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O6


(  CAPÍTULO SEIS  )

el famoso Joel


CON PUNTUALIDAD, A LAS SIETE con cincuenta y cinco Talia se encontraba frente a la entrada principal de Jackson. Tommy la estaba esperando allí, hablando con algunas personas sobre quién sabe qué. A su lado dos caballos se encontraban atados a una valla de madera.

—Eh, Tommy.- saluda Talia, intentando llamar su atención. El hombre deja de hablar y se voltea, sonriéndole amablemente.

—Ah, Talia, buen día, veo que eres puntual.

—Consecuencia de mi vida pasada.

—Espero que cuando te acostumbres no seas como Ellie y Dina, eh.- dice Tommy con un tono juguetón, pero Talia siente una leve pesadez al pensar en la castaña.

—Eh... Trataré, trataré.- Tommy ríe levemente y hace un ademán que indicaba que le siguiera. Juntos caminaron hacia los dos caballos. Uno de ellos era un caballo más negro que la caída de la noche, y la vista de Talia fue a caer inmediatamente en él. Se acerca con lentitud hasta el caballo y extiende su mano, sonriendo ante el sonido que el animal hace cuando le acaricia la cabeza.

—¿Y cómo se llama esta preciosura?

—Pues no tiene nombre. Es nuevo. Lo encontramos cerca de un puesto de vigilancia hace unos días.

Talia asiente, pensativa, aún acariciando al caballo, que cada vez acercaba más la cabeza hacia la mano de la pelinegra.

—Parece que ya le agradas.- menciona Tommy mientras ajustaba la montura del otro caballo, un tordo, moteado. Talia hace un sonido de afirmación. —Tal vez, si todo sale bien, puedas darle un nombre al regresar de la patrulla.- los ojos de la muchacha se abren exageradamente y sonríe ante la oportunidad.

—¿En serio? Me encantaría.

—Sí. ¿Puedes ayudarme con esto?- Talia asiente con la cabeza y se acerca a Tommy, ayudándole a alistar a los dos caballos. No puede evitar pensar en quién sería su pareja de patrulla, y se estaba impacientando un poco, pues habían pasado unos minutos y la persona todavía no había llegado. Que intriga.

—¿Cómo se llama este?-  pregunta Talia, señalando al caballo tordo.

—Rocky.

—Ya.

Mientras le aseguraba la montura y una bolsa al precioso caballo negro, Talia se puso a pensar en un nombre. ¿Cuál le quedaría bien?

Tal vez, Harley... O Rusty, o Blaze.

Blaze... Sí, suena bien.

Pues mira a quién le ha dado la gana de llegar.- dice en voz alta Tommy, sacándola de sus pensamientos. Voltea y se sorprende al ver a Joel caminando hacia ellos.

Anda... con que es Joel.

Le estás dando un mal ejemplo a Talia. Llegando tarde... luego seguirá tus pasos.

Cierra la boca, Tommy.- los hombres se sonríen y Joel mira a Talia, posteriormente alzando su mano por un momento, saludándola.

Qué tal.- responde la muchacha. Tommy le hace una seña para subir al caballo, y ella obedece, sintiéndose absurdamente empoderada. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que montó a caballo. Joel hizo lo mismo y montó a Rocky, palmeando el costado del caballo gentilmente.

No les quitaré más tiempo, Joel sabe lo que hace, Talia, él te enseñará todo lo que te falta por saber.- avisa Tommy. —Joel, cuídala. Cuídate.- Se despide, y hace una señal a los hombres que estaban parados frente al portón, y estos lo abren.

¡Sé cuidarme sola!- le grita Talia a Tommy, unos segundos antes de que el caballo de Joel arrancara por el camino. ¡Vamos, Blaze!- su caballo también sale galopando detrás de Joel, y la muchacha se encontró a sí misma utilizando el nombre que había pensado.

Esa vez, Talia se aseguró de aprenderse el camino.


( )


7 AÑOS ANTES — atlanta, georgia.

Sus labios se hallaban cubiertos de la sangre espesa de aquel conejillo. Que mal la hacía sentir, pero la sed incesante y dolorosa que quemaba su garganta y estómago la obligaba a hacerlo.

Las venas que se esparcían por toda su cara empezaban a desvanecerse y sus pupilas volvían a su tamaño natural mientras más succionaba. Al terminar, deja el cuerpo inerte y delgado del conejo en el suelo y cierra los ojos por unos segundos. Considerando y pensando en lo que había hecho.
Esa era su vida ahora.

Talia se levanta, y sin haber dado más de dos pasos, un fuerte golpe en la cabeza la hace marear y caer inconsciente sobre la fría calle. Lo último que puede ver es a una mujer de color observarla desde arriba y hacerle señas a alguien.



( )


Se acercaron a un edificio, Talia no pudo identificar qué había sido antes de la infección, pero no importaba.

-Puesto de vigilancia oeste numero uno.- dice Joel, bajándose de su caballo. Talia hace lo mismo y observa el lugar. Guían a los caballos hasta una especie de palo y allí los amarran. El lugar estaba cercado, por lo que seguramente los infectados no podrían llegar a ellos.

Se adentran en el edificio y Talia comienza a mirar alrededor, toqueteando las cosas que le parecían interesantes. En una de las mesas había un cómic, se veía en buen estado, la pelinegra lo tomó e inspeccionó.

"Savage Starlight, volumen I" leyó, y se encogió de hombros, guardando el cómic en su mochila.

Leer algo más que libros aburridos sobre medicina será interesante.

