One - After the war
La guerra había terminado, pero los recuerdos siempre seguirán presente, los gritos de aquella noche, las luces de colores por los hechizos que eran lanzados, las muertes de personas inocentes su sangre derramada, los amigos, familiares.
Niños valientes que pelearon por un mundo mejor en donde vivir.
Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses, para ser exactos paso dos mes desde que aquél día termino, hoy se cumplía dos meses, las personas lloraban de rodillas ante las lápidas con los nombres de sus hijos, hermanos, amigos, novios , esposos, padres, madres.
Maela Jaime Potter, ese es el nombre de la Hermana mayor del niño que vivió, la hermosa joven de cabellos rojos y ojos marrones, ella perteneció a la casa de los leones.
La joven al momento de entrar a Hogwarts fue una gran sorpresa, todos sabían sobre la hermana del niño que vivió, pero aquellos que estuvieron o conocieron a sus padres, podían ver el gran parecido en ella y más cuando él sombrero grito, qué ella es la princesa de Gryffindor.
La Potter había formado una gran amistad con ciertos gemelos problemáticos de su mismo año y casa, los años años en Hogwarts fueron bien en cierto parte.
Hacer bromas, tareas, exámenes, cuidar de su hermano, hacer más bromas y más cosas.
Todo era maravilloso en cierto punto, hasta que la guerra se desató, con ella llego la muerte de muchos personas importantes en la vida de los hermanos Potter, primero a sus padres, luego a Cedric un buen amigo, después a Sirius y Remus.
Pero ellos no eran los únicos que perdieron a alguien importante, los Weasley habían perdido a uno de ellos.
Percival Ignatius Weasley
1976-1998
"Nadie es perfecto y mucho menos cuando tratas de serlo"
El tercer hijo del matrimonio Weasley se sacrificó por su hermano, Fred, dio su vida para qué su hermanito pudiera vivir, formar una familia pero sobre todo vivir y seguir haciendo que todos rian.
--- Fred, quiero que vivas por mi, sigue haciendo que todos rian, y en cada risa yo estaré ahí ---
Fue lo que dijo cuando Maela le presto la piedra de la resurrección, Fred lloro por la culpa de que su hermano murió cuando ese era su destinó, pero su hermano le dio uno nuevo, un destino donde el será feliz.
Los Hermanos Potter se encontraban en el otro lado del cementerio, el Potter manor tenía en brazos a un bebé de dos meses, mientras que su hermana se encontraba abrazando a una mujer de cabellos morados la cuál lloraba, sobre la lápida de su esposo.
Remus Jhon Lupin
1960-1998
" Lucha y jamás te rindas, por que hay personas que te aman "
Maela Potter lloraba desconsoladamente mientras abrazaba a Nymphadora Lupin neé Lupin, la ahora viuda Lupin , primero perdió a su padre y ahora a su esposo, la pelirroja lloraba por su padrino aquél hombre que la amaba como una hija.
--- Cuando la guerra termine, Harry, Tu, Dora y el bebé, seremos una familia, te lo prometo cachorra...
Le había dicho unas horas antes de que guerra comenzará, pero el destinó era una completa perra que era tan cruel con las personas que no merecían ese destinó tan cruel.
Harry sostenía al pequeño Edward Remus Lupin entre sus brazos, las lágrimas surcando sus mejillas. ¿Por qué? ¿Por qué siempre las personas que amaban terminaban muriendo? Primero sus padres, quienes lucharon para que él y su hermana sobrevivieran. Luego su padrino. Y ahora, todo esto. ¿Estaban destinados a sufrir de esta manera?
La tristeza lo envolvía, y Harry sintió una presencia a su lado sin necesidad de girarse. Una mano se posó en su hombro, un apretón de consuelo. Andrómeda Tonks, viuda de Ted Tonks, madre de Nymphadora y abuela de Teddy Lupin, estaba de rodillas, consolando a su hija.
Charlie Weasley, quien se había separado de su familia para estar con los hermanos Potter, también apretó con cuidado el hombro del joven Potter. Miró con tristeza a su amiga de la infancia y observó cómo sus hermanos gemelos abrazaban a la que consideraban su trilliza. El dolor era inmenso, y todos compartían ese sentimiento.
