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❪ ⛓️‍💥 ❫ 026: Daemon.

FUEGO Y SANGRE
ACTO I: LA PRINCESA DRAGÓN

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CAPÍTULO XXVI:
Un príncipe canalla y una reina (in)gelida










DAEMON DESPERTÓ con una extraña sensación de ligereza en su pecho. El sol se filtraba a través de las cortinas entreabiertas, pintando la estancia con tonalidades doradas y cálidas. Sus músculos se estiraron perezosamente, liberando tensiones acumuladas durante la noche. No fue mucho el malestar del gran día. Sin embargo, si el día en que Viserys anuncio el compromiso oficial de Rhaenyra y Laenor había generado un fuego abrasador en su interior, la boda en sí no había causado ni una fracción del dolor que temía experimentar. Al contrario, fue sorpresivamente diferente. Mientras veía a Rhaenyra avanzar hacia el altar con paso elegante, una extraña mezcla de amargura y añoranza se apoderó de él.

La amargura surgía de ese sentimiento desgarrador de no haber sido el elegido por ella. Verla caminar hacia Laenor, con la sonrisa más esplendorosa que había visto en ella, era un recordatorio constante de que la vida había tomado un rumbo distinto al que él hubiera deseado. Aún así, también estaba la añoranza, la melancolía por el futuro que podrían haber tenido juntos. Se preguntaba cómo sería su vida si las circunstancias hubieran sido diferentes, si Rhaenyra hubiera volcado sus mirás hacia él en lugar de hacerlo hacia Laenor.

Pero antes de que esos pensamientos pudieran consumirlo, algo capturó su atención y los disipó momentáneamente. Fue la forma en que Rhaenyra miró a Laenor, la expresión de complicidad y ternura que cruzó sus ojos mientras se acercaba. Aquello hizo latir el corazón de Daemon con una mezcla de curiosidad y tristeza resignada. Por otro lado, no le sorprendió en absoluto la reverencia en la mirada de Laenor dirigida a Rhaenyra. Después de todo, era exactamente lo que esperaba de cualquier hombre que osara reclamar el lugar que le correspondía como su esposo. Su postura respetuosa hacia ella demostraba que, a pesar de las circunstancias complicadas en las que se encontraban, Laenor era consciente del honor que tenía al compartir su vida con Rhaenyra.

Pero el afecto genuino escrito en el rostro de su sobrina hizo que los grilletes que atenazaban su negro corazón se aflojaran, permitiéndole respirar libremente por primera vez en aquellas largas lunas. En medio de tantas emociones contradictorias, Daemon decidió que no permitiría que el resentimiento o la envidia nublaran su juicio. Si bien sabía que el camino que habría deseado tomar con Rhaenyra estaba bloqueado, todavía había posibilidades para él. Era hora de recalibrar sus expectativas y encontrar su propio destino, aunque no fuera junto a ella.

Fue Rhaenys quien lo sorprendió aún más, al apretarle la mano con un ánimo tranquilizador. La mirada comprensiva y llena de simpatía de su prima le reconfortó de una forma que no esperaba. En lugar de rechazar su apoyo como solía hacer, Daemon se permitió disfrutar de la calidez que emanaba de la presencia de otra persona.

El banquete nupcial transcurrió sin contratiempos, para su fortuna. No apareció ninguna ramera verde haciéndose pasar por una reina, ni Criston Cole entrometiéndose y mirando a Rhaenyra con ojos melancólicos y soñadores. Por ello, Daemon pudo disfrutar de la fiesta y bailar durante toda la velada. Rhaenyra le regaló dos bailes, mientras que con su prima Rhaenys tuvo la oportunidad de bailar en tres ocasiones, haciendo que Corlys esperara impaciente su turno.

