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Descansar en la noche le fue imposible, así que a primera hora de la mañana viajó a Gyeonggi en compañía de su novia.
Apenas llegaron descendieron del auto. YongIl esperando en la entrada de la clínica se sorprendió de ver a JungKook y Youjin de la mano, ambos visitando a JungHee a la vez. Cruzó una mirada con la pelinegra, está contestándole con una sonrisa. Sí, él sabía la historia completa, además como no hacerlo si eran figuras públicas.
—Me alegra verlos.
Se saludaron con una leve inclinación.
—¿Cómo está mi hermano?
—Bien, hace una hora lo pasaron a su habitación, lo ayude a asearse y cambiarse. Los está esperando.
—¿Qué fue lo que realmente sucedió? —preguntó Youjin quitándole las palabras a su novio.
El enfermero se detuvo en el pasillo.
—Era la hora de la recreación en el patio, JungHee salía de su sesión con el psiquiatra, yo estaba pendiente de su salida, pero un paciente nuevo tuvo un brote psicótico, encontró a JungHee en el camino por sorpresa y lo tiró por las escaleras, se golpeó muy fuerte la cabeza y el hombro.
—¿Cómo es posible que no hayan podido contener a ese paciente? Se supone que cada uno tiene a alguien asignado —se notaba molesto, Youjin intentando calmarlo al apretar su mano y brazo— ¿No deberían llevarlo al hospital?
—Estábamos esperándote. Quieren hacerle unos estudios para descartar cualquier inconveniente, pero debes hablar con el director antes y firmar papeles para su traslado.
—Esta bien —giró hacia Youjin, murmurándole— ¿me acompañas?
—Me adelantaré a ver a JungHee, ¿puedo?
—Claro, le pediré a alguien que te lleve.
Apenas se despidieron JungKook se aseguró que Youjin se adentrara a las instalaciones acompañada. Siguió a YongIl a la oficina del director siendo recibido de inmediato por este y teniendo una mejor explicación de lo sucedido.
—Lamento que haya sucedido esto, señor Jeon. JungHee ha demostrado una amplia mejora en su tratamiento. El paciente que lo agredió ya está bajo vigilancia.
—Me alegra saber que no fue tan grave, aún así quiero que hagan todos los exámenes correspondientes.
—No se preocupe, haremos lo necesario para que su hermano esté en condiciones.
Por un momento le recordó en el estado en que su gemelo llegó al centro. Del mismo modo, agresivo, rebelde, con muchos ataques de irá que debieron ser calmados con paciencia y calmantes. Intentaba de la misma manera comprender, pero el hecho de encontrar a JungHee lastimado no era de su entero agrado.
Se calmó al verlo sereno bromeando con Youjin. No se veía mal, solo el brazo izquierdo tenía un cabestrillo. Tampoco podía ignorar la sensación extraña de asombro ante la cordial relación de esos dos. Parecía un mundo paralelo donde ese trágico pasado jamás hubiera existido.
—Hasta que al fin se presenta el Rey de Busan.
—JungHee —reprochó Youjin.
Los observó una vez más. Acercándose a la cama de su gemelo, su novia estaba sentada ahí también.
—Así que ustedes dos se veían a escondidas de mí.
Aún cuando le había preguntado su opinión por ello y él en su momento le restó importancia, Youjin no dejó de sentir algo de vergüenza por esconderlo tanto tiempo.
—Es el efecto Jeon al parecer, hyung —miró a la pelinegra— tenemos a todas rendidas a nuestros pies.
—¿Cómo te sientes?
—Bien, ¿y usted? Veo que no le quedó secuelas.
—Estoy bien.
JungHee miró a Youjin, ella se encogió de hombros diciendo.
—Se está recuperando muy bien con la fisioterapia.
—¿Qué ocurrió con el idiota ese?
—Sigue siendo el campeón invicto.
—Hasta que vuelva para quitarle el título, ¿no es así, hyung?
JungKook no contestó dejando con más incertidumbre a su gemelo.
—Por ahora debe recuperarse, JungHee —indicó Youjin con voz tranquila— no tiene cabeza para otra cosa.
—Ni siquiera para ti, cariño.
Sintieron incomodidad, JungHee manteniendo un rostro neutro aunque por dentro le divertía verlos así de inquietos.
—JungHee, nosotros...
—No finjan —hizo un ademán con la mano minimizando la situación— ya me di cuenta, ¿volvieron? ¿hubo reconciliación y todas esas mierdas? ¿te la follaste, hyung?
—JungHee.
—Comienzo a creer que aparte de ser un puto psicópata eres masoquista.
A JungKook le sorprendió de sobremanera el modo en que Youjin le hablaba a su gemelo y todavía más la reacción divertida en respuesta.
—Usted me conoce muy bien, por eso somos el uno para el otro —sonrió y mirando a su hermano expresó regodeandose— deberíamos cambiar roles, hyung.
—El director me comentó que estás mejorando mucho —hizo caso omiso— y YongIl que has estado ocupado.
El menor divisó por encima del hombro de su hermano a su enfermero, este le dedicó una pequeña sonrisa como disculpas. Bufó.
—JungHee, cuéntale a tu hermano lo de tu proyecto —animó Youjin. Había olvidado que ella fue la primera en saberlo y quién lo había apoyado a realizarlo.
—No es nada —se encogió de hombros, de repente sintió algo parecido a la timidez— ya sabes, la clínica da ciertos talleres para que los pacientes —gesticuló con su dedo en su sien remarcando la locura— tengamos ocupada la mente. Bueno, me metí a dibujo y pintura —rascó su brazo— pinte algunos cuadros, pero mi proyecto es un cómic que está en proceso.
Eso lo sorprendió bastante. No sabía que su gemelo tuviera ese tipo de afición. El “que hubiera pasado si…” se le cruzó por la mente. Si JungHee hubiera tenido las mismas oportunidades que él. La de vivir una bonita infancia junto a su madre, de ir a la escuela y tener amigos, crecer con amor y contención, en la calidez de una familia, tal vez ahora él estaría en una mejor realidad, una donde la oportunidad de mostrar su arte sería una agradable forma de vida.
—¿Quieres mostrarle? —ella parecía las más emocionada. JungHee rodó los ojos, pidiéndole ayuda a YongIl para que del cajón de su mesa de luz le entregué una libreta con hojas blancas. Se lo extendió a su gemelo sin mirarle y JungKook lo tomó revisándolo con lentitud y atención.
Las ilustraciones, trazos y claridad en cada cuadro demostraba la profesionalidad. La trama que parecía envolver a la supuesta historia y su personaje principal se veían muy interesantes.
—¿Golden?
Miró a su novia, ella sonreía asintiendo al igual que YongIl a un lado de su gemelo quien se mantenía cabizbajo y serio. Tratando que la ansiedad no le gané para darle lugar a su lado oscuro y agresivo.
—Es un superhéroe —sus dedos jugaban con el borde del cabestrillo, no era fácil tener toda la atención— de día es el guardaespaldas del alcalde y de noche combate el crimen, todo lo que toca lo convierte en oro. Excepto a los criminales.
—Ingenioso, ¿no? —chilló Youjin, aplaudiendo— sigue leyendo, busca como se llama la ciudad donde se desarrolla la historia.
Siguió por un par de páginas, sonriendo al leer lo más interesante.
—Ciudad Blossom.
—Y la damisela en apuros es cantante —apuntó— adivina quién es el principal villano malvado.
—Purple Shadow —murmuró JungHee, agazapado, casi como un pequeño conejito asustado— Golden y Purple tienen un oscuro pasado que los relaciona, son lados opuestos, el bien y el mal, sin embargo, ciudad Blossom es el hogar de ambos. Y gracias a Golden todo es brillante y mejor.
Aún cuando la mayor parte de sus vidas ninguno supo del otro y se conocieron en terribles y dolorosas circunstancias, había una conexión imposible de negar.
—Me siento orgulloso de ti.
Lo decía en serio, quería mucho a JungHee, no se arrepentía de haber sido persistente con él, de haberlo ido a visitar y estar pendiente de su bienestar. Sentía ese avance como un logro propio y pasara lo que pasará iba a apoyarlo siempre.
—Bueno, si, si —le arrebató la libreta, abrazándola a su pecho— también tengo algo para usted noona —con un gesto de su barbilla le indicó a YongIl sacar otro papel doblado, lo lanzó sin cuidado frente a Youjin y ella curiosa lo abrió.
—Aaww, gracias —susurró, puchereando y abrazando el dibujo contra su pecho— es precioso.
—Me alegra que estés bien, hermano.
Por primera vez vieron a JungHee sonreír sinceramente.
Ambos se colocaron los cinturones de seguridad. JungKook quedándose pensativo sosteniendo el volante. Esa visita fue muy diferente de las anteriores. JungHee se veía otra persona, optimista, alguien mejor que solo quería salir adelante y él estaba dispuesto a ayudarlo en lo que sea.
