Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

005

Hablar con Sana por mensaje era muchísimo más fácil de lo que parecía.

Luego de su pequeña plática con la bestia sobre lo que habló con la mayor, Jihyo tenía la excusa para romper el hielo a través del chat más maravillosa de la historia - o al menos para ella así era-.

¿Qué mejor que un "Hola, soy Jihyo, Yunjin me ha dicho que le preguntaste por mi cabello y te respondió que era por parecerme a una fresa?"

Nada, según Jihyo

Sana se había reído a mares a través de mayúsculas por el chat tras la breve explicación de Jihyo sobre la verdadera razón de su cabello- que fue porque perdió una apuesta con Dahyun de quien se emborrachaba primero a puros chupitos-. Y cuando Jihyo pensó que la conversación se cortaría allí, Sana le había contado que ella se había teñido de Rubio anteriormente.

Y bueno, Jihyo realmente hablaba hasta por los codos, le gustaba que la escucharan cuando contaba cada anécdota y su vida parecía estar tan llena de mala suerte que no le faltaban historias para no dejar de hablar con la bonita castaña

Y así se habían pasado alrededor de.... ¿dos semanas? Jihyo ya no estaba tomando la cuenta de los días, veía a Sana dos veces al día y hablaba por las noches sin parar con ella y eso la tenía en una nebulosa de felicidad que era tan notoria que su madre le miraba como un bicho raro a la hora de la cena.

Tampoco es que las insinuaciones hayan faltado cuando se veían la cara, Jihyo siempre le decía a Sana lo bonita que se veía, tan directa y continua que se relajaba al decirlo v ver las mejillas regordetas y rojizas de Sana aparecer tras una tímida sonrisa de la más alta al escuchar eso. Le gustaba tocarla, esos pequeños roces de mano que aparecían cuando Sana dejaba sus manos encima del mostrador o cargaba a Yunjin y se la pasaba a Jihyo. La coreana siempre encontraba la oportunidad de tocarle aunque fuese un poco, logrando que Sana siempre se estremeciese nerviosa ante eso y le sacara una risa a la menor. Y Jihyo se sentía extraña, jamás había tenido la necesidad de tocar tanto a alguien como la tenía con Sana, de permanecer cerca de ella, sentirla, admirarla de cerca, jugar con su caliente piel contra la suya y aspirar ese aroma femenino que últimamente le traía loca

No quería aceptarlo todavía. Sentía que su atracción a Sana estaba yendo tan rápido y no sabía como pararla, pero muy en el fondo tampoco quería pararla, solamente estaba el pensamiento de que todo podría salir bastante mal si las cosas no resultaban y Jihyo ya se había acostumbrado demasiado a la masita adorable que era Sana en su vida que se volvería una fea monotonía sin la castaña alegrándola.

Le envió un mensaje a la castaña de que estaba llegando al jardin infantil y acomodó su bufanda que rodeaba su cuello, el dia estaba muy helado, tanto que a pesar de ser tarde había escarcha en los árboles y ventanas de las tiendas. Tiró de la fría manija de la puerta, soltando un gemido cuando sintió el tibio aire dentro del jardín a comparación de los poquísimos grados que habían afuera.

Y allí estaba, como un ángel, resplandeciente y alegre, una pequeña bolita de azúcar que le encantaría besar y mordisquear suavemente y llenarla de mimos y abrazos para ver esa carita sonrojada, ah, y su hermana Yunjin en los
brazos del ángel.

Yunjin estaba durmiendo en los brazos de Sana como una bebé aún más pequeña de lo que era, la niña tenía apoyada su mejilla en el hombro de la castaña y su pequeña manito se aferraba a la cotona verde que traía puesta. Sana le sonrió feliz desde el asiento donde estaba, levantándose con algo de dificultad para ir hacia Jihyo, aquellos ojos grandes y brillantes que calentaban el estómago de la coreana not le perdieron de vista y se achinaron cuando Sana volvió a sonreirle.

