𝟬𝟭𝟮
Pov. Hoseok
— Hoseok. — Dice suavemente la tía Hyuna desde la puerta. — Necesitamos hablar.
Veo a través de mí ventana desaparecer las luces de la camioneta de Taehyung. En el momento que se pierden en la distancia, me siento vacío. Un dolor se forma en mi pecho. Quiero llamarlo, pero desde el momento en que nos descubrieron, yo ya sabía que esta conversación con la tía Hyuna sucedería.
Mi corazón late enloquecido por el recuerdo de su miembro caliente y duro en mi mano. Quería explorar cada parte de él. Probar cada centímetro. La enfermedad que siempre mantuve oculta cada vez se muestra más y más. Esta noche incluso alcanzó a Taehyung.
Nos besamos.
Nos tocamos.
La noche era nuestra.
— Pues habla. — Le respondo.
Deja salir un suspiro pesado y se sienta en la cama. Omitiendo el hecho de que usa una pijama ridícula, me recuerda mucho a mamá. Y de alguna forma eso me hace feliz. Pero de otras, me pone triste. Es un recordatorio de que mamá ya no está aquí. Tampoco papá. Solo somos Taehyung y yo. Hasta el final.
— Necesito que me digas que sucedió.
Me tenso y cruzo los brazos sobre mi pecho. — Taehyung me ayudó a rasurarme las piernas.
Nuestros ojos se encuentran y ella entrecierra los suyos, estudiandome.
— Fue inapropiado. — Dice simplemente.
— Él es mi hermano.
Nos enfrentamos en silencio, hasta que sus facciones se suavizan.
— Él, uhm, te tocó? — Frunce el ceño y la veo pasar saliva.
— Tenía que tocarme — Le digo con obviedad. — estaba rasurando mi pierna.
Se vuelve a molestar y endereza su columna. — Sabes perfectamente a lo que me refiero. ¿Te tocó inapropiadamente?
Nadie tiene porque saberlo.
— No.— Miento, manteniendo mi semblante tranquilo. Al menos espero que no pueda ver a través de mi máscara.
— Bien. Porque aún eres un menor y eso lo llevaría a la cárcel, Hoseok. Sin mencionar que hay leyes contra los familiares que están juntos de esa manera.
La miró ferozmente. — ¿De qué manera?
— Sexualmente. Romanticamente. Ustedes estaban prácticamente desnudos sentados en la oscuridad. Creo que es porque sus emociones han estado fuera de control desde la muerte de tus padres, es que ustedes-
— Basta.— La detengo. — No digas eso. Estas siendo asquerosa. Nunca haría algo así y tampoco Taehyung. ¿Crees que estamos enfermos?
Enfermos. Enfermos. Estamos definitivamente enfermos.
— No, pero pienso que-
— Pues deja de pensar. — Le reprendo.— No permitiré que hagas sentir mal a Taehyung solo por intentar consolarme.
Se levanta de la cama y camina hacia mi. — Esta bien. Tal vez malinterprete la situación. No soy buena en esto de la crianza. Solo quiero protegerte como tus padres lo hubieran hecho.
— ¿Y quien va a proteger a Taehyung? — Mi voz se escucha ronca.
Yo. Yo lo voy a proteger.
— Él es un hombre adulto ahora.— Dice suavemente. — Puede cuidarse por sí sólo.
— Ya terminamos esta plática? — Pregunto, lágrimas amenazan con salir. — Estoy cansado.
Ella asiente y sale de mi habitación sin decir nada más. Una vez que me aseguro de que este en su habitación, tomo mi teléfono y me oculto dentro del closet en la oscuridad. Lo enciendo y llamo a mi hermano. Contesta al primer sonido.
— Hey. — Su voz suena gruesa, siento un hormigueo bajar por mi columna.
— Hey, ¿a dónde vas?
Suelta un suspiro. — Con Jungkook, supongo.
Me contraigo. — Creí que ustedes habían terminado.
— Tal vez no debimos haberlo hecho.— Él susurra. — Tal vez está noche hubo muchas cosas que no debí de haber hecho.
Mi pecho se siente como si hubiera recibido una golpiza, duele y punza una y otra vez.
— No digas eso.— Una lagrima corre por mi mejilla.
