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𝟬𝟬𝟱

Pov. Taehyung

— Podemos seguir intentándolo — dice Jungkook con una sonrisa dulce parecida a la de un conejito en su rostro — Por un
momento mientras orinaba en esa prueba, estaba deseando estar embarazado. ¿Te imaginas lo hermosos que serían nuestros bebés?

— Sí. — lo miro fijamente, entumecido.

— Solo un año más. Tal vez lo podemos intentar después del verano. De esa manera ya que te gradúes nosotros ya tendremos un bebé. No necesito una gran boda, Taehyung. Podemos traer a uno de los amigos de papá al registro a casarnos.— me sonríe desde el otro lado de la mesa.

— Necesito irme — murmuró levantándome y lanzando dinero junto a nuestros platos vacíos — Hoy dan de alta a Hoseok

Su rostro cayó apenado y su labio inferior tembló, pero él simplemente asintió. A veces desearía que no fuera tan complaciente o... tan sumiso.

— Está bien — Dice fingiendo entusiasmo, parándose de su asiento — Vamos por nuestro chico.

— Creo que debería pasar más tiempo con él. — Lo detengo con una mano en el hombro.

No se lo digo, pero se lo dejo claro con una mirada. No quiero hacer sentir mal a Jungkook, pero siempre se comporta pegajoso en los peores momentos. Hoseok casi se muere hace unos días y Jungkook esta planeando bodas y bebés ,y otras mierdas.

Mi hermano intentó cometer suicidio. Ya perdí a la mitad de mi familia. No puedo perder a la única persona que me queda en el mundo.

— Ya veo. — lágrimas hacen brillar sus ojos — sólo caminaré de regreso a la tienda de mamá, ve por tu hermano. Tal vez pueda pasar más tarde a verlos. ¿Cómo están tu tía Hyuna y tu
tío Dwan?

— Bien. Si, esa es buena idea. Gracias, bebé — lo acerco a mi le doy un beso en la cabeza. El remordimiento de lo que hice me golpea en el estómago. Necesito decirle lo que pasó con Jisso. Que deje que una chica me la mamara porque lo extrañaba.

Esto podría ser el fin.

Pero, ¿lo sería?

Jungkook perdona demasiado fácil. En el momento que le diga, llorara y llorara, y después, arreglara todo por los dos. Eso me hace sentir aún peor.

— Te hablo más tarde. — se aleja de mí y sale del restaurante.

Un alivio me invade cuando lo veo irse. Me había vuelto loco cuando me dijo que tal vez estaba embarazado. Múltiples pruebas de embarazo lo negaron. Al menos había librado una batalla.

Mi mente es un desastre. En estos momentos debería estar en clases. Debería estar entrenando para el partido de esta semana. Debería estar preocupado por mi futuro con Jungkook.

Pero en lugar de eso, voy camino al hospital a recoger a mi hermano.

En el camino me distraigo recordando cosas del pasado.


---


> FLASHBACK <

"— Te llamaré después del entrenamiento — dice Jungkook, parándose de puntitas para rozar sus labios con los míos.

Lo dejo junto al aula del coro para ir a buscar a Hoseok a su salón. Preferiría quedarme con jungkook a ver su práctica del coro y pasar el rato con sus compañeros, pero mamá insiste en que lleve a mi hermano a casa cada día que no tengo práctica.

El pasillo de la clase de Hoseok se queda vacío y no lo veo sentado frente a su casillero esperando por mi como siempre. Siento una inquietud en mi pecho.

Él siempre me espera. Y si resulta que está por ahí besuqueandose con un tipo va a estar en serios problemas. Quiero llegar a casa para cambiarme de ropa antes de llevar a Jungkook a cenar, no tengo tiempo para esta mierda.

Paso por el aula del Sr. Ji-yong ( G-Dragon ) cuándo lo escucho regañar duramente a alguien. Sacudo la cabeza agradeciendo que ya no me da clases, porque el tipo es un cabrón.

