𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝟮𝟰
No lo creyó, imposible. Se hizo dos pruebas más y ambas salieron positivo. Casi entra en pánico, aún así logró pedir turno con su ginecóloga lo más pronto posible y la espera la puso más ansiosa de lo que ya estaba. Se desahogo llorando gran parte en casa de Sakura, está asegurándole que contará con su apoyo y que todo saldría bien. Una vez llegó a la suya tan solo se acostó debiendo fingir que dormía cuando JungKook llegó a casa tarde por la noche.
Sus ojos estaban hinchados entonces explicar la razón no le sería fácil y ni ella estaba segura de nada. Por la mañana fue lo mismo, escapar excusándose con alguna tontería para llegar a la clínica lo más pronto posible. Albergaba la posibilidad de una falsa alarma.
Esperó en la sala de espera, lo suficientemente apartada y discreta como para pasar desapercibida de los demás pacientes. No era la única, habían un par de mujeres, algunas embarazadas con vientres bastante abultados o con sus bebes recién nacidos en las carriolas siendo acompañadas por sus parejas. Su estomago era un revoltijo molesto de nervios que le causaba náuseas. Solo quería largarse de ahí cuánto antes.
Cuando fue su turno ingresó al consultorio, ni bien saludó a la profesional le comentó la situación y está rápidamente, luego de algunas preguntas de rutina le sacó una muestra de sangre. Tener que esperar de media a una hora solo aumentó su ansiedad y hambre, por lo que compró algo liviano para comer junto con una botella de agua fresca esperando dentro de su auto.
Yeobo🐰❤️
¿Por qué saliste tan temprano, cerecita?
¿está todo bien? Pensé que me esperarías para cenar anoche.
08:15AM
Kira unnie.
Recuerda que hoy tienes las grabaciones y la reunión.
08:00AM
Prefirió no responder por el momento a esos mensajes o a los otros, tampoco terminó su ensalada de frutas y solo bebió un poco de agua. Revisaba el tiempo en su teléfono, colocó algo de música relajante e intentó meditar. Tan solo le sirvió temporalmente para entretener a su mente y matar el tiempo hasta que volvió al interior de la clínica, la médica ya tenia los resultados del análisis.
—Sí, en concreto estás embarazada, Youjin. Felicidades.
Para ella no significaba felicidad o al menos no en ese preciso momento.
—¿No es algo que esperabas? —preguntó cautelosa sin recibir más que un pequeño asentimiento de cabeza— comprendo que pueda causarte conmoción, la mayoría de reacciones en las mujeres son así cuando se enteran.
—S-se puede saber —tragó con dificultad a causa del nudo que apretaba su garganta— cuánto tiempo tengo.
Suspiró, sonriendo.
—Según tu última fecha de menstruación y los análisis mostrando un nivel alto en la gonadotropina coriónica total (GCH) en sangre estarás rondando entre la cuarta y quinta semana.
Inhaló despacio, jadeando cuando lo soltó, cerró los ojos por segundos. No sabía si insultarse o celebrar su imprudencia, bueno, era una imprudencia de a dos porque JungKook también estaba metido en todo esto y eso era lo que más le preocupaba, el como se lo diría.
—¿Q-que debo hacer ahora?
—Por el momento te recetare algunas vitaminas y suplementos, ácido fólico, te voy a derivar con una colega mía de confianza obstetra —comenzó anotar en una pequeña libreta— ella se encargará de ahora en más. No olvides que una buena alimentación es sumamente importante, Youjin, no puedes saltarte comidas —le extendió el papel— también haremos un ultrasonido para la próxima semana.
—¿Eso?
—Nos mostrará el estado del embarazo, la formación y correcta implantación del embrión, el estado del útero y ver si hay alguna anomalía —asintió, con la preocupación carcomiendo su interior— Tranquila, todo saldrá bien. Tu deber es cuidarte mucho de ahora en más.
—¿Podemos mantenerlo en silencio por ahora? Hasta que estemos lo suficientemente seguras.
—No te preocupes. Pasa con la enfermera de recepción y ella te dirá que hacer.
Le agradeció saliendo del consultorio. Esperó paciente a qué la enfermera detrás del mesón le indicará cuando debía regresar para el ultrasonido también entregándole los análisis de sangre en papel. Los observó, leyendo cuidadosamente cada nombre y al lado los niveles en números. No entendía absolutamente nada, pero ese positivo remarcando al final de la hoja representaba todo y más.
