彡💍〕EP. 4
𔘓 𝑳𝑶𝑵𝑬𝑳𝒀 𝑬𝒀𝑬𝑺⋆.ೃ࿔
⇢ ˗ˏˋ 🦢┋CAPÍTULO CUATRO ⊹.˚
« el té de la traición y la danza de la libertad »
━━QUE NO, FRANCES. No estoy de ánimos para ningún baile. Y mucho menos para tus alocadas propuestas.
Hacía más de dos horas y tres servicios de té que lady Donwell había invertido para intentar convencer a su amiga de que asistiera, pero no había caso.
━━Escucha: medio Londres ya sabe de tu llegada. Tarde o temprano, tu querido esposo ━━resaltó━━, se enterará de que estás aquí. ¿Y cómo crees que será ese momento de reencuentro entre ustedes?
━━No lo sé. ¿Debería de preocuparme? Después de todo, él es quien tiene que dar explicaciones ━━replicó Cora de mala gana.
Frances rio por lo bajo. ━━¿En serio? ¿Eso es lo que crees que ocurrirá? ━━La miró fijo a los ojos y, tras negar con la cabeza, tomó un sorbo del té, que ya estaba helado, y continuó━━. Puedo adelantarte lo que pasará si quieres.
━━No, gracias. Prefiero vivirlo por mi cuenta.
━━No creo que lo digas en serio. Y, aun así, me tomaré el atrevimiento, y me estarás más que agradecida para cuando llegue el momento ━━concluyó Frances. Cora la miró con dureza, pero lady Donwell no daría el brazo a torcer━━. Tal vez al verte le importe un bledo y se comporte como hasta ahora lo ha hecho. Pero, por lo que me han comentado, por cómo se ha enredado con esa jovencita, lo más probable es que se enfurezca hasta el tuétano.
━━¿Has... Hasta el tuétano? ━━inquirió Cora asombrada.
Un escalofrío le recorrió la columna. ¿Acaso era posible? Necesitó inspirar y contener el aire por varios segundos. Que le fuera infiel era una cuestión que ya de por sí le estaba costando lo indecible, pero que encima estuviera perdidamente embelesado única y exclusivamente por una sola mujer... Eso ya era demasiado.
Frances frunció las cejas en una expresión de desolación y arrepentimiento. Había olvidado que no le había dicho lo mucho que sabía acerca de lord Lancaster y su amante. En realidad, no solo ella. Prácticamente toda la nobleza estaba al tanto, a excepción de Cora, por supuesto.
━━Lo siento. Lo siento mucho, pero si no te lo confieso será peor. Créeme. ━━Una vez más, se sentó al lado de Cora y le tomó las manos━━. Sé que, desde que te casaste, no has querido volver a la vida social que tanto disfrutabas, pero estoy segura de que no te has olvidado de que siempre está esa jovencita a la que todos los hombres desean, ¿verdad?
━━Es raro que sea solo una. Además, sabemos que no es lo mismo una jovencita que otra... ━━resaltó elevando una ceja.
━━Cierto. Eso sigue igual. Y, de hecho, la señorita Palmer, si bien goza de una buena fortuna, no pertenece más que a una familia de comerciantes.
━━¿Señorita Palmer? ━━preguntó al tiempo que sintió una estocada en el centro del corazón. Conocer el nombre de la mujer que había hechizado a su esposo fue más duro de lo que había pensado.
Frances tragó saliva, pero prosiguió simulando no haberse percatado de la tristeza de Cora.
━━Así es. Ella es la amante de tu esposo ━━soltó sin anestesia, pero restándole importancia━━. Ha generado sensación desde que llegó a Londres y comenzó a escalar más rápido de lo que cualquiera hubiera esperado. Ha recibido visitas de cuanto noble se te ocurra, pero siempre los ha rechazado. Pero claro, debo confesártelo: lord Lancaster es el primer hombre con el que se ha vinculado.
━━Qué estúpida ━━lanzó con veneno Cora, y dio un sorbo a la taza de té.
━━Completamente de acuerdo, querida ━━comentó Frances━━. Solo una dama sin experiencia habría hecho una jugada como esa. Teniendo tan buenos partidos a su disposición, enredarse con un hombre casado ha sido lo más estúpido que pudo haber hecho...
¡Puf! ¡Ha perdido toda oportunidad de ser alguien en nuestros círculos! Y lo único que puede aspirar es ser una elegante cortesana. Qué desperdicio. ━━Y bebió de la infusión.
Era cierto. La decisión de la tal señorita Palmer había sido, como poco, de lo más tonto que se le hubiera podido ocurrir a una joven cazafortunas. Entonces, no había opción: la señorita Palmer era bastante tontuela por donde se le viera o... Un puñal de hielo atravesó una vez más el corazón de Cora. Se quedó sin aire de solo pensar en la segunda posibilidad. Y no era para menos, pues lo más probable era que aquellos dos se hubieran enamorado. Y perdidamente para arriesgarse a tanto.