— Hoseok — Puedo escucharlo rechinar los dientes. — La cagamos.
"Nadie tiene porque saberlo."
No dice nada por un momento. — Es ilegal.
— Pronto tendré 18.
— No, es ilegal porque somos hermanos. Podríamos ir a prisión hasta 4 años. Lo investigué.
Me río porque es absurdo. — Nosotros no hicimos nada malo.
— Y no lo haremos. Es mejor así. Lo siento.
— Pero me gustó…
Taehyung exhala pesadamente. — A mi también me gustó. Pero no podemos. Esta mal y es ilegal. Solo necesitamos un poco de espacio y todo volverá a ser como era antes.
— No quiero que todo vuelva a ser como era antes. — Digo cortante. — No quiero perderte.
— Hey.— Murmura. — Aún seguiré aquí. Como tú hermano. Solo no podemos…
Tocar. Besar. Follar.
— Esta bien.— Es la respuesta que él quiere. La única respuesta que puedo darle aparentemente. Pero no está bien. Ya lo he probado y ahora quiero más.
— Aún hablaremos y compartiremos música. — Me asegura. — Voy a intentar hacer funcionar las cosas con Jungkook. Tiene que ser de esta manera. — Su voz que quebra y quisiera poder abrazarlo. Él se merece algo mejor que Jungkook. Él me merece a mi.
— Jungkook va a estar tan feliz. — Me quejó, con los celos comiendome el corazón.
Taehyung se ríe. — Sí.
— Él va a llorar.
— Eso es seguro.
Ambos nos quedamos callados.
— Seok..
— Si, Tae?
— En otra vida… lo hubiera querido. — Se escucha frustrado. — Encontraría la manera de hacerlo funcionar."
Solo que no en está vida.
Sorbo por la nariz. — Buenas noches, Taehyung.
Un suspiro. — Buenas noches, pequeño.
☽
No puedo respirar.
Esta enfermedad me está sofocando lentamente.
Segundo por segundo me siento más solo.
Su voz en el teléfono no es suficiente.
Durante 3 días he pasado mis vacaciones de primavera acurrucado en mi cama usando una sudadera que Taehyung olvidó. En cama - en la oscuridad - soy libre para imaginar la otra vida. La vida en la que Taehyung prometió que encontraría la manera. En esa vida, nos besamos y tocamos. En esa vida, hacemos el amor. Me he obsesionado con la idea de nosotros juntos.
Pienso en su cuerpo desnudo presionado contra el mío, nuestros duros miembros tallandose entre nuestros cuerpos. Labios justos. Lenguas enredadas y probando. Su esencia invadiendo mis pulimos y nunca yéndose.
Ya no puedo seguir llorando.
Ya hice eso por dos días. Hoy, estoy entumido. Lo extraño.
Taehyung: Cómo te sientes hoy, pequeño?
La pantalla se vuelve borrosa mientras mis ojos se llenan de lágrimas. Aparentemente aún no me seco. Sabiendo que odia el emoji del pulgar arriba, se lo envío. Me contesta con el emoji del dedo del medio, lo que me hace reír. La primera risa en días.
Yo: Te extraño.
Él no responde y las lágrimas caen silenciosamente de mis ojos, mojando mi almohada. Lo agradable de las vacaciones de primavera es que mis tíos están ocupados en el trabajo. Estoy solo para sumergirme libremente en la tristeza. Nadie me obliga a levantarme o a bañarme o comer. Estoy solo.
Demasiado solo.
Entro y salgo del sueño, mi mente creando escenarios que me dejan tanto como confundido como exitado.
— Hoseok.
Su voz es tan real. Quiero escucharlo decir mi nombre una y otra vez.
— Hoseok! — Esta vez es un grito enojado.
Girando en la cama, me encuentro con los ojos preocupados de mi hermano. Dos orbes negros mirándome desde la oscuridad.
— ¿Qué estas haciendo aquí? Son vacaciones de primavera. Deberías salir a hacer cosas.— Murmura, su voz ronca.
Me encojo de hombros. — Se suponía que pasaríamos juntos las vacaciones. Sin ti, no tengo a nadie con quien salir.
Se sienta en la cama. Tan cerca. Podría tomar su mano y entrelazar nuestros dedos. Pero no lo hago. Él ha pintado una línea y me ha dejado del otro lado.