La madriguera aguardaba, pero el vacío dejado por las pérdidas parecía insuperable. ¿Cómo seguir adelante cuando el mundo se desmoronaba a su alrededor?.
El dolor se aferraba a sus corazones como una sombra persistente. Harry, con Edward Remus Lupin aún en brazos, miró a su alrededor. La madriguera, con sus paredes de madera desgastada y su calidez familiar, parecía un refugio frágil ante la tormenta de emociones.
Andrómeda seguía consolando a su hija, Nymphadora , cuyos ojos estaban hinchados por el llanto. Las palabras parecían inútiles en momentos como este. ¿Cómo podía uno explicar la pérdida, la sensación de que el mundo se había vuelto más oscuro y frío?
Charlie Weasley, el amigo de la infancia de Nymphadora también compartía el dolor. Recordaba los días en los que jugaban juntos en el campo, las risas y las aventuras. Ahora, todo parecía lejano, como si perteneciera a otra vida.
Los gemelos Fred y George, siempre los más animados, ahora abrazaban a Maela. Sus ojos también estaban llenos de lágrimas. ¿Cómo seguir adelante? ¿Cómo encontrar la fuerza para enfrentar otro día sin las personas que amaban?
La madriguera estaba llena de recuerdos, de risas y de momentos compartidos. Pero también estaba marcada por las ausencias. James y Lily Potter, Sirius Black, y ahora Remus Lupin junto a Percy Weasley, todos habían dejado un vacío imposible de llenar.
Molly Weasley apareció en la puerta, su rostro cansado pero lleno de amor. Extendió los brazos hacia Maela, invitándola a unirse al abrazo familiar. El consuelo estaba allí, en los brazos de quienes aún quedaban.
El viento soplaba suavemente a través de las ventanas, como si quisiera llevarse el dolor consigo. Pero el dolor no se iba tan fácilmente. Harry miró a su alrededor una vez más, sintiendo la presencia de los ausentes. ¿Cómo seguir adelante? ¿Cómo encontrar la esperanza en medio de la tristeza?
La respuesta estaba en los lazos que los unían. En el amor compartido, en la memoria de quienes ya no estaban. Edward Remus Lupin era ahora parte de esa historia, una historia de pérdida y de amor inquebrantable.
La madriguera esperaba, con sus rincones oscuros y sus risas apagadas. Pero también estaba llena de vida, de personas que se aferraban unas a otras en medio de la tormenta. Y así, juntos, seguirían adelante, recordando y amando a quienes habían perdido.
El aire en la madriguera se volvió más denso, como si el dolor mismo hubiera tomado forma y se aferrara a las paredes. Maela, la hermana mayor de Harry, miró a su alrededor. La pérdida era abrumadora. Percy Weasley y Remus Lupin, dos pilares de su vida, ya no estaban. Sus risas, sus consejos, sus abrazos… todo se había desvanecido.
Harry apretó los dientes, sintiendo la rabia y la tristeza mezclarse en su interior. ¿Por qué? ¿Por qué siempre ellos? ¿Por qué los que luchaban por un mundo mejor, por la paz, eran los que pagaban el precio más alto?
Andrómeda seguía sosteniendo a Teddy, el pequeño hijo de Remus y Nymphadora, quien ahora estaba en brazos de Charlie Weasley. Los lazos familiares se estrechaban, como si fueran un escudo contra el dolor.
Molly Weasley se acercó a Maela, sus ojos llenos de compasión.
— No estás sola — susurró — Somos una familia, y juntos enfrentaremos esto— dijo mientras dejaba una sueve caricia en el rostro de la Potter.
Fred y George, los gemelos bromistas, se miraron el uno al otro. No había risas ahora, solo silencio. Pero en ese silencio, se forjaba una promesa: seguirían adelante, recordando a los que se habían ido, honrando su memoria.
La madriguera no era solo una casa. Era un refugio, un lugar donde el amor y la pérdida se entrelazaban. Y aunque el dolor parecía insuperable, también lo era la fuerza de esos lazos familiares.
¿Ahora después del dolor, las lágrimas,. ahora podrían ser felices?.
¿O por lo menos estar en paz?.
Pensó Maela ahora en los brazos de su hermano, pero ella sabía que no podría ser posible, por que al fin de cuentas simpre pasaba algo que perturbada la poca paz y felicidad que ellos tenían.
1373 palabras
Espero y les guste
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