FUEGO Y SANGRE
ACTO I: LA PRINCESA DRAGÓN

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CAPÍTULO XXVIII:
Ira y amargura

VISERYS ESPERO A QUE TODOS LOS SEÑORES, su hija y yerno hubiesen abandonado la cámara del Consejo Privado antes de permitirse exhalar pesadamente. Otto volvió a su asiento a la derecha de Viserys. El rey se sentía desgarrado por las contradicciones. Por un lado, Otto era un buen político y un hombre experimentado que había beneficiado al reino durante muchos años. Por otro lado, últimamente su Mano se había estado permitiendo demasiado a sí mismo y también su hija.

━━Lord Otto, ¿se acuerda de cuando se convirtió en Mano de mi abuelo, Jaehaerys el Conciliador? ━━pregunta Viserys, mirando fijamente a la pared.

━━El Rey me nombró su Mano tras la muerte de su padre, el príncipe Baelon, Majestad ━━dice Otto, sin entender al Rey.

━━Cinco días... ━━Viserys suspiró, frotándose el anillo de la reina Aemma en el dedo índice━━. Los detalles se desvanecen en la memoria. Mi padre era un robusto y saludable guerrero y jinete de dragón, en la cumbre de sus habilidades. Mi abuelo convocó una gran cacería real para celebrar el ser nombrado Mano del Rey, pero sólo hicieron falta cinco días después para que los dioses se llevaran a Baelon el Valeroso. El Príncipe de la Primavera, que no temía ni al mismísimo Balerion. El príncipe que, a los dieciséis años, montó a lomos de la poderosa Vhagar, que había estado sin jinete durante casi treinta años tras la muerte de la Reina Visenya. Baelon Targaryen, jinete de Vhagar, heredero del Trono de Hierro, muerto por un abdomen hinchado. Los dioses tienen un humor negro, ¿no es así, Ser Otto? ━━pregunta Viserys sin volverse hacia el Hightower.

━━Majestad... no entiendo a dónde quiere llegar ━━admite Otto.

━━La muerte de mi padre fue un dolor irreparable para nuestra familia, pero también fue el peldaño que te elevó de ser el segundo hijo del Señor del Faro a segundo hombre más poderoso del reino. Son pocos los hombres que pueden presumir de un ascenso tan espectacular.

━━Su Majestad, la muerte del Príncipe de la Primavera fue un dolor para todo el reino. Y acepté el broche de la Mano que me entregó su abuelo con amargura, no con un sentimiento de triunfo.

━━Aun así, ¿has perdurado lo suficiente como para anteponer los intereses propios a los de la corona, Otto? ━━interroga Viserys, haciendo caso omiso a las excusas de la Mano.

━━Mi deber es servir al bien del reino, Majestad. Y en todos estos años, no he dejado lugar a dudas ━━responde Otto con voz ronca.

━━Yo también creía eso, Otto. Pero esa fatídica noche lo cambió todo. La noche en que irrumpiste en mis aposentos con la noticia de que mi heredera se divertía en un burdel con mi hermano menor... En lugar de protegerla de la imprudencia y salvaguardar su reputación, tu hombre espió a la princesa como un buitre ━━Viserys se endereza en su silla, mirando el pálido rostro de la Mano con ojos oscurecidos por la ira━━. Afortunadamente, gracias a los dioses, la noche terminó sin problemas. Por suerte, la inofensiva salida de Rhaenyra no resultó ser más que una experiencia angustiante. Los propios dioses enviaron a Laenor a Rhaenyra, quien la trajo de vuelta sana y salva a casa. Y cada día estoy más convencido de lo equivocado que estuve al alejar a mi familia y permitir que extraños se acercaran a mí.

━━Una Mano leal debe decirle a su rey verdades incómodas de vez en cuando. Si no lo hace, ha fallado como sirviente ━━comienza a explicar Otto, pero Viserys lo detiene con un gesto de su mano.

━━¿También enviaste a tu hija a mis aposentos por el bien del reino? ━━cuestiona Viserys con una sonrisa amarga en los labios━━. Mientras me encontraba sumido en el duelo por la pérdida de Aemma, Alicent se acercó a mí con la intención de aliviar el tormento de mi corazón. Su presencia trajo consigo una plétora de libros sobre la Antigua Valyria, los cuales ella misma se encargó de leerme con esmero y dulzura, procurando suavizar el peso que cargaba mis hombros. En aquel momento, me sentí reconfortado por sus gestos, convencido de que su actuar emanaba genuina compasión y deseo de ayudarme; recordé cómo había consolado a mi abuelo moribundo con similar devoción. Alicent también había ofrecido su gentileza al rey Jaehaerys, quien incluso en un instante de delirio la había llamado por el nombre de la princesa Saera. De esta manera, confié en ella y accedí a unir mi vida a la suya, manteniendo la esperanza de que nuestro matrimonio resultara en beneficios para el reino. Sin embargo, ahora veo con claridad que su conducta tenía un propósito velado, y que distracción tan calculada fue.

━━Mi hija ha cumplido todas las esperanzas, Majestad. Le ha dado cuatro hijos sanos, ¡tres de los cuales son los varones que tan fervientemente anhelaba! ━━exclama Otto.

