𝟬𝟮𝟭
Pov. Taehyung
El camino de regreso al Campus la mañana siguiente es incómodo. Namjoon intenta no morir de resaca y me lanza miradas desde el asiento copiloto. Me está molestando. No he tocado a Hoseok ni una sola vez desde que inició el viaje, no importa cuán difícil eso sea. Su muslo rozando con el mío es suficiente para hacerme perder la concentración.
— Necesito tomar un cambio de ropa, y tal vez después podamos ir a desayunar.— Dice Hoseok alegremente, luciendo demasiado hermoso para ser las siete de la mañana. Su cabello se ha secado y está más rebelde de lo usual, pero sus ojos son brillantes y felices. Mierda, es hermoso. Y mío.
Me estaciono cerca del auto de la tía Hyuna y me bajo para dejarlo pasar, lo veo caminar hacia el auto.
— Te estas follando a tu hermano.
Giro bruscamente mi cabeza para ver la mirada acusadora de Namjoon. — ¿Disculpa?
Se baja de la camioneta y se para frente a mi. — Te estas follando a Hoseok, maldito enfermo.
Me acerco hasta que empujo mi pecho contra el suyo. — No me estoy follando a mi hermano, imbécil.— Lo miro duramente. Él es más alto que yo, pero yo soy más fuerte.
— No me mientas, Tae. — Me gruñe. — Los descubrí ayer. La habitación olía a tu hermanito follado.
Lo empujo fuertemente y casi pierde el equilibrio. — Habla así de mi hermano otra vez.— Lo amenazo. — Atrévete, hijo de puta.
Él se para frente a mi nuevamente. — Irás a prisión por esta mierda. Y te violaran en prisión por haberte follando a tu hermanito. Ellos-
Lo empujo nuevamente, esta vez lo suficientemente fuerte como para dejarlo en el piso.
— Taehyung! — Hoseok esta atras de mi y jala mi brazo. — Detente!
Girando mi cabeza para encontrarme con sus ojos, siseo. — Me está acusando de coger contigo.
Veo el miedo llegar a su mirada y sacude su cabeza. — Q-Qué? No seas asqueroso, Nam. Estás malinterpretando las cosas. Taehyung y yo jamás haríamos eso.
Namjoon se levanta. — Sé lo que vi. Sé lo que escuché, maldita sea. Y esa habitación olía a sexo!
Avanzó para golpearlo, pero Hoseok se pone frente a mi, quedando en medio de los dos.
— Nam.— Dice él suavemente. — Aún estás ebrio y estás cansado. Él es mi hermano. No estamos teniendo sexo.
La furia de Nam se desvanece y sólo parece confundido. — Pero, yo-
Hoseok lo toma de los hombros. Quiero alejar sus manos de él, pero lo dejo manejar la situación. Porque mi manera de manejar la situación sería mi puño contra su cráneo. — Pero nada. Yo tengo novio, llamado Yoongi. Taehyung sigue intentandolo con Jungkook. Él solo es sobreprotector conmigo porque nuestros padres acaban de morir. Por favor entiendelo.
Namjoon traga saliva. — Cómo sea. Me iré a dormir.
En cuanto se va, apunto a la camioneta. — Espera ahí. Voy a rentarnos una habitación de hotel para esta noche, pero necesito tomar unas cosas antes.
— Ni se que ocurra pelear con él. — Dice Hoseok. — Solo entra, toma tus cosas, y sal de ahí.
Le doy un corto asentimiento trota tras el que alguna vez fue mi mejor amigo.
Solo entrar y salir de ahí.
☽
Me despierta el ruido del aire acondicionado y me toma un momento darme cuenta de que estoy en una habitación de hotel. El cuerpo desnudo de Hoseok recostado sobre el mío, roncando suavemente. Acaricio su cabello sedoso y deseo tener más momentos como este. Momentos donde podamos ser nosotros mismos libremente sin miedo a ser descubiertos o juzgados.
Sigo encabronado con Namjoon.
No tiene derecho a meterse en mis asuntos.
Hoseok se remueve y deja salir un suave gemido que va directamente a mi pene. Después de que dejamos a Namjoon, reservamos una habitación de hotel y pasamos el resto de la tarde comiendo servicio a domicilio y teniendo sexo. Mi dulce chico está cansado y aún así mi cuerpo lo necesita, incluso después de todo lo de ayer. Él gira hasta recostarse en su estómago, su cuerpo extendido por toda la cama. Amo lo salvaje que es al dormir. Levantándome en mi codo, empiezo a dejar besos a lo largo de su columna. Cuando llego a la hendidura de la base de su espalda, justo sobre la curva de su trasero, él se remueve.