En aras del decoro y de la palabra que le había dado a su hermano, tuvo que complacer a varias damas nobles con sus atenciones, de las cuales sólo Lady Karen Manderly no lo aburrió. La verdad, era mucho más divertido compartir un baile con las mujeres de la delegación dorniense que había venido con el príncipe Andros. A Daemon le gustaba la forma en que esas mujeres apasionadas y de espíritu libre contrastaban favorablemente con las remilgadas mujeres de la Fortaleza Roja, y sus vestidos (que apenas eran vestidos, más bien retazos de tela que cubrían las partes más interesantes de sus cuerpos) fomentaban su imaginación.

Daemon planeaba abandonar el banquete antes de que comenzara el llamado de encamamiento. No tanto porque aún no estuviera acostumbrado a la idea de que Rhaenyra perteneciera ahora a otro hombre, sino porque él no permitiría que Rhaenyra soportara esa humillación si ella le decía que en realidad estaba dispuesta a hacerlo.

Al ver que Laena se ríe alegremente de algún chiste del príncipe Martell, cambia rápidamente de idea sobre marcharse. Daemon los observa bailar, sin apartar los ojos de las manos del dorniense, que se volvían más y más atrevidas conforme avanzaba el baile. Pero lo que más le sorprende fue que Laena no se resistiera con tan descarada insistencia a las caricias del hombre. Además, estaba borracha. Podía verlo en sus ojos y en su sonrisa de chiquilla a la que han pillado robando golosinas de la cocina. Sin apenas esperar a que terminara el baile, Daemon arrebata a Laena de los brazos del Martell sin mediar palabra y la saca rápidamente del lugar.

━━¡Suéltame! ━━protesta Laena en estado de embriaguez, forcejeando débilmente en sus brazos━━. Solo quiero divertirme. También quiero un par de copas más de vino dorniense.

━━Ya has bebido bastante, Laena ━━replica Daemon, casi llevándosela en brazos.

━━¿Y a ti qué te importa? Soy una mujer adulta, ¡y puedo decidir cuánto vino bebo!

━━Estás demasiado borracha, mujer adulta. El vino dorniense es muy fuerte, tienes que dormir un poco.

Laena intenta zafarse de su agarre, pero la fuerza de sus delgadas manos sólo bastó para aporrearle el brazo. Él la lleva a sus aposentos, la tumba en la cama y estaba a punto de marcharse cuando ella le pregunta en voz baja: ━━¿Tienes prisa por volver antes del encamamiento?

Daemon se detiene en seco y se da la vuelta hacia Laena, encontrándola ya no tumbada, sino sentada sobre la cama. Bañada por la luz de la luna que entraba por las ventanas, parecía una criatura etérea con su cabellera blanca, casi tan impoluta como la nieve, en contraste con su tersa piel, acentuada por el azul de su vestido de hombros descubiertos. La mirada de Daemon se desliza por cada detalle de su figura: sus hombros delicadamente torneados, que no quedaban ocultos por los tirantes del vestido; el hueco entre sus pechos visible en su escote; la fina vena de su cuello, y la excitación lo invade, haciéndole exhalar irritado.

━━¿Qué quieres decir? ━━Daemon se obligó a sonar tranquilo para no ofender a Laena, aunque se estuviera comportando como una tonta.

━━¿Quieres participar en la tradición porque es tu última oportunidad de ver a Rhaenyra desnuda antes de que se convierta en la esposa de mi hermano? ━━La voz de Laena no suena borracha, incluso la somnolencia se ha esfumado de sus ojos ante aquella pregunta.

Daemon se acerca a su cama con demasiada brusquedad, lo que hizo que Laena retrocediera sorprendida y apoyara la cabeza contra el cabecero. Daemon levanta su mano izquierda y la acerca lentamente al cuello de Laena. Ella no se aparta, permitiendo que la tocara. El hombre le pasa la yema de los dedos por el hombro, tirando hacia abajo del tirante, dejando al desnudo su hombro y parte de sus pechos generosos. Él no aparta la mirada de los ojos violáceos de Laena mientras su mano avanza. Ella se lame los labios, repentinamente resecos, y a Daemon le cuesta un enorme esfuerzo contenerse. Si se dejaba llevar ahora, no se detendría. Pero no por eso deja de provocarla.

