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𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝟭𝟱

—Dos costillas fracturadas, conmoción cerebral, perforación renal y varias contusiones —comentó con dificultad Chaewon, afuera de la habitación donde JungKook se encontraba internado descansando.

La rapidez de los paramédicos y su traslado a la clínica lograron que se lo pudiera atender de inmediato. Aún cuando su prima estaba de guardia esa noche, al ser familiar directo, no le permitían ser parte del diagnóstico ni atención del paciente, así que como todos los demás, debió esperar por nuevas noticias.

El médico a cargo salió junto a TaeHyung, acercándose a la pequeña multitud.

—Por ahora lo mantendremos en observación por cuarenta y ocho horas —revisó la tablet, agregando— no creo que se requiera de una operación para los riñones, sus heridas sanarán muy lentamente con absoluto reposo y medicación.

—Gracias doctor —agradeció MinJoon abrazando a su hija por los hombros— ¿Podemos pasar a verlo?

—En estos momentos está sedado, le hemos suministrado morfina, pero una vez pase el efecto sentirá dolor. Que sean breves minutos por favor.

Youjin esperó sentada dejando que su tío y primos pasarán primero. Jennie no pudo acompañarla ya que debía volver a casa con su hijo. Se abrazó a si misma en un intento por detener el temblor de sus manos, rememoró en su mente el exacto momento en que JungKook cayó inconsciente contra la lona, la sensación arrolladora de emociones que experimentó su cuerpo cuando no lo vio moverse. Tragó, conteniendo las lágrimas, era casi madrugada encontrándose todo en completo silencio. Sintió el suave tacto de alguien tocando su hombro, al levantar la cabeza vio a Namjoon con cansancio en su rostro.

—Entra, está preguntando por ti.

Lo hizo con calma, controlando sus desordenadas emociones y el maldito nudo en su garganta. Sus ojos escocían por las lágrimas acumuladas aún así se mantuvo tranquila cuando lo tuvo frente a ella. La suave piel clara de su rostro presentaba severos moretones violáceos junto a las heridas abiertas ya curadas, su ojo izquierdo era el más comprometido aunque se había salvado de un trauma mayor. No dudó en acariciarle el cabello, tan despacio temiendo romperlo todavía más.

Él abrió su ojo bueno sintiendo la presencia, su respiración se volvió un poco más agitada, errática. Su cuerpo temblando sin poder describir lo que sentía a causa de la morfina pero si la calma de tenerla a su lado. Jadeó, sin poder contener las lágrimas que se resbalaron a los costados de su rostro. Su mano a ciegas buscó la de ella, sosteniéndole la muñeca casi sin fuerzas.

—Ssshhh.

—No te vayas —su voz forzada salió ronca, pronunciando cada palabra de forma muy pausada y lenta— no… no me dejes.

Se inclinó un poco más, sin detener las caricias a su cabello y frente.

—No me iré a ningún lado, cariño. Aquí estoy.

—No… no pude hacerlo.

—Debes descansar, Kook —susurró, le preocupaba que él hiciera grandes esfuerzos por intentar respirar— intenta dormir, yo estaré aquí cuando despiertes.

Aún cuando él dudó lo hizo, los sedantes igual harían su trabajo y terminaría durmiendo un largo tramo mientras ella se escapaba al cubículo del baño de damas para llorar, para descargar tanto que cuando salió largos minutos después tenía una ligera jaqueca. Con maquillaje intentó esconder la hinchazón de sus ojos. La cafetería estaba vacía a esa hora, fue donde encontró a TaeHyung bebiendo un café mientras se encontraba distraído en su celular.

Ambos mantuvieron el silencio sentados frente al otro.

—La WBC apelara a la decisión de los jueces. Wonho seguirá descalificado, aunque seguirá siendo el dueño del título —comentó Taehyung con pesar.

Aunque era una noticia buena dentro de todo. A ella no podía importarle menos. Su mente se encontraba en buscar soluciones, en intentar ver cómo ayudaría a JungKook de ahora en más. Pues su recuperación sería demasiado larga y dolorosa.  Respondió algunos mensajes, todos estaban preguntando, preocupados; sus padres, hermanos, abuelos y tíos, amigos, conocidos. Incluso DaeHo desde Berlín la llamó, alterado.

¿Pero está bien? No me mienta noona.

—Ya te dije que sí.

Es lo que Nam hyung me dijo, pero no le creí. Omma no lo sabe, no sé cómo decírselo.

Apoyó la frente contra la palma de su mano. Namjoon llegando también y dejándole un vaso con humeante té de manzanilla. Le agradeció con una mueca que no llegaba a ser una sonrisa.

