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𝟬𝟭𝟰

Pov. Hoseok

"— Hoseok tomó mi teléfono! — Taehyung grita mientras golpea mi puerta desde el otro lado.

Mis padres, acostumbrados a nuestras peleas, lo ignoran. Dejo salir una risa silenciosa mientras me siento en mi cama y fácilmente adivino su contraseña. Estoy abriendo una aplicación que nunca he visto cuando la manija de mi puerta tintenea.

Mierda!

Habrá tomado la llave que mis padres tienen para abrir todas las puertas?

Dejo salir con chillido cuando la puerta finalmente se abre y Taehyung entra furioso. Él tiene casi 18. Él no sabe qué estoy enfermo. Me tomo un momento para apreciar las líneas de los músculos de su pecho mientras cierra la puerta tras él.

Porqué está cerrando la puerta?

Mi corazón golpea enloquecido en mi pecho.

Cuando mamá y papá no están, él deja entrar a Jungkook a su habitación y cierran la puerta. Puedo escucharlos tener sexo. Es sucio y vergonzoso, pero no puedo evitar ir a su puerta cada vez que lo hacen. El sonido de sus pieles chocando juntas es lo más delicioso que he escuchado.

Nosotros vamos a...?

Sus ojos negros estan encendidos con rabia y su cabello aún gotea de la ducha que acaba de tomar. Cuando sus dedos ponen el seguro, se me olvida como respirar.

Es hermoso.

Enfermo, Hoseok, estas enfermo.

— Sal de mi habitación.— Le digo, pero no quiero que lo haga. Pero los chicos que no están enfermos dicen ese tipo de cosas. 

— Tu no tienes problema con entrar a la mía.— Su mandíbula está apretada. Cuando se convirtió en un hombre? Es tan alto como papá, pero definitivamente más fuerte y definido. 

Mis dedos aplastan algo en su teléfono y unos gemidos empiezan a sonar en la aplicación. Se lanza sobre mi y su teléfono golpea el suelo. 

— Mantente fuera de mi habitación.— Sus manos me mantenían clavado en la cama.

Deberia estar gritándole y peleando con él. No amando la manera en la que su cuerpo se siente contra el mío. La aplicación sigue emitiendo gemidos, como lo hace Jungkook. 

— Para qué sirve esa aplicación?

— Nada que le importe a un niño.

Empiezo a retorcerme para quitármelo de encima, finalmente sintiéndome molesto. — No soy un niño pequeño.

Escucho piel golpear contra piel y hombre diciéndole al otro que lo tome. "Tomalo puta." Giro mi cabeza para poder ver. Quiero ver lo que están haciendo. Mis labios se abren en el momento que veo un hombre meter su pene en otro hombre. 

El hombre se sale casi todo y luego lo vuelve a meter con fuerza. Una y otra vez. Algo se pone duro contra mi muslo y pierdo el interés en el video. 

Taehyung, quien también estaba viendo el video, clavo sus ojos en los míos. Sus mejillas se ponen rosas. No es la primera vez que he visto a mi hermano tener una erección a través de su ropa, pero si es la primera vez que la siento. 

Grande. 

Duro. 

Pulsante. 

Le quiero preguntar si bajaría sus shorts para dejarme tocarlo. Antes de que pueda preguntar, se aleja de mi toma su teléfono. Los gemidos son silenciados, pero no puede ocultar el hecho de que sigue duro. 

— Mantente afuera de mi habitación.— En sus palabras falta su usual veneno, y después simplemente se va, cerrando la puerta tras él. 

Recostandome, cierro los ojos y dejo que la enfermedad me consuma mientras pretendo que soy yo el que está en su cuarto la próxima vez, y no Jungkook. "

☽ 

— Estás escuchando? — La tía Hyuna me reclama desde el otro lado de la línea, sacándome de mis recuerdos. 

— Uh, si, solo pensaba en mamá y papá.— No es completamente una mentira. 

— Oh, cariño. — Dice suavemente. Después, le ladra una dirección al conductor del taxi. — Lo siento. Si no hubiéramos gastado todo este dinero en este retiro de parejas, el tío Dawn y yo estaríamos ahí contigo.

Dwan dice que está de acuerdo en voz alta para que lo escuche. 

— Y…— Ella continúa, — Sé que Taehyung también hubiera estado ahí si no tuviera el juego contra Alabama. Una vez que tu hermano salga de la escuela te haremos una gran parrillada para ti como tus padres lo hacían. Saldrás con tus amigos esta noche?

La mención de mis padres hace que me duela el pecho. 

— Sip. — Es mentira. — Todos me esperan en el restaurante, pero mi amiga Heeyeon pasará por mi. Oh, ya está aquí.

— Bien. — Dice ella. — Te amamos y te veremos el lunes cuando vuelvas de la escuela. Por favor asegúrate de tomar tu medicina como están prescritas. Solo te deje las necesarias para los días que no estaré. Confío en ti y te estaré checando.

— Okay. Adiós.

Cuelgo y lanzó mi teléfono. Lo escucho caer en la alfombra, no voy a ir a ningún lado. Ni siquiera estoy vestido. Después de la escuela me quite los pantalones y me metí a la cama. Dormí. Lloré. Me perdí en la oscuridad de mi mente. No habrá fiestas ni nada especial. Lo mejor de mi día será cuando Taehyung me llame después de su juego. Él me prometió que podríamos hacer una video llamada y - 

— Hay alguna razón por la que hayas mentido?

Giro mi cabeza hacia la puerta para encontrar a Taehyung recargado contra el marco sonriéndome de lado. Su gorra de béisbol está volteada hacia atrás y está usando shorts de basketball y una camisa GAP negra que la tía Hyuna le compró poco después de que mis padres murieron. 

Mi corazón se acelera. 

Él es tan sexy. 

Y está aquí. 

Me escabullo fuera de la cama y me lanzo hacia él. Se ríe cuando enredo mis brazos en su cuello y chillo de felicidad. En el momento en que nuestros cuerpos se tocan, necesito estar más cerca de él. Y aparentemente él también. 

Sus grandes manos cubren las mejillas de mis trasero sobre mi ropa interior y me eleva. Envuelvo mis piernas alrededor de su cintura y clavo mi mirada en su rostro. Dios, huele tan bien. Masculino, a detergente y simplemente Taehyung. 

— Estás aquí.— Le sonrío. 

— Es tu cumpleaños número 18. Crees que me lo perdería? — Su sonrisa es ladeada y coqueta. Quiero pasar los siguientes tres días besándolo.

— No se enojara tu entrenador? — Pregunto frunciendo las cejas. 

Él pone las ojos en blanco. — Estaba bancado de todas maneras.

— Estás molesto?

Sus ojos oscuros tienen un brillo especial

— Ya no.

Mi corazón estalla. No puedo controlarme. Inclinandome, le doy un piquito en los labios. Él no se aleja, así que lo vuelvo a hacer, dejando que mis labios se posen por más tiempo. Cuando me comienzo a alejar, él nos gira y me presiona contra la puerta. 

Sus labios se fusionan con los míos y su lengua invade mi boca. No puedo evitar gemir. Entre mis piernas abiertas, él frota nuestros miembros juntos. Toques de placer viajan dentro de mi. He estado soñando con un millón de variantes de lo que hicimos el fin de semana pasado. 

— Dónde están tus pantalones? — Pregunta contra mis labios. 

— A quién le importa?

— Maldita sea, Hoseok. Eres demasiado tentador para mí. No soy fuerte como debería.— Me besa tan fuerte que ambos nos quedamos sin aliento. 

— Yo también lo quiero. Esta bien.

Muerde mi labio inferior antes de descansar su frente contra la mía. Sus ojos negros son intensos mientras se clavan en los míos.

— No podemos tener sexo. Es...

Malo. Él cree que es algo malo. Mi corazón se apachurra. 

— Es ilegal. — Dice por fin, pero sus caderas embisten las mías. 

Amo la manera en la que su miembro duro se frota contra el mío a través de mi ropa interior. Sus shorts son delgados y puedo sentir cada parte de él. Es ardiente y me marea. 

— Nadie tiene porque saberlo.

Él se queja como si estuviera dividido.

— Si alguna vez cruzamos esa línea, nunca podría regresar a como era antes. Te desearía todo el tiempo y entonces alguien nos descubriría, bebé. Yo puedo lidiar con la prisión, pero tu eres demasiado dulce y bonito como para ser encerrado. — Su pene se frota más rápido y duro contra mi. — No puedo ni siquiera pensar en ello.

— Pero esto está bien, no? Aún podemos venirnos sin ir a prisión.— Murmuro. 

Taehyung muerde mi labio y jala de el antes de soltarlo. Fuego arde en su mirada. — Te puedes venir así?

— Tu puedes? — Lo desafío. 

Me besa mientras no deja de mover sus caderas. — Puedo. Claro que puedo. Y quiero que tu también lo hagas.

— Sigue haciendo eso y lo haré.

Su boca presiona besos a lo largo de mi mejilla y mandíbula hasta que esta respirando cerca de mi oído. Es caliente y me exita. Encajo mis talones en su trasero y le quito la gorra para poder pasar las manos por su cabello despeinado. 

Cómo si conociera mi cuerpo mejor que yo mismo, mueve sus caderas de una manera que me tiene viendo estrellas rápidamente. Cuando empiezo a temblar, un orgasmo acercándose, muerde mi lóbulo. 

— Si nuestras vidas fueran diferentes y no hubiera leyes estúpidas, haría a un lado tus boxers y te cogeria en seco, Hoseok. Yo sería el que tomara tu virginidad, el dueño de todos tus gritos de placer. Sabes que lo haría, bebé.

Sus palabras son demasiado. Lanzo mi cabeza hacia atrás y me dejo ir mientras un orgasmo me atraviesa. El succiona fuerte en mi cuello y gruñe contra mi piel. Cada embestida se vuelve más errática hasta que su miembro pulsa entre nosotros mientras él llega a su clímax. Ahora ambos tenemos la ropa sucia y mojada. Me vuelvo puré en sus brazos y me relajo. Flojamente, besa mi cuello de manera reverente. 

— Te amo. — Susurro. 

Él se aleja, sus ojos negros brillando con una emoción que yo sé que está brillando en los míos. — Yo también te amo.

Mis piernas se deslizan hacia abajo y me quedó de pie. Sus ojos nunca abandonan los míos mientras su mano se desliza bajo mi camisa y toca mi miembro sobre mis boxers. 

— Empapado, pequeño. Estas hecho un desastre. — Su sonrisa traviesa y de lado hace que se me doblen las rodillas. Me jala hacia él y su sonrisa se agranda. — Vas a tener que limpiarte. Te voy a llevar a un lugar, cumpleañero.

Parpadeo sorprendido. — Lo harás?

— Te prometí un tatuaje. A menos de que te hayas arrepentido? — Él se ríe y empieza a hacer ruidos de gallina. 

— No, no me arrepentí, idiota. — Lo empujo juguetonamente. — Me voy a poner nuestro apellido en cursivas a lo largo de las costillas. — Paso un dedo por la zona. 

Su mirada se oscurece cuando sus ojos se posan en mis pezones que están duros y se resaltan a través de mi camisa

— Qué debería de hacerme yo?

— Te vas a hacer uno?

— Sip. Me hace estúpido querer hacerme el mismo que tu?

Lágrimas pican mis ojos. — Somos los últimos Kim que quedan. No es estúpido, Tae.

Su mano avanza a mi pómulo, donde recoge una lágrima perdida.

— Qué bueno, porque me lo iba a hacer de todas maneras. — Señala sus shorts. — Me tengo que bañar. Dame media hora y estaré listo para irnos.

Tomo un puño de su camisa y lo jalo hacia mí. — Podría bañarme contigo.

Sus fosas nasales aletean y sus ojos se llenan de deseo. Me hace temblar. — Creo que esa es una mala idea.

Frunciendo el ceño alejo la mirada avergonzado. — Oh.

Taehyung toma mi mandíbula y me obliga a mirarlo. Sus labios se presionan contra los míos gentilmente. — No porque no quiera. Jodidamente lo quiero. Es una mala idea porque haría ese cosa que nos mandaría a ambos a prisión. Te follaría, Hoseok. Te follaría y no habría regreso.

Paso saliva e intento alejar mi mirada, pero la suya no me lo permite.

— Nadie tiene porque saberlo.— Le recuerdo. — Lo negaré hasta el día que me muera. No confías en mi?

— Por supuesto que confío en ti. No confío en mi.

— Nos delatarías?

Él libera mi mandíbula y me besa de nuevo. Tan dulce. — No, sólo no podría dejar de tocarte y besarte y amarte para que todos lo vieran. No habría manera de esconderlo y eso sería muy malo para los dos.

Lo he infectado, pero ahora está más enfermo que yo. 

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