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O17


( CAPÍTULO DIECISIETE )

es desafortunado


   "VA A ESTAR MUY EMOCIONADA",
le dice Talia a Jesse mientras se acercaban al teatro.

   "Eso espero. Quiero decir . . . Somos exes". Respondió él, tocando su nuca.

   "Olvida toda esa mierda, hombre. Ya está en el pasado y eso no significa que no te aprecie como amigo".

   "Sí . . . claro".

Ellie llama a la puerta. Talia se vuelve hacia Lev.

   "Aquí es donde nos estamos quedando por ahora", le dice. El chico se limita a asentir. No es muy hablador, piensa ella.

Dina abre la puerta. En cuanto lo hace, atrapa a Ellie en un cálido abrazo. Se menean un poco y, luego de un momento, Talia se les acerca.

   "Ellie, a ver si te quitas. Déjame algo de cariño".

Ellie sonríe ligeramente, levanta las palmas en señal de paz y entra en el teatro. Dina suelta un pequeño grito al ver a su hermana, abrazándola con fuerza.

   "Sabía que ibas a volver". Dice.

   "Por supuesto, ¿Quién te crees que soy?".  

   "Huh, veo que estás de muy buen humor".

   "Me siento bastante bien conmigo misma, he ayudado a alguien. Mira, este es Lev", Talia hace un ademán, indicándole que se acercara. Con aprensión, lo hace. "Esta es mi hermana pequeña Dina".

   "Hola, Lev, lindo arco", le dice ella amablemente. Lev pone una cara extraña y se queda callado.

   "Es . . . desconfiado. Démosle algo de tiempo". Susurra Talia en el oído de su hermana.

El interior del teatro es cálido, todos allí se reúnen. Ella sonríe al ver a Dina y Jesse reunirse. Dina, con sus afanes cuidadores, lo sienta en el sofá y procede a quitarle las botas, diciéndole algo animadamente. Ellie, en una esquina, parece contrariada; estaba jugando con sus dedos, poniendo una cara extraña.

Debe sentirse mal porque no hemos encontrado a Tommy. La entiendo.

Lev mira a su alrededor.

   "Lev, deberías descansar. Estás en muy mal estado. ¿Necesitas ayuda con tus heridas?". Talia le pregunta. Él no dice nada. "Está bien, puedes hacerlo tú mismo. Toma", rebusca en su mochila y saca todo lo que necesitaría. "Usa esto. Y luego, si quieres, puedes dormir".

Él asiente con la cabeza, aún indeciso, y coge las cosas. Acaba desapareciendo por una de las puertas.

Talia le echa otra mirada a Ellie, que empieza a caminar a otro lugar.

Quizá está celosa de Jesse. No sé, ¿Es Ellie del tipo celoso?

Talia niega con la cabeza.

Dios, ¿Y eso a mí qué me importa?

Un suspiro sobrepasa la barrera de sus labios. Ella empieza a caminar hacia el auditorio, echando un vistazo a los cortes en su brazo.

Tengo mis propias cosas con las que lidiar.

( ⚘ )

Tras ocuparse de sí misma, Talia decide relajarse. Sus piernas están destrozadas y su espalda no le hace sentir la edad que tiene.

El único inconveniente de descansar y relajarse era que su mente se convertía en una turbulencia de lo más insistente, y sus recuerdos, las fuerzas que la causan. No paran de llegar.

Ella no había pensado -no del todo, al menos- en lo que estaba ocurriendo y lo que podría haber ocurrido. Las cosas habían sido una locura estos últimos días, todo estaba sucediendo tan rápido;  se encontraba en un constante modo de supervivencia, sin escape, que no le permitía reflexionar o ponderar acerca de nada.

Allí, con la vista perdida en el suelo, ella empieza a pensar en las posibilidades. Si de alguna manera no consiguen cobrar venganza . . . Talia no sabe qué harán. Tienen que acabar con esto y volver a Jackson. Si bien Jackson se sentía extraño tras todo lo ocurrido, sigue siendo un lugar seguro compuesto por gente decente.

Sus pensamientos -y ella no puede hacer nada para detenerlos- vuelven a visitar el momento en que escuchó a Abby en el bosque, cerca de Jackson. En ese entonces no había querido aceptar que era ella; esa testarudez la llevó al infierno. Llevó a Joel a un destino impensable.

Recuerda haber oído a Abby pronunciar el nombre de Owen; reconoció además su voz. Esa debería haber sido razón suficiente para hacer algo, cualquier cosa. Debió haberla detenido antes de que lograra llevar a cabo su condenado plan . . . Si tan sólo no hubiese sido tan imbécil. 

Talia se pone las manos en la cabeza, emitiendo un sonido que denotaba rabia. Decide, como ultima medida, respirar lentamente, intentando serenarse. Ya está hecho, se recuerda a sí misma, ya no importa, está muerto.

De repente, escucha que alguien se acerca a ella. Pasos lentos, cautelosos.


   "¿Estás bien?" Oye decir a Ellie.

Talia alza la cabeza y asiente rápidamente. Ellie toma asiento junto a ella.

   "¿Qué haces?" Pregunta.

   "Sólo estoy pensando", responde Talia, reclinándose en la silla.

   Ellie rasca su nuca. "Puedes... hablarme, ¿sabes? Te escucharé". 

   Talia concentra la mirada en su pantalón de mezclilla. "Gracias, Ellie".

Permanecen en silencio durante un momento, únicamente escuchando la respiración de la otra. Es un silencio cómodo; Talia nota que la mera presencia de Ellie le agrada.

   Luego de reflexionar las últimas palabras de Ellie, Talia decide romper el silencio: "Estaba pensando en Joel. Algo que sucedió antes de que él . . ."

   Ellie se tensa visiblemente. "De acuerdo".

   "Es que . . . ocurrió algo, Ellie. Y no sé lo he contado a nadie", Talia se gira hacia ella, ve cómo su ceño se frunce ligeramente. "Escuché a Abby antes de que matara a Joel, cerca de Jackson".

   "¿Qué?" Pregunta Ellie, incrédula.

   "Sí. Estaba haciendo algo en el bosque y entonces la oí, corriendo. Diciendo algo como . . . «Puedo hacer esto yo misma, Owen». Es más que obvio que se refiría a matar a Joel. Y yo no hice nada".

Ellie no contesta, se queda mirando algún punto en el suelo.

   "Sé que debería haber hecho algo, Ellie, lo siento".

   "No te estoy culpando".

   "Al menos debí alertar a Tommy sobre alguien tan cercano a Jackson, especialmente si existía la posibilidad de que fuera un grupo. Yo . . . no lo sé. Si la hubiera detenido . . ."

   "Talia", Ellie la mira fijamente. "No es tu culpa. Eso es todo".

   "Yo  . . . Está bien". Talia la mira. "Gracias". En una acción que parte más de un reflejo que otra cosa, toma la mano de Ellie y le da un suave apretón. La mirada de la ojiverde se detiene por un momento en sus manos unidas. "Lo siento, ¿Te estoy incomodando?".

   "Para nada".

Talia, tras pensar un poco en ello, se aventura a entrelazar sus dedos con los de Ellie. Más no puede mirarla a la cara. Su mirada está clavada en sus manos; las siente arder, al igual que su rostro.

   "Nunca he sido de muchos amigos, si te soy honesta", Talia le sonríe ligeramente. "Me parecían una molestia".

   Ellie se ríe suavemente. "Yo tampoco he sido la más social".

Talia nunca había intentado tocar a nadie más que Dina; no se sentía cómoda haciéndolo. No obstante . . . se siente bien con Ellie: sus dedos son largos, delgados y callosos; su mano venosa y pálida, cómoda al tacto. Talia siente algo de calidez recorrer su cuerpo, aunque el día fuera frío.

Ella echa un vistazo al brazo de Ellie. Tiene un gran corte allí, recientemente cosido, al parecer.

   "Hiciste un buen trabajo con eso. ¿Aplicaste el truco del que te hablé?". Elogia Talia.

   "Se lo conté a Dina y ella lo hizo. Deberías enseñarle más cosas. Me gusta cómo lo haces".

   Talia pone los ojos en blanco, esas palabras la hacen sentir algo confusa. "Lo he intentado, pero ella no quiere. Dice que ya sabe lo suficiente. Esa listilla".