—Es mejor que no lo hagas por ahora —suspiró— JungKook está sedado, es imposible que hable y luego de eso no podrá hacerlo por el dolor, estará hasta pasado mañana internado, luego le darán el alta y deberá hacer reposo absoluto.

¿Verdad que usted se quedará a su lado? ¿Qué usted lo cuidara?

Y no vaciló al responder.

—Claro que sí. No pienso dejarlo solo.

Él la quiere mucho noona. Siempre nos habló de usted, y le agradezco que no lo deje solo. Confió en usted.

Sintió su cuerpo temblar a causa del llanto. Disimuladamente secó una lágrima traicionera deslizándose por su mejilla. Le aseguró un par de veces más al chico que no se preocupara, ambos de acuerdo en que no le dirían nada a Sunny mientras JungKook siga en el hospital. Cortó, bebiendo de su té en silencio. Hacía algo de frío aún con la calefacción, afuera nevaba y ella apenas tenía una chalina de lana cubriéndole los hombros y espalda. Se había cambiado los tacones por unas pantuflas y no se iría de ahí como le prometió a él.

Su teléfono volvió a vibrar con una llamada, casi las tres de la madrugada, está vez de un número privado que no contestó. Una segunda y una tercera en segundos, se le hizo extraño y al escuchar la voz de JungHee cuando respondió la sorprendió de más.

Hasta que respondes, casi que quiebro el maldito teléfono llamando a hyung y nadie que contestaba —hablaba bajito— al menos tú lo hiciste, dime cómo está.

—¿JungHee?

Aún no salía del shock. TaeHyung y Namjoon que conversaban voltearon sus rostros perplejos mirándola cuando escucharon el nombre del gemelo.

No, soy el puto conejo de pascuas. ¡Maldita sea Youjin, dime qué le ocurrió a hyung!

Se recompuso, calmando con un gesto de su mano a ambos hombres. Namjoon prestando más atención.

—Esta bien, descansando ahora.

Noona~ —canturreó, con una voz grave y gutural— ¿por qué me miente? ¿sabe que a los psicópatas trastornados como yo no se les miente? Puedo oler su jodida mentira desde aquí —tampoco le sorprendía lo tétrico que a veces solía ser el gemelo menor— hábleme o no querrá saber de lo que soy capaz, aunque si lo sabe, en realidad.

Se levantó, alejándose un poco, pidiéndole a NamJoon que no la siga y solo esperara, que todo estaba bien.

—Lo único que vas a lograr con esa actitud es que te corte la llamada, así que cálmate, JungHee.

Escuchó un gruñido como queja, maldiciones en balbuceos, aparte de eso, solo se escuchaba absoluto silencio. De seguro JungHee estaba escondido haciendo lo que no debía. Suspiró, confiando en que el chico no se alteraría.

—Esta muy golpeado —tragó, se evitaría detallar— curaron sus heridas, tendrá que hacer reposo absoluto, solo lo mantendrán un poco más para observación. Lo vi, hablé con él, está bien —silencio, ninguna respuesta del otro lado— ¿JungHee?

El director me permitió ver la puta pelea —murmuró, su voz no demostraba emoción alguna— me cortaron la transmisión cuando hyung terminó noqueado, fingí desmayarme y estuve en la enfermería largo rato. Tengo poco tiempo hasta que se den cuenta que tome prestado un celular.

Eso quiere decir que lo había robado.

—¿Cómo te sientes?

Escuchó el largo suspiró.

Bien, tengo los brazos vendados. Veinte puntos en uno y diez en otro. No puedo mover del todo la mano izquierda, al parecer se dañó un tendón o no se que mierda. —lo contaba de forma despreocupada, como si no fuera grave lo que le ocurrió, para él no lo era, ya estaba acostumbrado y gran parte lo olvidaba cuando volvía en si— Agradece que estoy encerrado porque si estuviera afuera, ese tipo que lastimó a hyung tendría un agujero en la garganta de lado a lado y una tijera de jardinero clavada en uno de sus ojos.

Hasta que su verdadero humor salía a relucir.

—JungHee detente, quiero que en este instante cortes está llamada y le entregues el teléfono a YongIl —él bufó, rodando los ojos— hablo en serio, ¿quieres mortificar a tu hermano? ¿eso quieres? ¿quieres causarle más problemas? JungKook se preocupa demasiado por ti y si te escuchará el que lo lastimaría serías tú. Le dolería más escucharte hablar así.

Es una aguafiestas noona. No se aguanta nada.

—JungHee.