— Tu actitud apesta, ¿qué tienes que decir al respecto, jovencito?

Me pongo tenso porque no me gusta manera en la que le está hablando a su alumno.

Decidí seguir buscando a Hoseok cuando escucho la respuesta.

— No era mi intención, — el responde suavemente. — Solo lo he estado pasando mal. Lo siento

Me enfurezco.

Hoseok... Joder.

No es cualquier alumno, es mi hermano.

Entro al aula como una tormenta, furia burbujeando en mi pecho. El Sr. Ji-yong está parado frente al escritorio de Hoseok, imponiendose sobre él. Siempre he odiado como usa su altura para intimidar a la gente.

— ¿Hay algún problema aquí? — demando saber, señalando a mi hermano, quien se sienta en silencio con la cabeza gacha.

Levanta rápidamente la cabeza hacia mí dirección y veo como el alivio inunda su mirada. Es suficiente como para tenerme deseando arrancar al Sr. Ji-yong lejos de él. En lugar de eso, sólo aprieto mis puños y tenso mi mandíbula.

El profesor sólo me lanza una de sus miradas reprobatorias, sin moverse de dónde está demasiado cerca de mí hermano para mi gusto.

— No es tu asunto, Kim. Ve y espera en el pasillo — dice con desdén.

— Absolutamente no. — le digo mientras tomo un paso hacia ellos. —quiero saber qué está pasando aquí y porque Hoseok está en problemas.

Él presiona su mandíbula y me mira molesto. Muchos amigos de Jungkook creen que él es guapo porque tiene veintitantos y es atlético. Pero es un pendejo. Y no me gusta la manera
en la que le habla a Hoseok.

— Hoseok aquí — dice señalando el rostro de de Seok con un dedo — estaba durmiendo durante mi clase y cuando lo confronte solo me elevó los hombros. Es grosero y maleducado. Una característica que es obviamente de la familia Kim.

Llegó hasta ellos amando el hecho de que soy más alto y grande que este cabrón. Me mira feo, claramente molesto porque estoy en su espacio. Podría patear su trasero si lo quisiera,
y él lo sabe. Usando mi altura a mi favor lo alejo de mi hermano.

— Sí tiene algún problema con mi hermano, llame a mis padres. No permitiré que lo intimide — dejó ver una sonrisa tosca.

— Yo no estaba- — Sus ojos se agrandan y su boca se abre.

— ¿Entonces Hoseok se puede ir? — lo interrumpo, desafiandolo con la mirada.

— Llamaré a tus padres, sacalo de aquí.

Hoseok ya está fuera de su asiento cuando volteo a verlo. Corre hacia mí y se aferra a mí brazo, como hace cada que está asustado. Ese desgraciado asustó a mi hermano. Quiero regresar a golpearlo, pero sé que mamá se enfadaria si pierdo la beca.

Mejor guío a Hoseok fuera de la escuela, hacia la calle donde está el fresco aire primaveral. Nos mantenemos en silencio hasta que llegamos a mi camioneta, ahí me toma del brazo y me hace voltear a verlo.

— Gracias — susurra con sus mejillas ruborizadas. — No tenías porqué hacer eso..

— Nadie se mete con los Kim. — le digo con una sonrisa floja. — En especial pendejos pervertidos como el Sr. Dragon

— De seguro está enojado porque no le coqueteo ni le digo cuán asombroso creo que es — dice poniendo lo ojos en blanco. — Creo que le excita saber que los adolescentes lo encuentran sexy. Por cierto, yo no lo encuentro atractivo — sus suaves labios corazon se jalan hacia un lado. Una rara sonrisa de Hoseok.

Él envuelve sus brazos alrededor de mi cintura y me abraza. Mi hermano tal vez me moleste en ocasiones, pero siempre tengo la urgencia de protegerlo de idiotas como el Sr. Ji-yong.

— Por cierto, ¿por qué estabas dormido en su clase? — Pregunto, mi barbilla descansando sobre su cabeza. Te escuché. — ¿Estas deprimido en este momento? ¿Porqué? — no entiendo su enfermedad, pero quiero hacerlo.

— Mi mente es un desastre últimamente — su cuerpo se tensa

— Me quieres contar? — ladeo la cabeza.

— Esto no, no a ti, Tae.... Ni a nadie, nunca."




☪️





El recuerdo desaparece, pero la culpa no.

Él siempre ha estado sufriendo pero yo nunca he sido lo suficientemente maduro como para hacer tiempo y ayudarlo. Siempre el problema era de alguien más, pero seguro no el mío.

Mirando atrás, desearía haberlo escuchado más. Dios, me siento terrible.

Llegó al estacionamiento del hospital.
Para recoger a mi hermano. Porque estaba tan triste y solo, que intentó sobredosarse; Todo lo que tenía que hacer era hablar con él. Pero en lugar de eso, lo mandé a volar para que me mamaran la verga.

Cuando me estacionó, camino hacia el hospital. La tía Hyuna y el tío Dawn están saliendo, con Hoseok entre ellos. Pálido y quebrado. Tan quebrado.

— ¿Quieres que yo te lleve? — le pregunto acercándome.

Sus ojos se clavan en los míos, son café claro, como el que acabo de tomar en el
restaurante. Pero a diferencia de una taza de café, sus ojos se ven desesperanzados.

— Supongo..

Le apunto con la cabeza y la tía Hyuna me da una mirada agradecida. Caminamos hacia mí vieja camioneta y le abro la puerta a mi hermano. Él es lento al moverse pero se las arregla para entrar a la camioneta. Sus dedos tiemblan mientras toma el cinturón de
seguridad.

— Yo lo hago. — le aseguro, mi voz gruesa por las emociones. Jalo el cinturón y aseguro su pequeña figura. Muchas veces lo asegure por petición de mamá. Pero esta vez se siente diferente. No estoy ayudando a mis padres con mi hermanito. Ahora yo *soy* el padre de mi hermanito. El pensamiento me golpea fuerte pero lo alejo rápidamente.

Mi mundo está girando fuera de su eje. Mis responsabilidades están cambiando de dirección.

Un sentimiento profundo de protección hacia mi hermano se instala dentro de mi. Él siempre ha sido un fastidio. Una molestia. Alguien a quien resentía por ni siquiera intentarlo. Su cerebro funciona diferente. El dolor que vi en sus ojos es real. Tan real. Tan vivo y dentro de él, que si supiera cómo sacárselo, lo haría. Lo sacaría y lo mataría. Liberaría a mí hermano de eso que lo entristece y sofoca desde su interior.

Enciendo la camioneta y empieza a sonar R. E. M. con "Everybody Hurts."

Él sobre por la nariz desde el otro asiento mientras conduzco. Cuando tomó su mano, no la retira. Con una fuerza que me sorprende, se aferra a mi mano. Como si fuera un salvavidas que le lancé justo cuando se estaba ahogando. La manera en la que toma mi mano me tiene prometiendo silenciosamente, que seré mejor hermano para él. No lo dejaré sufrir solo. Ya no.

Nuestros dedos se entrelazan y no lo dejo ir.

Los Kim tenemos que ser fuertes porque no nos queda de otra.

Cuando llegamos a la gran casa de la tía Hyuna, dejó salir un suspiro mientras apago la camioneta. Hoseok mira hacia fuera por la ventana de su lado. El dolor que sentimos por la muerte de nuestros padres parece nunca terminar.

— Deberíamos entrar.. — murmuro.

— No te vayas. — enfoca sus ojos llorosos en mi. — Por favor..

— Me quedaré por un tiempo — le prometo. El entrenador no estará muy feliz de que me pierda el juego contra el estado de Daegu. Pero esto es más importante.

— Gracias.. — Él me sonríe. Brillante y feliz. Una sonrisa que no me merezco.

Estoy impactado el como una simple decisión hizo a mi infeliz hermano sonreír de nuevo. La depresión lo consume día con día. Si, lo acuso de ser dramático. Pero no, no creo que eso sea verdad. He vivido con su depresión todas nuestras vidas. Es algo que no puedo manejar o controlar, así que mejor decidí odiarlo. Lo trato como algo que él simplemente no puede superar, sabiendo completamente que ese es él no puede.

Mis expectativas son injustas.

Soy un pendejo.

Hoseok se mantiene en silencio mientras lo ayudo a bajar de la camioneta y entrar a la casa. Lo guío al sótano amueblado donde la tía Hyuna me dijo que podía quedarme siempre que viniera. He desempacado algunas de mis cosas de la otra casa. Pero en su mayoría está lleno de cajas llenas de recuerdos. hoseok  no me pide ir a su cuarto. Se aferra a mi de una manera tan desesperada que noto cuán necesitado soy.

Nos sentamos en el sofá y hoseok se envuelve a mí alrededor, buscando mi consuelo. Lo abrazo a mi cuerpo. Inhalo el aroma familiar de su cabello y le susurro palabras suaves de aliento. Promesas que espero llenen su corazón.

*"Voy a estar más presente"

"Puedes hablar conmigo cuando sea y te responderé"

"Eres lo más importante para mi"

"Por favor perdóname"

"Te amo, Hobi"*

Con cada palabra que sale de mis labios, él se relaja. Yo no me relajo hasta que sus suaves respiraciones llenan mis oídos. Hoseok duerme aferrado a mi camisa, como si pensara que voy
a huir mientras duerme. Cubro su mano con la mía y beso su cabeza.

— No me voy a ir a ningún lado. — murmuro.

No aún.

No en cuantos cuantos días.

*Aguanta un poco, Hobi. *




☪️





Despierto en medio de la oscuridad mojado en sudor. Estoy cubierto por un cuerpo ligero y una manta pesada. Me las arreglo para encontrar la orilla de la manta y alejarla de nosotros.

La tía Hyuna de seguro trató de ayudar. Pero sofocarnos no ayuda.

Estoy de espaldas, recostado en el sillón con mis zapatos todavía puestos, y Hoseok duerme pegado a mi pecho. Cuando pasó mis dedos por su cabello por accidente, noto que él también está sudado. Pero cuando trato de alejarlo, él gime. Es un sonido tan triste. Como un gatito pateado. Y aunque esté dudando, abrazo su cuerpo al mío. Somos un desastre de extremidades calientes y pegajosas, pero al menos él está seguro.

Paso mis dedos por su cabello, esta vez a propósito. Imito la manera en la que mamá solía hacerlo. Siempre relajaba a  Hoseok cuando lo estaba pasando mal. Y ahora, como siempre, él se relaja.

Estoy despierto ahora, y mi mente se acelera buscando soluciones a nuestros problemas.

Una búsqueda mental de curas y respuestas. Pero todo ese pensar y pensar resulta en nada.

Girando, volteó nuestros cuerpos para que Hoseok este entre mi cuerpo y el respaldo del sillón.

Repito una risa cuando se aferra fuertemente a mi camisa. Es más fresco de esta manera, y me encuentro a mí mismo cayendo de nuevo en un sueño. No dejo de acariciar su cabello.

Quiero que se sienta amado y tranquilo. Sin mamá y papá, me corresponde a mi. Me doy cuenta de eso ahora.

*No te voy a defraudar, Hoseokie *



☪️

> FLASHBACK <

" — Vete de aquí. — gruño lanzandole una almohada a mi hermano, que está parado en la puerta de mi habitación.

— Pero el del clima dijo- — el la esquiva

— Nunca tenemos tornados, Seok. ¿Escuchas alguna sirena?

Las tormentas fuertes son comunes aquí, como lo son también los tornados, es algo con lo que se tiene que aprender a vivir. Pero Hoseok nunca ha sido fan y siempre termina estresandose.

— No, pero…— su labio inferior tiembla.

— Pero nada. Estamos a salvo. Además mamá y papá llegarán en una hora. Estarás bien.

Sus hombros se hunden mientras sale de mi habitación. Siento un toque de culpa, pero lo ignoro. Él tiene casi 14 y exagera todo.

Pero aún así, no dejo de pensar en qué me porte como un imbécil con él cuando estaba asustado. Técnicamente, estoy a cargo cuando mamá y papá no están. Debería estar haciendo lo posible por calmar sus miedos. Justo cuando decido que haré una pizza congelada para distraerlo, las escucho.

Suavemente al principio.

Luego, más fuertes y persistentes.

Las sirenas de tornado.

— ¡Hoseok! — digo mientras brinco de mi cama y corro hacia la habitación de mi hermano

— ¡Te lo dije! ¡Te lo dije! — aparece en una esquina y se lanza a mis brazos, sollozando.

Me atrapa el pánico y siento que mi corazón se va a salir de mi pecho. Sobo su espada como si eso tuviera el poder de calmarme a mi también.

— Shhh, vamos a sentarnos en la bañera y dejar que todo pase. Vamos a estar bien.

— Desearía tener un sótano, como la tía Hyuna.

— Ya sé — le digo — yo también.

Hoseok se aferra a mi, sus lágrimas mojando mi cuello, mientras nos llevo al baño. Con mi hermano menor abrazándome como un koala, me meto en la bañera. Su cuerpo está tenso y temblando.

Paso mis dedos por su cabello y trato de escuchar otros sonidos que no sean sus gemidos aterrados. Las sirenas siguen sonando y el viento a empezado a levantar allá afuera.

Cuando las luces parpadean, maldigo en voz baja.

— ¿Qué? — Hoseok se endereza y me mira con ojos aterrados y desolados. Sus mejillas están rojas y llenas de lágrimas. Cuando las luces parpadean de nuevo, Hoseok brinca. — T-Taehyung!

— Hoseok, calmate. Es solo una tormenta. Nada malo va a suceder. — tomó su rostro con mis dos manos

Me parpadea sus ojos rápidamente, un sonido de terror atorado en su garganta. Un trueno fuerte y ruidoso suena cerca, haciendos brincar a ambos.

— Solo somos nosotros. — le digo suavemente para calmarlo. — Jugando en la playa frente a nuestra cabaña. Papá y mamá están poniendo las hamburguesas en el asador. ¿Puedes
Imaginar conmigo?

— Creo que escuche un pez chapotear en el agua. — algo de terror desaparece de su rostro.

— Papá va a querer pescarlo — le digo con una sonrisa — encontré una roca muy cool, es del color de tu cabello.

— A nadie le gustan las rocas cafés — Hoseok dice Frunciendo su pequeña nariz.

— Pero este es un café muy bonito; Es café hobi. Es especial. — le sonrió jalando un mechón despeinado de su cabeza.

— En serio crees que es especial? — una sonrisa aparece en su rostro

— Muy especial. Tendremos a las compañías de crayones haciendo fila en nuestra puerta para pedir tu permiso para poder usarlo en sus crayones.

— Los haré pelear entre ellos. Sería divertido. — sus mejillas se pintan de rosa y suelta una risita.

El viento aulla y las luces parpadean de nuevo, pero Hoseok esta distraído.

Si salimos volando, al menos ambos estaremos sonriendo. En un año yo me iré a la universidad. ¿Hoseok se sentará solo en la bañera mientras mamá y papá trabajan?

Mientras Hoseok no para de hablar de crayones, mi futuro me golpea fuerte en el pecho. Estoy a punto de dejar a mi familia y enfrentarme al mundo solo. Es emocionante y no puedo esperar, pero los voy a extrañar. Con la idea de irme tan real como el tornado que nos azota, me siento extrañamente nostálgico. Como que quiero aferrarme a este instante por un momento más.

Las luces por fin se apagan y el viento se hace más fuerte. Hoseok ya no está distraido y entierra su cara en mi pecho. Lo abrazo fuerte y beso su cabello.

— Todo esta bien, hobi. Lo prometo. Te mantendré a salvo. No te dejaré.

Se abraza a mi cuerpo por lo que parecen horas, hasta que el terror y el llanto lo abandonan. La tormenta termina y la luz regresa, pero no me levanto de la bañera. Yo solo lo abrazo, y abrazo mi infancia mientras mi futuro me presiona para que me convierta en un hombre. La respiración de hoseok es suave pero no está dormido. Es como si él supiera que necesito este momento.

Estoy perdido en mis pensamientos, torciendo un mechón de su cabello en mi dedo cuando escucho un "¡Mis bebés!."

Muevo mis ojos a la entrada. Mamá está parada ahí con una sonrisa brillante. Está empapada por la lluvia y su cabello es un desastre, pero es hermosa.

— Sirenas de tornado. — Le explico.
Su sonrisa se desvanece.

— Hubo uno pequeño en el pueblo. Hubieron algunos árboles y letreros caídos. Solo me alegro de que los dos estén bien.

— ¿Quién se sentará en la bañera con él
cuando yo me vaya a la universidad? — Distraídamente paso mis dedos por el cabello de hoseok.

Hoseok se estremece entre mis brazos y lo acarició para tranquilizarlo.

— No te preocupes por cosas así, cariño. Solo preocupate por estudiar. Hobi es un chico grande. Algún día el te sorprenderá."


☪️


Me despierta la sensación de que alguien me está viendo en la oscuridad. Debería alarmarme, pero sé que es hoseok. Está pasando la punta de sus dedos por mi cuero cabelludo. Ofreciéndome el mismo consuelo que yo le di a él. Se siente bien, ahora sé
porque le gusta tanto. Entre y salgo del sueño mientras hoseok  acaricia mi cabello. Sus dedos delicados y suaves avanzan a largo de mi mandíbula, estoy completamente despierto. Él lleva sus manos a mi garganta, y de ahí toca mis pectorales a través de mi camisa. Pongo mi mano sobre la de él, dejándole saber que estoy despierto y que estoy aquí para él.

— ¿Quieres hablar? — Pregunto con voz rasposa.

— No.

Sonrío en la oscuridad. Sus respuestas clínicas de una sola palabra me recuerdan a cuando éramos niños.

— ¿Recuerdas cuando te trataba de convencer de hacerme comida todo el
tiempo? — alzó una ceja.

— Nunca funcionaba — su cuerpo se tensa.

— A veces si. Si me portaba extra cariñoso. — lo digo con tono divertido.

— Eras tan malo. Solo tenías que decir por favor y hubiera hecho cualquier cosa por ti.

Nos quedamos en silencio un momento.

— Hablame — murmuro. — Por favor

—Me siento tan solo — Murmura tan bajito que casi no lo escucho.

— Pero no estas solo, me tienes a mi.

Él traga saliva y se aprieta más fuerte a mi, como si se pudiera meter dentro de mi cuerpo a buscar refugio.

— Pero no te tengo.

— Solo unas semanas más y estaré libre para las vacaciones de primavera. Vendré a casa. Tal vez podamos hacer algo divertido, ir al cine o nadar en el río o ir a acampar. — Le digo — Me tienes. Estoy aquí. He sido una mierda de hermano, lo sé, pero quiero intentarlo por ti. Mamá y papá hubieran querido que nos lleváramos bien y nos apoyará mis durante estos momentos.

— Yo también quiero. — Dice hoseok después de unos minutos.