Se sientan en silencio un momento mientras Talia pasa los dedos por la herida de Ellie, examinándola cuidadosamente.

   "Lo que has hecho hoy", empieza Ellie. No ha dejado de mirar a Talia a la cara, tan fijamente como es usual. "No sabía que fueras tan buena en . . . eso, lo que sea que fue".

   Talia alza la vista. "Supongo que tengo algo de experiencia con Dina. Era una niña adorable pero un maldito desastre. Sin embargo, me las arreglé". Hace una pausa. "¿Qué piensas de él? ¿Lev?".

   "Es raro".

   "Ellie, por favor". 

   Ella se ríe. "Estoy de coña", levanta las manos en señal de paz, pero su mano sigue entrelazada con la de Talia así que también levanta la suya. 

   "Para de hacer eso", Talia suelta una risa, tirando del brazo hacia abajo. Luego de un momento, que utilizaron para calmar las risas, Ellie continúa:

   "Parece que puede defenderse solo. Me gustaría dejarlo aquí con Dina para que le eche una mano".

   "No lo aceptará, querrá ir con nosotros y yo lo entiendo".

   "Supongo". Ellie pausa. "¿Por qué lo hiciste?".

   "¿Ayudarlo?".

Ellie asiente con la cabeza.

   "Es sólo un niño. Además . . ." Talia suspira. "Supongo que me hace sentir mejor. Algo de expiación . . ." Empieza a juguetear con los pálidos dedos de Ellie, con un repentino ceño fruncido en el rostro.

   "¿Qué?" Ellie le pregunta.

   "Tengo una disculpa que debería haber sido presentada hace tiempo. Admito que me ha estado carcomiendo un poco".

Ellie le lanza una mirada confusa.

   "¿Te acuerdas del día del baile?".

   "Sí".

   "Bueno, no fui la más amable contigo. Me enfadé mucho", Talia chasquea la lengua. "No debí hablarte así. Lo siento".

   "Sinceramente lo había olvidado", replica Ellie.

   "Yo . . . Bueno, te aprecio . . . así que el perdón es bastante valioso para mí".

   "Las cosas están bien conmigo", contesta Ellie.

   "Si tú lo dices . . ."

   Con voz más baja, Ellie le dice: "También te aprecio, Talia".

   "Oh, no te escuché, ¿Qué has dicho?" Talia sonríe, sintiendo una especie de temblor en su caja torácica. 

   Ellie sacude la cabeza, correspondiendo su sonrisa. "Cállate. Yo . . . Ese día debí haber cerrado la boca".

   "Sí fuiste un poco gilipollas aquella noche".

   "Y tú un poco imbécil".

   "Que te den por culo."

Ellie ríe.

   "En fin", Talia suelta su mano, se levanta. Puede jurar que vió el ceño de Ellie fruncirse por un segundo.

Quizá se lo está imaginando.

   "Iré a ver cómo están los demás. ¿Vienes conmigo?".

   "Sí".

Salen del auditorio en silencio, caminando una al lado de la otra. Encuentran a Lev en un pasillo, sentado en el suelo con la espalda apoyada de la pared.

   "Le di algunas cosas para que se cuidara las heridas, ¿Podrías ver si todo está bien y luego traerme las cosas? Iré a ver cómo están Dina y Jesse".

   "Mh . . . Okay". Responde Ellie, vacilante.

   "Gracias". Talia se encamina de nuevo a la entrada. Se pregunta cómo estaría Jesse. Debía estar cansado. Talia espera que la presencia del muchacho no intervenga en la relación de Dina y Ellie; Dina parece muy feliz y Talia se siente encantada por su relación. Además, otro problema no era necesario, las cosas estaban muy tensas de por sí.

Mientras se acerca a la entrada, un sonido extraño llega a sus oídos, la hace fruncir el ceño. Ralentiza sus pasos hasta que se vuelven casi inaudibles. Era cierto sonido de . . . chasqueo y húmedad . . . Y se hace más fuerte a medida que avanza. La puerta de entrada ya estaba a la vista.

Ay, no.

Sus ojos se abren de par en par.

Dina y Jesse. Besándose.













































































































LIVING DEAD

Como siempre,
¡Gracias por leer!

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