4; El reencuentro.
KLAUS LLEVAVA UN LARGO rato despierto admirado el cálido rostro de Caroline. Admiraba su delicada piel, sus apetecibles labios, su suave respiración, todo de la rubia que tenía al frente la parecía maravilloso.
— Amor, es hora de despertarse — Informa Klaus levemente pasando un par de cabellos rebeldes de la rubia por detrás de su oreja.
— No quiero — Se queja Caroline adormilada — Tu cama es muy suave.
— Ya tendrás tiempo para disfrutar mi cama, amor, pero tú debes ir a ver a las mellizas y yo debo conocer a mi madre.
— Lo de todos los días — Se burla la rubia y abre los ojos — ¿Cuánto tiempo llevas viéndome como un acosador?
— Solo te admiraba — Se excusa el híbrido con una pequeña sonrisa — Pues usar mi baño, le pediré algo de ropa a Rebekah y te la traigo.
La rubia asiente con una pequeña sonrisa y se siente en la cama, no le molestaría despertar todos los días así.
Klaus deja un rápido beso con rapidez la frente de la rubia y sale de la habitación con rapidez con una sonrisa en su rostro. La rubia suelta una risita nerviosa y va al baño del híbrido, donde se toma su tiempo en darse una relajada ducha.
Luego de ir a asaltar el armario de su hermana y dejar las cosas encima de su cama para Caroline, el híbrido decidió ir a ver a su pequeña lobita.
Aunque se llevó la sorpresa de no encontrarla en su cuna. Bajo con rapidez y se encontró a todos en la cocina, Dante tenía a Lizzie en brazos, Davina a Josie y Kol a Hope.
— Buenos días — Murmura Klaus yendo hasta donde está su hermano menor para tomar a su hija en brazos.
— ¿Y Care? — Pregunta el Salvatore — Por cierto, Klaus, tienes una hija preciosa.
— ¿Verdad? Aún nos preguntamos si es de Nik — Bromea Kol.
— Está dándose una ducha — Contesta Klaus dejando un beso en la mejilla de su hija, la cual ríe a carcajadas — Rebekah, tome prestada de tu ropa.
— De nada, Nik, cuándo gustes —Dice con sarcasmo Rebekah acercándose con tres biberones.
La rubia original le entregó a cada persona con niñas en brazos los biberones y luego fue a sentarse para acabar su taza de café.
— Buenos días — Dice Caroline entrando a la cocina.
— Buenos días, Care — Saluda el Salvatore a su mejor amiga y vuelve su mirada a la pequeña en sus brazos.
— Ohhh pero si es la rubia por la cual Nik babea — Dice Kol con una sonrisa juguetona.
— Kol, un gustó verte... Vivo — Dice Caroline con una sonrisa.
— ¿No te preguntarás que hago vivo? Ya tenía mi manologo listo.
— Nop, nada me sorprende viniendo de los Mikaelson — Contesta la bebé vampiro encogiendose de hombros — ¿Quienes son ellas? — Pregunta apuntando a Davina y a Freya.
— La rubia es nuestra hermana mayor, Freya Mikaelson — Se adelanta a contestar Elijah — Y la que tiene a Josie es Davina Claire, la novia de Kol.
— Hola — Dice la pequeña bruja con una tímida sonrisa — Espero no te moleste que cargue a Josie, es que es muy linda.
— No te preocupes, Davina, gracias por cuidarla — Dice la rubia acercándose a Dante — Dame a mi hija, Dante.
— ¿Por qué? — Se queja el pelinegro reacio a dejar a su ahijada.
— Desde que la tuve no me has dejado cargar a mi hija — Dice Caroline con una ceja alzada y los brazos cruzados.
— Es que es muy linda y pequeña — Dice Dante mirando a Lizzie pero suelta un suspiro derrotado al ver a Caroline — Bieeen.
Dante deja que Caroline alce a su hija y se levanta a por una bolsa de sangre.
— Caroline, un gusto conocerte — Dice la mayor de los Mikaelson sentándose a un lado de la bebé vampiro.
— Un gusto también conocerte, Freya.
— He oído hablar de ti y con solo verte confirmo varias cosas, tienes un aura atrayente y llena de paz — Dice la Mikaelson más vieja con una amigable sonrisa — Ya entiendo porque le gustas tanto a mi hermano — Murmura como un secreto haciendo sonrojar a Caroline.
— Haremos como que nadie escucho eso, hermana — Se burla Kol acercándose a Davina — Caroline, ¿Me dejas comprarle todo el centro comercial a tus hijas?
— No, gracias por la oferta, Kol.
— Igual lo haré — Se encoje de hombros haciendo que Caroline radara los ojos.
— Caroline, nos gustaría pedirte un favor — Dice Elijah levantándose de su silla.
— ¿Que cosa, Elijah? — Pregunta Caroline con curiosidad.
— ¿Un favor? — Dice Klaus con el ceño fruncido.
— Si, te queremos pedir el favor de que cuides a Hope mientras nosotros vamos a California, supongo que Niklaus te comento los últimos sucesos.
