FUEGO Y SANGRE
ACTO I: LA PRINCESA DRAGÓN

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CAPÍTULO XVI:
Paria

DAEMON APENAS logra contener su impaciencia mientras los señores abandonan uno por uno la sala de consejo. Le dan ganas de levantarse y seguirlos, ya que la reunión de hoy había sido especialmente aburrida.

Viserys no le había asignado ningún cargo, recordando lo rápido que su hermano se aburre al cumplir tareas monótonas. Y Daemon ya no anhelaba tener un estatus oficial en el Consejo Privado, ya que eso lo ataría a la capital y le quitaría la libertad a la que ya está acostumbrado.

En el consejo de hoy se finalizaron oficialmente los preparativos para los eventos relacionados con la boda de Rhaenyra y Laenor, que estaba programada para dentro de un mes. Las festividades durarían siete días, y representantes de las Grandes Casas ya estaban llegando a la Fortaleza Roja para prepararse para la celebración. Daemon ya estaba cansado de las miradas coquetas de las hijas de los señores de las casas menores, deseosas de compartir su lecho. Le había prometido a Viserys no causar problemas y no tenía intención de arruinar la relación que se estaba restableciendo con su hermano por algún enredo.

Las conversaciones sobre la boda de Rhaenyra ya no le causaban dolor. Su pequeño dragón había reemplazado su ira por la piedad dos días después de aquella noche en Lecho de Pulgas cuando la dejó sola. Ella lo había citado al arciano, que se había convertido en su lugar favorito últimamente, y hablaron sin malentendidos ni engaños.

━━Mi madre siempre decía que el mismo fuego fluye en nuestra sangre, tío. Cuando era pequeña, pensaba que eso era algo bueno. Después de todo, nadie en este inmenso castillo me entendía como tú ━━pronunció Rhaenyra en Alto Valyrio sin vacilar ni el menor acento, haciendo que el orgullo floreciera en el pecho de Daemon.

━━Entonces, ¿qué ha cambiado, mi pequeño dragón? ¿Cuándo el mar de los Velaryon se volvió más idóneo para ti que el fuego del dragón? ━━preguntó Daemon con amargura en la voz.

━━Hemos cambiado, tío. Aquella noche no solo me dejaste sola. Me mostraste lo vulnerable y débil que soy, a pesar de ser la heredera al Trono de Hierro. Me demostraste que el despreciable bastardo de Otto Hightower tenía razón al llamarnos tan indomables como nuestros dragones ━━respondió Rhaenyra con una triste sonrisa, mirándolo con sus hermosos ojos.

━━Hoy marcaré este día como uno de los más oscuros de mi vida, porque hoy mi feroz dragón acaba de decir que el bastardo de Hightower tenía razón ━━Deamon quería hacer una broma, pero su voz sonaba demasiado seria.

━━De todas formas, aquella noche me abrió los ojos en muchos aspectos. Para los señores de Poniente, Aegon sigue siendo el aspirante más fuerte al trono, a pesar de que mi padre me haya nombrado heredera. Necesito convencerlos. Necesito mostrarles que soy más fuerte, que deben tenerme en cuenta.

━━Si te casarás conmigo en lugar de con Laenor, cortaría la cabeza de cualquiera que se atreviera a cuestionar tu derecho al trono.

━━Hace poco tiempo pensaba exactamente lo mismo. Quería arrasar con todos mis enemigos con fuego de dragón, y quería que estuvieras a mi lado en ese momento. Pero ahora entiendo que juntos sumergiríamos a este reino en sangre. Y yo quedaría gobernando sobre un reino de cenizas. No quiero eso, tío. Mi vida ya ha estado llena de privaciones. No quiero perder lo poco que me queda.

━━¿Por eso elegiste a Laenor? Por su padre y su flota, por la riqueza de los Velaryon, por los tres dragones que se unirían a ti gracias a este matrimonio? ━━Era difícil, pero Daemon reconocía que no tenía mucho que ofrecerle a Rhaenyra. Nada más que su lealtad, amor y Hermana Oscura.

━━No solo eso. Por supuesto, todo lo que has enumerado son indiscutibles ventajas de la alianza con los Velaryon. Pero no estaría de acuerdo con ninguno de esos argumentos si no fuera por Laenor mismo ━━Daemon estaba dispuesto a clavarse Hermana Oscura cuando vio cómo la mirada de Rhaenyra se suavizaba al mencionar a Laenor. Dolió más de lo que esperaba━━. Él posee un sereno y sabio temple que supera mis capacidades. Mientras yo me inclino hacia la impulsividad y la destrucción, él siempre descubre una solución que yo nunca vería. Donde yo deseo rugir y perder el control, él aborda todo con diplomacia y mesura. De alguna manera, Laenor logra domar las partes más oscuras de mi ser, suavizando las asperezas... Y los resultados son favorables.

━━Entonces, ¿yo solo estaba amplificando esas partes más oscuras?

━━¿Y acaso yo no he hecho lo mismo contigo?

Daemon guardó silencio en respuesta a la pregunta de Rhaenyra. Porque no quería admitir su acierto. Rhaenyra entendió esto y no insistió.

━━Pero pase lo que pase entre Laenor y yo, eso no cambia el hecho de que somos familia, Daemon. Siempre serás la persona que me entendió mejor de lo que yo misma me entiendo. Y sé que nos protegerás a mí y a nuestros futuros hijos a cualquier costo, incluso si no quieres a Laenor ni apruebas nuestra unión. Te protegeré con todas mis fuerzas, especialmente ahora que finalmente necesitamos unir a nuestra familia. No permitiré que Otto vierta sucias mentiras en los oídos de mí padre, ni permitiré que él te insulte y te expulse de tu hogar. Pero no podremos ser una familia nuevamente si vuelves a huir, Daemon.

Durante un breve instante, Daemon consideró la idea de escapar. Montar en Caraxes y volar más allá del Mar Angosto. Establecerse en Pentos, Braavos o Volantis, ofreciendo su protección como jinete de dragón al lord que ofreciera más oro y entretenimiento. Vivir lejos de las intrigas de Poniente y del nido de víboras en el que se había convertido la Fortaleza Roja. Pero esa ilusión desapareció al instante en el que miró los ojos llenos de esperanza de Rhaenyra. No podía abandonar a su pequeño dragón en manos del despreciable Otto y sus secuaces.

━━Si te casas, entonces yo también debería conseguir una esposa. No puedo permitirme ser testigo de cómo eres feliz con Laenor, mientras ahogo mi soledad en vino y prostitutas ━━respondió a Rhaenyra, arrepintiéndose al instante de la rudeza de sus palabras.

━━Ya he hablado con padre sobre tu matrimonio. Sé que tu matrimonio con Lady Rhea no te ha traído felicidad, por lo que he obtenido la promesa de mi padre de que no se te forzará a casarte en contra de tu voluntad, tío ━━dijo Rhaenyra, con una triste sonrisa en su rostro━━. A decir verdad, estaría muy contenta si encuentras tu felicidad y continúas nuestro linaje, dando a nuestra familia nuevos dragones. Mi hijo podría casarse con tu hija, o mi hija podría casarse con tu hijo, y podríamos unir nuestras familias, haciendo que la Casa Targaryen sea aún más fuerte que antes.

━━¿Y qué heredarían mis hijos, Rhaenyra? No tengo ni un castillo propio ni tierras que pueda legarles. Incluso me negaron la herencia de Rocadragón después de la muerte de Rhea. Pocos señores querrán dar a su hija en matrimonio a un príncipe sin tierras. Así que me conformaré con la compañía de las damas de la Calle de la Seda.

━━No tendrás que conformarte con eso si deseas otra cosa, tío. He logrado arrancarle a mí padre la promesa de encontrar algún castillo abandonado para ti y asignar fondos para su renovación, para que tus futuros hijos tengan algo que heredar. No será Rocadragón, por supuesto, pero es mejor que nada, ¿no crees, tío?

Rhaenyra estalló en risas al ver la expresión atónita en el rostro de Daemon. Él esperaba muchas cosas, pero no promesas de tierras y un castillo propio que pudiera legar a sus hijos. Por primera vez, Daemon se admitió a sí mismo que estaba cansado de ser la sombra de Viserys, de ser el hermano menor sin una familia ni un hogar propio. Y Rhaenyra le estaba ofreciendo exactamente lo que él tanto anhelaba. Y lo que era aún más sorprendente, ella no lo estaba alejando ahora por su matrimonio con Laenor, sino que le pedía que se quedara como parte de su familia, ofreciéndole la oportunidad de unir las ramas de la Casa Targaryen para fortalecer su posición y su hogar en el futuro.

━━¿De dónde has sacado tantos pensamientos sabios en esa linda cabecita? ━━preguntó Daemon con una sonrisa burlona a la joven.

━━Su dueña recordó que su cabeza no solo es para lucirla alrededor del cuello, sino también para pensar ━━respondió ella.

Daemon rió durante mucho tiempo después de las palabras de su sobrina. Ese día prometió que no decepcionaría a su pequeño dragón y durante las últimas semanas había cumplido fielmente su palabra. No se había metido en peleas de borrachos en las calles de la capital, no había provocado intencionalmente a nadie en las reuniones del Consejo Privado (excepto, talvez, un poco a Lord Mano, para mantener la tradición) y se había comportado lo más decentemente posible. Y cuando sentía que estaba a punto de rendirse, descargaba su ira en los caballeros en el campo de entrenamiento o volaba en Caraxes, desapareciendo entre el silbido del viento bajo las alas de su dragón.

Ahora, en el momento presente se levanta de la mesa como el último de los consejeros, deseando llegar pronto a Pozo Dragón y montar en Caraxes.

━━¿A dónde te diriges? Pensé que hablaríamos sobre qué castillo vacío te conviene más y luego hablar con Lord Beesbury sobre cuánto podrá asignar la tesorería en este momento para comenzar la reconstrucción ━━Viserys frunce el ceño, mirando a su hermano insatisfecho.

━━Hermano, te ruego que pospongamos este asunto hasta mañana. Aprecio tu participación en este tema, pero ahora mismo no puedo reunir un solo pensamiento claro; solo perderías el tiempo ━━Daemon despeina distraídamente su cabellera que estaba creciendo━━. Tu Mano estuvo de muy mal humor hoy y, por lo visto, decidió arruinarle el día a todos los demás. Tuve que hacer un gran esfuerzo para no ser grosero con él frente a todos los señores, y ahora necesito aire fresco. Por favor...

Viserys suspira profundamente pero asiente en acuerdo con su hermano. Daemon se dirige casi corriendo hacia los establos, ensilla su caballo y parte en dirección a Pozo Dragón. Al llegar, él mismo ensilla a Caraxes para el paseo, sin confiar esta tarea a los descuidados Guardianes de los Dragones, y se alza en él hacia el cielo. Caraxes, percibiendo el estado de ánimo de su jinete, asciende rápidamente ganando altura sobre Desembarco del Rey.

Daemon dirige al dragón hacia la Bahía del Aguasnegras, alejándose del agobio y malos olores de la capital, y luego deja que Caraxes se dirija libremente. El dragón, disfrutando de su pequeña dosis de libertad, se eleva hasta las nubes y luego pliega sus alas junto a su cuerpo, descendiendo a gran velocidad. Cuando queda muy poco para alcanzar la superficie del agua, Caraxes despliega bruscamente sus alas, haciendo que el estómago de Daemon dé un vuelco. El Príncipe Canalla ríe a carcajadas, deleitándose con el poder de su bestia. Caraxes se contagia de la alegría de su jinete y se retuerce en diferentes direcciones, girando a la derecha y a la izquierda, haciendo que Daemon se afirme con más fuerza a las cadenas de acero de la silla de montar. En esos momentos, Daemon siente una dichosa vacuidad. Nada llena su mente. Solo escucha el sonido del viento, el rugido de Caraxes y los graznidos de las gaviotas huyendo del dragón rojo.

Cuando una sombra gigantesca los cubre, Daemon primero piensa que es una nube que ha tapado el sol. Pero la sombra es demasiado oscura para ser una nube común. El resoplido de Caraxes hace que Daemon abra los ojos y mire hacia arriba. Ve a Vhagar sobre ellos. Caraxes se escapa debajo del enorme dragón y bate rápidamente sus alas para igualarle. Daemon ve que Vhagar no está sola. La figura esbelta de Laena, vestida con cuero negro, está sentada en la silla de montar, gritando órdenes en Valyrio. Daemon está demasiado lejos para ver su rostro, pero pudo escuchar el deleite evidente en la voz de la joven cuando habla con Vhagar.

Caraxes, como si recordara que él y Vhagar solían pertenecer a los príncipes Aemon y Baelon, se acerca a Vhagar y la provoca, silbando algo en su lenguaje de dragones. El dragón rojo adelanta a la anciana y pasa directamente frente a su hocico, invitándola a jugar al pilla-pilla. El resonante rugido de Vhagar atraviesa los huesos de Daemon.

━━Espero que la anciana no nos devore ━━murmura, apretándose contra el cuello de Caraxes.

Sin embargo, no tenía nada que temer. Vhagar era el dragón más grande que aún vivía, pero Caraxes era más joven y rápido. Laena también parecía entender eso, por lo que no apresuraba a su dragón, permitiendo que las bestias resolvieran sus diferencias.

Durante algún tiempo, los dragones vuelan en círculos alrededor del otro, intercambiando gruñidos y rugidos. Después de unos minutos, Vhagar se aburre de esto y Laena guía a su dragón hacia las rocas junto a la bahía. Caraxes gruñe en desaprobación y no tiene más opción que seguir a su compañera de batalla. Vhagar aplasta las rocas con su torpe e inmenso cuerpo al aterrizar, mientras que Caraxes aterriza elegantemente en las puntas de sus garras, apenas haciendo ruido. Laena desciende de Vhagar y Daemon sigue su ejemplo.

━━Son un par muy extraño, Laena. La enorme y vieja Vhagar, y tú, la joven y pequeña dama. ¿Quién lo hubiera pensado? ━━Daemon elige deliberadamente hablar en valyrio con el fin de comprobar si ella puede entenderlo.

━━Ten cuidado, primo. Vhagar podría ofenderse e incinerar tu cuerpo hasta las cenizas. ¿No recuerdas que de todos los dragones de la Conquista, ella tiene el fuego más potente? ━━Laena responde en un impecable Valyrio.

Daemon recuerda que hacía años que no hablaba Valyrio con nadie más que Rhaenyra. Era inusual hablar en su lengua materna con alguien que no fuera su pequeño dragón, pero era agradable. Observa a Laena, que parecía diminuta junto a la enorme cabeza de Vhagar. No puede evitar notar lo bien que le sentaba el traje de cuero que llevaba para volar en su dragón, resaltando su esbelta figura. El cabello de la joven está trenzado en un grueso peinado y adornado con una diadema plateada. Laena había crecido hasta convertirse en una mujer alta, mucho más alta que Rhaenyra, y no es de extrañar que fuera considerada una de las principales bellezas del reino. Sus rasgos Valyrios: la piel pálida, los ojos violetas y el cabello plateado, realzan su rostro delicado. Un destello de melancolía lo ciega por un momento cuando se da cuenta de cuánto se parece Laena a su abuelo. Ve a su tío Aemon en la forma de sus ojos y nariz, en el color de su cabello que se entremezcla el oro y la plata, en la curva de sus labios, y eso llena su corazón de una dulce amargura.

━━Te pareces mucho a mí tío Aemon ━━comparte Daemon sus observaciones con ella.

━━Mi padre me lo dice a menudo: «Cuando te enfadas, veo a tú abuelo, que amenazaba con arrancarle la cabeza a quien se atreviera a ofender a su hija y alimentárselo al kraken» ━━responde Laena con una sonrisa, haciendo que su rostro parezca aún más joven.

Ella imita tan perfectamente el tono gruñón de Corlys, que Daemon no puede contener la risa.

━━No solo eres hermosa, sino también talentosa. Una combinación poco común ━━dice Daemon, acercándose lentamente a ella.

━━No tan poco común si hablas con una mujer durante más de unos pocos minutos, tío ━━responde Laena, levantando la barbilla en respuesta.

━━Tu carácter, sin duda, se parece mucho al de mi prima Rhaenys. Ella también levanta la barbilla de esa manera cuando está lista para discutir hasta quedarse sin voz ━━dice Daemon en un tono conciliador━━. No tengo intención de involucrarme en una discusión que no pueda ganar.

━━Esa es una sabia decisión, Daemon ━━Laena sonríe mientras acaricia a Vhagar en el hocico━━. Supongo que la presencia de Vhagar también ayuda a persuadir a otros de que no es recomendable discutir conmigo.

━━Indudablemente ━━concuerda Daemon.

━━¿Escapaste de otra reunión del consejo? ━━Laena cambia de tema.

━━No me subestimes, Laena. Me quedé hasta el final valientemente, aunque, por los dioses, se me hacía cada vez más engorroso con cada palabra que salía de la boca sucia de ese Hightower ━━frunce el ceño Daemon, recordando la reunión.

━━¿Qué fue lo que te molestó esta vez? ¿Se le fue la lengua nuevamente porque Rhaenyra tuvo la osadía de acercarse a sus nietos? ━━pregunta Laena, apoyándose en el costado caliente de Vhagar.

━━No, esta vez intentó convencer a Viserys de no destinar fondos para la restauración del castillo y las tierras a mí cargo.

━━¿En serio?

━━La boda de la princesa Rhaenyra y Ser Laenor ya pondrá una carga pesada en las arcas. Destinar fondos para un proyecto tan extenso como la restauración de un castillo y disposición de tierras adyacentes no me parece una decisión sensata en este momento ━━imita Daemon, con disgusto, la voz de Otto.

━━Eso no suena en absoluto como Lord Mano ━━Laena se ríe.

━━Lamentablemente, no puedo rebajarme tanto como para parecerme a ese bastardo ━━Daemon hace un gesto de escalofríos.

━━¿Y qué castillos tienes en mente tú? ━━Laena cambia de tema de nuevo.

━━Estamos decidiendo entre Astas, que solía pertenecer a los Buckwell, y Ring, que pertenecía a los Roxton. Los primeros desaparecieron en tiempos de Maegor el Cruel, mientras que el último representante de los segundos murió hace casi treinta años sin dejar herederos. ¿Qué castillo elegirías tú? ━━pregunta Daemon a la chica.

━━Astas está cerca de Poza de la Doncella, ¿verdad? En las Tierras de los Ríos. Y Ring, si no me equivoco, está en El Dominio, cerca del río Mander.

━━También eres inteligente ━━afirmó Daemon admirado.

Laena revira los ojos, pero Daemon captura una sonrisa que se desliza por sus labios. La joven pensaba que estaba interpretando bien el papel de una dama inaccesible, pero Daemon ha vivido demasiado tiempo como para no entender esos trucos.

━━Si fuera yo quien eligiera, escogería Astas. Está cerca tanto de Desembarco del Rey como de Marcaderiva, y así podría visitar tanto a Rhaenyra y Laenor en la Fortaleza Roja como a mis padres en Marea Alta. Pero si me interesara solo el beneficio, elegiría Ring. El Dominio es una tierra fértil. Con el río y Ladera cerca, se podría establecer el comercio y recolectar impuestos de los campesinos que trabajan la tierra.

Mientras Laena continúa enumerando meticulosamente los beneficios y desventajas de ambos castillos, las palabras caen en oídos sordos para Daemon. En cambio, sus ojos se fijan en los labios en movimiento y en el ceño pensativo de Laena, mientras revive una memoria o un dato divertido. En ese instante, su mirada se transforma, ya no ve a su sobrina como la pequeña que solía ser y que no veía desde mucho tiempo, sino a una mujer hermosa y radiante. Una joven inteligente, dotada de un sentido del humor encantador y una valentía audaz.

Este es el retrato perfecto de una mujer que cabalga a lomos del dragón más imponente del mundo conocido. Daemon se queda hipnotizado por la transformación de Laena, como si la estuviera viendo por primera vez bajo una nueva luz. Su espíritu intrépido y su determinación incansable ahora brillan con una intensidad que le roba el aliento. Daemon sabe en lo más profundo de su ser que ha presenciado una evolución asombrosa, una metamorfosis de su querida sobrina en una mujer irresistible y poderosa... Una mujer digna de su sangre valyria.

Es en este momento mágico, donde el pasado se fusiona con el presente, que Daemon se da cuenta de que Laena es mucho más que una simple jinete de dragón. Ella personifica la esencia de aquellos que desafían los límites establecidos, que persiguen sus sueños sin importar las barreras que se les presenten. Y en ese instante, Daemon comprende que el destino les había acabado de brindar el regalo más valioso: el poder compartir juntos la grandeza y la aventura que solo un dragón puede ofrecer.

Así, admirando a Laena con un nuevo respeto y admiración, Daemon se queda sin palabras, maravillado ante la mujer en la que se ha convertido. Su corazón late con orgullo mientras imagina los horizontes ilimitados que le esperan a su lado, sabiendo que juntos conquistarán el mundo. En Laena, encuentra a la compañera perfecta para emprender lo que parece ser el vuelo más emocionante y desafiante de sus vidas.

━━¿De verdad me estás escuchando? ━━Laena lo devuelve a la realidad con voz disgustada.

Sus ojos se encuentran en un cautivante intercambio de miradas, mientras él se acerca decidido hacia ella, movido por la incontenible atracción que los une. Daemon es consciente del mutuo deseo que palpita entre ellos, aunque ella se haya negado a mostrarlo abiertamente. El anhelo por saborear aquellos labios encantadores se apodera de él, ansiando inclinarse y fundirse en un beso apasionado. Sin embargo, su avance es detenido abruptamente por la delicada mano de ella, la cual se apoya en su pecho, transmitiendo una débil advertencia. ━━¿Qué estás haciendo? ━━pregunta ella, desviando la mirada de sus ojos a sus labios y de vuelta.

━━Quiero besarte ━━susurra roncamente en Alto Valyrio.

━━¿Y si no quiero?

━━¿Es así? ━━susurra Daemon, casi rozando sus labios.

━━Jamás me convertiré en una mera alternativa para tí ━━responde Laena enérgicamente, apartándolo con un gesto firme de su brazo extendido.

━━Intrigante, ¿por qué crees que eres una mera alternativa? ━━cuestiona Daemon, desconcertado por sus palabras.

━━Sé leer entre líneas, Daemon. Tus ojos me lo dijeron todo cuando el rey anunció el compromiso oficial entre Laenor y Rhaenyra. Aunque nunca haya experimentado esa situación personalmente, puedo reconocer el dolor reflejado en tu mirada ━━expresa ella con una mezcla de compasión y determinación.

Ella monta ágilmente sobre el imponente lomo de Vhagar, ajustando las riendas con destreza. Sus miradas se encuentran en un instante cargado de significado.

━━No soy la solución a tu aflicción, tío. Cuando desees besarme no para evadirte, sino porque específicamente necesitas de mí, entonces podremos retomar esta conversación ━━expone Laena con determinación mientras da la orden de alzar vuelo.

Vhagar acelera y se lanza al vacío desde el precipicio para aprovechar las corrientes de aire. El melancólico rugido de Caraxes provoca un escalofrío que recorre la columna vertebral de Daemon. «Pero nunca tuve a Rhaenyra en mi mente», destella tardíamente en su mente mientras observa cómo Vhagar y Laena se alejan cada vez más entre las nubes.

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