Cuida de hyung, por favor. Cortaré, no le digas que llame, prometo contarle a YongIl sobre esta llamada y si dudas preguntale. Y si quieres que no cometa una locura más te vale mantenerme al tanto de todo.

—Bien.

Llegó sin siquiera presentarse en recepción, era casi de madrugada. Esperó a escuchar la actualización del médico viendo que estaba mejor, se quedaría unos días más en observación y se marchó en silencio. Que su familia tenía prioridad para verlo, Kim Youjin. ¡Ja! No entendía porqué eso le molestaba, pero lo hacía. Sus emociones estaban disparadas desde que vio como su hermano HoSeok había golpeado a JungKook. Ella también corrió despavorida, siendo detenida por JiMin. Sino fuera por él, hubiera pasado la mayor vergüenza de su vida, porque irónicamente, la que debía hacer toda esa pantomima de sufrimiento era la cantante que ahora seguramente seguía al lado del pelinegro.

Las puertas del ascensor se abrieron, a través de contactos supo el hotel y el número de habitación en que HoSeok se encontraba hospedado. Aporreó la puerta a golpes sin importarle hacer ruido, el timbre sin pausa. Está se abrió, empujando el musculoso cuerpo del boxeador al interior, azotando la puerta al cerrarla detrás de ella.

—Hermanita.

Se le fue encima, histérica, golpeándole dónde pudiera, divirtiéndole a Wonho la poca fuerza y borrándole su sonrisa al ella propinarle un cachetazo que ladeó su rostro. La sostuvo de las muñecas, empujándola.

—¡¿Qué diablos hiciste?! ¡Casi lo matas!

El rostro del castaño presentaba un gran moretón en su pómulo resultado de la herida abierta que ahora estaba curada y cubierta por un apósito, su cuerpo tenía varios golpes pero ninguno tan grave como los de JungKook. SunMi ansiaba que su hermano sintiera el punzante dolor del pelinegro.

—¿Qué culpa tiene Wonho de que JungKook haya sido tan débil?

JiMin llamó su atención cuando apareció. Ya no llevaba la ropa elegante que tenía puesto al presenciar la pelea, iba cómodo sin perder la distinción. Un vaso de whisky balanceándose despacio en su mano derecha junto a una sonrisa de suficiencia.

—¡Hiciste trampa! —le gritó a Wonho, ignorando al otro— lo golpeaste sabiendo que la campana había sonado, ahora está grave en el hospital...

—¿Morirá? —le cortó. En el boxeo era normal esas graves lesiones, siempre salían y no dudaba que Jeon JungKook también lo hiciera, no se preocupaba— ¿lo hará?

—No, está vivo —responde JiMin en su lugar, restando importancia— hablé con Youjin hace un rato, no la habré acompañado al hospital, pero me dijo que está bien, recuperándose.

Bebió de su vaso, frunciendo el ceño y mirándose con Wonho, confundidos ante el cambio abrupto de SunMi, riéndose como loca mientras aún caían lágrimas por su rostro.

—Eres tan ingenuo, JiMin —esnifó, también sirviéndose un vaso con whisky, bebiéndose el líquido de un solo envión— tú piensas que obtendrás a Kim Youjin, enamorada de ti arrastrándose a tus pies —cruelmente sarcástica— me complace decirte que con esto la lanzaste a los brazos de JungKook, ¿estás contento? —Wonho sentado, admiraba la discusión, considerando que esos dos necesitaban sexo para descargar sus tontas frustraciones— ella está a su lado ahora, cuidándolo como si fuera su maldita esposa, como si tuviera el derecho de hacerlo y lo peor de todo es que la familia de él lo avala.

Se mantuvieron la pesada mirada. JiMin jamás diría ni admitiría que la jugada había salido mal. Ver a Youjin realmente desesperada solo le revelaba lo enamorada que seguía del pelinegro. Y no podía ser peor para él. Su odio hacia Jeon JungKook solo aumentaba y maldijo el día en que volvió.

—Sabes que si dices algo tú serás cómplice —la amenazó, señalándole con el índice. SunMi no paraba de temblar— recuerda que HoSeok es tu hermano, ¿qué pensaran todos si supieran que la publicista del gran Kim TaeHyung representante del boxeador dorado Jeon JungKook es hermana de quién casi lo mata? ¿ah? —sonrió, malicioso.

—Eres un maldito malnacido, Park JiMin —estuvo a punto de cachetearlo, siendo detenida por el rubio— No te saldrás con la tuya, lo juro. Ninguno se saldrá con la suya.

Se fue, azotando la puerta al marcharse. Histérica, temblando y llorando. Debía arreglar eso antes que todo empeorará.

