FUEGO Y SANGRE
ACTO I: LA PRINCESA DRAGÓN

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CAPÍTULO XIII:
Él primer paso

VOLAR... NADA PODÍA COMPARARSE a la libertad que otorgaban los cielos. Bruma batía sus alas rítmicamente, rozando la superficie del agua y haciendo que salpicaduras de agua se dispersaran en todas direcciones. Laenor cierra los ojos, deleitándose con el fresco aroma del agua salada. Amaba volar en Bruma más que muchas cosas. Más que los vinos dulces, más que los caballos de raza, más que el sabor de la victoria sobre otro enemigo.

A lomos de su dragón, simplemente era Laenor. No el heredero de Marcaderiva, no el futuro príncipe consorte, sino un hombre que deseaba disfrutar de la fuerza de su juventud tanto tiempo como fuera posible, pues según le decía su madre, esa etapa pasaría demasiado rápido. Por eso, las horas pasadas en la silla de montar de Bruma eran invaluables.

El juguetón gruñido de Syrax lo hace abrir los ojos. Se gira hacía atrás para ver la pequeña figura de Rhaenyra, sentada firmemente en la espalda dorada de Syrax. Él contempla la amplia sonrisa en el rostro de la princesa y, piensa en cómo ver la felicidad en su rostro era una recompensa digna, por lo que pronto tendría que reunir todas sus fuerzas para garantizar su seguridad y un futuro tranquilo para ellos y sus futuros hijos.

━━¡Más rápido, Bruma! ¡Vamos a mostrarles a esas pequeñas dragonas qué es verdadera fuerza! ━━Laenor grita las órdenes en Alto Valyrio, tratando de superar el silbido del viento.

Bruma bate sus alas más rápido, ganando altura y velocidad. Laenor se gira de nuevo para ver la emoción y anticipación en el rostro de Rhaenyra. Syrax se une a la carrera con un rugido de desaprobación, persiguiendo rápidamente a su hermano mayor. Laenor sonríe permitiendo que la princesa se acerque a él, pero luego anima a Bruma a seguir adelante, dejando atrás al dragón dorado.

Syrax era varios años más joven que Bruma y casi la mitad de su tamaño, ya que había crecido en Pozo Dragón, lo cual restringía el crecimiento del animal. Mientras tanto, Bruma había crecido en Marcaderiva sin limitaciones de movimiento ni alimentación, buscando su propia comida entre las rocas y colinas cubiertas de musgo.

━━¿Reconoces tu derrota, mi princesa? ━━Laenor le pregunta en Alto Valyrio a Rhaenyra, igualando la altura y velocidad de su dragón.

━━Solo porque no quiero agotar aún más a Syrax. Tenías ventaja, ya que desde la mañana hemos estado volando con Laena y Vhagar, mientras que Bruma estaba más descansado ━━Rhaenyra intenta sonar amenazante y descontenta, pero apenas lo logra.

━━Como quieras, mi querida prometida ━━Laenor bromea, dirigiendo a su dragón hacia Desembarco del Rey.

Vuelan sobre la Bahía del Aguasnegras, haciendo que los marineros en los barcos levantarán las cabezas y suspiren emocionados. Los Guardianes de los Dragones los reciben en Pozo Dragón. Laenor libera a Bruma, sabiendo que ya se había apropiado de una cueva en las pequeñas rocas junto a la Bahía del Aguasnegras.

Rhaenyra acaricia cariñosamente a Syrax mientras los Guardianes le quitan la brida y la silla. Laenor se acerca a Rhaenyra, observando la reacción de Syrax. Bruma era taciturno y tranquilo, indiferente a otras personas a menos que representaran una amenaza para él o su jinete. Sin embargo, mostraba mucho más interés en Rhaenyra que en cualquier otra persona en su entorno.

«No a Rhaenyra, sino a su dragona», pasa fugazmente por la mente de Laenor, haciéndole esbozar una sonrisa.

La dragona de Rhaenyra era tan caprichosa como su jinete. Al principio, se mostraba cautelosa con Laenor, sin permitirle acercarse más de diez metros. Pero luego, se ablandó hacia él al ver cómo se preocupaba por Rhaenyra. Ahora, Syrax lo observa atentamente con sus ojos ámbar, permitiéndole acercarse e incluso acariciarla.

━━La próxima vez, sin duda, humillaremos a esos necios engreídos, mi niña.

Laenor sonríe al escuchar las palabras de Rhaenyra dirigidas a Syrax. Esta última gruñe en respuesta, como si estuviera confirmando las palabras de la princesa. Rhaenyra acaricia por última vez el hocico de la bestia, y luego los Guardianes de los Dragones la llevan hacia una fosa subterránea. Laenor acompaña a Rhaenyra hasta el carruaje que la esperaba en la entrada de Pozo Dragón.

━━¿Vas a venir conmigo en el carruaje? ━━pregunta inesperadamente Rhaenyra.

Laenor se sorprende por la solicitud de Rhaenyra, pero asiente en acuerdo y le indica a uno de los guardias que se asegure de que su caballo sea alojado en el establo. Ambos se sientan en el carruaje y se dirigen hacia el camino empedrado.

━━¿No te parece que Syrax ha llamado la atención de Bruma? ━━pregunta Rhaenyra mientras se quita los guantes.

━━Estoy seguro de ello, Rhaenyra ━━responde Laenor riendo━━. Tan indiferente como es hacía otros dragones y personas, mucho interés muestra en Syrax. Además, tú le gustas.

Rhaenyra responde tímidamente a estas palabras con una sonrisa, pero inmediatamente se endereza al encontrarse con la mirada de Laenor.

━━Espero que todo les vaya bien y que Syrax ponga huevos en el futuro, los cuales podremos poner en las cunas de nuestros hijos ━━continúa Laenor, mirando a su futura esposa.

━━Y yo realmente espero eso ━━responde firmemente Rhaenyra, sin apartar la mirada.

Durante un tiempo, viajan en silencio hasta que Laenor finalmente se decide a hacer una pregunta que lo ha intrigado desde hace mucho tiempo. ━━¿Puedo preguntarte algo, Rhaenyra? Siempre y cuando no consideres esta pregunta demasiado personal.

━━Pronto seremos esposo y esposa, Laenor. Dudo que entre nosotros deban existir preguntas que sean demasiado personales.

━━¿Por qué te muestras tan fría hacia tus medios hermanos y hermana?

Rhaenyra abre los ojos, sorprendida, parpadeando con sus largas pestañas. Laenor ve la lucha reflejada en su rostro. Era sorprendentemente expresivo, y las emociones se manifestaban de manera vívida en él. Primero leyó en su rostro la falta de comprensión, luego vio el desprecio y finalmente, una incontenible melancolía.

━━Cuando nació Aegon, todas las noches me quedaba dormida con la esperanza de que al día siguiente mi padre convocara al consejo y lo nombrara heredero. El nacimiento de Helaena fue rápido y fácil, recordándome el sufrimiento que pasó mi madre en cada parto, que podían durar días. Cuando nació Aemond, felicitaron a mi padre en el consejo por el nacimiento de su heredero de reemplazo. Ver cómo Alicent quedaba embarazada con tanta facilidad, cómo sus partos transcurrían sin complicaciones y ver lo saludables que eran sus hijos era... ━━Rhaenyra se detiene, buscando las palabras adecuadas━━. Era angustiante. Cada vez que mi padre anunciaba otro hijo, recordaba la pira funeraria de mi madre y Baelon ━━La joven toma aire para continuar hablando, como si las palabras se le quedaran atascadas en la garganta━━. Al principio los odiaba. Odiaba cada una de sus respiraciones, cada llanto, cada día que vivieron. Pensaba que les habían robado esos días a mis hermanos y hermanas sin nacer y fallecidos. Veía a Alicent floreciendo, sin rastro de debilidad ni fatiga tras los partos, y odiaba lo fácil que atravesaba las pruebas que mataron a mi madre. El odio hervía en mí como fuego de dragón.

━━Y ahora? ━━pregunta Laenor en voz baja, acercándose más a Rhaenyra.

━━Después de ver lo agonizantes que pueden ser los partos, por primera vez en todos estos años pensé que he sido injusta con Alicent... No he sabido comprenderla ni había intentado ponerme en sus zapatos ━━dice Rhaenyra con voz apagada━━. Las parteras y maestres tranquilizaron a mi padre, diciéndole que el parto había sido fácil y rápido. Sin embargo, para mí, cada minuto en aquella habitación con Alicent pareció una eternidad. Sus gritos llenaron mis oídos, ensordeciéndome, y quedé con un moretón en la mano debido a la fuerza con la que ella la apretaba. En ese momento, por primera vez en mi vida, me cuestioné cuán cruel había sido mi padre con mi madre; sabía que ella era demasiado joven para soportar el peso de dar a luz y que su cuerpo necesitaba tiempo para recuperarse de abortos anteriores. A pesar de ello, mi padre la sometió, una y otra vez, a esos tormentos. Me sentí abrumada por la empatía hacía mi madre y agradecida a los dioses de que Laena hubiera escapado de ese destino. Sé que se le prometió esperar hasta su decimoquinto día del nombre para consumar el matrimonio, pero no estaría segura de que el consejo no presionaba a mi padre, quien necesitaba un heredero con algo colgandolé entre las piernas.

━━Yo también estoy agradecido por eso ━━dice Laenor, esbozando una sonrisa sombría━━, a pesar de que este matrimonio aliviaría significativamente la situación en la Fortaleza Roja.

━━Después de presenciar el nacimiento de Daeron, comprendí que Alicent es tan víctima como lo fue mi madre. Solo tuvo la suerte de que su cuerpo fuera lo suficientemente fuerte como para soportar tantos embarazos en un período corto de tiempo ━━Rhaenyra inhala profundamente, como si se estuviera preparando para sumergirse en un pozo━━. No puedo odiar a Alicent. O más bien, no puedo odiarla como solía hacerlo. No después de lo que he visto. Y ahora no sé cómo tratar a sus hijos. Los vestigios del odio todavía arden en mí, pero ese fuego ya no se encenderá de la misma forma en que ardió todos estos años.

━━Tal vez deberías intentar acercarte a ellos ━━sugiere Laenor━━. No a Alicent, sino a tus hermanos y hermana.

━━No sé si podré ━━responde la princesa moviendo la cabeza.

━━¿No entiendes que te sugiero esto no solo para reparar la división de la Casa Targaryen? ━━Laenor se vuelve serio, mirando fijamente los ojos lavanda de la princesa━━. Debes intentar mejorar tu relación con tus hermanos para fortalecer tu reclamo y ascender al trono sin problemas. Que los dioses le concedan larga vida a nuestro rey, pero nadie es eterno, Rhaenyra. Y cuando los dioses se lleven a tu padre, debes estar firme. Para ese momento, los hijos de Alicent deben ser leales a tí. Debemos asegurarnos de que ninguno de ellos ni siquiera considere cuestionar tu derecho al trono.

━━No podrán disputar nada ━━responde celosamente Rhaenyra━━. Las Grandes Casas me han jurado lealtad como heredera del Trono de Hierro. Le dieron su palabra a mi padre.

━━Exactamente, Rhaenyra. A tu padre. Le dieron su palabra a un hombre, no a tí. Los Targaryen conquistaron Poniente, pero no lograron erradicar por completo las costumbres ándalas. En la sociedad de los Ándalos, el hombre siempre está por encima de la mujer, incluso si está es mayor y ha sido declarada heredera. Las palabras de las Grandes Casas son cambiantes, Rhaenyra. Para cuando subas al trono, la mitad de los nobles que te han jurado lealtad ya estarán en sus tumbas. Y si sus hijos deciden cambiar la palabra dada por sus padres, nadie podrá apelar a su honor y conciencia.

━━Eso no es justo ━━responde Rhaenyra con tono de niña herida.

━━Como la vida misma, mi princesa ━━dice Laenor tristemente, abrazándola por los hombros━━. Nos espera un largo y arduo trabajo.

━━¿Y sugieres que comencemos esto acercándonos a los hijos de Alicent?

━━No a los hijos de Alicent, sino a tus hermanos y hermana ━━corrige Laenor.

━━Está bien ━━Rhaenyra suspira con resignación. Le pellizca juguetonamente la mano━━. Parece que has pasado demasiado tiempo con tu padre en los Peldaños.

Ambos estallan en risas. El carruaje se detiene. Laenor ayuda a Rhaenyra a salir del carruaje. Acordaron encontrarse en una hora en la Torre de Maegor, en el patio de juegos donde solían pasar sus días los príncipes y princesas. Laenor se dirige a sus aposentos para quitarse el sudor y la suciedad. Después de bañarse, comienza a contar los minutos esperando el encuentro con Rhaenyra, con la esperanza de que la reunión con los jóvenes príncipes transcurra tranquila y sin complicaciones.

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