Suspiró, sin saber a dónde dirigirse ahora o qué hacer. Se encontraba momentáneamente perdida por eso no se dio cuenta cuando chocó el hombro con otra persona y antes de que pudiera pedir disculpas sintió nervios.
—¿Unnie?
—Chae, hola.
—¿Qué hace aquí?
Cómo explicarle a ella que simplemente era una visita de rutina cuando aún se encontraba en el piso de ginecología, obstetricia y neonatología.
—Señorita Kim, aquí tiene la orden para el ultrasonido —la enfermera se acercó a ella, hablando con precaución pero lo suficiente claro para que Chaewon escuchará sacando sus propias conclusiones.
Youjin le agradeció y mirando a la chica no pudo contenerse. Entre medio de un leve llanto le contó la situación.
—¿Cómo te sientes?
Chaewon la había llevado a la sala donde ella y sus compañeros médicos solían descansar o comer. Estaba vacío y tranquilo, así que tomaron asiento en compañía de una taza de té.
—No sé, estoy… ¿confundida? —negó— no sé, Chae, me siento nerviosa. —escondió su rostro entre sus manos— No sé cómo pude dejar que esto suceda, no se que hacer ni como reaccionar. Se supone que no estaba en mis planes ser madre, no por ahora, además... JungKook y yo apenas nos mudamos juntos hace poco, estamos disfrutando de nuestra relación y tenemos mucho trabajo en nuestras carreras. ¿Qué hago?
—No se que decirte —entrelazó sus manos, dándole su apoyo— tampoco soy quien para aconsejarte qué hacer, pero si estaré para lo que necesites. Así sea acompañarte a las consultas o algo —le sonrió— oppa en algún momento debe enterarse.
—Eso me aterra, no sé cómo lo pueda tomar.
—Por ahora, solo preocúpate por ti.
Se miraron. Chaewon sabía a la perfección la postura de su primo al no querer niños. Los traumas de su vida hicieron eso. Pero ahora todo cambiaba rotundamente.
Grabó con apenas una ensalada de frutas en el estómago y mucha agua. Su malestar era netamente náuseas, molestas y horribles nauseas. Fingió de la mejor manera frente al equipo, frente a Kira que desde hace un corto tiempo empezó a mirarle de forma extraña mientras se quejaba de sus hincados pies.
—Toma, no has comido nada.
Le extendió un bol de ensalada. Tenía unos minutos libres antes de volver a las grabaciones de su programa de variedades. Youjin lo tomó a regañadientes obligándose a comer un poco, apetito es lo que menos tenía, pero las indicaciones de la medica eran claras, no debía saltarse comidas.
Comió y volvió al trabajo. Su teléfono sonaba con algunos mensajes. Uno de JiMin preguntando si podía pasar a verla. Desde que se mudó no lo veía y al parecer el modelo prefirió mantenerse al margen. De hecho, no fue una noticia agradable para él y tan solo decidió alejarse, sin embargo, su rabia aumentaba un poquito más al ver el enorme apoyó a la Golden Couple.
Otro de JungKook al cual tampoco contestó. No podía, sentía que cualquier palabra dijera podía ser un aliciente para que la descubriera. Tampoco podía seguir evadiéndolo porque él sospecharía y aún no estaba lista para hablarlo o siquiera aceptarlo.
Al terminar en la agencia volvió a dónde fue su hogar, iría a visitar a su madre. Nada como los brazos maternales para hacerla sentir mejor, pero Kira tenía otros planes en mente cuando le pidió ayuda porque sintió una repentina contracción que la hizo doblarse en su misma .
—Al parecer Hiro está algo hiperactivo —dijo la mayor con ironía.
Entraron mientras Kira tomaba asiento para respirar, Youjin buscaba un vaso de agua para llevárselo. Se sentó a su lado en silencio tocando el enorme vientre, podía notarse a simple vista como su sobrino dentro se movía, sonrió con los ojos aguados al tener una lejana imagen mental de ella misma en esa situación. La mano de Kira sacándola de su ensimismamiento.
—Youjin. ¿Algo que debas decirme?
—No —negó, aún con su mano y ojos en el vientre— Hiro se mueve mucho, ¿sigue pateando a oppa cuando duermen?
