❪ ⛓️💥 ❫ 023: Rhaenyra.
FUEGO Y SANGRE
ACTO I: LA PRINCESA DRAGÓN
🏰🔥👑🗡️🌊
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CAPÍTULO XXIII:
Fuego y tormenta
RHAENYRA JAMÁS habría imaginado que anhelaría con fervor su inminente unión matrimonial. Antes de conocer a Laenor en su faceta de hombre, como futuro cónyuge y no sólo como primo, cualquier mención sobre su boda desataba en Rhaenyra una abominable repulsión. Después del largo tormento de dos años, durante los cuales su padre había organizado innumerables cortejos en busca de pretendientes, Rhaenyra había perdido por completo el anhelo de contraer nupcias.
Pero con Laenor todo era diferente. Pasó toda la noche dando vueltas sobre su cama, deseando que la mañana llegara lo más pronto posible y que finalmente fuera el día de su boda. El Septón Supremo se suponía que debía casarlos en el Salón Principal del castillo, pero Rhaenyra convenció a su padre de llevar a cabo la ceremonia en el septo de Desembarco del Rey.
━━Pero no es lo suficientemente opulento para una boda real, hija mía ━━objetó Viserys cuando la princesa se negó a celebrar la ceremonia en el Salón Principal de la Fortaleza Roja.
━━El pueblo debe conocer a su futura reina. La gente necesita ver la sonrisa en mi rostro y la felicidad en mis ojos para estar seguros de que estoy contrayendo matrimonio voluntariamente y por amor. Deben ver que la Casa Targaryen es tan fuerte como siempre, y que mi esposo y yo continuaremos fortaleciendo la corona ━━respondió Rhaenyra.
Viserys se rindió, ordenando comenzar las renovaciones en el septo para que tuviera una apariencia digna de una boda real. Rhaenyra había observado con una sonrisa cómo Otto casi rechinaba los dientes debido a los gastos cada vez mayores de su boda. La ceremonia estaba prevista para después del mediodía, cuando el calor disminuyera, pero eso no significaba que Rhaenyra estuviera libre hasta entonces.
Por la mañana asistió a otra reunión del Consejo Privado, sorprendiendo a todos los señores que no esperaban su presencia en el día de su propia boda. Después de la reunión, se dirigió a la cocina real para verificar si se había asignado suficiente comida para alimentar a los pobres en las calles y, por último, dio instrucciones de entregar y repartir todas las sobras de comida después del banquete nupcial a los necesitados.
Y solo después de eso se dirige a sus aposentos, donde la esperaba un grupo de doncellas y un baño caliente. Rhaenyra se sumergió en el agua durante casi una hora, permitiendo que las doncellas le hicieran masajes y frotaran su cuerpo y cabello con aceites perfumados. Luego, la envuelven en una suave toalla y la sientan frente a un gran espejo para peinar su cabello. Ayer Rhaenyra los había dejado sueltos, ya que era su último día como doncella libre. Pero hoy debía lucir como una verdadera reina de la Casa Targaryen.
Ella da la orden a las doncellas que trenzen su cabello y lo peinen alrededor de su cabeza. Rhaenyra había leído en las crónicas que así era como la reina Visenya recogía su cabello. Hoy necesitaba que la vieran como más que una simple princesa y novia, sino como la futura gobernante y reina. Por eso no dejó lugar para debilidades y ternuras hoy. Las doncellas se disponen a entrelazar rubíes y diamantes oscuros en su cabello, reflejando los colores de su casa.
Después de arreglar su peinado, Rhaenyra se levanta y extiende obedientemente los brazos a los lados para que las costureras le puedan poner el vestido. Primero le ponen una ligera camisola, luego Rhaenyra siente el peso del vestido de lana negra. Sabía que iba a tener calor en él, pero necesitaba lucir majestuosa. Sería difícil lograrlo con las finas telas de seda que eran populares entre las damas de Desembarco del Rey.
El vestido negro está bordado con hilo plateado y decorado con los mismos rubíes que lleva en su cabello. Encima, las doncellas le ponen el sobrevestido principal de un color rojo brillante. Las doncellas aprietan su delgada cintura con un amplio cinturón de placas de acero valyrio. Las largas mangas del atuendo se ensanchan desde el codo y caen casi hasta el suelo. En los hombros se encuentran dos cabezas de dragón bordadas con diamantes negros y blancos. Los dragones estaban por todas partes en este vestido: grabados en el cinturón, bordados en la cola, las mangas y el cuello, reflejados en el mismo patrón de la tela.
Otto Hightower había llamado a Rhaenyra indigna y un error grotesco, tildándola de una vil serpiente que llevaría el reino a la ruina, pero la princesa sabía quién era el verdadero dragón aquí y quién un simple gusano. Y estaba decidida a demostrarselo a todos, desde el pueblo llano hasta los nobles señores y damas de la corte.
La doncella ajusta firmemente los cordones en la espalda del vestido. La tela se ajusta perfectamente a su cuerpo, realzando su pecho y revelando la parte superior. La costurera principal la rodea, inspeccionándola con una mirada meticulosa. Después de un asentimiento de aprobación por parte de la mujer, las doncellas le colocan las joyas. Un collar de plata en forma de dragón se envuelve cuidadosamente alrededor de su cuello, mientras el contacto metálico toca su piel, impregnándola con un ligero frío.
Seguidamente le ponen los pendientes y brazaletes hechos de una mezcla de hierro y oro blanco con diamantes. Como toque final, la doncella sujeta hábilmente una amplia corona de acero valyrio con rubíes alrededor de su cabeza. Todas las joyas para su boda, ella las había encargado y pagado con los fondos que la corona le asignaba para su sustento. Rhaenyra, con firmeza y determinación, se aferraba a su deseo de que solo ella y sus doncellas fueran testigos de lo que llevaría en aquella ceremonia. Consciente de que algunas personas podrían considerarlo un desafío, no quería exponerse a juicios o críticas innecesarias. Sin embargo, en lo más profundo de su corazón, la joven tenía la certeza de que estaba tomando la decisión correcta.
Con orgullo, ella decidió trenzar su cabello de la misma manera en que lo hacía la auténtica reina Visenya, adoptando también la elegancia característica de la reina Rhaenys. Luego se colocó una corona en la cabeza, emulando la del mismísimo Aegon el Conquistador. Era crucial para ella demostrar a todos aquellos que menospreciaban a las mujeres como herederas del trono que en esta ocasión estaban desafiando a un verdadero dragón.
Para reafirmar su posición y astucia estratégica, eligió vestirse con los distintivos colores oscuros y rojos que representaban el blasón de los Targaryen. No se conformaría con el oro de Poniente, sino que portaría con valentía el acero valyrio, símbolo de su linaje y poderío ancestral. Era hora de que la gente comenzara a aceptar que algún día sería la reina, y ella estaba decidida a hacerlo evidente mediante cada elección y detalle de su apariencia en esté día.
━━Luce como una verdadera reina, Su Alteza ━━halaga una de las doncellas.
━━Agradezco tu excelente trabajo ━━responde Rhaenyra, sacando de un cajón una generosa bolsa de dinero que entrega a la mayor de las doncellas━━. Recompensa a cada chica que me ayudó en los preparativos.
━━Por supuesto, Su Alteza ━━claudica la mujer haciendo una gentil reverencia.
━━¡Su Majestad, el rey Viserys Targaryen, primero de su nombre!
Viserys entra en los aposentos de Rhaenyra y las sirvientas se retiran rápidamente, dejando al padre y a su hija a solas. Rhaenyra se voltea hacia su padre, arreglando la larga cola de su vestido. Endereza su espalda y se queda de pie humildemente bajo la mirada escrutadora de su padre. Tiene miedo de ver en sus ojos indignación o descontento, ya que su atuendo y joyas son un abierto desafío. Si su padre fuera el rey Maegor, ya la habrían azotado y desterrado a las Hermanas Silenciosas por llevar tales vestimentas. Pero Viserys no era un rey cruel, que sospechaba que todos en su corte atentaban contra su poder. Rhaenyra reprime un suspiro de alivio cuando los labios de su padre se curvan en una sonrisa. Viserys se acerca más para contemplar la corona en su cabello y las joyas de acero valyrio.
━━¿La corona de Aegon? ━━pregunta él.
━━Solo es una imitación. Mis coronas de oro no combinaban con el vestido de novia ━━responde Rhaenyra.
━━¿En serio? ━━Viserys levanta una ceja escépticamente━━ ¿Solo por esa razón elegiste esa corona?
━━No hay otras razones, padre ━━pronuncia tranquilamente Rhaenyra.
Viserys guarda silencio, mirando a su hija de arriba abajo otra vez. Rhaenyra ve tristeza en su mirada.
━━Ayer te parecías tanto a tu madre ━━comenta en voz baja el hombre, sin mirar hacia los ojos de su hija.
━━Ayer fue mi último día de juventud, y permití que todos supieran que en mí fluye la sangre de los grandes Reyes de la Montaña y el Valle, quienes gobernaron antes que Aegon el Conquistador. Pero hoy todos deben ver que soy una Targaryen, sangre de la sangre y carne de los señores dragón de la Antigua Valyria, y mi matrimonio no cambiará eso.
━━Al verte, no podrán dudarlo, ziry iksī¹ ━━Viserys sonríe ampliamente.
━━No me has llamado así en mucho tiempo ━━susurra Rhaenyra, sintiendo cómo las lágrimas se acumulan en sus ojos.
━━Hoy te casarás y te llamaré aún menos así ━━La tristeza en la voz de su padre hace que la garganta de Rhaenyra se apriete━━, después de todo, serás la futura reina. Y la corte debe verte como gobernante, no solo como mi adorada hija.
Rhaenyra se siente abrumada por el silencio incómodo que se cierne entre ella y su padre. Por un instante, desea deshacerse de la fachada que ha construido, esa imagen de heredera fuerte e inquebrantable. Anhela la presencia reconfortante de su madre, quien, si estuviera allí, le peinaría el cabello y eliminaría cualquier rastro invisible de polvo en su vestido, mientras oculta con ternura las lágrimas que brotarían al ver a su única hija casarse. Extrañamente, Rhaenyra tiene la certeza de que en ese preciso momento, su padre también está sumido en los mismos pensamientos. A pesar del peso en su corazón, Rhaenyra se fuerza a sonreír y toma la mano de su padre, buscando transmitirle un mensaje de apoyo y fortaleza en medio de todo.
━━¡Es hora, Su Majestad. No podemos hacer esperar a nuestros súbditos!
━━Por supuesto, querida.
Ambos salen de los aposentos y se dirigen hacia la salida de la Fortaleza Roja. En las escalinatas del castillo les espera una procesión de la Guardia Real y Capas Doradas. Rhaenyra nota con alivio que Ser Criston no está entre ellos. No quería preocuparse por eso también. Al pie de las escalinatas había una majestuosa carroza con las puertas abiertas, tirada por cuatro magníficos corceles dornienses. Junto a la carroza los esperaban Laena, la princesa Rhaenys y Helaena junto con Aegon. Daemon y Laenor se habían ido antes con otro séquito para esperar a la novia en el septo.
Rhaenys y Laena se ofrecieron a acompañar a la novia y velar por ella, y Rhaenyra se alegraba de tener tan agradable compañía. La idea de llevar a Aegon y Helaena en el carruaje de la princesa fue de Rhaenys.
━━Así la gente verá que la casa Targaryen está unida y sólida, incluso si la Mano del Rey se opone a ésto de todas las maneras posibles. Puede que no te guste, pero sería un buen gesto. Especialmente después del comportamiento tan inesperado de nuestra reina ━━le había dicho a Rhaenyra la noche anterior después de la emboscada con el vestido de Alicent.
Rhaenyra estuvo de acuerdo con la propuesta de su tía y compartió la idea con su padre. Viserys aceptó entusiasmado este plan, ordenando a Alicent preparar a sus hijos mayores para que viajasen en el carruaje con la novia. Ahora Aegon y Helaena estaban junto a Rhaenys y Laena, vestidos de rojo y negro. Rhaenyra se aseguró de que sus atuendos estuvieran cuidadosamente seleccionados, para que Alicent no tuviera la osadía de vestir a los niños con el verde de los Hightower. Aunque su madre no tuviera ni una gota de sangre Targaryen, seguían siendo dragones. Y Rhaenyra no permitiría que Alicent les privara de su herencia valyria.
Rhaenyra baja las escalinatas. Rhaenys y Laena la saludan con sonrisas. Rhaenys observa aprobatoriamente a su futura nuera, deteniendo su mirada en el collar de dragón y la corona en su cabello.
━━Caminas en el filo, Rhaenyra ━━Rhaenys sonríe.
━━Solo es un tributo de respeto a nuestro gran antepasado ━━Rhaenyra se encoge de hombros, entendiendo lo que Rhaenys quería decir.
━━Te ves hermosa, Rhaenyra ━━Laena le hace un cumplido.
━━Gracias. Tú también ━━Rhaenyra le devuelve el cumplido.
Laena lucía radiante vestida con los colores distintivos de los Velaryon. El turquesa de su vestido de seda se fundía armoniosamente con su piel pálida. Sus ojos violetas resplandecían con un matiz azul, capturando la atención y el asombro de quienes la contemplaban. Era evidente que Laena estaba destinada a destacar en cualquier ocasión. Por su parte, Rhaenys también había elegido llevar consigo los tonos azules y plateados, declarando de manera visual y orgullosa su conexión con la familia Velaryon. Esta elección de colores era una afirmación clara de su vínculo con esta distinguida casa y transmitía un mensaje de pertenencia y lealtad hacia su linaje actual. Ambas damas irradiaban una elegancia digna de la nobleza a la que pertenecían, y sus atuendos hablaban por sí solos, revelando su arraigo y devoción hacia su familia y su herencia.
━━Aegon, Helaena, se ven estupendos ━━Rhaenyra se dirige a los niños.
━━Gracias ━━Aegon intenta verse importante y solemne, pero es tan gracioso que Rhaenyra tiene que cubrirse la boca con la mano para no ofender al niño con su risa.
━━Los dragones rojos y los patines de plata, la llama del rubí y el corazón del mar... ━━La mirada de Helaena recorre a Rhaenyra, sin mirarla a los ojos, y murmura palabras extrañas━━: El fuego y la tormenta se encontrarán para alimentar la sangre de los dragones. Dragones en el cielo, dragones en el fuego, dragones en el mar... Tantos, que el firmamento quedará eclipsado por la sombra de sus alas.
Los cuatro adultos se quedaron paralizados, como estatuas de piedra, ante las incompresibles palabras de Helaena. Viserys, cuyo rostro se encuentra surcado por la sorpresa, dirige su mirada hacia su hija menor, como si buscara en ella algún signo de cordura. Ella, con un parpadeo pausado, enfoca su mirada hacia Rhaenyra: ━━Bonito vestido, mandia². Pero por alguna razón pensé que elegirías el dorado o el blanco, como las demás novias ━━exclama Helaena con una voz completamente normal, muy diferente al tono arrastrado y misterioso con el que habló hace un momento.
━━Gracias, hāedar³. Sí, las novias normalmente eligen otros colores a estos, pero yo no soy una novia común. Soy una Targaryen, al igual que tú, al igual que Aegon, y decidí usar un vestido con los colores de nuestra casa ━━responde Rhaenyra a la niña, tratando de entender lo que acababa de decir.
━━¿Significa que yo también podré casarme con un vestido así? ━━Helaena se entusiasma.
━━Por supuesto ━━confirma Viserys.
«A menos, por supuesto, que tu madre decida vestirte con el verde de la torre de Antigua», piensa Rhaenyra.
Viserys los insta a todos y monta a caballo, sorprendiendo a los guardias con esta decisión. Hace mucho tiempo que no veían al rey a caballo, incluso en la cacería real esperó hasta que le trajeron el ciervo encadenado, en lugar de perseguirlo él mismo. Pero la boda de su amada hija parecía haberle dado al rey nuevas fuerzas, lucía mucho más fresco y mejor que antes.
Rhaenyra, Rhaenys y Laena suben a la carroza con los hijos menores del rey. Los guardias a caballo se alinean en grupos de tres a cada lado del vehículo. Viserys y el Lord Comandante de la Guardia Real, Ser Harrold Westerling, encabezan la procesión, y un destacamento de Capas Doradas cierra la marcha. El conductor impulsa las riendas con un firme movimiento y la carroza cobra vida, avanzando irreversiblemente. A su paso, se levantan imponentes filas de caballeros con estandartes ondeando al viento, tanto a pie como a caballo. Juntos, forman una escolta majestuosa que sigue el rumbo marcado por la carroza real.
La comitiva atraviesa el emblemático Callejón Sombranegra, dejando atrás sus esquinas para adentrarse en la animada y concurrida Calle de la Harina. El bullicio de la multitud llena el aire, mientras los desembarqueños se apiñan junto al camino, alzando sus cuellos en un intento de vislumbrar a la princesa entre los guardias que la custodian. La expectación y el entusiasmo son palpables en el ambiente, ya que todos anhelan tan solo un vistazo de la princesa, una oportunidad para admirar su belleza y gracia. Los ojos ansiosos de la gente se encuentran bloqueados por la impenetrable barrera de los guardias, pero eso no disminuye su emoción y admiración por la figura real que se desplaza en medio de aquel mar de admiradores.
En este escenario vibrante y lleno de energía, Rhaenyra Targaryen es el punto focal indiscutible. Es un espectáculo digno de admirar, donde la realeza se mezcla con las masas y la expectativa se desborda en cada rincón de la calle. Y es entonces, cuando la resonante voz de Ser Harrold anuncia a los miembros de la procesión: ━━¡Su Majestad, el rey Viserys Targaryen, primero de su nombre, rey de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Señor de los Siete Reinos y Protector del Reino! ¡Su Alteza, la princesa Rhaenyra Targaryen, princesa de Rocadragón y heredera del Trono de Hierro! ¡El príncipe Aegon Targaryen! ¡La princesa Helaena Targaryen! ¡La princesa Rhaenys Targaryen! ¡Lady Laena Velaryon!
Gritos entusiastas se escuchan desde todas partes: «¡Rey Viserys!». «¡Larga vida al rey!». «¡La Delicia del Reino!». «¡Felicidad a la princesa dragón!». «¡Que los Siete bendigan la unión de los señores dragón y los reyes del mar!».
Rhaenyra decide erguirse para ofrecer una mejor vista al pueblo llano que se agolpa a su alrededor. Un suspiro de admiración se escapa de los labios de la multitud al contemplar su imponente presencia, enfundada en un deslumbrante vestido y adornada con joyas resplandecientes. El brillo de los metales preciosos refleja la luz del sol, deslumbrando a todos los presentes. Con una sonrisa radiante, Rhaenyra dirige su mirada hacia las personas, saludándolas con la mano. Su gesto amistoso es correspondido fervorosamente por los desembarqueños, quienes ansían contemplar de cerca a esta hermosa rubia-platinada que se presenta ante ellos como la personificación misma de una verdadera reina valyria.
Laena, para ese momento, abre un cofre lleno hasta el borde de venados de plata y dragones de oro. Y lanza un puñado de monedas hacia la multitud, invitando a Aegon y Helaena a unirse a ella en este acto de magnanimidad. Los pequeños, contagiados por la emoción del momento, se ríen y siguen el ejemplo de su prima, lanzando con alegría más monedas a los transeúntes. Un silbido de admiración y vítores estalla entre los presentes al observar la generosidad desplegada por la familia real. Por unos instantes, en medio de la euforia colectiva, la atención de los ciudadanos se desvía de la princesa y se centra en la oportunidad fugaz de recoger las valiosas monedas que yacen en el suelo, demostrando con gritos y pleitesía su gratitud por la muestra de afecto brindada por La Delicia del Reino.
La procesión continúa su avance, repitiéndose el mismo escenario a lo largo de todo el trayecto. Finalmente, alcanzan el final del extenso camino que es la Calle de la Harina, desembocando en la Calle de las Hermanas, donde se alza imponente el Septo de la capital. El lugar rebosa de gente, impacientes por presenciar el gran acontecimiento. En ese preciso momento, Laena y los niños vacían por completo el cofre, lanzando las últimas monedas al aire. Detienen su recorrido y todos se toman un instante para admirar la escena que han creado. Luego, Laena premia a los niños con una gran sonrisa por su excelente trabajo.
Viserys desciende de su caballo y se acerca para ayudar a las damas a salir de la carroza. Con exquisita atención, dos doncellas aguardan en la entrada del lugar, listas para recoger y cuidar de la cola del vestido de la princesa, evitando que se ensuciara con el polvo del suelo. Rhaenys y Laena se llevan a los niños consigo, adentrándose juntos en el majestuoso septo para ocupar sus respectivos lugares. Viserys, orgulloso y protector, se posiciona junto a su hija y le ofrece su mano. La princesa, presa de una fuerza inesperada, se aferra con ternura a su padre.
━━¿Estás teniendo dudas sobre casarte ahora? ━━bromea Viserys, dándole palmaditas en la mano.
━━No, simplemente... En algún momento dejé de creer que alguna vez me casaría y sería feliz ━━responde Rhaenyra en voz baja.
━━¿Y ahora?
━━Ahora estoy segura de que podré ser una esposa feliz y una heredera digna, kepa⁴... Vamos, no hagamos esperar a los invitados.
Entonces entran en el septo. Antes de entrar, las doncellas cuidadosamente ponen sobre Rhaenyra un pesado manto negro con un dragón rojo bordado en el. Rhaenyra sabía que todas las mujeres Targaryen llevaban esta capa cuando se casaban. Y los hombres Targaryen ponían la suya en lugar de la capa de doncella en sus novias. Lord Corlys le quitó está capa a la princesa Rhaenys, y su propio padre la había puesto sobre los hombros de la madre de Rhaenyra. Ella endereza los hombros bajo el peso de la tela y permite que su padre la guíe.
━━¡Su Majestad, el rey Viserys Targaryen, primero de su nombre, rey de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Señor de los Siete Reinos y Protector del Reino! ¡Su Alteza, la princesa Rhaenyra Targaryen, princesa de Rocadragón y heredera del Trono de Hierro! ━━anuncia el heraldo cuando entran en la sala principal.
Rhaenyra observa con admiración el gran trabajo realizado en el septo en tan poco tiempo. Las columnas de piedra brillaban, el antiguo suelo de piedra había sido reemplazado por mármol y las estatuas de los Siete se veían completamente renovadas mientras miraban a los visitantes desde arriba. Rhaenyra ve a Rhaenys, Daemon y Laena en las primeras filas. A cierta distancia están Otto, Alicent y sus hermanos. Alicent viste nuevamente un vestido verde musgo y joyería con esmeraldas incrustadas, pero a Rhaenyra no le importan los intentos de su antigua amiga por destacar de alguna manera. Alicent mira el vestido de Rhaenyra con fingida indiferencia y, apretando los labios, se da vuelta. La expresión de Otto mostraba unos pómulos marcados por una mueca, lo que dejaba en claro que Lord Mano estaba molesto.
Rhaenyra siente una satisfacción infantil al darse cuenta de que su boda superó ampliamente la de su padre y Alicent. Se invirtió más dinero en ella; todos los señores de todas partes de Poniente asistieron a la celebración (incluso la desafiante Dorne envió representantes del reino con regalos para la princesa y Ser Laenor); la ceremonia se llevó a cabo en un septo renovado y reparado, e incluso el vestido de Rhaenyra era mucho más lujoso que el vestido ridículo que Alicent llevó en su propia boda. Ella desea sonreír maliciosamente a su madrastra y al odioso Lord Mano, pero se contiene. Sabe que necesita mantener la compostura, sintiendo que todas las miradas están puestas en ella. Pero su mirada está dirigida al frente.
La princesa y el rey caminan hacia el altar, donde les esperan el Septón Supremo, Lord Corlys y Laenor. Rhaenyra no puede apartar la mirada de su futuro esposo. Él luce impecable. El jubón turquesa bordado con plata y zafiros se ajusta perfectamente a sus anchos hombros y estrecha cintura. Su cabello perlado está recogido en una cola baja, dejando al descubierto su rostro esculpido. Una capa azul con el caballito de mar de los Velaryon descansa sobre sus hombros.
Laenor también observa a Rhaenyra y ella siente su penetrante mirada recorrer su figura enfundada en el vestido. Sus ojos se encuentran y una sonrisa ilumina el rostro de Laenor. Rhaenyra le responde con otra sonrisa, mirando sus brillantes ojos. Si alguien le hubiera dicho hace medio año que pronto caminaría hacia el altar con impaciencia y alegría, se habría reído en su cara. Pero ahora se contenía de la emoción, adaptándose al tranquilo paso de su padre. Finalmente, suben al altar. Laenor se acerca a ella y Viserys coloca su mano en la palma de Laenor. Él le da una palmadita paternal en el hombro y se sitúa junto al orgulloso Lord Corlys con una sonrisa en su rostro.
━━Eres hermosa, mi princesa. Es como si la mismísima reina Visenya hubiera renacido con toda su deslumbrante y feroz belleza ━━susurra Laenor.
━━¿No era Rhaenys? ━━susurra también Rhaenyra, sin ocultar su deleite por las palabras de su prometido.
━━La reina Rhaenys amaba los bailes, la seda y las canciones sobre caballeros y doncellas. El pueblo la veía como una líder carismática y digna, que encarnaba los valores de la Casa Targaryen. Pero Visenya amaba el aroma del fuego de dragón, el acero valyrio y la sensación de la sangre caliente de sus enemigos entre sus manos, siendo considerada más austera y temible que sus hermanos. El pueblo la veía como una figura de respeto y temor, una protectora feroz de su familia y su hogar... Tú eres mi indomable Visenya, no la justa Rhaenys ━━dice Laenor, acariciando suavemente su mano con el dedo pulgar.
El Septón Supremo tose, llamando la atención de la pareja. Ellos se sonríen mutuamente y se voltean hacia el hombre de edad avanzada.
━━Nos hemos reunido aquí para presenciar, a la luz de los Siete, la unión de estas almas jóvenes ansiosas por encontrar paz en los brazos del otro. Antes de que comience la ceremonia, doy la palabra a aquellos que consideren que existen razones que impiden esta unión.
Rhaenyra está lista para escuchar un estallido histérico de Otto Hightower o incluso de Alicent, pero nadie se atreve a decir una sola palabra. El septón asiente a la multitud y se dirige a Rhaenyra y Laenor.
━━En presencia de los Siete, mírense el uno al otro y reciten sus votos.
Los novios se voltean hacia el otro y comienzan el primer paso de los ritos matrimoniales, donde Rhaenyra sabía que primeramente debían pronunciar los Siete Votos frente al Septón Supremo, cada uno dedicado a uno de los Siete Dioses.
«En el nombre del Padre, prometo ser un buen proveedor y líder para nuestra familia, mantenernos seguros y protegidos en todos los aspectos de nuestras vidas».
«En el nombre de la Madre, prometo amarte, cuidarte y apoyarte en todas tus metas y sueños, ser tu compañero/a en la crianza de nuestros hijos y criar a una familia amorosa y feliz».
«En el nombre del Guerrero, prometo defenderte y protegerte en tiempos de peligro, luchar a tu lado y ser tu apoyo incondicional en todas las batallas que enfrentemos juntos».
«En el nombre del Herrero, prometo trabajar arduamente para construir un hogar sólido y estable para nosotros, asegurando que nunca nos falte nada y viviendo en armonía y prosperidad».
«En el nombre de la Doncella, prometo serte fiel solamente a ti, honrar y respetar nuestra relación, mantener la pureza de nuestro amor y serte leal en cuerpo y alma».
«En el nombre de la Vieja, prometo escucharte y aprender de ti, valorar tu sabiduría y opiniones, ser tu confidente y tomar decisiones juntos en busca del mejor camino para nuestra vida».
«En el nombre del Desconocido, prometo amarte en todas las facetas de tu ser, en los momentos oscuros y en los tiempos inciertos, acompañarte a lo largo de toda nuestra existencia».
━━El Padre, La Madre, El Guerrero, El Herrero, La Doncella, La Vieja, El Desconocido... ━━dicen ambos al unísono después de pronunciar y repetir los votos de manera individual.
━━Yo soy de ella, y ella es mía...
━━Yo soy de él, y él es mío...
━━Desde este día hasta el fin de mis días ━━concluyen de nuevo juntos.
Ahora, llega el momento de invocar las Siete Bendiciones, donde el Septón Supremo toma la palabra con una voz fuerte y solemne: ━━Invocamos a los Siete Dioses y les pedimos sus bendiciones. Padre, bendice a esta pareja con amor y compasión. Madre, concédeles fertilidad y abundancia. Guerrero, dales fuerza para superar los desafíos que enfrenten. Herrero, cuídalos y protege a sus hijos. Doncella, otorga pureza y dulzura en su vida juntos. Vieja, bendícelos con sabiduría y paciencia. Desconocido, rogamos que traigas buena fortuna y alegría a sus vidas. Que las Siete Bendiciones caigan sobre ellos en este día y siempre.
Seguidamente el hombre los hace intercambiar las tradicionales Siete Promesas.
━━Prometo ser tu fiel esposo y nunca desviarme de nuestro matrimonio ━━comienza Laenor con una pequeña sonrisa en el rostro, sin apartar la mirada de su novia.
━━Prometo ser tu fiel esposa y nunca desviarme de nuestro matrimonio ━━repite Rhaenyra con ojos humedecidos.
«Prometo amarte y respetarte en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad. Prometo compartir contigo mi tiempo, mi amor y mis secretos. Prometo cuidarte y protegerte de cualquier daño o peligro. Prometo honrarte y apoyarte en todas las decisiones que tomemos juntos. Prometo ser leal y fiel a ti en cuerpo y alma. Prometo amarte mientras haya vida en mí y estar a tu lado hasta que la muerte nos separe».
━━¡Es hora del intercambio de capas! ━━ordena el Septón Supremo al terminar de intercambiar las Siete Promesas y entonar la canción nupcial.
Laenor quita el pesado manto de los hombros de Rhaenyra y se lo pasa a su primo Daemion Velaryon, a quién había elegido como su padrino. Seguidamente, cubre sus delicados hombros con su propia capa de manera gentil y protectora. Rhaenyra inhala, sintiendo el aroma de Laenor impregnado en la capa que ahora la abriga. Esto la reconforta desde dentro. Ella se gira y toma su capa de las manos de Daemion y, subiéndose de puntillas, la coloca sobre Laenor. Vuelven a estar frente a frente. El corazón de Rhaenyra late rápido ante la dulzura con la que Laenor la mira.
━━Con este beso te entrego mi amor y te acepto como mi señor y esposo ━━pronuncia emocionada la última parte del rito.
━━Con este beso, te entrego mi amor y te acepto como mi señora y esposa ━━repite él.
En un destello de complicidad presente en sus ojos, Laenor se inclina hacia Rhaenyra y sus labios encuentran los suyos en un suave y apasionado beso. La princesa, deseando entregarse a la sensación y la calidez compartida, se siente tentada a sumergirse por completo en ese instante mágico, pero la realidad los rodea de manera implacable. No pueden permitirse dejarse llevar frente a la mirada atenta del Septón Supremo y la multitud congregada en el sagrado templo de Desembarco del Rey.
Aun así, Laenor no puede resistirse a prolongar ese momento de intimidad por unos segundos más, y aprieta suavemente a Rhaenyra contra su cintura, buscando retener la cercanía que los ha unido. Sin embargo, conscientes de las exigencias del protocolo y del contexto en el que se encuentran, finalmente rompen el beso, dejando que el aliento compartido se disperse en el aire entre ellos.
━━¡¡¡Aquí, ante los ojos de los dioses y los hombres, proclamo solemnemente a Laenor de la Casa Velaryon y Rhaenyra de la Casa Targaryen marido y mujer, una sola carne, un solo corazón, una sola alma, ahora y por siempre, y maldito sea quien se interponga entre ellos!!!
El Septo de Desembarco del Rey estalla en gritos y aplausos.
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1. Ziry iksī: Mi niña.
2. Mandia: Hermana mayor.
3. Hāedar: Hermana menor.
4. Kepa: Padre.
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