02
Justo en ese momento se encontraba en medio de una fiesta, tal y como había querido desde que estuvo en el castigo.
A pesar de que quería bailar como sus amigos en la pista de baile, no podía, le dolía en demasía la espalda, justo en ese momento se encontraba sentado en una de las mesas que su grupito de amigos habían guardado para ellos, sostenía una copa de vino y observaba deprimido como los demás bailan felices mientras él solo observaba con intensas ganas de ser ellos.
—¿De que hablas, Mi-?
Antes de que pudiera completar su pregunta Yoongi soltó el cuerpo de Jimin haciendo que este cayera al suelo, el pelirosa se quejó de dolor, pues la más afectada había sido su espalda.
Min se agachó para estar a la altura de Jimin y sonrió con diversión.
—Ups, que torpe soy.
Todo era su culpa, ¿Cómo podría ser alguien así de odioso?, detestaba todo su ser, no entendía el porqué siempre se comportaba así con él, ¿Tenía algún problema con él?, lo peor de todo es que solo era así con él, con los demás era por así decirlo, más educado y decente.
Estúpido Min Yoongi.
Una de sus amigas notó lo deprimido que se encontraba y rápidamente se acercó con una sonrisita maliciosa.
—¿En qué tanto piensas, fresita? — preguntó Sia, una de su amigas más fiesteras e incondicionales que tenía.
Jimin suspiró derrotado mientras colocaba el codo sobre la mesita frente a él y con su palma sostenía su rostro.
—Sia, ¿Me seguirías la corriente si quisiera asesinar a alguien? — preguntó removiendo la copa en su otra mano haciendo que el recorriera las paredes de la copa.
—Estoy muy ebria, así que lo más probable es que sí — respondió ella soltando una pequeña risita mientras se dejaba caer sobre el asiento junto a Jimin — ¿Tienes problema con alguien?, ¿Tenemos que contratar a chicos malos?
Jimin sonrió ante el tono divertido de aquella propuesta de su amiga.
—No se qué es en lo que tanto piensas, ¡Pero vamos!, estamos en una fiesta, hay que divertirse — ella sonrió mientras se levantaba para animarlo y le ofreció la mano.
Es cierto, ¿Porque pensaba tanto en ese excremento pelimenta?, él había ido allí a divertirse y ningún dolor o un tonto como Min Yoongi se lo impediría.
Sonrió dispuesto y tomó la mano de su amiga quien inmediatamente lo condujo con ella a la pista de baile.
La música era muy pegadiza y un poco sensual, Jimin movía sus caderas dejándose llevar por la música, frente suyo, Sia hacia dueto con él.
Park no estaba consciente de cuánto tiempo llevaba bailando, las cantidad copas que había ingerido ya no lo mantenía cuerdo, él solo quería bailar, la canción había cambiando de ritmo a una pop y se encontraba muy animado bailando.
—¡A-Au!, ¡Mi espalda!
Sintió una punzada en su espalda que se le hizo imposible no apoyar una de sus manos sobre esta para darse ayuda, diablos, había olvidado lo mal que se encontraba su espalda.
Volvió a maldecir mentalmente a Yoongi.
—¡Voy a ir al baño! — le aviso a Sia y la nombrada asintió con una sonrisa energética mientras seguía bailando.
Jimin se hizo paso de entre la multitud de personas que bailaban con frenesí, cuando finalmente logró salir caminó hacia el baño, cerró la puerta con seguro y miró su reflejo en el espejo frente a él.
Apoyó las manos sobre el lavamanos y observó sus ojos, estaban un poco hondos.
Quizá ya era hora de ir a casa, sus padres deben de estarlo esperando y había acordado con ellos que llegaría antes de las 1:00 p.m
Su teléfono vibró dentro del bolsillo de su pantalón, rápidamente lo sacó y abrió los ojos cuando en la ventana de notificaciones vió la cantidad de llamadas que le había hecho su hermana, la última habia sido recién, apenas hace unos cinco minutos.
Inhaló aire y lo dejó salir por la boca para después devolverle la llamada.
Solo esperaba que no fuera algo grave.
—¡Por fin contestas!, ¡Ven ya mismo a casa!, él está aquí y no deja de tocar la puerta, ¡Va a despertar a mama y a papá!
Jimin se pellizco el tubito de nariz rogando porque fuera una broma mientras maldecia internamente.
—Mantenlo quieto, ya voy para allá.
Con eso colgó el teléfono y lo volvió a guardar en el bolsillo, con rapidez abrió la puerta en dónde dejó a una chica a medio insulto por haberse demorado mucho en el baño, caminó con rapidez de entre la multitud y divisó a su amiga, cuando llegó a ella le avisó que se iría y está asintió despidiéndose con una sonrisa.
Ya con sus cosas a la mano caminó fuera de la fiesta, tomó un taxi y de camino volvió a sacar su teléfono para avisarle a su hermana que ya estaba de camino.
El taxi se detuvo frente a su casa, apresuradamente le pagó.
El chico frente a su casa tocaba la puerta repetidas veces, antes de que pudiera salir del taxi vió como la puerta se abrió y de allí salió su hermana con una escopeta amenazando al chico.
Oh no, esa escopeta traía dardos calmantes.
—Te lo diré una vez más Jeon Jungkook — su hermana hablaba con un tono demandante, como el de una generala enojada — vete o te pondré a dormir en un callejón junto a las ratas como tú.
Rápidamente salió del auto y se colocó en medio de los dos.
—¿Pero que-?, ¿De dónde sacaste eso, Minji? — le preguntó a la pelinegra que aún seguía apuntandole a Jungkook de una forma amenazadora con la escopeta.
—Te sorprende la cantidad de cosas que puedes encontrarle a papá.
Jimin rodó los ojos y volvió su mirada al chico que tenía las palmas levantadas en señal de rendición hacia Minji.
—Y tú, ¿Que haces aquí a tan altas horas de las noche? — preguntó estresado cruzándose de brazos — esa puerta que estabas golpeando es costosa, ¿sabes?
—Yo solo quiero que hablemos — se dirigió a Minji con una mirada de cachorrito regañado.
—En tus sueños, lo hecho, hecho está — le respondió la pelinegra sosteniendo aún con más fuerza la escopeta, se veía dispuesta a disparar.
Jimin se pasó una mano por la cara frustrado, era de madrugada y no tenía cara para este tipo de situaciones.
—Me iré a dormir.
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