmó y fue que la vio parada delante, expectante y de blanco. Su vientre apenas podía verse por el pantalón holgado tiro alto y la blusa manga larga.

—Vine acompañarte —cayó en cuenta de sus manos vacías. Había olvidado las flores dentro del auto— fui a buscarte a la agencia y Kira me dijo que estabas aquí, así que vine a estar a tu lado y cuidarte.

Ella asintió, claro que sabía. Había recibido la desesperada llamada de Kira donde le avisaba que JungKook iba en camino y sabía que JiMin la acompañaba. Sin embargo, Youjin se había negado desde un principio a que el rubio siquiera llegara, no creía correcto que fuera participe de algo tan íntimo e importante. En cambió, JungKook sí.

Lo había extrañado demasiado. Su aroma, el calor de su cuerpo, su voz. Todo él y viceversa.

—¿Cómo te sientes?

Se quitó el cubrebocas y el sombrero pescador. Tenía un par de moretones en la mejilla y pómulo, nada grave en realidad.

—Bien —ambos se mantuvieron la mirada queriendo hacer una sola cosa— gane.

—Lo sé —sonrió, jugando con los dedos de su mano— Jin y appa miraron la pelea conmigo.

JungKook quiso pedirle disculpas, abrazarla y explicarle lo idiota que fue, no logró decir nada ante la entrada de la obstetra que los obligó a tomar asiento frente al escritorio luego de saludar.

—Me alegra que esté aquí, señor Jeon —él asintió— comenzaremos viendo los exámenes de rutina que envié —revisó la pantalla de su computadora— todo salió muy bien, ¿estás tomando el ácido fólico y las vitaminas?

—Sí.

—Bien —se levantó de su asiento— entonces podemos proceder a realizar el ultrasonido. Acuéstate y deja expuesto tu vientre.

Lo hizo, JungKook ayudándole un poco. Sus nervios comenzaron a alterarse.

—¿Has sentido que tus arritmias empeoraron? —Youjin negó— ¿taquicardia, la presión alta? —lo dudó, pero aún así negó— debes estar pendiente de eso. Si ves que hay tan solo un mínimo de complicación debes acudir de inmediato a consulta.

—¿Qué? ¿Por qué?

Ambas mujeres se miraron. La obstetra explicando.

—Es parte de la atención prenatal. Cómo Youjin ha presentado una diminuta complicación en su corazón la hemos estado monitoreando más de cerca, pero en el embarazo con tantos cambios puede alterar bastante la presión.

—¿Y qué riesgos hay?

—En algunos casos, y sino se verifica a tiempo, la embarazada puede adquirir preeclampsia luego de las veinte semanas lo que llevará a un menor flujo sanguíneo a la placenta haciendo que el feto reciba menos oxígeno y menos nutrientes —explicó— eso puede ocasionar varios problemas a la hora del crecimiento y el parto.

Tragó, asustado ya que no se escuchaba nada bien.

Se mantuvo callado, la profesional comenzó a esparcir el gel en el estómago de Youjin y luego pasó el transductor. El silencio causaba que los nervios de ambos aumentarán. La vio lagrimear concentrada en la pantalla en negro que mostraba una extraña forma que se movía y no entendía nada, en cambio, la felicidad en el rostro de ella se podía manifestar con gran facilidad.

—Aquí tenemos su cabecita, sus bracitos, sus piernas —señaló cada parte— no sé si llegan a verlo pero al parecer está chupándose el dedo —sonrieron— está entre los siete y ocho centímetros y al parecer con quince gramos.

Lo siguiente que escucharon fueron los latidos del pequeño corazoncito. La mano de JungKook buscó la de Youjin, apretándola y tomándola por sorpresa. Ladeó su rostro apenas contemplando como él parecía hipnotizado por la pantalla, incluso jurando ver un brillo en particular en sus ojos.

—Bueno —tecleó, siguiendo con la exploración— no quiero adelantarme, mmh, al parecer también podríamos diferenciar con certeza el sexo, ¿quieren saberlo?

Por segundos no emitieron sonido, dudosos y temerosos. Youjin fue quien aprobó y lo inevitable sucedió. El pequeño bebé sería un varón.

Youjin había llegado a la clínica con una camioneta de la agencia; con una sonrisa contemplaba la nueva ecografía dónde se veía a su pequeño melocotón. JungKook se encontraba a su lado en silencio con la mirada perdida y sus manos hechas puño sobre sus muslos.

Un varón.

Las palabras de JungHee vinieron a su mente. Pero no las positivas, sino las negativas. Esas dónde afirmaba que los Jeon solo traían sufrimiento. Su pecho se agitó y sus ojos nublándose por las lágrimas llamaron la atención de Youjin de inmediato. Hacia mucho no lo veía llorar, contadas veces, lo que significaba que él estaba llegando a tu límite y eso la alarmó.

—¿Kook? —apoyó su mano sobre la de él. Temblaba mucho.

—No es justo, ese bebé no merece que yo sea su padre —jadeó, sus mejillas estaban empapadas de lágrimas— lo único que haré es hacerlos sufrir, no los merezco.

—Kook, ¿qué estas diciendo?

Balbuceaba cosas sin sentido. Youjin comenzó a desesperarse, no le gustaba verlo así, todavía más cuando jadeó en busca de aire, estaba teniendo un ataque de asma. Se abrazó a ella con fuerza recibiendo caricias, cerró sus ojos aferrándose un poco más y en algún momento solo se desmayó.

Cuando despertó se encontró en su cama. Se sintió confundido recordando la reacción cuando acompañó a Youjin dentro de la camioneta. Se inquietó, colocándose de pie de un salto y bajó las escaleras sin importar si rodaba por los escalones. Lo único que pretendía era verla, temía perderla, no podía permitir que eso sucediera. La encontró en la cocina, estaba preparando algo de comer al parecer. La sorprendió aferrándola a su cuerpo, escondiendo su nariz en su cabello y oliendo su aroma.

—Despertaste, ¿cómo te sientes?

—Te amo —sujetó su cabeza mirándola fijamente a los ojos— te pido que nos des una oportunidad, nos la debemos, ambos sabemos que por más problemas haya volveremos al otro —suspiró, apartando una lágrima de la pecosa mejilla— tratemos de hacerlo, por los dos, por el bebé. Peleemos por nosotros. Yo sé que costará, pero tengo fe que está nueva realidad nos traerá cosas buenas, ¿si?

Ella asintió, conmovida, se abrazó a él y solo disfrutaron del pequeño momento juntos.

😭♥️😭♥️😭♥️😭♥️😭♥️

Baby en camino.
Incluso ya tengo el nombre 🤭

👶🏻🍼👶🏻🍼👶🏻🍼👶🏻🍼👶🏻🍼

Imagen que representa el capítulo.

Que tengan un hermoso inicio de semana mis chiquibeibis. 🥰💞

💟💟💟

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