Esta despierto.
Dios, quiero probarlo.
Un jadeo se le escapa cuando beso la división de sus cachetes. Mi lengua es curiosa y lamo su entrada desde atrás. Su aroma es limpio por la ducha que tomamos anoche, pero quiero ensuciarlo. Necesito llenarlo de mi esencia. Que se bañe en ella. El gruñe cuando empuño uno de sus glúteos y lo separo del otro. Mi lengua sigue su cometido hasta que penetra en su interior.
Jugueteo mordiendo su glúteo que no está en mi mano. — Quiero tomar cada parte de ti. Quiero estar en ti todo el día.— Un gemido ahogado se le escapa cuando paso mi lengua a lo largo de se entrada nuevamente. Deja que la saliva de mi boca corra sobre su apretado agujero, mientras lo estimulo con mi lengua. Su exitación aumenta y puedo olerlo en el aire. — Quieres esto, bebé?
Él grita cuando lo tomo de las caderas y lo jaló conmigo mientras me pongo de espaldas. Su delgado cuerpo montando el mío, pero dandome la espalda. Apretando su piel, lo animo a montar mi cara. Al principio, se mueve incómodamente, pero después agarra su propio ritmo. Empujo mi lengua dentro de él y sonrío cuando empieza a montarla como si fuera mi miembro. Se inclina hacia adelante, abriéndose más para mí, y después gimo cuando sus labios se cierran alrededor de mi polla.
Con un gruñido, empiezo a succionar y lamer su sensible piel. Él mueve sus caderas mientras succiona mi pene. Mierda, nunca me voy a cansar de la manera en que le se siente su boca alrededor de mi longitud. Su delicada mano acaricia mis bolas y disparos de placer me atraviesan.
Sacó mi lengua de su interior y la reemplazo con mi pulgar. Después, lo saco y lo vuelvo a meter. Él lloriquea con mi exploración en su agujero. Me encantaría meter mi polla gorda dentro de él, pero esta muy lastimado aún por la noche anterior, lloraría inmediatamente. Cuidar de él es mi responsabilidad y no lo he hecho adecuadamente en otras ocasiones. Hoseok confía en mi para hacerlo.
— Tranquilo, bebé. — Murmuro contra su mojada entrada. — Hoy vamos a tomarnos nuestro tiempo. Quiero tomarte, pero no hay prisa.
Él gime alrededor de mi polla, haciendome gemir a mi en respuesta. Su cuerpo se relaja y nuevamente introduzco mi pulgar. Es increíble cómo puede mantenerse apretado. Sigo trabajando dentro y fuera de su agujero. Retiro mi mano y meto dos dedos a mi boca, los mojo con mi saliva y los llevó a su entrada. Primero mi dedo del medio, lento y suave. Rápidamente está listo para el segundo. Él gime y sigue trabajando en mi miembro.
Beso sus glúteos y sigo dilatandolo. — Te sientes tan bien, bebé, incluso de esta manera.— Quisiera meter más dedos dentro de él, pero no lo haré sin lubricante. No está noche. Con mis dedos y lengua dentro de él, me pierdo en su cuerpo. Él mueve su cabeza de arriba a abajo como si fuera lo único que importa en este mundo. Me vengo con un gemido ronco. La explosión se semen lo toma desprevenido y se ahoga un poco.
Saco mi lengua de su interior y doy lengüetasos en su entrada mientras masturbo su miembro. No toma mucho para que se esté viniendo con un gritito. Una vez que deja de temblar, saco mis dedos de su interior y le doy una nalgada.
— Hay que tomar una ducha y después te voy sacar de aquí, se acabó la hora de la siesta.
☽
Cuando Hoseok sale del baño después de haberse arreglado, casi me ahogo con mi chicle. Él se comporta tímido, viéndome por debajo de sus pestañas. Pero no tiene porque estarlo. Es una maldita obra de arte.
Los entalladisimos pantalones que esta usando muestran perfectamente la forma de sus largas piernas, me encuentro deseando no ir al bar como lo habíamos decidido para que nadie lo vea. Su flequillo castaño ha sido partido sobre su frente, tan brillante que ruega a que lo acaricie. Puedo notar que está usando un poco de maquillaje para acentuar algunas de sus facciones, sobre todo sus jugosos labios.
— Estás intentando matarme.— Lo acuso caminando hacia él.
— Tu te ves muy caliente.— Su sonrisa se hace más grande.
Tomo sus caderas y lo acerco a mi cuerpo, mi erección dura entre nosotros. — Te prometí una noche fuera, pero mierda, pequeño, me muero por romper esa promesa en ese instante.
Él se ríe. — Quiero ir a bailar. Después podemos regresar a que me folles todo lo que quieras. Pero primero, a bailar.
Beso su sonriente boca y tomo su trasero con mis dos manos. — Bien, pero no sé cuanto tiempo pueda durar viéndote así de sexy.
Logramos salir del hotel sin follar, lo cual ya es un logro. Una vez que estamos fuera en la cálida noche de primavera, nos tomamos de la mano, sin importarnos si estos extraños nos ven. Caminos hasta llegar a un restaurante cerca del hotel. La música suena hasta afuera y está lleno.
— Comamos en la terraza. — Le digo mientras entramos.
La hostess nos guía hasta una mesa en el patio del restaurante. Nos piden nuestras identificaciones cuando nos ordeno unas margaritas pero afortunadamente Hoseok tiene su identificación falsa con él. Minutos más tarde, estamos comiendo totopos con salsa y bebiendo margaritas.
— Te ves hermoso. — Sus ojos se iluminan con mis palabras. Me inclino hacia adelante y saco su collar de su camiseta para poder admirar nuestros anillos colgando de su cuello. — Mejor.— Le guiño un ojo.
— Estoy feliz, Tae. — Me sonríe grande y brillante. — En verdad feliz.
— Porque te gusta la comida mexicana? — Bromeo.
Su sonrisa se hace aún más grande. — Porque finalmente puedo tenerte. Se siente correcto. Mientras te tenga, siempre seré feliz.
Tomo su mano en la mía y la aprieto. — Tal vez mamá y papá no hubieran aprobado el que estemos juntos, pero no puedo dejar de pensar en que sienten nuestra felicidad donde quiera que estén. Pienso que en el fondo, lo único que querían era nuestra felicidad. Lo hemos logrado, bebé. Somos felices.
Su sonrisa desaparece. — Porque se siente como si todo pudiera desaparecer en un instante?
Pensamientos de una celda fría y vacía llegan a mi mente. Solo. Sin Hoseok. Eso sería el infierno. — Nadie tiene porque saberlo.
Él asiente. — Lo sé.
El resto de la cena lo pasamos bien, pero no puedo evitar a ver a todos con sospecha. Incluso bailamos un poco, pero ninguno de los dos se siente completamente cómodo. Lo saben? Una vez que he pagado lo arrastro fuera del restaurante, desesperado por alejarlo de cualquier cabrón entrometido.
— A donde vamos? El hotel está en aquella dirección. — Él dice, apuntando a la dirección contraria.
— Quiero llevarte a otro lugar.— La caminata es larga pero tranquila. Los grillos cantan y escucho los carros de una carretera cercana. Nos acercamos a un pequeño parque que está rodeado en su mayoría por árboles. Hoseok se mantiene en silencio mientras abro y nos dejo entrar.
— Hay que columpiarnos. — Le digo.
Nos sentamos en los columpios pero no hacemos nada más que permanecer sentados. Nuestros cuerpos están ladeados para poder vernos.
— Me puedes dar tu collar?
Él asiente, se lo retira y me lo entrega. Saco los anillos del collar y se lo regreso. Sus cejas están fruncidas con curiosidad mientras se pone el collar nuevamente.
— No sé si seré capaz de darte una boda en la iglesia como te mereces.— Murmuro.
— Taehyung..
Pongo el anillo más grande en su palma. — Pero en todo sentido de esa ceremonia, te quiero de esa manera. Tal vez no se nos sea permitido, pero nuestros corazones ya están unidos.— Deslizo la sencilla argolla en su dedo anular. — Sí alguna vez nos lo permiten, te casarías conmigo?
Sus ojos se llenan de lágrimas y asiente. — Sin pensarlo.
— Yo también, bebé. Lamento no poder darte lo que te mereces.
Él niega con la cabeza, lágrimas rodando por su mejilla, mientras desliza el anillo en mi dedo. — Me has dado todo lo que quiero y necesito. No quiero lo que los demás tienen. Nos quiero a nosotros.
Inclinandome capturo sus labios con los míos. Después de un largo beso, me alejo ligeramente limpio un poco de sus lágrimas con mi pulgar. — Te amo más que a cualquier cosa. Tendrán que alejarme de ti esposado, porque no hay otra manera en que sea capaz de dejarte.
Sus dedos se enredan en mi cabello. — No sería capaz de sobrevivir sin ti, y tampoco quiero hacerlo.
Nuestras bocas se unen de nuevo, desesperados y hambrientos. Las palabras que acabamos de compartir tal vez no sean las de una ceremonia tradicional, pero para nosotros, nos unen de igual manera.
— Te amo.— Hoseok respira contra mi boca. — Solo tu. Por siempre tu.
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