En otra vida...
Esta vida requiere líneas.
Esta vida tiene leyes.
Él Estira su brazo y toma mi mano.
— Hoseok..
Estoy enfocado en la fuerza y calor de su mano. En la manera en que esto se siente íntimo aunque él pinto la línea. Mi corazón da trompicones en mi pecho.
— Taehyung.
— Hay que salir de aquí. Vamos al cine o algo. Necesitas salir de esta cama.— Dice, su pulgar acariciando el dorso de mi mano. Escalofríos suben por mi columna y tiemblo. Él debe de pensar que tengo frío porque me suelta la mano para acurrucarse conmigo en la cama. Un brazo fuerte, caliente y pesado brazo se posa sobre mi cintura. Ahora que estamos tan cerca, solo centímetros de distancia, podría besarlo. La línea que él pintó ya está cruzada.
Toco su rostro y él se estremece. Es suficiente como para tenerme alejando mi mano.
— ¿Cómo está Jungkook? — Pregunto fríamente.
Deja salir un suspiro. — Él esta bien.
— ¿De nuevo juntos y felices por siempre?
— Difícilmente. — Se ríe. — Nos sorprendió a ambos, Ho. Si lloró, pero no quiso regresar. Dice que tengo que analizar mi alma. Que también necesito ver otra gente. Entonces, después de que haya vivido todo eso, él me estará esperando. Dice que no quiere que sienta que nunca tuve la oportunidad de conocer a otras personas y salir.
Levanto las cejas sorprendido. — Así que estan..
— Viéndonos pero viendo otra gente.
— ¿Gente? ¿Como esa chica de tu escuela?
— ¿Jisoo? No lo sé. Digo, ella es agradable, pero…
¿Pero me quieres a mi?
Levanto mi vista para ver su intensa mirada. — ¿Pero qué?
— Pero eso no me haría feliz. — Frunce el ceño. — Estoy sufriendo aquí. — Su palma envuelve mi mejilla y la acaricia con el pulgar. — Sé lo que quiero.
A mi. Me quiere a mí.
— Estoy cansado.— Susurro llorosamente.
Cansado de esta pelea. Cansado de la tristeza. Cansado de esta vida desastrosa. Simplemente estoy cansado.
— Sé que lo estás. — Murmura. Se inclina y besa mi frente.
Contengo un sollozo. Mis dedos se aferran a su camisa mientras lo mantengo cerca de mi, desesperado por tener contacto con mi hermano. Él no se resiste y me abraza inmediatamente. Con sus brazos sosteniéndome, me relajo por primera vez en días. No puedo contenerme más y comienzo a sollozar, Taehyung acaricia mi espalda en un intento por consolarme.
En otra vida…
Gira para ponerse de espaldas pero me jala para que quede recostado con medio cuerpo sobre su sólido pecho. Su aroma me embriaga. Masculino y limpio. Podría inhalarlo todo el día.
— Será difícil sobrellevar esto. —Taehyung habla como si tuviera todas las respuestas de la vida. — Podemos hacerlo juntos. Somos más fuertes que nuestros sentimientos.
Siento una amargura dentro de mi. Puede que él tenga las respuestas de esta vida, pero yo tengo las respuestas de la otra vida. En la otra vida, somos mejores amigos y amantes. Nos besamos y follamos. Podemos casarnos y tener hijos. Podemos amarnos en esa vida de una manera en la que los hermanos no pueden hacerlo en ésta. Esa vida tiene un final feliz que nunca obtendré en esta.
— No puedo perderte. — Murmuro. — Voy a tomar lo que sea que pueda tener de ti.
Pasa sus dedos por mi cabello enredado.
— Yo también, bebé, yo también.
Yo lloro, pero Taehyung se mantiene fuerte. Inquebrantable. Sólido. Mi hermano, el héroe.
— Dejalo salir todo.— Me aconseja. — Después llenaré tu vacío con palomitas, m&m's de cacahuate, y cualquier película de acción que esté en el cine.
— Y un Icee, quiero un Icee de cereza.— Le pido entre lágrimas.
— Te daré cualquier cosa que quieras.
Excepto un nosotros.
Eso no me lo puede dar.
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