Su mano desliza el segundo tirante del vestido y sólo el hecho de que Laena mantuviera las manos firmemente apretadas contra su cuerpo impidió que el vestido se le resbalara hacia abajo.

━━¿Por qué haces esto? ━━susurra ella, apartando la mirada.

━━¿Porque quiero esto? ━━le responde él con una pregunta, sin dejar de acariciar su tersa piel.

La lucha se refleja un segundo en el rostro de Laena, que relaja los brazos con un profundo suspiro, permitiendo que el vestido dejara al descubierto su torso.

━━¡Mierda! ━━Daemon resopla un gemido, mirando sus perfectos pechos y sus oscuros pezones━━. Eres una belleza.

━━Pero no es a mí a quien quieres ver desnuda, Daemon, sino a la otra mujer. La que probablemente ya esté siendo escoltada a sus aposentos para compartir cama con mi hermano. ¿No es así? ━━Laena no se deja distraer, continuando con su insistencia.

━━¿Es por eso que creés que estoy sentado aquí contigo, apenas conteniéndome de arrancarte la ropa y llevarte a tu propia cama para hacerte gemir más fuerte que una recién casada? ━━Daemon estalla en una explosión de rabia contenida. Su mano se cierra de manera violenta sobre uno de los pechos de Laena mientras la mira con ojos ardientes, como si deseara devorarla por completo.

La respiración de Daemon es irregular y el corazón de ella late a un ritmo acelerado, haciendo que su pecho suba y baje con rapidez. Laena puede sentir el calor que emana de él, como si fuera una llama que amenaza con quemarla. Daemon la mira fijamente, y ella siente que se tensa bajo la intensidad de su mirada. Ella sabe que debería estar asustada, enojada, o indignada, pero en su lugar, se siente seducida por su furia incontrolable. Laena no sabe exactamente qué piensa Daemon en este momento, pero lo que sí sabe es que su lenguaje corporal revela una tormenta interna que está a punto de estallar. Su semblante parece decir «no voy a aguantar más», y Laena siente que su corazón late más fuerte ante esa perspectiva.

Anhelando la pasión que sabe que está a punto de desatarse, Laena espera en silencio a que Daemon tome la iniciativa y la lleve a donde él quiera. Seguidamente, la chica no contiene el gemido ante la nueva caricia del hombre en su cuerpo, y Daemon se lanza a besarla, bajando el vestido de Laena. Este beso no fue suave y tierno, no, Daemon aplastó y mordió sus suaves labios, reclamando su derecho a su dueña. Cuando él sintió las manos de Laena en los botones de su jubón, las apartó, llevándolas detrás de su cabeza.

━━No, mi reina de hielo, no voy a tomarte esta noche ━━le susurró en el cuello, mordiéndola sobre el lugar donde se encuentra una vena palpitante.

━━Entonces, ¿para qué es todo esto? ━━jadea Laena.

━━Puedo darte placer de otras maneras.

Daemon se separa de los labios de Laena y se sienta sobre la cama, apoyándose en el cabecero. Coloca a Laena frente a él de modo que su espalda descanse contra su pecho y sus labios puedan posarse cómodamente en su cuello. Le excitaba enormemente el hecho de que él estuviera completamente vestido y Laena desnuda. Su erección le aprieta dolorosamente contra el pantalón, pero Daemon lo ignora y se concentra en complacer a Laena.

Con un movimiento audaz y decidido, Daemon separa las piernas de Laena. Un suspiro anticipado escapa de los labios de Laena, inhalando el aire cargado de tensión. Daemon inclina la cabeza ligeramente, girando la suya hacia él, mientras ambos buscan ansiosamente el encuentro de sus labios. El beso que Daemon le ofrece es voraz, lleno de una pasión incontrolable. La lengua de Daemon juega con la de Laena, explorando cada recoveco de su boca. Mientras sus labios se funden en una danza apasionada, la mano izquierda de Daemon acaricia con dulzura los pechos de Laena, palpando suavemente cada curva y provocando una explosión de sensaciones en su cuerpo.

Pero la mano derecha de Daemon no se queda atrás en su búsqueda de placer. Con una delicadeza casi torturante, recorre con sus dedos el contorno del cuerpo de Laena hasta llegar a ese punto de éxtasis que emana calor y humedad. Un gemido escapa sin control alguno de los labios de Laena, dejando en claro su deseo palpable. La evidencia de ello no pasa desapercibido para Daemon, quien siente cómo su miembro reacciona de manera instantánea y dolorosa, oprimido por la estrechez de sus pantalones. Un gruñido gutural escapa de su garganta, revelando el nivel de excitación que lo consume. Sin poder resistirse a la tentación, hunde sus dedos aún más en el cálido abrazo del interior de Laena, sintiendo la respuesta de su cuerpo retorciéndose de placer alrededor de ellos.

━━Dioses, concedánme paciencia ━━casi suplica Daemon, luchando contra el impulso de arrancarse la ropa molesta y entrar en el húmedo interior de Laena, listo para su invasión.

Él es entretiene largo rato con los pechos de Laena, pellizcándole los pezones, lamiéndole el cuello, mordiéndole los labios y con sus dedos buscando el ritmo justo para llevarla al orgasmo. Laena se entrega con una locura desenfrenada, ansiosa por cada caricia de Daemon, y esa respuesta no hace más que avivar la llama ardiente dentro de él. La mente de Daemon vuela, imaginándose sus futuras noches llenas de pasión, cuando ya no haya necesidad de contenerse.

En un acto valiente, Laena decide tomar el control, cubriendo la palma de la mano de Daemon con la suya, guiándola con delicadeza hacia donde desea ser tocada. Este atrevimiento desata un torrente de excitación en ambos, sumergiéndolos aún más en el laberinto erótico que están explorando juntos. El tacto suave de la mano de Laena entrelazada con la de Daemon crea una conexión intensa, cargada de anticipación y deseo. Los dedos de Daemon se deslizan siguiendo las indicaciones silenciosas de Laena, acariciando con exquisita precisión cada centímetro de su nudo de sensibilidad, despertando cada terminación nerviosa y arrancando gemidos de placer de sus labios.

En este juego de lujuria, lo físico se fusiona con lo emocional, creando una sinfonía donde cada movimiento lleva consigo un significado profundo. Laena se siente empoderada al guiar a Daemon hacia su propio orgasmo, mientras él se deleita en el poder de complacerla y llevarla a nuevas alturas de goce. En esta seductora danza de dragones, sus manos se convierten en cómplices, comunicándose sin palabras y explorando los rincones secretos de sus deseos más profundos. Cada roce, cada caricia, se convierte en una muestra de conexión íntima y complicidad compartida, intensificando la conexión carnal y emocional entre ellos.

-━━¿Con qué frecuencia recibes placer con los dedos? ━━siseó él en su oreja, mordiéndola.

━━Las mujeres no pueden permitirse el lujo de satisfacer sus deseos yendo al Lecho de Pulgas ━━replica Laena en cambio.

━━¿Me imaginabas a menudo mientras llegabas al clímax? ━━insiste Daemon, acelerando sus caricias.

━━¿Me imaginabas tú haciéndome el amor? ━━Laena tampoco estaba dispuesta a ceder.

━━Casi todas las noches desde el día en que me impediste besarte ━━responde Daemon con sinceridad.

━━Qué casualidad, yo también empecé a pensar en ti desde aquel día ━━admite Laena con la misma sinceridad. Daemon casi gruñe de placer al oír la confesión de Laena.