—Te quedaste callado.
—Un tiempo antes de reencontrarnos vine a verlo, estaba atontado por los medicamentos —tenía la mirada perdida frente a él— no me reconocía, en algún momento quiso agredirme y tuvieron que doparlo. Me sentí demasiado impotente, Youjin. Me sentí culpable por el simple hecho de no saber cómo ayudarlo —su voz sonó débil y ella entrelazó sus manos— el saber que ahora tiene un propósito, un anhelo me hace pensar en todo lo que pudo tener y no logró por culpa de mi padre.
—Kook, mírame —acarició su mejilla— JungHee tiene un largo proceso de recuperación, habrá días en que este bien y otros muy mal. Habrá días en que su mente le juegue en contra y este sumido en lo más oscuro, pero también habrá días como hoy, en dónde esté tranquilo y alegre de mostrarle a su hermano mayor todo lo que ha trabajado. Es ahí donde nosotros también estaremos, ¿si? Incluso Chaewon y tus tíos han venido a verle, él no está solo, no lo va estar mientras nos tenga.
—Gracias por amarme, Kim Youjin.
La besó, escuchando y disfrutando de su risita. Se quitó el cinturón para poder besarla mejor.
—Ya, vámonos. Cariño, basta —se abrazó a él, riendo por las cosquillas en su cuello— nos van a ver, que vergüenza.
—Vergüenza debería darte no corresponderme, cerecita.
Su teléfono dentro de su bolso sonó un par de veces. Lo ignoró al ser mensajes. Lo revisó tiempo después en que JungKook le dio respiro y todo el buen ambiente se vino abajo cuando vio el contenido.
—¿Qué sucede? ¿cerecita? ¿Quién es?
—Kira unnie. Me envió unos enlaces —hizo una pausa y giró su rostro— al parecer internet está inundado con recientes fotos nuestras —le mostró— Dispatch las reveló.
Eran fotos de ellos paseando por los Hanok de Bukchon, se veían algo borrosas, pero se los podía distinguir con precisión. Las del cine al que habían ido en la noche anterior, el beso. Desde que Youjin se había mostrado constantemente apoyándolo en su estadía en el hospital luego de la pelea, las especulaciones fueron demasiadas.
“¿La Golden Couple ha vuelto?”
“Al parecer la Idol Bloom Cherry y el boxeador del momento Jeon JungKook decidieron darse una nueva oportunidad en el amor y hasta parecen tener una acelerada convivencia a escondidas”
“¿Saldrá alguno de los involucrados a hablar? ¿Las sospechas de otras parejas solo fueron una tapadera? ¿Se viene el matrimonio o solo es una historia de puro drama?”
—Odio todo esto, odio a toda esta gente y su inhumana estupidez —espetó enfadado, regresando el celular.
—Lo siento.
—Oye, no es tu culpa, amor. Está gente no entiende la fina línea de privacidad e intimidad. Solo les apetece el dinero y el escándalo.
—Unnie me dice que nos espera en casa —suspiró— dijiste que no te importaba si el mundo se enteraba.
—Lo sigo sosteniendo —picoteó sus labios— estamos juntos en esto y te lo repito, me da igual que lo sepan mientras no se metan en nuestras vidas, ¿bien?
Asintió, un poco menos nerviosa y estresada. Con JungKook expresándole en todo momento que todo estaría bien. Los roles habían cambiado de un momento a otro y él era el más fuerte que parecía tener la solución a todo. Llegaron rápidamente al complejo donde vivían, subieron con la intención de llegar a casa del hermano de la pelinegra, pero un cambio de último minuto los dirigió al departamento de los padres de estos. Donde parecía que se estaba organizando una gran almuerzo.
—Juro que no fue mi idea —se excusó Kira al abrirle la puerta a la pareja.
Los abuelos Kim, algunos de sus tíos y primos se encontraban dentro, incluso el tío de JungKook, Minjoon y su esposa se encontraban también. Este mirando a su sobrino con aparente pena en su semblante, pues estaba al tanto lo reservado y cuidadoso que el pelinegro podía ser al tratarse de Youjin.
—¡Han llegado mis nietos favoritos!
Chilló la abuela Kim, abrazando efusiva a ambos.
—Hola halmeoni.