-Hola, Jihyo-ssi, Yunjin se ha dormido esperando- susurró bajito para no despertar a su hermana, y reafirmó su agarre en el bebé para que no se le cayera.

Jihyo sonrió enternecida, algo que realmente amaba era ver a Sana interactuando con niños pequeños, la inocencia que emanaba lo hacía querer unirse a ella -y eso era sumamente extraño porque Jihyo apenas y podía soportar a Yunjin y reprimir sus ganas de patearla como pelota de fútbol, con otros niños no se reprimiría para nada-. Y quizás, esa era una de las cosas que más le gustaban de Sana a Jihyo.

-Me he dado cuenta, ¿Estuvo muy revoltosa hoy?- preguntó, tomando de la mano libre de Sana la mochila y la lonchera de Yunjin, y a la vez, delineando aquella gran mano con su dedo índice y una sonrisa traviesa cruzando su rostro, Sana apretó los labios ante eso, apartando su mirada avergonzada cuando Jihyo le guiñó un ojo risueño.

-Bastante, ella junto con Chaewon no dejaban de jugar al corre que te pillo y ambas han quedado agotadísimas - Jihyo asintió, sin saber quien demonios era esa tal Chaewon pero intuyendo que era la mejor amiga de su hermanita Jihyo escaneó a Sana rápidamente, y frunció el ceño al no verla con ninguna diadema en sus cabellos y con una mochila colgando de su hombro libre, ¿Ya había terminado su turno?

-¿Ya te vas?- preguntó curiosa, ladeando la cabeza y viendo las pestañas de Sana revolotear algo confundidas, para luego formar una pequeña "o" con su boca al entender lo que Jihyo le había preguntado.

-Sip, hoy me han dicho que no debo quedarme a ordenar y que podía irme temprano, así que estaba esperando a que llegaras a buscar a Yunjin para irme a casa-se encogió de hombros, sintiendo a la niña removerse entre sus brazos y comenzar a despertar algo somnolienta, y moviendo un poco la cabeza hasta chocar con los entrecerrados ojos de Yunjin, le habló suavemente -Hola, yunjin-ah, justo haz despertado para ir a casa con tu hermana- le susurró suavemente a la niña

La pequeña pestañeó un par de veces de forma adorable, inflando las mejillas y sacándo una risita tierna de Sana, antes de que se pasase el puñito por uno de sus ojos e hiciera una mueca triste- No quiero dejar a Sana unnie...- susurró, haciendo un puchero con los labios rosaditos.

Sana volvió a reír, sujetándole de las costillitas con una mano y otra tocando la nariz de botón, todo bajo la atenta y adorada mirada de Jihyo colocándole siempre más nerviosa. Sana no sabía como, pero Jihyo lograba ponerla temblorosa con tan solo una mirada de sus bonitos ojos de bambie.

- Yunjin, debes ir con Jihyo unnie, ¿si? y con mamá- Jihyo se sacudió al escuchar ese unnie salir de los labios de Sana, había sonado tan bien que le calentó el vientre en un par de segundos,quería escucharlo de nuevo, esta vez con los ojos de Sana en los suyos y escucharlo repetir "Jihyo unnie" hasta que se cansase- cosa que era improbable, jamás se cansaría de algo que tuviese que ver con Sana-

《Eres una cochina, Park Jihyo, no te calientes con una mierda como esa.》 Se dijo a si misma, mientras veia a Yunjin soltar un berrido, cruzarse de hombros y fulminarle con la mirada aún en brazos de Sana.


- Vamos a casa, bestia- habló, intentando que su voz no saliese tan ronca pero fallando un poco en el proceso, frunció el ceño al ver a Yunjin sacarle la lengua y volver a negar, abrazando el cuello de Sana con fuerza y ocultándose allí, causándole un par de cosquillas a la mayor.