La madre adoptiva de Talia era doctora. Y a la pelinegra desde pequeña siempre le interesó aquella ocupación, por lo que su madre solía prestarle sus libros para que matara el tiempo. Gracias a ello Talia había sobrevivido durante tanto tiempo. Podía hacer torniquetes, coser quirúrgicamente (no a la perfección), primeros auxilios, cosas básicas. Nada grande, por lo que no le dijo a María lo que sabía pues no era ninguna profesional.

—Ha pasado mucho tiempo desde que sostuve un arma grande.- murmura Talia al observar a Joel inclinado en una ventana, con la vista en la mira de un fusil de asalto. El hombre no responde durante unos largos segundos, y sólo mueve el arma de un lado a otro, ojeando los alrededores.

Vaya... esto es incómodo.

Talia había dado media vuelta cuando escuchó la respuesta de Joel.

—Toda tuya. Allí tienes a un chasqueador.- el hombre se aleja de la ventana y hace un ademán, indicándole a la pelinegra que usara el arma.

—Eh... Que haya usado uno no significa que sea buena.- Talia se acerca, dudosa, al fusil. Se agacha un poco y lo sostiene, fijando su vista en el chasqueador que se tambaleaba a una distancia considerable. —Esto pesa mucho.-

—Te acostumbras.- dice Joel, y Talia puede sentir su mirada.

Que vergüenza voy a dar cuando falle el tiro...

Talia suspira y pone su dedo en el gatillo, centrando la mira en la cabeza del chasqueador, o, intentándolo.

—Aquí vamos...

Talia dispara, y, efectivamente, falla, la bala yendo directo hacia el estómago del infectado, el cual sigue como si nada, mirando frenéticamente a su alrededor. Las armas de fuego no eran lo suyo.

—Ugh. Dije que no era buena.

—Hay caída de bala, por eso no llegó a la cabeza, pero apuntaste bien.

—¿Y qué es eso?

Joel se acerca y señala la mira.

—¿Ves esas líneas? Fija el objetivo en la segunda de arriba, no en el centro de la mira. Cuando dispares, la caída de bala hará el trabajo.

-Oh... Vaya. Gracias, lo intentaré.- Joel volvió a alejarse y Talia hace lo que le dijo. Jala del gatillo y la bala va al pecho del chasqueador.

—Casi...- intenta de nuevo, y se concentra bien. Dispara, y, ¡Sopresa! La bala impacta justo en la cabeza del chasqueador. Talia sonríe, y deja el fusil.

—Lo logré. ¡Gracias!

—¿Tú qué disparas?- cuestiona Joel, y la pregunta deja a Talia desconcertada por unos segundos.

—Ah, solo pistolas. Es difícil encontrar armas grandes y más potentes cuando estás sola.

—¿Y la pistola es suficiente?

—Lo cierto es que la uso como último recurso. Mis cuchillos hacen el trabajo.- Talia señala el cinturón lleno de armas blancas que llevaba puesto.

—Dime más.- Joel parecía intrigado, y sentado en aquella silla con el fusil en manos parecía como si la estuviese interrogando. La pelinegra se apoya en una mesa y se encoge de hombros.

—Los lanzo. Las armas blancas son letales y silenciosas. Como las flechas, pero más versátiles y sin la necesidad de un arco. La pistola la uso mayoritariamente cuando las cosas se ponen feas con gente. Muy pocas veces he utilizado una metralleta o fusil, por eso no soy la mejor con ello. Pero con escopeta me va mejor.

Joel asiente con la cabeza, frunciendo sus labios.

—Sólo he visto a alguien lanzar cuchillos en películas.- dice, sonriendo levemente, y Talia ríe, asintiendo.

—Y... bueno... ¿Qué más se hace por aquí, Joel?

—Debemos limpiar el perímetro, matar a cualquier infectado que haya entrado a él.- se levanta, y Talia hace lo mismo, asintiendo con la cabeza. Los dos se dirigen al piso de abajo y salen del edificio. Joel se arma con un machete y Talia toma en mano uno de sus cuchillos.

El hombre la dirige y le enseña todo el perímetro, y cumplen la tarea de matar a todos los infectados de la zona.

—A ver, muéstrame lo que tienes.- dice Joel, retrocediendo y dejándole el último infectado a Talia. Un corredor que se acercaba a gran velocidad. Sin dudar, Talia agarra la cuchilla y la lanza, esta atraviesa el cráneo del infectado, logrando que cayera con un fuerte golpe. La pelinegra mira a Joel con una sonrisa en sus labios.

—Muy genial, ¿No?

—No te lo negaré, no te lo negaré.

A Talia le agradaba Joel, realmente, por lo que no podía evitar sentir aún más curiosidad. ¿Qué le había hecho alguien tan agradable como él a Ellie? ¿Qué era tan imperdonable?

Las horas pasaron calmas, y pronto Joel y Talia se encontraron volviendo a Jackson. En el tiempo que habían pasado en el puesto de vigilancia, habían charlado animadamente. Joel le había preguntado el por qué no había estado con Dina desde el principio, y Talia le contó la misma historia que a Maria. Luego hablaron de películas, y Joel se volvió mucho más abierto, pero aún conservaba su fachada de hombre duro. Era notable que él había pasado por bastantes cosas difíciles.

También, Talia no supo cómo llegaron a ese tema, pero hablaron de café, y la muchacha supo que a Joel le encantaba. Realmente le encantaba. Así que era una cosa que tenían en común.

De vuelta en Jackson, sus caminos se separaron y Talia buscó a Tommy para decirle
el nombre que había pensado para el caballo. A Tommy le pareció bien, lo que dejó a Talia feliz por el resto del día.








































































LIVING DEAD

Ah, este capítulo está re largo xd.
1771 palabras.

¡Gracias por leer!
<3

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