O4 ੭୧ 𝒫𝗿𝗼𝗺𝗶𝘀𝗲𝘀
﹙晴香﹚ㅤִㅤ۫ 𝒫𝗿𝗼𝗺𝗲𝘀𝗮𝘀
En la habitación solo reinaba el silencio, únicamente acompañado por el sonido de la máquina en la camilla de a lado.
Haruka no encontraba otra cosa mejor que hacer que estar sentada junto a su compañero de cuarto.
Sus ojos divagaban por el rostro del muchacho, preguntándose como cada día, cuando despertaría.
Hablarle antes y después de irse a dormir no había servido de mucho, pero esperaba que él supiera que no estaba solo.
Sus dedos jugaban con la mano del chico, acariciando con cautela las cicatrices y apretando cada tanto su pulgar.
—Deberías despertar, bello durmiente, tus padres estarán muy preocupados por ti —susurro, recargando sus brazos en la orilla de la camilla. Sus ojos verdes de un tono jade miraban el semblante sereno del muchacho—. Si te doy un beso como en los cuentos de hadas, ¿despertarás?
Una sonrisa tímida se dibujo en su rostro, con sus mejillas tintadas de un rosa casi similar a su cabello.
Se había avergonzado a si misma con tal declaración, y agradecía de sobra que su hermano no estuviera en la habitación en esos momentos.
—¡Haruka!
Aunque era muy temprano para declarar victoria.
—¿Qué pasa? —se alejó de la camilla lo suficiente para voltear en dirección a Haruo, quién se encontraba bajo el umbral de la puerta cubierto de sudor.
—Tienes que ver esto —soltó sin demora—. Ahora.
La fémina asintió, levantándose del banquillo antes de soltar lentamente la mano del peliblanco.
Siguiendo a su hermano por los pasillos del albergue después de abandonar la habitación. No teniendo tiempo de preguntar que era lo que quería mostrarle con insistencia pues en un parpadeó, Haruo la obligó a adentrarse a un cuarto repleto de libreros, monitores y un escritorio de madera en el centro.
—¿Dónde estamos?
—Seguí a Hana el otro día —comenzó a explicar mientras sus pasos se dirigían a una de las computadoras más cercanas al escritorio—. Recordé como ocultar mi presencia como mamá y no tuve problemas de llegar hasta aquí pero el director siempre estaba merodeando cerca.
—¿Descubriste algo? —pregunto curiosa, inclinándose hacia él para mirar sobre su cabeza—. ¿Es algo bueno?
El menor guardo silencio, tecleando con destreza antes de que en la pantalla resaltará varias ventanas con noticia y notas periódicas pero una llamo la atención de la fémina. Una noticia en específico que hizo que el corazón de Haruka se detuviera.
Retrocedió dos pasos con algunas lágrimas desbordandose de sus ojos verdes ante cada palabra que leía en la pantalla.
—Ni mamá ni papá nos están esperando en casa, Haruka —sollozo su hermano, girandose sobre la silla para verla—. Mamá...
Haruka negó, aún con la vista en la foto que adornaba la noticia. En ella, su madre estaba rodeaba de algunos niños que había rescatado de un autobús escolar que perdió el control.
—No digas eso, es falso, ¡falso!
—Haruka... mamá está-
—¡No! —le interrumpió, tomándolo de los hombros—. Mamá está esperándonos, y esa será la única verdad hasta que podamos salir de este maldito lugar, ¿entendido?
Haruo bajo la mirada al piso, con los ojos llorosos y eso solo hizo que Haruka frunciera el ceño.
—Dime qué lo entiendes, Haruo.
—Si —asintió lentamente.
Ambos se quedaron en completo silencio después de eso, Haruka apretaba ligeramente el agarre que mantenía sobre su hermano con cada segundo que pasaba.
Hasta que una voz conocida para los hermanos hizo eco en la habitación.
—Le juré a mi hermana en su lecho de muerte que buscaría a sus hijos, por qué sé que ellos siguen con vida —declaro el héroe Crimsonink ante la cámara—. Y están ahí afuera esperando a que los encuentre.
—Es el tío Yuki... —apunto Haruo, viendo lo mismo que su hermana.
El video de la entrevista se había reproducido en automático después de otras más.
—Nos está buscando, Haruo, él nos está buscando —murmuro con el alivio apoderándose de su cuerpo—. Tenemos que salir de aquí, tenemos que ir con él.
—Pero... ¿Qué haremos con Hana? —dijo con duda, asustado de lo que la mujer podría hacerle a ambos si no lograban escapar.
Haruka fijo sus ojos verdes en los azules del menor, decidida en realizar el plan que se estaba maquinado en su cabeza.
—Yo me encargaré de ella —sus manos subieron hasta las mejillas de Haruo, acunandolas—, Tu solo tienes que correr, correr tan rápido como puedas ante la más mínima oportunidad, ¿prometido? —el menor intento refutar pero Haruka le sonrió, transmitiendole seguridad.
—Lo prometo...
Durante la noche, Haruka tomo su rutina de las últimas semanas por una última vez.
Observó al chico de cabellos blancos, buscando en su semblante tranquilo algún indicio de que estuviera a punto de despertar de su letargo.
—No puedo quedarme más tiempo —mascullo por lo bajo—. Siento que mi hermano podría correr peligro si seguimos aquí.
Su mano se aferró a la del muchacho, sin esperar respuesta o algún movimiento que le indicará que estaba siendo escuchada.
—Quisiera llevarte conmigo... ayudarte a encontrar a tu familia —continúo—. Pero necesito que despiertes, bello durmiente.
Se inclinó sobre él, acariciando sus labios con los de ella. Un simple roce que hizo a su corazón mantenerse cálido.
—Volveré por ti —le susurró—. No te olvidaré así que espérame —volvió a su lugar, soltando levemente su mano.
Pero, un agarré ligero le impidió alejarse por completo.
Haruka abrió la boca pero de ella no salió ningún sonido ante la sorpresa. El chico había reaccionado a su voz, él la estaba escuchando.
Él estaba empezando a despertar, lo que la motivaba aún más a seguir con su plan de escapar de ahí.
Tenía que reunirse con su familia, tenía que contarles que en ese lugar había alguien que posiblemente era peligroso y los héroes tenían que saberlo.
—Regresaré con ayuda, lo prometo.
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