Jihyo suspiró, Yunjin estaba terca como siempre cuando despertaba, habían días en donde su hermana se ponía a llorar y a gritar porque su madre no le quería poner sus zapatos favoritos o porque no quería salir de la cama, así que había que convencerlo de alguna y otra forma. Yunjin miró a Sana, y cuando volvió a ver la mochila colgada del hombro de Sana, se le prendió el foco con una idea que le beneficiaría a ambas hermanas

- Sana unnie- le llamó la castaña, la chica dejó de mirar a su hermana para girarse hacia ella, y Jihyo volvió a quedar algo embobada por esas bonitas mejillas y los ojos brillantes con pestañas largas de Sana, pero obligó a su lengua a moverse- ¿No quieres ir a tomar un café conmigo y Yunjin? Podemos pedir leche con chocolate y galletas para la bestia.

Los ojos de Yunjin brillaron al escuchar a su hermana mayor decir aquello, tanto que se desperezó por completo y se removió de los brazos de Sana berrincheando y queriendo ser bajada, Sana la soltó cerca del suelo, quejándose al haber sido suavemente pateado en el estómago, y ambas mayores viendo como Yunjin comenzaba a correr alrededor de ellas chillando con que quería estar con Sana unnie y tomar leche con chocolate junto con galletas. Sana se enderezó, mirando a la niña correr entusiasmada y luego a Jihyo con una mueca de duda.

Jihyo tenía los dedos cruzados dentro del bolsillo de su abrigo, deseando que Sana le dijese que si y aceptara salir con ella. Si la veía de una buena forma, esta podría denominarse la primera cita de ambas y eso le colocaba un poco nerviosa, pero Jihyo realmente quería pasar tiempo con Sana fuera del jardin, hablar con ella no a través de una pantalla y conocerla un poquito más fuera de su trabajo. Por suerte no tenía clases por lo restante del día y Yunjin no tenía tareas, por lo que estaba totalmente libre para salir.

Sana infló un poco sus mejillas y se mordió la punta del pulgar, mirando a Jihyo con ojos grandes y sin saber si aceptar o no. La pelinegra veía ansiosa, y ella igual lo estaba, pero tenía miedo de no ser como esperaba Jihyo y también estaba algo temerosa de lo que pudiese suceder en aquella salida. Pero vamos, que Sana tenía muchísimas ganas de salir con Jihyo, capaz a solas, pero la presencia de Yunjin no le molestaba. Y a lo mejor luego de esta podrían volver a salir.

-¿No te molesto en nada esta tarde?- preguntó, mordiendo suavemente su uña y viendo a Jihyo negar enseguida con la cabeza y una sonrisa cerrada, luego sintió las manitas de Yunjin apretarse contra su pierna, y formando una tímida sonrisa, asintió mientras se colocaba un mechón de su cabello algo largo atrás de su oreja -Bueno, acepto- sintió el chillido de Yunjin, pero se quedó observando la gigante y triunfante sonrisa que Jihyo le dedicó, logrando calentar sus mejillas un poco -Déjenme ir a buscar mi chaqueta, ¿si?

Jihyo asintió, extendiendo su mano libre hacia Yunjin para que soltase la pierna de Sana, y su hermana tomó solamente su dedo índice y corazón por el tamaño de su mano, y se acercó a Jihyo con una sonrisa gigante y emocionada.

Jihyo no perdió de vista a Sana hasta que desapareció por el pasillo, y suspiró, sintiéndose bastante completa al haber avanzado un poco más con Sana y haberle invitado a una "cita" con su hermana incluida. Solo esperaba que todo saliese bien, no colocarse nerviosa ni torpe como siempre, y tener el dinero suficiente a mano por si Yunjin se colocaba glotona y quería arrasar con la cafetería completa.

Sana volvió un par de segundos después, y Jihyo sintió cosquillas en el estómago al verle con un gran abrigo achiporrado que le hacía parecer un pequeño hamster, sin esa cotona verde y el gorro del abrigo cubriendo su cabeza y acentuando aún más los pequeños rulos largos de su cabello castaño. Jihyo realmente pensaba que Sana era una de las personas más lindas que había visto en toda su vida, y cada día que veía a la mayor podia confirmarlo aún más.

Jihyo estaba jodida, muy jodida, y recién se estaba dando cuenta.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro