Mi mejor amigo decidió confesarse a nuestro compañero en la salida que tendrán hoy hasta el parque se diversiones.

¿Que cómo avanzaron tan rápido? No tengo la menor idea, tal vez he estado más ocupado cuidando hasta donde puedo de mamá y con todas las tareas de la escuela que dejé de prestarle atención a ellos dos.

Algo que puedo resaltar del día de hoy, es que mamá por alguna razón descubrió que el que yo continuara viajando en la chatarra con ruedas se debía a algo más que la inexistente comodidad que el transporte me genera, e indirectamente le comenté que no estaba equivocada con su pensar.

Incluso le confesé más cosas. Es mi mamá, ¿porqué no contarle? En fin; la bendita pregunta que ya me han hecho esta misma semana salió de sus labios.

"¿Porqué no te acercas y le hablas?"

Pero no contesté, y la conversación tomó un rumbo distinto.

Lo cierto es que si fuese más guapo y un poco más listo, si fuera especial o si fuera modelo en alguna revista...
Si tuviera valor podría cruzar el vagón y preguntarle al chico misterioso cómo es su nombre.

Pero jamás la valentía ha estado conmigo y yo no sé exactamente cómo conseguirla.