Su sonrisa se desvaneció al ver a Kira muy seria, mirándola fijamente. Será que…
—¿Youjin? —le sostuvo la mano— hoy revise el mail que tenemos en común, llegó uno con resultados de un análisis de sangre —el corazón de la pelinegra retumbó fuerte— de parte de la doctora Kang, tu ginecóloga.
Fue inevitable no mirarle hacia el vientre plano. El silencio podía ser la respuesta.
—¿Por eso últimamente te sentías mal? —asintió— ¿JungKook lo sabe?
Negó, esnifó ya no pudiendo contener más el llanto.
—No puedo —su voz quebró un poco cuando dijo en voz alta— ¿Cómo decirle que estoy embarazada?
—¡¿Qué?!
Ambas voltearon encontrando a un SeokJin conmocionado con una botella de agua a medio camino de beber. Ellas estaban conmocionadas. Youjin estática, su hermano no dejaba de mirarle, ¿juzgándola?
—SeokJin, ¿qué haces aquí? Se supone que está noche tenías grabaciones y no regresarías hasta mañana.
No respondió, toda su atención recaía en su hermana.
—¿Por qué me miras así?
—No estás contenta.
Y no era una pregunta. Youjin agachó la mirada sorprendiéndose cuando la abrazó, siendo reconfortante y aliviador. No solían ser muy demostrativos, tenían sus maneras, pero cuando lo hacían se sentía muy bien.
—Pase lo que pase cuentas con nosotros —le susurró, apartándola un poco para mirarle— pero tienes que ser sincera, Yunnie, JungKook también es parte de esto y merece saberlo.
—No se como hacerlo, él no quiere hijos.
—Me recuerda a la novela Hard Place —fue inevitable para Kira no rodar los ojos ante el comentario fuera de lugar— esa donde la protagonista se divorcia de su esposo, un cantante muy reconocido, pero está embarazada de él y se lo esconde mucho tiempo. O la de El Hijo del Presidente, dónde la protagonista esconde la hija que tuvo con el galán por cinco años por un malentendido.
Se quejó por el golpe que su esposa le propinó.
—Jin, esto es la realidad y Youjin a su debido tiempo tendrá que hablar con JungKook.
Y un pensamiento extremista se hizo en voz alta.
—¿Y si me pide abortar?
—Youjin, estás diciendo disparates.
—Yunnie, tal vez Kook no quiera hijos, pero lo conozco y no será capaz de pedirte algo así —le sonrió, volviendo abrazarla— quédate tranquila, todo saldrá bien, nos tienes a nosotros.
La taza que abraza entre sus manos le dan la necesaria calidez al estar en el balcón con la mirada perdida en la ciudad. Aún seguía haciendo frío cuando la primavera estaba a poco llegar, aunque eso no le impedía estar en el único lugar que sintió como un pequeño escape. El calor de otro cuerpo abrigándola por la espalda le hace cerrar los ojos por unos segundos, se estremece ante el beso en su cuello y es inevitable el nudo que se vuelve a formar en su garganta.
—¿Qué haces aquí, cerecita?
No voltea, se queda disfrutando de la proximidad, de la respiración tranquila en su oído y el suave tacto a su cintura y estómago. ¿Cómo decirlo? Ladea el rostro lo suficiente para tener la de su novio a escasos centímetros y besarle apenas los labios.
—Solo pensaba.
—¿En qué? —sonríe tenue, acariciándole la mejilla.
—Nada en particular.
JungKook no se fía de eso. Desde el día anterior en que salió apurada luego de visitarlo la notó extraña, pero supuso que solo eran suposiciones suyas así como las que tenía en ese mismo momento. Acunó su mejilla, observándola con atención.
—Cariño, sabes que si algo sucede puedes contármelo.
Volteó dejando la taza en la pequeña mesa de mimbre que decoraba el espacio y se abrazó a él.
—No hay nada que decir.
Mentira.
Había mucho que decir y ni por dónde comenzar.
JungKook suspiró, algo en su interior advirtiendo que no estaba siendo del todo sincera, pero como siempre, no iba a presionarla. Estaría para ella porque sabía que en el momento indicado lo terminaría sabiendo y solo respondería con todo su apoyo, comprensión y amor.
La abrazó por la cintura manteniéndola contra su cuerpo. Comenzó a mecerse en un lento vaivén como si bailarán, Youjin aferrándose a su cuello mientras descansaba la mejilla en su hombro. Estaba descalza, llevaba puesto un vestido largo verde pastel de tirantes y encima un cárdigan de lana del mismo color. Extraño en ella cuando casi siempre usaba el negro o el blanco. Pero esa combinación le quedaba bonito, tierno.