—Aigoo, pero, ¿por qué esas caras? —sujetó sus manos arrastrándolos a la sala donde algunos conversaban sentados y otros en la cocina terminaban de preparar la comida— vinimos a visitar a tu padre mi Yunnie, y nos enteramos por tu hermano que han vuelto.
SeokJin tan solo se encogió de hombros, pidiendo disculpas. No es como sino se fueran a enterar de todas maneras. La primicia se dispersó en minutos siendo tendencia número uno en redes sociales. Intentaron restarle importancia, disfrutar del momento familiar. Aunque en la mesa las típicas preguntas que aquejaban a Youjin no se hicieron esperar y fue que se dirigió a su novio con una mirada de: “ves, te lo dije”
—¿Para cuándo el compromiso?
—Apenas están disfrutando de su relación —contestó HeeJi a uno de sus cuñados— no creo necesario apresurarse.
—Pero adoraría ver a mi Yunnie casada —comentó la abuela Kim, aún ignorando la mirada reprobatoria de su hijo al otro lado de la mesa— SeokJin y Kira ya nos bendijeron con eso y un pequeño niño en camino, quiero ver a mi nieta feliz.
—Soy feliz, halmeoni, ¿no les basta con eso?
—A tu edad ya tenía a mis cuatro hijos y teníamos la granja con tu abuelo, ¿no es así, jagi?
El hombre tan solo asintió concentrado en su comida.
—Creo que esa decisión deberían dejarle a ellos —comentó MinJoon— mi sobrino es un hombre que sabe con seguridad lo que quiere y estoy seguro que Youjin igual, ambos ya tienen en claro lo que anhelan para su futuro.
JungKook le agradeció desde el fondo aquel comentario. Se sentía incómodo por no poder corresponder a la familia de su novia como quisieran. No era una decisión fácil que cualquiera pudiera tomar sino ellos mismos.
—¿Cómo te has sentido muchacho?
Giró su rostro hacia el padre de Youjin, ambos frente al ventanal que daba al balcón.
—Muy bien, he estado recibiendo tratamiento, mis costillas sanaron bien, todo lo demás también. ¿Cómo se siente usted?
—Oh, mucho mejor —exhaló aire inflando el pecho— el cuidado de Heeji y el cariño de mis hijos y familia logró que me recupere más rápido.
—Me alegra saberlo, Youjin estuvo muy preocupada cuando se operó —cabizbajo comentó— no sabía cómo hacer para ayudarlo o al menos hacerle sentir mejor.
—Debo de agradecértelo —lo miró— Youjin me contó que habló contigo, que fuiste tú quien la convenció para que me perdone.
—No, yo solo le aconseje que deje atrás los rencores, sobre todo con su padre. Sé cuánto los adora y ama, solo necesitaba que alguien se lo recuerde.
—Gracias por haber vuelto, JungKook —el apretón a su hombro se sintió cálido y paternal— te hemos extrañado.
Tragó, atacado por un sentimiento extraño que hacía retorcer a su estómago. Asintió, con una leve sonrisa de labios cerrados agachando la cabeza.
—Yo —dudó— siento haber lastimado a su hija, ella no merecía lo que mi gemelo le hizo, jamás me perdonaré
—Hey —le detuvo— no fue tu culpa, muchacho. Tú no sabías, fuiste víctima al igual que mi pequeña, pero estoy agradecido que hasta el último minuto la hayas protegido. Youjin es alguien mejor. Tú eres mejor que lo que ocurrió en el pasado o tu familia —sonrió tenue, ofreciéndole alivio— Siempre has demostrado ser alguien capaz, JungKook. No importa si te equivocas, te levantaras y lo harás mucho mejor.
—Es… es un poco abrumador su confianza hacia mí.
—Es porque eres digno de ella, eres digno de estar en mi familia y de todo el cariño que has logrado merecer. Estoy orgulloso que mi Yunnie haya encontrado un buen hombre.
Ladeó su rostro, admirando a su novia a la distancia, su sonrisa mientras hablaba con su madre.
—Yo me siento feliz de haberla conocido a ella y a todos ustedes.
—Déjame decirte algo, vas a pelear toda tu vida por encontrar respuestas, a veces no las encontraremos tan fácilmente, nos costará, incluso colocando la manera que pensamos de nosotros mismos en duda. Jamás dudes de ti, has logrado muchas cosas importantes, debes sentirte orgulloso tal vez no lo veas ahora, pero por cada momento de sufrimiento, obtendrás doble felicidad.
—Gracias ajhussi.