Él reclama nuevamente la dulce boca de Laena y trabaja con destreza sus dedos. Con una mano acaricia los suaves pechos de la chica mientras con la otra la toca entre sus piernas. Al percatarse de cómo se aceleran los latidos y la respiración de Laena, Daemon se apresura aún más, aferrándose a sus labios con mayor intensidad. Después de unos breves instantes, un gemido escapa de los labios de Laena durante el beso, y Daemon no cesa en el movimiento de sus dedos hasta que la joven se estremece entre sus brazos. Separándose de esos labios adictivos, Daemon muerde suavemente la piel del cuello de Laena, dejándole una marcada huella de su pasión compartida. Agotada, Laena se derrumba en los brazos de Daemon, descansando su cabeza en su hombro.

━━Bueno, supongo que tendré que encontrar las palabras adecuadas para evitar que tu padre me arranque la cabeza en cuanto pida tu mano en matrimonio ━━Daemon sonrió━━. Aunque no tendría tiempo para eso, porque mi prima Rhaenys lo hará antes.

Laena se libera suavemente de los confines de sus brazos y, con parsimonia, se gira para que ambos queden cara a cara. Sus mechones plateados, como hilos de seda, caen con gracia sobre sus hombros, cubriendo coquetamente sus senos y dotándola de un aura semejante a la de una hermosa sirena. Daemon, asombrado ante tanta belleza, no puede apartar la mirada de ella.

━━¿Por qué haces esto? ━━repite ella su reciente pregunta.

━━Porque quiero esto ━━repite también Daemon━━. Y antes de que empieces a decir tonterías sobre ser una mera alternativa o el reemplazo de Rhaenyra, intenta escuchar el resto de lo que digo ━━Le agarró la barbilla para que no pudiera apartar los ojos de él━━... Desde el día en que te vi a lomos de Vhagar, desde el día en que dijiste que no querías ser el reemplazo de nadie, sólo he pensado en ti. Sí, pensamientos sobre Rhaenyra han revoloteado aquí y allá, pero los pensamientos sobre tí han sido mucho más. Tú has sido la primera mujer en años a la que he visto como una igual, no como una tonta que reza a los Siete y no tiene opinión propia. Tienes la sangre del dragón, aunque tengas el apellido Velaryon. Una jinete de dragón que dominó a la vieja Vhagar. Y cuando hoy vi a ese príncipe dorniense devorándote con la mirada y tocando tu cuerpo, quise matarlo en el acto por atreverse a tocar lo que me pertenece.

━━Pero Rhaenyra...
━━menciona Laena en voz baja.

━━Durante años, Rhaenyra fue la persona que obsesionó mi mente. La elegí como tal debido a la creencia de que era la única capaz de comprenderme en este mundo, ya que compartía el mismo fuego que yo. Pero las circunstancias han cambiado. Incluso Rhaenyra ha madurado y ha elegido por voluntad propia a tu hermano. Ella expresó que su fuego necesitaba encontrar la calma del mar, argumentando que, en algún momento, ambos podríamos resultar dañados y consumidos por el otro si nos aferrábamos a la llama que nos unía. Antes, no habría escuchado sus palabras. Sin embargo, al observar la serenidad y felicidad que emanaba junto a Laenor, supe que ella tenía razón... La conexión ancestral entre los linajes de los Targaryen y los Velaryon ha pervivido a través de milenios. Nuestros destinos siempre han estado entrelazados, convergiendo en innumerables ocasiones. Desde los días gloriosos de la Antigua Valyria, pasando por los tiempos de la Conquista, hasta nuestros días ━━Daemon soltó el rostro de Laena y apoyó el suyo contra su frente━━. Rhaenyra dijo que merezco una familia, merezco una esposa que yo mismo pueda elegir, no una que me impongan. Y yo te elijo a ti, Laena. Si tú también me eliges a mí.

Laena ríe feliz y empieza a besarle la cara. Daemon la rodea con los brazos y la estrecha contra sí. ━━Sólo tengo una condición ━━Laena le dedica una sonrisa, apartándose de su cara.