No sabía qué, pero había algo en ella que le producía contenerla, protegerla un poco más de la cuenta. Sus manos paseándose por su espalda, acariciando su cabello moviéndose al compás de una lenta canción imaginaria que los mantenía en su propia burbuja.
—Estas rara, amor.
Youjin resopló una risa. Aleteando sus pestañas para apartar las lágrimas que se habían acumulado. Se distanció para mirarle, juntando las manos en su nuca.
—Son imaginaciones tuyas, cariño. No siempre podré ser la loca risueña. Hoy solo me apetece estar tranquila.
Aún cuando en el fondo había algo que no le convencía lo dejó pasar. La admiró un poco más, peinándole un mechón de cabello hacia atrás y ella colocándose de puntitas de pie le picoteó los labios, luego rozando sus narices y al siguiente besándose con un poco más de intensidad. Se alargó y ambos vieron la necesidad de entrar al interior de la habitación.
Entre suaves y sutiles caricias JungKook deslizó sus manos por el cuerpo de Youjin quitándole primero el cárdigan y luego el vestido. Ella quitándole la camiseta para abrazarse a su torso. Se tomaron el tiempo de besarse, de abrazarse al otro sintiendo sus pieles, la iluminación tenue de la habitación a causa de las luces de afuera.
Suspiraron en el frote de sus cuerpos desnudos acostados en la cama, en el contacto de sus intimidades a modo de juego previo. A Youjin le gustaba la manera en que los besos de su novio, lentos y con sabor a dulzura eran lo contrario a sus manos ávidas que la tocaban sin pudor, clavando los dedos en sus caderas cuando la acomodó para hundirse en su interior yendo rápido y profundo, haciéndola gemir al meter su mano entre medio para estimularla.
Fueron minutos en que el primer orgasmo la tomó por sorpresa dejándola ida por un momento. Sus uñas de un azul oscuro enterrándose en la piel sudorosa de la ancha espalda fueron un tipo de petición para que siguiera moviéndose, sus gemidos que fueron ahogados por la boca demandante de JungKook no hicieron más incentivarla a pedirle que fuera más duro y él en su punto máximo la complació.
Sus bocas devorándose se bebieron los gemidos del otro guiándose mutuamente al intenso orgasmo. Les costaba respirar, JungKook percibió lágrimas a los costados del rostro de su novia cuando descansó la mejilla en el hombro de esta, más no preguntó ni caviló en ello porque rápidamente cayó rendido en el sueño. Youjin tan solo se abrazó a su enorme cuerpo sin importarle tener todo el peso encima. Le gustaba, le daba la sensación de entera protección. Y ahí fue donde se quedó toda la noche hasta el día siguiente.
Sus nervios solo activaron a qué su malestar se volviera más grande. El hecho de que ese día tendría el ultrasonido era una razón, la otra que se le hacía demasiado difícil mirarle a JungKook a la cara y no decirle sobre su estado. Él intuía algo, por eso se esmeraba en hacerla sentir mejor, amada y cuidada aunque eso solo empeorará su humor. No entendía cómo había podido callar una semana y no desfallecer en el intento.
—Cerecita, ¿estás bien? —golpeó la puerta del baño, preocupado. Le había hecho el desayuno y ella ante el primer bocado no hizo más que rechazarlo y encerrarse.
Le inquietaba el que ella de repente estuviera aislándose. Que no dijera mucho y se mantuviera ocupada la mayor parte del día. Sentía que solo le ponía excusas no pudiendo evitar sentirse paranoico. ¿Quería saber qué diablos le sucedía? Se volvería loco hasta el punto de no poder concentrarse en sus entrenamientos.
—Estoy bien.
Definitivamente su voz quebrada y amortiguada no expresaba lo que decía.
—Ábreme, por favor. Youjin, abre la puerta.
No tuvo respuesta. Frustrado, suspiró dirigiéndose al mueble de la entrada de donde agarró unas llaves y volviendo abrió la puerta, encontró a su novia sosteniéndose con algo de dificultad del lavamanos mientras terminaba de cepillarse los dientes. Sus pecosas mejillas se veían sonrojadas, como si tuviera temperatura la cual revisó colocando la mano sobre su frente.
—Ya te dije que estoy bien.
