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OO3. Tú (no) vas a caer.

Día 03: Recaída y encerrados en el armario.

Con el fuerte ruido de la música disco de fondo, Clyde hace girar la botella ubicada al centro del círculo conformado por diez de sus compañeros.

Algunos miran el objeto con diversión contenida, otros prefieren fijar su atención en lo que sea que estén haciendo las otras personas y una pequeña parte parece querer que se los trague la tierra.

Clyde no sabe en qué grupo colocarse cuando la botella se detiene y apunta hacia Nichole, aunque, parece que a la chica no le molesta que opinión pueda tener él porque no demora en dejar su vaso al lado y acercarse de rodillas para dejarle un pico en los labios. Puede escuchar a Craig soltar algún tipo de carcajada mientras él se queda con las mejillas rojas y Nichole le guiña un ojo en son de burla cuando inicia el turno de Stan.

Stan hace girar la botella con muy pocas ganas, a la vez que toma directamente de unas botellas que robó de la cocina, todavía puede sentir la mirada molesta de Token por haber hecho eso a inicios de la fiesta y un poco más y las náuseas le ganan al tener que besarse con Kenny.

-Me siento halagado, pero no creo ser tu tipo- comenta el rubio, recibiendo risas por parte de Butters y Wendy y un "jódete" por parte de un sonrojado Marsh.

Con todo lo que pueda estar pasando en las otras habitaciones y en el patio con las personas que se fueron a fumar, Clyde debe admitir que la está pasando bien. Tiene a su grupo rodeándolo y comentando cualquier estupidez que hicieron para molestar a su profesor de turno, riendo de los chistes que cuenta Jimmy mientras la botella gira y algunos chicos escogen beber de los chupitos de dudosa procedencia en vez de besar a quien sea que le haya tocado.

Un par de rondas más pasan con normalidad, Red se está limpiando la boca después de beber una mezcla extraña de salsa picante y vinagre, escuchando a Bebe reírse de ella. Era demasiado bueno para ser verdad.

Es el turno de David, y es solo porque él está a su derecha que Clyde logra escuchar el sonido incómodo que este emite cuando la botella deja de girar.

Kyle la observa unos momentos antes de elevar la vista y mirar al moreno con una ceja elevada. Stan ya se está rascando la nuca al lado de su súper mejor amigo.

De repente el ambiente feliz se esfuma, siendo reemplazado por una tensión palpable que hace a algunos concentrarse en sus celulares. Kyle suspira y se levanta dirigiéndose a la mesa con chupitos, listo para tomar cualquiera y acabar con este juego ridículo al que lo obligaron a entrar.

-Dude, espera- murmura Kenny agarrándole la manga de su abrigo.

Kyle suspira con aburrimiento ahora con la cabeza gacha y listo para soltarse del agarre del rubio si este no dice algo.

-¿Sabes cuántas veces has ido a esa mesa?- pregunta este de manera juguetona -Te daremos otro reto. Es parte de las reglas.

Stan pasa saliva una vez Kyle vuelve a su lugar, cruzándose de brazos.

-Escoge a cualquier persona de esta habitación- comienza a explicar McCormick -, serán siete minutos en el cielo.

El único que parece feliz por todo lo que está pasando es Butters, quien aplaude en medio de un ataque de hipo por beber tanto whisky.

Clyde no se considera una persona chismosa ahora que ha cumplido trece, si bien es cierto que hay cosas de las que se suele enterar por las conversaciones que algunos tienen cerca de él en los pasillos de la secundaria y que a veces no puede evitar escuchar, sabe que hay algunos límites.

Solo que no hay que ser muy listo para darse cuenta de que algo serio pasó entre Kyle y Cartman. Y se siente en la forma en que este último solo decidió hacerse un lado y concentrarse en sus cosas. Que Eric viniera a esta fiesta fue obviamente una trampa por parte de Kenny y, para ser sincero, agradece que este chico (que a veces parece tener la cabeza en las nubes) haya ingeniado todo este embrollo para arreglar lo que sea que sus compañeros se traen entre manos.

Por eso todos en el círculo suspiran aliviados cuando ven a Kyle volverse a levantar y dirigirse a una de las esquinas en la sala, es tan extraño verlo decaído mientras se dirige hacia Cartman, quien no ha despegado la vista desde su celular hasta que lo ve y solo levanta una ceja. No logran escuchar nada de lo que esos dos se dicen, pero Craig puede ver por el rabillo del ojo que Kyle tiene los puños apretados.