Frances no necesitó preguntarle que le ocurría. Sin imaginarlo, al ver el rostro de su amiga, entendió en un santiamén.
━━Por Dios... ━━apenas susurró, lamentándose por dentro no haberlo analizado con anterioridad. Apretó las manos de Cora y despegó los labios para volver a hablar, pero su amiga no la dejó.
━━Necesito distraerme. Ha sido suficiente por hoy ━━Se puso en pie, se alisó el vestido, caminó hasta el umbral de la sala y, antes de partir con destino a su residencia, se giró para decir unas últimas palabras━━. No sé de qué irá tu baile ni cuál es esa interesante propuesta que tienes para hacerme, pero cuenta con mi presencia ━━Sonrió de forma acartonada y efímera. Y, sin más, se marchó.
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«Lady Donwell», pensó Benedict con una sonrisa mientras se dejaba llevar por el movimiento de la berlina que los estaba llevando a Donwell House. No solía tener buena memoria, pero olvidar a una mujer como aquella baronesa era difícil hasta para el más desmemoriado. Lo cierto era que, desde que se había vuelto famoso entre las mujeres de alcurnia, lady Donwell no había dejado de insistirle para que la retratara al desnudo. En sí, el pedido no le resultaba para nada extraño, aunque sí la insistencia.
Benedict podía ser un hombre que parecía vivir en las nubes, pero no era ningún idiota cuando la cuestión se trataba de esposos celosos. Y lord Donwell era uno de ellos. Claro que el barón era más conocido por su mala reputación de libertino y que había empeorado desde que se había casado, pero también era sabido que era de los hombres más temibles cuando se trataba de su indomable esposa, de la que no se conocían infidelidades, aunque, por el propio Louis, Benedict sabía que la baronesa hacía varios años se había cobrado su venganza y lo seguía haciendo de manera muy astuta.
Como fuera, la realidad era que Benedict no pintaba a ninguna mujer cuyo esposo fuera tan temible como lord Donwell. Y, aunque no era muy fanático de las reglas, tenía dos que eran fundamentales para vivir en paz: jamás retratar a una mujer casada con un hombre celoso y nunca intimar con las que fueran sus modelos. Dos reglas que, vaya a saberse por qué, habían vuelto locas a las mujeres. De hecho, muchas aristócratas le habían suplicado ser retratadas por él solo para intentar seducirlo y llevarlo hasta sus camas. Una locura. Una completa locura para el tranquilo de Benedict, pero un hecho más que común y corriente entre aquellas mujeres que, al igual que sus hombres, veían lo difícil como un trofeo a ganar.
Él, al igual que como solía ocurrir con las debutantes más deseadas, no era más que un juguete con el que pasaban las temporadas. Pero Benedict ya lo sabía. Era un hombre de experiencia y, gracias al cielo, estaba muy lejos de ser un libertino como lo habían sido sus hermanos. Y aunque su querido amigo Louis hiciera hasta lo imposible para convertirlo en uno, la verdad era que Benedict estaba muy seguro de sí mismo.
Le encantaban las mujeres, amaba sus cuerpos y hasta los idolatraba, pero de una forma tan devota que el sexo y la pasión carnal le resultaban insuficientes. Y solo a Lucia supo amarla de todas las maneras posibles. Y con ella se fue aquella devoción por las Venus terrenales.
━━Pensé que no vendrías ━━soltó Anthony a muy poco de llegar a la fiesta.
Benedict sonrió de forma contenida, pero no dejaría que su querido hermano mayor sospechara sobre la verdadera y única razón por la que no había huido.
━━No sé por qué lo dices, hermano.
━━Conociendo tu aversión por lady Donwell, creí que huirías al mejor estilo de Colin cuando ve a Lady Danbury ━━expresó elevando una ceja y con la mirada bastante sorprendida.
Esta vez Benedict sonrió de forma completa. ━━Tienes razón. Y no voy a mentirte: estuve a punto de hacerlo ━━se animó, e ignoró el rostro de desesperación de Eloise para continuar y devolverle la calma a su hermana━━. Pero apenas he regresado y, a diferencia de aquel otro insensible, sé que no estaría bien incumplir con la primera invitación, hermano.
Al escucharlo, Anthony hizo una mueca de conformidad, y cuando Eloise volvió a respirar, Benedict casi ríe. Pero, por fortuna, logró contenerse. Como fuera, el coche ya había llegado a destino, y cuando descendió y llegó hasta la puerta, supo que la velada sería tan larga como difícil. Y no solo por lady Donwell. Actuar como salvador de Eloise no sería una cuestión sencilla, muchísimo menos con Anthony presente.
Respiró profundo, se armó con valentía y, con Eloise del brazo, siguió los pasos de Anthony y su esposa Kate.
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ღ𝒥ennymorningstarღ
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