—No lo estás y necesito saber que sucede, Youjin, estoy preocupado, hace días que estás extraña y lo único que haces es evadirme, ¿puedes decirme?
Ella exhaló, una mentira más no haría daño.
—Creo que comí algo que me cayó mal —sonrió, era obvio que él no le creyó y tan solo se largó a llorar, abrazándose a su torso y escondiendo el rostro en su cuello, su perfume siendo un efecto placebo para su asustado espíritu— abrázame, por favor. Solo necesito que lo hagas y no me sueltes.
Lo hizo, aún con la duda carcomiéndole. Sus brazos apretándola contra su cuerpo cuando la sintió temblar. Entonces decidió cargarla en brazos para llevarla de vuelta la habitación y recostarla en la cama junto a él hasta que se calmara. Fue suficiente tiempo para ella recuperarse y excusarse con que quedarse en cama sería peor y que trabajar un par de horas en sus pendientes la mantendrían con la mente ocupada y que si se sentía mal solo volvería para descansar.
Otra mentira que se acumulaba, la realidad era que debía acudir al médico. Por suerte la intervención de Chaewon para mantenerla oculta agilizó bastante las cosas y que la estuviera acompañando en un evento tan inmenso la hizo sentirse agradecida y un poco mas tranquila.
Apenas se acostó en la camilla se abrió la camisa dejando su vientre expuesto, Chaewon le ayudó a colocar el papel descartable alrededor de la cinturilla de sus pantalones y esperó a que la obstetra le colocará el frío gel para iniciar.
—Bien, vamos a ver cómo va todo.
Comenzó a pasar el transductor por la zona de un lado a otro, la parte superior e inferior de la pantalla en negro parecía llenarse de algunos números y letras que no entendía, la sonrisa de Chaewon y la médica a la vez le indicaron a Youjin que había algo pero ella no entendía que.
—Al parecer todo va marchando bien. La posición de la placenta y la cantidad del líquido amniótico son correctas al igual que no veo anormalidades en la posición y desarrollo del feto —y agregó— ya son siete semanas.
Youjin negó, entre la incertidumbre y el llanto que nublaba su vista.
—No entiendo.
Chaewon le apretó la mano en apoyó y la obstetra con paciencia le explicó, más bien, le mostró el pequeño punto blanco del tamaño de un garbanzo. Ese era su pequeño bebé.
—Ahora veamos lo más importante.
Apretó un par de teclas, volviendo a mover el dispositivo y un ruido frenético y constante acaparó en todo el ambiente.
—Unnie, eso que escuchamos es el corazón del nuestro mini Kook o nuestra mini Cherry.
Rieron. Youjin dejando ser a sus lágrimas quedó embelesada ante esa imagen borrosa sin sentido pero que significaba un inmenso cambió en su mundo entero. Tendría un bebé, un niño o una niña del amor de su vida y ni siquiera el interesante hecho de que el padre no quería hijos parecía importarle. No cuando sería parte de una hermosa y maravillosa creación.
Se quedó bastante tiempo contemplando la foto de la ecografía entre sus manos cuando llegó al estudio en la agencia. Aquel pequeño bulto crecía en su interior. Fue inevitable no tocar su vientre, acariciarlo, emocionarse hasta las lágrimas de nuevo por la noticia. Su celular avisando de un mensaje entrante fue lo único que la sacó de su obnubilación.
Yeobo 🐰❤️
Te amo, cerecita y pase lo que pase siempre estaré a tu lado.
17:52PM
La emoción terminó por dispersarse. Ya tenía aceptado que sería madre. La gran cuestión era: ¿JungKook aceptaría ser padre?
Perdón por no actualizar más. Un enorme bloqueo culpa de los 37 grados de calor 🥵😠 lo odio y todo lo que conlleva. Fatiga, cansancio, dolores de cabeza, cortes de luz. Así que si están pasando por olas de calor en sus países o ciudades cuidense mucho, hidratense aún cuando no les de sed, si salen a la calle lleven ropa cómoda y de colores claros y mucho protector solar.
Ah re, pero si, en serio. Haganlo. Y si están pasando por frío, también cuidense mucho que una gripe (en todas sus presentaciones) no es bonito.
Quiero darle un enorme agradecimiento a jungkookiesheart_ por ayudarme con algunos datos necesarios sobre el embarazo y el ser madre, espero haberme acercado un poco a tu experiencia.
Se viene se viene. 🤭
💟💟💟
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