—Deberías empezar a llamarme appa con esto de que mi propia madre ya te casó con mi hija —rieron— ya nos conocemos, la próxima te esperó y bebemos un poco, ¿qué te parece?
—Cuando usted quiera —y agregó con gracia— appa.
Apenas tuvo la oportunidad arrastró a JungKook fuera de la casa de sus padres con la tonta excusa de tener trabajo pendiente. Estaba sofocada ante la atención que su familia le colocaba a su pareja y la presión sobre ambos por un futuro venidero. Una vez más repitiéndole el porque quiso mantener todo en silencio. Aunque ahora sí se complicaría ya que sus teléfonos no dejaban de sonar con notificaciones de mensajes de las redes y distintas aplicaciones con el tema de la Golden Couple.
JungKook había recibido un mensaje de SunMi reprochándole el hecho de no avisarle, pues ella al ser su publicista estaba atestada de mensajes por parte de la prensa o distintos medios sin saber que contestar. “No es algo que teníamos pensado anunciar, alguien filtró la noticia y hasta que Youjin no decida simplemente no digas nada”. Aun cuando la respuesta no fue de su agrado, aceptó. Avisándole que en la mañana tendrían una reunión con la agencia de la Idol.
—Debemos estar temprano mañana.
Lloriqueó, tumbada en el sillón con su gato mirándola desde el sillón individual.
—Lo sé, SunMi acaba de decirme lo mismo.
Se sentó al lado de su novia, permitiendo que ella se acomodara entre sus brazos situando la cabeza contra su pecho. Le besó la coronilla y le acarició los brazos.
—Estoy cansada —cerró los ojos— deseo cambiar mi vida.
—¿Por cuál?
—Una dónde ninguno de los dos seamos figuras públicas, en el cual tengamos trabajos normales de personas normales y podamos tener citas sin la necesidad de cuidarnos en cada movimiento por temor a que salga una foto nuestra quebrantando nuestra privacidad.
—¿Quieres tener una cita, Kim Youjin?
—Sí —se incorporó, admirando la sonrisita pícara en él— ¿por qué sonríes?
—Recuerdo cuando dijiste que te encantaría montar en una motocicleta contigo apretada fuertemente a mi cuerpo.
La forma en que lo expresó, en tono bajo y grave era para sonrojarla, pero Youjin era bastante caradura como para fingir.
—No mentía.
—¿Aun quieres hacerlo?
La pregunta la emocionó y sorprendió.
—¿Y a dónde iríamos?
—A dónde tú quieras, cerecita —besó la punta de su nariz, acariciando con los pulgares sus labios— fijamos por una noche no ser reconocidos por nadie y ser solos tú y yo, sin obligaciones, ni exigencias, ¿qué dices?
Se subió a horcajadas para abrazarlo y besarlo.
—Debemos ser cuidadosos, cuando fuimos al cine lograron sacarnos fotos.
Le acarició la mejilla y picoteó sus labios.
—Tengo una idea, conozco un lugar cerca de la playa, es apartado, pero podemos quedarnos un par de horas y tener nuestra dichosa cita.
—¿Un par de horas?
Asintió.
—Podríamos hacer más que solo sentarnos o caminar en la arena —succionó su labio inferior al besarla— ¿Qué dices?
—Imaginemos un perfecta cita en la playa.
—Vamos, entonces, mi cerecita.
Se abrigaron un poco. La emoción en Youjin al ver como su novio se subía a la moto, una demasiado enorme y feroz, pero que a ella le causaba felicidad. Se colocaron los cascos y emprendieron viaje. Tan solo cuarenta minutos y se encontraron en las afueras de Seúl, tomando un atajo que los llevó a una parte alejada donde el mar rompía sus olas contra la orilla y la paz se respiraba por una enorme distancia. No les importó que el cielo se presentará nublado, ni el frío viento costero.
Disfrutaron el uno del otro con sus típicos mimos de besos y abrazos, conversando sobre trivialidades y tonterías. De piropear la idea de convivir juntos y adoptar a Eoduun como hijo de ambos. El deseo de Youjin queriendo volver a los escenarios, la de JungKook apoyándola repitiéndole que la amaba. La de ser apasionados mientras una fina lluvia los empapaba y les recordaba lo que había ocurrido.
La vuelta no fue tan diferente cuando llegó la noche, disfrutaron de la velocidad por las calles vacías y una vez arribaron a la calidez del apartamento de JungKook, ambos se entregaron el uno al otro.
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