Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Three - News

Maela se encontraba en su habitación hace unas horas atrás había llegado de Sanmungo, hace una hora había dejado de llorar, la cabeza le dolía por el llanto, no sabía como sentirse en realidad, todo parecía tan irreal, después de la guerra todo era malditamente perfecto y lleno de paz, quitando el hecho de las muertes, su vida tuvo que volver dañada.

Con cuidado se colocó de pie y camino hacia el baño, donde se baño, pensado que el agua fría recorriendo su cuerpo podría sacarle todos aquellos pensamientos que la querían hacer llorar por impotencia y dolor.

Impotencia, por que sabía que no podía hacer nada por poder hacer algo contra a que cáncer que la esta matando, aunque el Mediamago decía que se podría salvar con la quimioterapia, ella sabía que no todo era posible.

Dolor por que dejaría a su hermano solo, aunque tenga a personas que jamás la dejarían solo, pero ella si hermana, su sangre y la que siempre estuvo ahí para el, la que fue como una figura importante en su vida.

Después de unos minutos salió del baño, se vistió con una remera manga larga de color negro, una falda negras con sus botas hasta la rodilla de color rojo.

La Potter camino hacia un pasillo que se sabía de memoria, se detuvo enfrente de una puerta de color blanco, soltó un suspiró y con valentía abrió la puerta, donde entro en un lindo salón donde las paredes estaban llenas de cuadros, donde las pinturas se movían.

Esa salón era donde estaban los cuadros de sus antepasados y familia, camino hacia hacia unos cuatros qué hablaban animadamente entre ellos,con cuidado se coloco en frente de ellos y los vio con una pequeña sonrisa en sus rojos labios.

— ¡Mi princesa! — dijo un hombre de unos 20 años, castaño de ojos marrones, el la veía con una sonrisa amorosa.

—Hola papá — devolvió el saludo la pelirroja de los mismos ojos marrones.

—¿Como estas mi amor? — le pregunto una hermosa mujer de unos 20 años, también pelirroja y de ojos verdes esmeralda, cuyos ojos la miraba con calidez.

— Estoy bien — le respondió, pero en realidad ella estaba indiferente.

Mientras ella se estaba bañando, pensó que esto no era nada comparando con la guerra y cuando vivía con sus tíos, o la tortura qué resivio por parte de Bellatrix Lestrange en la mansión Malfoy, cuando quiso defender a Hermione.

—¿Pasa algo? — la voz  preacupa de su padre la saco de sus pensamientos.

Maela los miro, también miro hacia los cuantos de sus abuelos, Euphemia y Flaemont Potter, sus tíos, Remus y Sirius, todos ellos la miraban con preocupación.

— Hoy fui a ver a un Mediamago — comenzó a hablar la pelirroja mientras jugaba con sus anillos.

Las miradas intensas de su familia la estaba agobiando, vio como su abuela le indicaba para que siguiera hablando, la Potter - Perevell soltó un suspiro.

— Me detectaron una enfermedad muggle — soltó y vio las miradas aún más pregupadas de su familia.

—¿Cual? — se atrevió a preguntar su madre.

Maela miró a su madre, las lágrimas comenzaron a bajar de nuevo por sus mejillas, eso preocupo más a las personas que entan en los cuadros.

— Leucemia — dijo Malea, la cual cerro cerro los ojos al escuchar el grito de su madre.

Unos minutos después abrió los ojos y vio como sus padre abrazaba a su madre mientes lloraban, sus abuelos estaban igual y sus tíos también, cada uno llorando, un tiempo después cuando todos se calmaron, Maela explico que en unos días comenzaría la quimioterapia y que todos saldria bien.

Salió del aquel salón un derramando lágrimas, camino por el pasillo, mientras se perdía en sus mensamientos, pensado en todo lo que ella tenía en mente para un futuro, ser maestra de runas, viajar por el mundo junto a su hermano, enamorarse, casarse, formar una familia.

Familia, su mayor sueño formar una familia, con un esposo maravilloso y que daría todo por ella y su hijos, un niño y una niña, ella los amaría con todo su ser, les contaría historias, les enseñaría sobre las historias de las casas Perevell y Black.

Ella estaría ahí mientras sus hijos subían al tren para ir a su primer año en Hogwarts, les mandaría galletas de chispas de chocolate cuando ellos le digan en que casa quedaron, no importa en cual, ella estaría muy orgullosa.

Maela llego a las escaleras, se quedo parada por unos momentos, hasta que paso sus manos por sus mejillas y así eliminado las lágrimas, mientras bajaba por las escaleras.


Ella es Maela Jeime Perevell - Potter, Lady de dos antiguas y asestrales cosas más importantes del mundo mágico, ella no sobrevivo a una guerra y se dejó torturar,  no se dejo golpear por su tío para que hermano no fuera golpeado, o cuando robaba comida, para Harry comiera, cuando el hacia magia accidental, no ella no, jamás dejaría  que un cáncer la haga rendirse.


Maela entro a la madriguera, la casa de los Weasley, podía escucharlos hablar, los gritos de la señora Weasley dando órdenes de donde tenían que poner cada cosa para la cena, las bromas de los gemelos, ella camino hacia la pequeña sala de estar donde se encontró a la esposa de su padrino, Nymphadora Tonks junto al pequeño Teddy Lupin, el cual estaba en los brazos de su hermano, Harry. Maela los contemplo con una sonrisa de tristeza y calidez al mismo tiempo, sintió como unos brazos la en volvían y soltó un pequeño grito cuando esos brazos la alzaron.

—¡Fred, George! — grito la señora Weasley a sus hijos —¡Bajen a Maela en este mismo instante! —les ordenó. 

Los gemelos a regañadientes la bajaron mientras decían cosas en voz baja, la Potter mayor solo negó con una sonrisa mientras caminaba hacia su hermano el cual le dio una sonrisa y le pasaba al pequeño bebé, el cual al ver a su madrina cambió el color de su cabello a rojo, igual a los de ella.

—Mi lindo lobito —dijo Maela mientras dejaba besos en las gordas mejillas del bebé.

—¿Estas bien, Mae? — le pregunto Nymphadora a la pelirroja.

— Si, estas como pálida — dijo Ginny mirando a su cuñada con pregupacion.

Maela soltó un suspiro mientras dejaba al pequeño Teddy en los brazos de Fleur, la cual había revivido con gusto al bebé.

—¿Podrían llamar a los demás?, tengo algo que dicirles — dijo con una seriedad que no era común en ella, todos la miraron con preocupación, los gemelos a sintieron y fueron a llamar a los demás.

Después de unos minutos, todos estaban reunidos en la pequeña sala de la madriguera.

—¿Maela cariño pasa algo? —dijo una muy pregupada Molly mirando a la joven Potter.

Maela soltó un suspiro mientras miraba a todos,no sabía como decirles aquello, ella ya lo había aceptado, pero no sabía como lo tomarían ellos sobre todo su hermano que la miraba con esos ojos verdes esmerada.

—Hoy fue a ver a un Mediamago.. — fue interrumpida por su hermano.

—¿Que?, ¿estas bien?, ¿por que fuiste a ver a un Mediamago? — Harry se había levantado de donde estaba sentado y camino hacia si hermana mayor.

— Harry.... —tratro de hablar la mayor de los hermanos Potter, pero nuevamente fue interrumpida.

— ¿Estas seguirá de estar bien?, Mamá Molly podría darte algún te para que re sientas bien — divago el azabache de ojos verdosos.

—¡Harry, tengo leucemia! — soltó Maela en medio de un grito desesperado para que el azabache dejara de divagar.

Harry paro de caminar y miro a su hermana, sintió como su mundo se venía cuesta abajo, su hermana mayor, la que siempre estuvo ahí para el, la que lo protegió de su tío, la que robaba comida para el y no le importaba después los golpes que resibia, su hermana, su mejor amiga, su madre.

Comenzo a negar con la cabeza cuando escucho el grito ahogado de parte de Hermione y Nymphadora, el simplemente no lo  podia creer, el no estaba listo para perderla a ella también.

Harry podría perderlo todo, pero a ella jamás.

Sin más el azabache se lanzó a los brazos de su hermana y comenzó a llorar desesperado con miedo a perderla.

Nymphadora Tonks, con su cabello azul brillante, se unió al abrazo. Hermione Granger tenía los ojos llorosos, y los Weasley estaban en silencio, procesando la noticia.

—Maela, eres fuerte —dijo Hermione—. Vamos a investigar, a buscar curas, a hacer todo lo posible.

—No estás sola —añadió Artur Weasley —. Somos tu familia, y lucharemos contigo, por que somos familia —dijo mientras le daba una sonrisa cálida.

Los Weasley asintieron solemnemente. Fred y George, por una vez, no hicieron bromas. Ginny tenía los puños apretados, y Ron miró a Maela con determinación.

—Vamos a vencer esto, Maela. Juntos como familia —dijo Ron.

Maela se sintió abrumada por el amor y el apoyo de su familia. Las lágrimas rodaron por sus mejillas, y supo que no estaba sola en esta batalla. Aunque la noticia era devastadora, también había una chispa de esperanza.

Así que se aferró a esa esperanza y prometió luchar. Por ella misma, por su familia y por todos aquellos que la amaban. Porque, al final, el amor y la unión eran más fuertes que cualquier enfermedad.

1539 palabras

Espero y les guste

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro