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Pov. Taehyung

El entrenador no levanta su vista de la computadora cuando entro a su oficina. Su mandíbula está tensa y luce cansado.

— Siéntate.— Me instruye mientras gira en su silla y me mira frunciendo el ceño.

Siento el estómago vacío. No puedo sacarme de la cabeza la ocasión en la que me llamó aquí para decirme que mis padres habían muerto. Se repite una y otra vez en mi cabeza.

— Qué sucede? — Pregunto sentando me en la silla frente a su escritorio.

— Ambos sabemos que haz jugado de la mierda.— Dice directamente pero sin crueldad.

— Si.— Lo acepto. Especialmente esta semana en las prácticas. Han pasado cuatro días desde que dejé a Hoseok para venir a la escuela y cada día se vuelve peor que el otro.

— Voy a ser honesto contigo, Kim. — Dice tenso. — Namjoon ha estado jugando mejor estos días y es un buen candidato para tercera base. Él está concentrado y no hace errores estúpidos.

Ni siquiera puedo argumentar contra eso. He perdido cachadas que usualmente podría hacer sin problemas, y no le doy a la bola aunque de eso dependa mi vida. La peor parte de todo, es que no me importa. Es como si solo fuera el curso natural de las cosas.

— Me esta sacando del equipo? — Pregunto, mi voz apretada.

Él desliza un sobre hacia mí. — Adentro hay una carta de recomendación y un cheque de mi esposa. Esta agradecida por todo lo que haz hecho por la firma, pero necesita a alguien más disponible trabajando ahí. Así como yo necesito también alguien en quien contar para el equipo.

Parpadeo en shock. — Me está sacando del equipo y despidiendo al mismo tiempo?

Su manzana de Adán se mueve cuando traga saliva. — Ya no jugarás esta temporada. No te sacaré del equipo porque sé que necesitas la beca de deporte para seguir estudiando, te puse en observación. La próxima temporada harás pruebas nuevamente. Si no regresas a ser el Taehyung que conozco, me veré forzado a hacerlo. Lo siento. Espero que la próxima semana tomes tus exámenes finales y vayas a casa a pasar el verano. Tal vez buscar ayuda profesional para superar tu duelo. Después, regresa en otoño para que puedas concentrarte en el juego. Eres uno de los mejores jugadores de esta escuela, odio ver como te estas rindiendo tan rápido.

Sigo esperando para sentirme horrorizado. Pero nunca sucede. El hecho de que no siento nada, me sorprende. — Lamento haberlo decepcionado. — Le digo, mi voz ronca mientras me levanto. — Voy a encontrarme a mi mismo este verano.— Será un largo viaje. Con Hoseok. Apenas y he rascado la superficie.

El entrenador deja salir un suspiro pesado. — Encuentrate rápido. No puedes permitirte perder tu futuro solo por unos meses difíciles.

Sacudo mi cabeza. — No creo que vaya a superar la muerte de mis padres y como me afecta de aquí a Agosto. Solo le advierto.

— Ya sabes a lo que me refiero.— Murmura. — Sí no sacas la cabeza del culo, estas fuera. Necesitas entender eso, Kim.

— Lo entiendo, entrenador.— Con eso, salgo de mi habitación y camino hasta la banca donde Namjoon se está cambiando.

— Qué quería el entrenador? — Pregunta.

— Me dio un ultimátum.

— Qué carajos, hombre?

— Estoy fuera el resto de la temporada.

— A qué te refieres con fuera? — Pregunta, sus cejas frunciendose.

— Pues fuera. Ya no practicaré o jugaré. Puedo hacer pruebas para entrar la próxima temporada.

La boca de Nam se abre horrorizado. — No. Eso es una mierda. El baseball es tu vida.

No, era mi vida.

Ahora, todo gira alrededor de él.

Me encojo de hombros. — Ya no.

Cuando camino fuera del vestidor, me quito un peso de los hombros. Tal vez no me sienta así después, pero en estos momentos, solo siento alivio. Le mando un mensaje rápido a Hoseok dándole las noticias.

Yo: Estoy fuera del equipo el resto de la temporada. Y ya no tengo trabajo.

Pero al menos te tengo a ti.

No le escribo esa parte en caso de que la tía Hyuna le revise los mensajes.

Hoseok: Oh, Taehyung. Lo siento.

Su sencillo mensaje es suficiente. No me importan las cosas que antes me importaban.

Todo lo que me importa es él. 



Me despierto cuando alguien retira el libro de texto de mi cara. Después de no solo haber sido sacado del equipo sino también despedido, vine a mi habitación a estudiar para los exámenes finales. Puede que este fallando en otras áreas, pero jamás reprobaría los finales. Pero aparentemente no estoy muy preocupado porque me quedé dormido.

— No deberías estar en el campo besándole el culo al entrenador? — Me quejo con Namjoon, mientras entrecierro mis ojos a la luz.

— Preferiría besarte a ti.

Hoseok.

Esta parado en mi habitación luciendo malditamente perfecto.

— Ven aquí, pequeño. — Demando sentandome.

Él se lanza a mis brazos y sus labios se funcionan con los míos. Agarro su trasero, jalandolo para que me monte. Cuando lo tengo justo donde lo quiero, me separo y lo veo. Sus finos labios estan rojos y húmedos por nuestros besos necesitados. Grandes ojos cafés viéndome de arriba a abajo. Sus cejas fruncidas en preocupación.

— Viniste a verme. — Murmuro, mi pecho palpitando de felicidad.

Hoseok sonríe y pasa sus dedos entre mi cabello. — Tuviste un mal día. Como no podría venir a verte?

Nos besamos de nuevo. Extrañé su lengua en mi boca y la manera en la que su cuerpo encaja perfectamente con el mío.

— Te he extrañado muchísimo.— Le digo, mi voz quebrandose.

Él pasa saliva y sus ojos se llenan de lágrimas. — Yo también te extrañé.

— Cómo llegaste aquí?

— La tía Hyuna me prestó su carro.

Frunzo el ceño confundido. — Para venir a verme? Estoy sorprendido de que permitiera eso. Ya sabes que esta tras nosotros, bebé.

Su sonrisa es traviesa. — Le dije que quería ir al río con Yoongi y otros amigos.

Inmediatamente me pongo celoso al escuchar su nombre, pero lo ignoro porque eso significa que será mío durante todo el fin de semana.

— Gracias.

Nuestros labios se unen de nuevo y mis manos viajan por todo su cuerpo, desesperado por tocar todo lo que he estado deseando desde el lunes.

— Nadie más que Namjoon y el equipo sabe que eres mi hermano. Mientras vayamos a lugares lejos del campus, no tendremos que escondernos. — Le digo, sonriendo.

— Me gusta esconderme contigo.— Sus ojos brillan de felicidad.

Miro el reloj. Namjoon no regresará dentro de las siguientes dos horas. Tiempo suficiente. Tomando el borde de su camiseta la deslizo fuera de su cuerpo. Él eleva sus brazos para ayudarme. Una vez fuera tengo una vista  de su pecho perfecto, estoy en el cielo. Maldición, como lo he extrañado.

Inclinandome mordisqueo su pezón cuidadosamente. Él lloriquea pero después empieza a jalar de mi camisa desesperadamente.

— Quítate el pantalón y muéstrame tus bonitas piernas, Hoseok. — Le ordeno.

Le levanta y desabrocha el botón, baja el cierre y deja caer sus pantalones al piso. Dentro de su ropa interior esta duro, igual que sus pezones, no sé qué quiero chupar primero. Al final lo monto de nuevo en mi y llevo mi lengua a dar círculos en su pezón. Después lo meto completamente en mi boca. Los suelto con un pop y lo veo directamente a la cara.

— No puedo soportar estar lejos de ti.— Susurra. — Dime que tu sientes lo mismo. Dime que no estoy loco.

Me inclino y muerdo suavemente su pezón. — Yo también me vuelvo loco sin ti.

Hoseok suelta un suspiro aliviado. — Una semana más y podremos pasar cada segundo juntos.

Cuelo mi mano entre nosotros y acaricio su miembro sobre su ropa interior.

— Cada segundo.— Le prometo, mi voz baja y desesperada. — Voy a encontrarnos un lugar para los dos. Todo va a funcionar. Tiene que.

— Lo hará.— Hoseok acepta. — Mientras estemos juntos, todo funcionará.

Deja salir un gemido cuando empiezo a acariciarlo más rápido. Sus caderas moviéndose de arriba a abajo, desesperado por mi toque. Amo lo mojada de presemen que tiene mi mano. Me necesita tanto como yo a él.

— Taehyung — Exclama, su cuerpo sacudiendose cuando el placer se apodera de él. — Oh, Dios.

— Eso es.— Gruño. — Quiero que te vengas y empapes tu ropa interior. Te he extrañado, mi chico sucio. Muéstrame lo sucio que eres.

Hoseok grita y su cabeza se inclina hacia atrás, exponiendo su cuello. Mordisqueo su clavícula mientras saco un muy necesitado orgasmo de él. Mi dulce chico se viene duro y ruidoso. En el momento en que se tranquiliza, nos giro hasta que lo recuesto en mi cama. Su mirada es pesada cuando le quito los mojados boxers y los lazó lejos. En cuento está desnudo, me levanto y me deshago de mi ropa.

— Eres tan perfecto.— Lo alabo mientras me posicino sobre su cuerpo.

Somos como dos imanes. Cuando estamos cerca, gravitamos juntos naturalmente y encajamos perfectamente. 

Tomó la botella de lubricante bajo la cama y pongo un poco en la punta de mis dedos, pongo el suficiente en toda su entrada. 

Empuño mi adolorido miembro y paso la punta por su entrada. Se siente resbaloso por el lubricante, no lo prepare pero es suficiente para poder entrar en su apretado culo. Ambos soltamos gruñidos. Embisto mis caderas y entro completamente en él, ganandome un gritito.

— Bésame. — Me ruega.

Mis labios se estrellan contra los suyos mientras él me aruña desesperado. Ninguno de los dos puede tener suficiente del otro. Quiero tomar su alma y mantenerla por siempre.

— Taehyung — Gime.

Embisto mis caderas duramente. Siento el placer llegar a cada terminación nerviosa de mi cuerpo. Nuestras lenguas se enredan. Chupo su labio. Él muerde el mío.

— Mierda, no voy a durar mucho.— Me quejo. — Te sientes demasiado bien. No puedo controlarme cuando estoy contigo.

— Acaba. — Me ronronea. — Acaba dentro de mi. Me gusta como se siente. Como si me estuvieras marcando.

Sus palabras me enloquecen, maldita sea, si, lo he marcado. Él es mío. No importa lo que algunos imbéciles en este mundo tengan que decir.

A la mierda las reglas.

A la mierda las leyes.

A la mierda la sociedad.

Me voy a follar a mi hermano porque me ama y lo amo.

— Pero primero haré que te vengas de nuevo.— Le digo tomando su miembro en mi mano. Su cuerpo se estremece cuando lo empiezo a masturbar. — Se siente bien, pequeño? Cuando tengamos más tiempo quiero tomarte en mi boca hasta que llores para que me detenga.

— Taehyung — Lloriquea. — Es demasiado...

— No es suficiente. Nunca es suficiente.

Su orgasmo lo golpea violentamente, su espalda se arquea y su culo se aprieta a mi alrededor. Me lleva directo a mi clímax. Ardiente y furioso. Mientras libero mi carga dentro de él, me colapso y empiezo a devorar sus labios.

Nos besamos hasta que mi miembro se pone suave y mi semen empieza a salir de su cuerpo cansado.

— Qué está mal en nuestro amor?— Me pregunta cuando finalmente me separo de su boca.

Cepillo algunos mechones de cabello fuera de su frente. — Nada."ñ

Él suspira. — Ellos piensan que es malo.

— Ellos no saben ni una mierda.

— Pero, en serio. Quiero saber quien inventó estas reglas. No lo entiendo. — Su naricita se arruga en confusión. — En los tiempos mediavales la gente se casaba con sus parientes todo el tiempo, para mantener su linaje puro. Cuando dejó de ser aceptado?

Beso su nariz. — No lo sé.

— Es estúpido.

— Pero es la ley. Y si alguien nos descubre...— Trago, sin poder terminar la oración. Estoy orgulloso de que Hoseok sea mio. Pero estoy aterrado de lo que pueda pasar si alguien lo descubre. — Nadie puede descubrirnos.

— Moriría antes de pasar mi vida sin ti, Taehyung.

Mi dulce y hermoso chico.

— Y yo estoy seguro como el infierno que tampoco quiero una vida sin ti.

Él sonríe. — Como Romeo y Julieta.

— Por qué nuestra historia tiene que ser una tragedia?

Sus ojos se llenan de lágrimas. — La historia de amor de mamá y papá fue una tragedia. Supongo que todas las buenas historias de amor lo son.

— La de nosotros no, amor. La nuestra no será una tragedia.

— ¿Lo prometes?

— Lo prometo.

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