Al final, de alguna manera, los dos se dirigen al dichoso armario al lado de las escaleras que dan al segundo piso, y es el mismo Token quien cierra la puerta cuando ellos entran.

-¡Comienza la cuenta regresiva!- exclama Kenny tratando de aligerar el ambiente aunque su expresión cambia rápidamente -Si esto no sale bien voy a recibir una muy buena paliza...- susurra -¿A quién le toca girar?

Nunca escuchar el click de una cerradura había puesto a Eric tan tenso.

El armario de Token es enorme, como todo en su maldita casa, piensa con fastidio, aun cuando siente algo de alivio al solo poder alejarse a una esquina junto a las escobas y productos de limpieza y ponerse a escuchar alguna canción a través de sus audífonos hasta que pasen los dichosos siete minutos.

-Tenemos que hablar.

Eric no levanta la vista, su atención se mantiene en su teléfono, puede sentir la mirada de Kyle atravesando su cráneo, pero sabe que no se acercará hasta que las cosas parezcan poder arreglarse.

-No tenemos nada de que hablar- responde, sin embargo, con molestia -. ¿Por qué no solo sacas tu teléfono o te pones a contar las manchas en las paredes?

-No tenemos nada de que hablar- repite el pelirrojo con burla -, claro, solo de un día para otro comienzas a ignorar a todos y me bloqueas de todos lados, dejas de asistir a las reuniones de nuestro grupo, dejas de conversar con cualquiera y solo vienes a esta fiesta porque Kenny te obligó con alguna mierda, ¡claro que no hay nada de que hablar!

-Me alegro de que lo entiendas.

Eric está listo para abrir Spotify cuando la mano de Kyle aparece sobre la pantalla de su celular y él levanta la cabeza, listo para golpearlo o hacer cualquier cosa para que se largue.

Pero la mirada que el pelirrojo le dirige lo deja confundido. Puede ver las profundas ojeras bajo los ojos del más bajo, ojos que ya no presentan su típico brillo, su piel luce pálida, se le ve tan cansado.

-Por favor no me hagas esto- susurra y Cartman cierra los ojos porque el tono en su voz duele -, tú no, por favor.

Eric suspira, dejando su celular en uno de los estantes y comenzado a apretar su tabique. Es demasiado, el ambiente, los pensamientos, todo lo que se junta.

-¿Has estado tomando tus medicamentos, Eric?

La manera en que el pelirrojo pregunta debería haberlo hecho enojar, ese tono ahora tan suave, como si le estuviese hablando a alguien débil o a un bebé. Si cualquiera le hubiera hablado así, no lo aguantaría.

-Estoy cayendo, Khal- dice, casi sorprendido de lo cansado que él también suena -, no sé qué hacer.

Su mano libre es tomada tímidamente por Kyle, quien comienza a trazar pequeños círculos en sus nudillos. Eric lo deja hacer, abrazándolo con fuerza cuando el pelirrojo se sienta en su regazo, acunándolo como si fuese un niño lastimado.

-Está bien- le oye susurrar -, está bien, todo estará bien, vamos a salir de esto.

Sus brazos se enrollan con fuerza alrededor de su cuerpo y Cartman trata de ocultar más su rostro en el hueco entre su cuello y hombro.

-¿Quieres llamar a la doctora?- pregunta Broflovski después de un rato, sintiendo al más grande negar con la cabeza -No hay problema, puedes pasar la noche en mi casa, no creo que a mis padres les importe y Ike quiere enseñarte un nuevo videojuego.

-No quiero seguir haciéndote creer que no me importas- responde Eric -, tengo demasiadas cosas en la cabeza, pero a veces solo quiero estar contigo o los chicos, hablar, sentir que todo es como antes...

-Lo sé- susurra el pelirrojo besándole la cabeza -, lo sé, Eric.

El ruido de la fiesta es casi inexistente, se pueden escuchar algunos muebles siendo empujados, la mayoría está listo para irse a dormir.

-Me estoy cayendo, Kyle.

-No, no caerás, estoy contigo- Kyle escucha otra vez el click en la cerradura, pueden salir en el momento que más apto les parezca -. Estoy contigo, Eric, yo te sostengo.

Bueno, ahora solo queda hacer el día cuatro porque es medio tarde, que decirles, espero les guste este intento de drama 😞✌.

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