Cuando la puerta se abrió suspiró, ingresando, todo se encontraba en silencio. Apenas había amanecido sabiendo que JungKook no despertaría aún, se regresó a su casa, tomado un baño y cambiándose por algo más cómodo y abrigado. Gracias a la influencia de Chaewon había conseguido que la dejasen quedarse en el hospital acompañando a JungKook. Así que ahora estaba en busca de su ropa y algunas pertenencias para que pudiera cambiarse y asearse.

Fue en dirección a la habitación, el aroma de él estaba impregnado en cada rincón, todavía mas cuando entró a su vestidor tomando un bolso y guardando algunas prendas. Ya no le apetecía llorar, lo había hecho gran parte de la noche y madrugada, había bebido varios vasos de té y un analgésico para el dolor de cabeza. Aún así debía comer algo sólido para mantenerse fuerte. Salió hacia la sala, suspirando y revisando si se había olvidado de algo. En medio del silencio fue que escuchó un ruido, algo parecido a un lamento.

Procuró agudizar su oído, descifrando que provenía del gimnasio que el pelinegro tenía dentro de su apartamento. Lentamente se dirigió al espacio, asombrándose de encontrar a SunMi allí, llorando mientras sus manos sostenían contra su rostro lo que parecía una camiseta de entrenamiento que JungKook usaba.

—¿SunMi?

Está rápidamente secó sus lágrimas, dándole la espalda. Ni siquiera fingió sabiendo que la había descubierto, siguió sosteniendo la prenda cuando giró para encararla y le pregunta toscamente.

—¿Tú que haces aquí?

Youjin suspiró, ignorando el tono grosero. Estaba concentrada en cosas más importantes.

—Vine por cosas que Kook necesita —se cruzó de brazos, barriéndola de arriba abajo. La respuesta de SunMi fue bufar— ¿Cómo entraste?

—¿Así que ahora comenzarás a tomar las decisiones? —sonrió, a la defensiva— te has adueñado hasta de su cuidado, no permitiendo entrar a cualquiera.

Ambas estaban experimentando emociones muy parecidas. Cansadas mental y físicamente, con los nervios aún alterados.

—JungKook pasó por un fuerte trauma, está en esa camilla de hospital recuperándose —siseó entre dientes, conteniéndose en revolear a la morocha de los cabellos— tomó las decisiones que creo esenciales porque él me lo permite, porque me pidió que no lo dejara solo y aún sino me lo hubiera pedido lo hubiera hecho —también porque sentía un poco de celos al entender que SunMi tal vez tenía sentimientos por JungKook— recuerda tu puesto, SunMi, porque mal que te pese tú simplemente eres una empleada mientras yo soy su familia. Lo conozco mucho mejor que tú, así que no te atrevas a colocarte en un lugar que no te pertenece —esta vez no contuvo sus lágrimas, ni su rabia o impotencia. Y giró advirtiéndole— ah, y quiero que te largues de aquí, no vuelvas a entrar sin permiso, ¿entendiste?

Caminó, a paso rápido, con sus ojos escociendo por las lágrimas acumuladas. Se tomó varias bocanadas de aire para calmarse a ella misma y su cuerpo tembloroso de la rabia apoyando sus manos del respaldo del sillón en la sala. SunMi salió hecha fuego, ambas dedicándose una mirada intensa.

—Solía trabajar mucho en la casa de JungKook en Busan, era bastante solitario y no le gustaba salir de sus cuatro paredes —murmuró— era imposible sacarlo, así que la mayoría del tiempo acompañaba a TaeHyung y él nos dió el código de entrada porque le molestaba tener que abrirnos todo el tiempo —esnifó, lanzando a regañadientes la camiseta sobre el sofá— aquí hizo lo mismo, excepto porque ya no solía estar encerrado —hizo una pausa, agregando con su mirada en el suelo— se la pasaba afuera y todo por ti. Lo siento.

Y antes de que Youjin pudiera agregar algo, SunMi se marchó.

A la mierda, mi Cherry tiene carácter 🤭
El JungKook en corto: así me gustan, directas 😆

Pues hay demasiado que asimilar: el JK malherido. El JungHee preocupado y amenazando. El JiMin villano (🥴🤤). La SunMi enamorada y la Youjin poniéndola en su lugar.

Vamos de a poquito, las cosas se irán arreglando y tomando su curso, así que paciencia.

Gracias por estar acá. Gracias por los 51K de vistas a "Love Scenario", por darle tanto amor también a "Love Fight". La Golden Couple se los agradece 😁♥️

Les quiero 💕

💟💟💟

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