— ¿Cuando tomamos esa decisión? — Dice el híbrido con el ceño fruncido.
— Aparte de tu familia, confías mucho en Caroline, ¿O no? — Interviene Rebekah.
— Si, confío mucho en Caroline, pero igual debieron decirme antes.
— Tarde, ya lo decidimos — Dice Kol con una sonrisa — Aparte, no sé si sea buena idea llevar a Hope con nosotros.
— Si Klaus está de acuerdo, claro que puedo cuidar de Hope. Es lo poco que puedo hacer después de que me dejen quedar acá.
— Si fuera por Nik, ya llevarías años viviendo acá — Se burla Kol.
— Saldremos en dos horas a California, hermano — Anuncia Elijah a su hermano mayor y sale de la cocina.
• • •
Klaus pasa las próximas dos horas con Caroline, las mellizas y Hope, en el cuarto de el. Las niñas estaban encima de la cama, Josie estaba dormida y Hope estaba acariciando la mano de Lizzie, mientras la menor se quedaba quieta pero bien despierta.
— ¿Seguro no te molesta que cuide a Hope?
— Para nada, amor, eres la persona indicada para hacerlo.
— Muy bien, te prometo que cuidare muy bien a tu hija — Dice la rubia sonriéndole al híbrido.
— Quiero proponer algo — Dice el híbrido con una sonrisa traviesa.
— Dime, luego veré si acepto — Dice la vampiro bebé con una sonrisa.
— Tengamos una cita — Suelta de golpe haciendo que la rubia lo mire sorprendido — Luego de que llegue de California, tu y yo en una cita, ¿Aceptas, amor?
— Yo.. — Murmura Caroline mirando a las niñas, notando como Hope y Lizzie se quedaron dormidas agarradas de la mano — Bien, acepto tu cita.
— Te prometo que no te arrepentirás, amor — Dice el híbrido con una amplia sonrisa.
— Klaus, es hora de irnos — Se escucho el gritó de Rebekah desde la planta de abajo.
El híbrido rodó los ojos pero se acercó a su hija, dejando un beso en la cabeza de la pequeña.
— Nos vemos luego, pequeña lobita.
Klaus sale de su habitación y Caroline deja a las niñas con una pequeña barrera de almohadas para que Hope no se caiga. Sigue a Klaus hasta la sala y ve a todos preparados.
— ¿Y Hope? — Pregunta Freya.
— Se quedó dormida con las mellizas — Contesta Caroline.
— Bueno, hora de irnos.
Todos los Mikaelson se meten en los carros de Elijah y Klaus, despidiendo a la rubia y al pelinegro que cuidarian de las niña .
— Bueno, tenemos que cuidar a tres niñas, ¿Que podría salir mal? — Se burla Dante.
— Todo, los niños son pequeños pero peligrosos — Dice Caroline volviendo a la habitación de Klaus donde estaba las niñas.
— Nunca las dejamos solas y listo, problema resuelto. No quiero ser comida para los perritos de Klaus.
• • •
— ¿Segura que es aquí? — Pregunta el híbrido a la bruja mayor.
— Si, acá mismo — Murmura la bruja mirando el local frente de ella.
— Creo que deberían entrar solo Klaus y Davina — Dice Rebekah — Si pasa algo, nosotros entraremos.
Los mencionados asienten levemente y se adentran a el local. Detrás del mostrador, se encontraron con un hombre de mediana edad, el cual les sonrió ligeramente.
— Buenas tardes, ¿En qué les puedo servir?
— Estamos en busca de mi tía, recibimos una llamada de que estaba acá y vinimos lo más rápido posible — Habla Davina con falsa preocupación.
Klaus la miró ligeramente sorprendido, ya que no tenían planeado este acto.
— Oh, si, la señorita los ha estado esperando, me alegro que al fin llegarán, esperen un momento acá — Dice el señor con una amable sonrisa.
Lo ven salir de su vista por una puerta detrás de él. Klaus mira el lugar con nerviosismo y Davina mira a su cuñado.
— Tranquilo, Klaus, todo saldrá bien y podrás ser feliz con tu madre e hija — Dice Davina con una pequeña sonrisa — Y también con Caroline, por supuesto.
— Eso espero, brujita — Murmura el híbrido.
Escuchan unos ligeros pasos y ven salir a una mujer rubia, con unos pantalones negros y un buzo blanco, tenía una sonrisa amable y un aura llena de paz.
— ¿Señora Sallow? — Dice Davina mirándola.
— Dime Ayla, Davina — Dice la hermosa mujer sin quitar su sonrisa para luego mirar a Klaus — Klaus, mi niño.
Y en ese momento, Klaus siento como si su corazón volviera a latir.
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Buenas buenasssssss
¿Como están? Espero que muy bien.
Al fin el reencuentro madre e hijo que tanto esperábamos.
¿Les gustó el capítulo? ¿Les gusta Klaroline? ¿Que les gustaría ver en la historia?
Hasta la próxima 👑
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