━━Este matrimonio sólo ha ensanchado la brecha en mi familia, Ser Otto. Ofendí a mi prima Rhaenys y a Lord Corlys al negarme a casarme con Lady Laena. Rompí el corazón herido de Rhaenyra, aún afligida por la pérdida de su madre, al robarle a su única amiga en la Fortaleza Roja. Y aunque Alicent es reina ahora, a ella también le he robado la amistad que sé que realmente apreciaba con Rhaenyra.

━━La reina lo ama con todo su corazón, Majestad, como sé que usted a ella. Cuatro hijos, ¿no es eso una prueba de la profundidad de sus sentimientos mutuos? ━━dice Otto en voz baja, esperando que todo se olvide.

━━¿Y por eso se atreve a someter a mi hija a esta vergonzosa prueba, insultando su honor y su dignidad? ━━exclama Viserys con una fuerza sin precedentes, haciendo que Otto se encoja en su silla━━. ¿Es así como has educado a tu hija, para que crea tener derecho a pasar por encima de su rey y exigir cualquier prueba a la heredera del Trono de Hierro? ¡¿Quiénes creen que son tú y tu hija para intentar manchar la autoridad de mi hija?! ━━Viserys se voltea con furia y grita, sin apartar su feroz mirada de su Mano.

Otto, sabio en su elección, guarda silencio para evitar irritar aún más al rey enfurecido.

━━¿Sabes que fue lo que no logré entender durante años? ━━Viserys sonrió de repente━━... Cuando Daemon era mi heredero, tú eras el más feroz defensor de que nombrara heredera a Rhaenyra. Argumentaste que Daemon sería un segundo Maegor el Cruel, y yo te escuché como un idiota, expulsando a mi hermano de la capital hacia su abandonada esposa en el Valle. Te arrodillaste ante Rhaenyra cuando la nombré heredera del Trono de Hierro. E incluso cuando Alicent me dio un hijo, tu nieto, durante mucho tiempo ni siquiera pensaste en un cambio de heredero. En ese entonces me alegré de que mi Mano estuviera por encima de las intrigas palaciegas, de que siguiera apoyando a mi hija, a la que designé mi sucesora. Sólo aquella fatídica noche comprendí por qué guardabas silencio. No eras tan tonto, Otto, no como para oponerte abiertamente a mi deseo de que Rhaenyra me sucediera en el Trono de Hierro. Oh no, has actuado de forma mucho más sutil ━━La sonrisa de satisfacción desaparece del rostro del rey, dejando sólo un disgusto inconfesable.

» La reputación de una mujer es algo frágil, ¿no es así, Lord Mano? Y cuando se trata de la reputación de una princesa, heredera del trono, es como un fino tejido de seda blanca que muestra cada mota de suciedad. Tú planeabas mancillar la reputación de mi hija, paso a paso, mientras esperabas pacientemente a que yo dejara este mundo. Incluso escogiste el momento adecuado, pues sería insensato esperar que un nuevo heredero tomara su lugar poco después del nacimiento de Aegon. Sin embargo, aquí estamos, siete años después, y no he cambiado de opinión. Pero tú decidiste tomar medidas. Es lamentable que tu intento haya fracasado, ¿no crees? Sin embargo, eso no fue suficiente para ti y Alicent. Por eso, mi esposa, quien debe obedecer a su esposo y rey en todo, se atrevió una vez más a violar la dignidad de Rhaenyra. Olvidando su lealtad hacia el trono, y olvidando su antigua amistad con la princesa. La reina se ha deshonrado en su intento de hacer quedar a mi hija como una mujer malvada.

La mirada de Viserys se fija en el broche de la Mano en el pecho de Otto. Mira el rostro del hombre y ve la decepción en él. No hay ni una pizca de remordimiento en los ojos de la Mano.

━━Si fuera el mismo idiota del pasado, te habría destituido de tu puesto como Mano. Te habría desterrado de regreso a Antigua y habría encerrado a Alicent en la Torre de Maegor, sin permitirle salir de sus aposentos ━━Una sonrisa amarga se desliza por los finos labios del rey━━. Pero un rey no puede permitirse el lujo de hacer lo que quiera. Si cedo a mis deseos, confirmaré los rumores de una división en el seno de mi propia familia. Rhaenyra mostró sabiduría hoy. Ella no acusó a tu hija, ni siquiera exigió un castigo por el insulto, a pesar de tener todo el derecho de hacerlo. Actuó como una verdadera heredera, mostrando a los señores que la Casa Targaryen permanece fuerte y unida, y que ninguna tontería podrá quebrantarnos. Fue una dulce mentira, envuelta en sonrisas amables y discursos bonitos, pero Rhaenyra decidió no hacer de ello un escándalo. Y yo seguiré el ejemplo de mi hija. No te quitaré tu posición ni te desterraré de la capital. La reina tampoco perderá sus privilegios.

Viserys se levanta de la mesa y cierne su presencia sobre Otto con una postura formidable y, sobre todo, amenazante. Nada se parece a la imagen del viejo rey.

━━Pero debes saber esto, Ser Otto ━━claudica con voz firme━━. Hoy, tú y tu casa, han perdido la confianza de su rey.

Con esas palabras, Viserys se aleja, dejando a Otto solo. La ira aún persiste en la boca del rey, dejando un sabor amargo en la punta de su lengua. Por primera vez desde la muerte de Aemma, Viserys anhela beber hasta perder la conciencia.

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