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ACTO DOS | MAREAS TORMENTOSAS
HOTD / FANFICTION
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❒━━━II: MAREAS TORMENTOSAS: El equilibrio en los Siete Reinos comienza a tambalearse con la llegada de nuevos rostros en la cúpula del rey Viserys. Rhaenyra Targaryen y Laenor Velaryon ven crecer su familia con nacimientos que prometen renovar la sangre del dragón. Sin embargo, cada nuevo lazo trae consigo intrigas y desafíos, especialmente cuando las alianzas matrimoniales buscan más que amor: buscan poder.

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DEJAD QUE OS CUENTE, MIS AMABLES OYENTES, LO QUE VUESTROS NOBLES SEÑORES JAMÁS OS DIRÁN. Decían que la paz reinaba en la corte, pero cualquier tonto con ojos ─o sin ellos, como el pobre Pike el Ciego─ sabía que bajo las sonrisas corteses se escondían colmillos afilados.

La princesa heredera y su príncipe consorte, a quienes el septón Eustace alababa como la pareja perfecta, estaban ocupados llenando la Fortaleza Roja con pequeños dragones. Entre esos infantes, dos se destacaban con su cabello oscuro como el ala de un cuervo, un reflejo de su linaje Baratheon y una señal de las tormentas que se avecinaban.

A menudo se veía a los hijos de Rhaenyra correteando por los pasillos de la Fortaleza Roja, sus risas resonando como el canto de un mirlo en un día soleado, mientras su madre los observaba con una mezcla de orgullo y temor.

Pero dejemos a los críos y volvamos a los mayores. Otto Hightower, el perro más leal del reino... pero no al trono, sino a su propia ambición, lo encontrabas siempre susurrando en las sombras, como una serpiente buscando un cuello para morder.

Su hija, la reina Alicent, era más astuta que un gato de tres patas, y aunque tejía palabras de miel, sus ojos buscaban siempre un arma que clavar en el corazón de Rhaenyra. Cuando nacieron los hijos de la princesa, el reino se llenó de júbilo, aunque los verdes se retorcían como gusanos bajo la lluvia. «Son bastardos...», murmuraban Alicent y su séquito, mientras ocultaban sus propias sombras tras la opulencia de sus finos brocados.

Y no creáis que la princesa era un ángel ante estás calumnias. ¡Oh, no! Era como un dragón herido, lanzando fuego a todo aquel que osara cruzarse en su camino. Dicen que hubo una reunión secreta entre ambas en los aposentos del Septón Supremo, con más veneno en el aire que en la copa de un asesino.

¿De qué hablaron?

Nadie lo sabe con certeza, pero algunos sostienen que Rhaenyra juró reducir a la reina a cenizas, mientras Alicent sonreía como si ya hubiera ganado la partida. Y aquellos que la conocían bien sabían que la cólera de una madre es un torrente imparable, capaz de arrasar con todo a su paso, por lo que no era difícil suponer que para despertar tal ira en la princesa, el asunto debe haber estado relacionado con los rumores sobre la posible ilegitimidad de sus hijos.

Y así, la corte del rey Viserys se llenaba de rumores y secretos, con nacimientos, bodas y funerales mezclándose como un vino demasiado dulce que deja un regusto amargo. Ah, pero no me creáis del todo. ¿Qué sabe un simple bufón de la corte? Solo soy un loco que habla demasiado. Pero incluso los locos tienen ojos y oídos, ¿no es así? ━━━CHAMPIÑÓN a la ciudad de Desembarco del Rey, en el 149 d.C. durante el festival en honor al vigésimo aniversario del reinado de Rhaenyra de la Casa Targaryen, primera de su nombre.

━━ARCOS DEL LIBRO:
↳ La Princesa Dragón. ✓
↳ MAREAS TORMENTOSAS. ✓
↳ Lluvia de Fuego.

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