━━¿Cuál?

━━Elegirás Astas como la residencia familiar para nosotros y nuestros hijos. Este castillo se encuentra convenientemente cerca tanto de Desembarco del Rey como de Marcaderiva, lo que nos permitirá estar siempre cerca de nuestras familias. Además, nos aseguraremos de rebautizar el castillo con un nuevo nombre una vez concluida su renovación. ¿Qué te parece Embocadura del Fuego o Fuerte de la Tormenta? ¡Oh, Dracamar...! ━━pronuncia lo último con clara emoción mientras se instala un cautivador brillo en sus ojos violetas, a los que Daemon se rinde de rodillas.

━━Si ese es el deseo de mi reina de hielo...

Laena y Daemon se sumergen en una plática profunda hasta que la hora del lobo comienza a desplazarse para dar paso a los primeros rayos dorados del amanecer, aunque eventualmente el cansancio comienza a invadir a Laena, y sus ojos empiezan a cerrarse. Con mucho esfuerzo, Daemon logra convencerla de que descansara. Él mismo, aunque no estaba particularmente cansado, decide retirarse a sus propios aposentos para poder dormir un par de horas reparadoras. A pesar de que su sueño fue breve, el príncipe despertó sintiéndose de buen humor. No obstante, su momento de paz no dura mucho tiempo, puesto que el siervo encargado de traerle noticias desde la Fortaleza Roja llama a su puerta. Aunque el príncipe no está seguro de si es buena o mala señal, siente un fuerte impulso por saber qué había ocurrido.

━━Siento importunar tan temprano, mi príncipe, pero me dijo que le trajera cualquier noticia que pareciera importante ━━balbucea el muchacho, sin cruzar la mirada con la de Daemon.

━━¿Qué puede haber pasado en un par de horas? ¿Acaso los recién casados no dejaban dormir a los invitados del castillo? ━━Daemon sonríe, poniéndose una camisa nueva.

━━Los que permanecieron ante las puertas de los aposentos de la princesa y Ser Laenor, como si fueran uno solo, afirman que los recién casados no tuvieron reparos en expresar que estaban disfrutando de la noche. Dicen que los gritos de la princesa pudieron oírse desde la Torre de la Mano ━━informa el siervo, ruborizándose

━━¿No es maravilloso que nuestra princesa tenga un esposo con tanta destreza? ━━bromea Daemon, avergonzando aún más al muchacho.

━━S-sí, por supuesto, mi príncipe. Pero esa no es la noticia, en realidad.

━━¿Cuál es?

━━Dicen que la reina Alicent y el Maestre Mellos irrumpieron en los aposentos de los recién casados esta mañana para comprobar que la princesa se ha casado siendo doncella ━━susurra el muchacho, esperando un estallido de ira por parte de su amo.

Y no se equivoca. El rostro de Daemon se contorsiona de ira, asustando al siervo que ya estaba temblando de miedo.

━━¡Esa puta Hightower! ━━espeta, golpeando su puño contra el respaldo━━ ¡Quiénes se creen Alicent y Mellos que son para atreverse a entrar en los aposentos de Rhaenyra y exigirle cualquier prueba! Yo mismo le arrancaré la cabeza a ese vejestorio para clavarla en una pica, y luego enviaré a esa ramera verde a las Hermanas Silenciosas. ¡Joder!

━━La princesa Rhaenys estaba con ellos, y trató de impedir que la reina irrumpiera en los aposentos de la princesa y Ser Laenor, pero Su Majestad le ordenó que no interfiriera ━━continua el siervo en voz baja, sin levantar los ojos hacia el príncipe.

━━Rhaenyra debe haber causado un escándalo, ¿no? ¡Mierda! Y Otto seguramente aprovechará ésto para mencionar el indigno comportamiento de la heredera en la reunión del Consejo Privado y dañar su autoridad frente a los señores. ¡Maldita sea!

━━No, mi príncipe. Rhaenyra tranquilamente le mostró a su madrastra la ropa de cama manchada de sangre y cortésmente le pidió que se fuera para que ella y Ser Laenor pudieran asearse antes de la reunión del consejo.

Daemon muestra sorpresa por lo que estaba escuchando. No podía creerlo. La Rhaenyra que él conocía siempre había sido una princesa feroz e impetuosa, incapaz de contener su ira frente a la más mínima provocación. Ella habría hecho arder a esa miserable chusma con el fuego de su furia, obligándola a tragarse sus lágrimas. Pero todo parecía haber cambiado. La nueva Rhaenyra era una mujer transformada. Había dejado atrás su vieja personalidad y se había convertido en la esposa de otro hombre, un matrimonio concertado para fortalecer alianzas políticas.

Ahora, ella era la legítima heredera al Trono de Hierro y, eventualmente, se convertiría en la reina de los Siete Reinos. «Y las reinas no se permitían berrinches y caprichos infantiles», el pensamiento cruza por su mente. Él ya había decidido que lo mejor era apoyarla en esta nueva etapa de su vida, así que extiende la mano y saca de su bolsillo un venado de plata. Con una sonrisa ambigua, se lo entrega al muchacho que estaba a su lado.

━━Gracias por la información. Ahora asegúrate de que la mayor cantidad de gente posible se entere de las fechorías de la reina. Y, por supuesto, no olvides mencionar la mesura y el autocontrol de la princesa, que toleró con dignidad tan bárbara invasión a su intimidad. ¿Lo has entendido?

━━Sí, mi príncipe.

━━Entonces eres libre de irte.

El muchacho le hace una reverencia y abandona sus aposentos casi a la carrera. Daemon apenas tiene tiempo de cambiarse los pantalones por unos limpios cuando la puerta de sus aposentos se abre de nuevo, dejando entrar a Rhaenys.

━━Hacía mucho tiempo que no recibía tantas visitas en mis aposentos. Buenos días, prima ━━Daemon sonríe, aunque en realidad se siente un poco incómodo de estar parado delante de aquella mujer después de todo lo que le había hecho a su hija hacía sólo unas horas.

━━Vi a tu amiguito cuando venía hacia aquí. Supongo que sabes lo que ha hecho nuestra joven reina ━━dice Rhaenys con gesto afirmativo.

━━¿Estabas allí? ¿De verdad esa ramera verde tiene el descaro de creerse con derecho a exigir algo así como una rendición de cuentas a Rhaenyra?

━━Así es. Y no sólo eso, sino que trajo a un Maestre con ella para testificar que Rhaenyra ya no era doncella antes de su noche de bodas con Laenor.

━━Y yo llevo mucho tiempo sugiriéndote cortar la cabeza de Otto, prima. Hasta tu esposo me apoyó en ello. Si me hubieras dejado hacerlo, ya no tendríamos problemas ━━expresa Daemon irascible, paseándose por el dormitorio.

━━Tienes razón. Esa serpiente verde se ha vuelto demasiado audaz. Pero no puede deshacer lo que está hecho ━━Los ojos de Rhaenys centellean sin compasión━━. De cualquier modo, podemos volver esta situación a nuestro favor.

━━¿Y cómo lo haríamos? ━━susurra Daemon conspiradoramente.

Rhaenys le regala a Daemon una sonrisa cargada de malicia que se refleja perfectamente en sí mismo, con esa mirada cómplice en su rostro, ella le revela el plan trazado por Laenor y Rhaenyra. Horas más tarde, Daemon camina con entusiasmo hacia la majestuosa Cámara del Consejo, donde se llevaría a cabo la reunión. Sabía que sería un encuentro de gran relevancia y prometía ser sumamente interesante. Con la mente llena de expectativas, Daemon se prepara para estar presente en esos momentos cruciales que podrían cambiar el rumbo de los acontecimientos.

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