Vuelvo a pasar mis dedos por su cabello. El se estremece y se apega más a mi. Cuando su pierna roza mi pene, dejó salir un jadeo.

— Deja de moverte tanto. — me quejo.

— Lo siento.

Se acomoda y trato de ignorar la sangre viajando a mi pene. Me recuerda que no le he dicho a Jungkook sobre Jisoo. El secreto me está comiendo vivo.

— Engañe a Jungkook — le admito a mi hermano. — con una chica llamada Jisoo.

— ¿Qué?

Me trago el asco que siento por mí mismo, asiento.

— Yo… Yo… Yo también me sentía solo.

Es una mierda de respuesta, pero es lo única que tengo.

— ¿Le vas a decir? — me pregunta.

– Sí. Eventualmente.

— Somos unos jodidos. — Dice Hoseok con una risita.

— Lo somos pequeño, lo somos. — sonrío y le beso el cabello

— Él te va a perdonar. — Sus dedos viajan de mi pecho a mi cuello. — Pero él probablemente lloré mucho.

Un quejido sale de mi boca.

— ¿A veces te preguntas si él es el indicado,Tae? Solo porque vayan a tener un bebé no significa que te tienes que quedar con él. ¿Al menos te hace feliz?

Sus dedos curiosos y suaves están de regreso en mi rostro y su pulgar barre mi labio inferior.

— No vamos a tener un bebé — JungKook le debió haber dicho, porque yo seguro como el infierno que no lo hice. — Solo fue un susto

— Qué bueno.— Dice — Estaba preocupado.

— ¿Qué estas haciendo? — Sonrío contra sus dedos, que están abiertos sobre mis labios.

— Aprendiendo quién eres — Sus dedos se comienzan a alejas, pero tomó suavemente su muñeca para que no se detenga. Si Hoseok necesita esto para sentirse mejor, se lo daré. — Paso mucho tiempo en la oscuridad. — Me dice en un susurro. — Siempre solo. Pero ahora estas aquí e intento entender porque.

— Porque eres mi hermano y nos necesitamos. — Le digo simplemente. Después le muerdo los dedos juguetonamente.

Después deja salir un chillido feliz que no he escuchado desde que él tenía 10 años, mientras aleja rápidamente su mano y golpea mi pecho.

— Me mordiste!

Escuchar su risa es como un shot de adrenalina en mi sistema. De pronto, soy un adicto, quiero escucharlo más.

Tiro mordidas al aire, mis dientes chocando juntos, disfrutando de sus pequeñas risas. Hoseok intenta alejar mi cara cuando las mordidas se empiezan a acercar a él. Giro mi rostro y muerdo su muñeca. Él trata de darme un rodillazo en la entrepierna, pero atrapo su delgada pierna entre las mías musculosas.

Deja de retorcerse y los dos respiramos pesado. Me doy cuenta de nuestra incómoda cercanía y empiezo a alejarme. Pero es como si Hoseok no quisiera cortar el enlace, siguiendo mis movimientos y subiendo más su rodilla. Me contraigo, esperando a que me
aplaste las bolas, pero solo descansa su pierna contra ellas.

Si la tía Hyuna bajara las escaleras y nos viera así sufriría un ataque. Pero no es nada malo. Solo nos necesitamos el uno al otro en estos momentos. No estamos haciendo nada malo. Él es mi hermano.

— Taehyung...— Respira Hoseok, su aliento caliente golpeando mi cuello. Me recuerda la manera en la que Jungkook lo hace, lo cual es malditamente confuso. — Estoy enfermo.

— No estas enfermo.— Le aseguro. — La depresión tal vez sea una enfermedad con la que te diagnosticaron. Pero tu no estas enfermo. Podemos superarlo juntos.

— TaeHyung…

Espero a que elabore lo que quiere decir. Finalmente solo exhala y se relaja.

Te amo.

Yo también te amo, pequeño.

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